lunes, diciembre 9, 2024
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HILJOT TESHUBA: La diferencia ente el hombre y el animal

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En su libro Mishné Torá,  Hiljot Teshubá, Maimónides presenta la doctrina del «libre albedrío» (bejirá jofhsit),  es decir, la idea de que el ser humano es libre para elegir su accionar, y por  lo tanto es responsable de lo que hace o deja de hacer.  
El concepto del libre albedrío es bastante complejo, y Maimónides le dedica al tema 3 capítulos completos de Hiljot Teshuba: 5, 6, y 7.
En 5:3 dice:«Y este principio, (el libre albedrío), es un concepto cardinal y es la columna fundamental de la Torá y de los preceptos. Como está escrito: «[Y ahora], mira, he puesto delante de ti hoy la vida y el bien, o la muerte y el mal, y elegirás la vida» (Debarim 30:15).
Sólo el ser humano tiene este enorme poder de elección. En el mundo físico material, e incluso en la naturaleza, el libre albedrío no existe. Los átomos no pueden elegir actuar de otra manera de la que actúan. Y los seres vivos, todos menos el ser humano, están totalmente condicionados a actuar por sus impulsos de supervivencia. Es cierto que, como decía Aristoteles, un animal que está a la vez muerto de hambre y muerto de sed, podrá elegir si primero come o bebe.  Los animales pueden elegir entre dos instintos, pero no pueden realizar una elección moral, esto es, elegir entre un instinto y un valor o acto moral. Un animal que tiene hambre no puede elegir «no comer».    Los animales actúan por instintos, que no pueden controlar o suprimir.  El versículo que dice: ומותר האדם מן הבהמה אין «Y la superioridad  del hombre sobre el animal no es (=no existe)» (Kohelet 2:3) fue alegóricamente interpretado por algunos Sabios, cambiando el orden de las dos últimas palabras: «Y la superioridad del hombre sobre el animal es ‘no'» , en otras palabras: la diferencia entre el animal y el hombre es NO, la capacidad humana de decir NO a los instintos. El hombre tiene la libertad para satisfacer sus necesidades, pero también tiene el poder para controlar, postergar o incluso privarse de gratificar sus instintos.  Maimonides explica en 5:1 que éste es el sentido del versículo que dice: «El hombre es ahora como uno de Nosotros» lo que significa que el hombre es sobre-natural. La semejanza entre el hombre y D-s, y lo que distingue al hombre de todos los demás seres vivos, es que el ser humano tiene libre albedrío.  Y D-s, «Todo-Poderoso», es el epítome del libre albedrío. 
Esta libertad moral implica que el ser humano es responsable por lo que hace. No puede justificar sus acciones diciendo: «Yo robe porque tenia un incontrolable deseo de ser rico» o algo así. El ser humano tiene tendencias o tentaciones de todo tipo, pero tiene el poder de controlaras. Esto es el libre albedrío.
Si el hombre no fuera moralmente libre, no tendría sentido que la Torá nos ordenara qué hacer o qué no hacer. Y no tendría sentido que existiera la promesa de recompensa divina por lo que hacemos bien y el castigo por lo que hacemos mal.
¿Y que tiene que ver la Teshubá, el arrepentimiento, en todo esto?  Que de la misma manera que somos libres para actuar mal, ya que nuestro comportamiento no está determinado por nuestros instintos, de esa misma forma, la Tora nos enseña que haShem nos otorgó la libertad de arrepentirnos. Y así como no estamos condenados por nuestros instintos, la Teshubá nos enseña que no estamos irremediablemente condenados a nuestro pasado. Si nos arrepentimos con sinceridad, tenemos el poder de»borrar» lo que hicimos mal y comenzar de nuevo. 
Este tema, como ya dijimos, es muy complejo. Así que B’H le dedicaremos un poco más en los próximos días. 

 

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