viernes, mayo 9, 2025
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Parashá Quedoshim

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En Parashat Quedoshim, HaShem le ordena al pueblo de Israel que se comporte con santidad.
¿Qué significa “santidad”?
Principalmente, comportarse con sensibilidad, generosidad y respeto hacia los seres humanos que nos rodean.
Y esta conducta especial no consiste en un acto aislado o esporádico.
Se construye en la vida diaria, a través de nuestras acciones con las personas que nos rodean.

La Parashá incluye decenas de Mitsvot. Algunas de las más conocidas son:

Respetar a la madre y al padre.
Esta es una Mitsvá diferente a la que mencionan los Diez Mandamientos, que hablan de honrar a los padres.
Respetar incluye todo lo que NO debemos hacer hacia ellos, como llamarlos por su nombre, sentarse en su lugar, interrumpirlos, etc.
Por lo general, se aplica cuando somos menores, vivimos con ellos y dependemos de nuestros padres.
Honrar se refiere a lo que hacemos por ellos generalmente, cuando nuestros padres nos necesitan en su vejez: asistirlos, ayudarlos, acompañarlos.

No poner tropiezo delante del ciego.
Este mandamiento no solo se aplica a quien es físicamente ciego.
También nos indica no aprovecharse de la ignorancia del otro, no manipular, no engañar, no inducir al error.
Es una Mitsvá que exige máxima honestidad y responsabilidad.

Juzgar con justicia al prójimo.
Ser imparcial, evitar favoritismos, actuar con equidad.
Y también juzgar a los demás con el beneficio de la duda.
No asumir lo peor, sino pensar bien antes de juzgar mal.

No odiar a nuestros hermanos Yehudim en el corazón.
La Tora prohíbe el odio pasivo y silencioso.
En lugar de guardar rencor, se debe hablar, corregir, escuchar y perdonar.

-No te quedes pasivo cuando se derrama la sangre de tu prójimo                           No ponerse en actitud pasiva ante la sangre del prójimo No ignorar el peligro o la necesidad del otro, especialmente cuando un o puede ayudar.
No hay que ser indiferente. La santidad requiere responsabilidad.

Amar al prójimo como a uno mismo.
Rabí Aqibá dijo que este es el principio general de toda la Tora.
Este amor no es sentimentalismo: significa empatía, sensibilidad y preservar la dignidad del otro.

Medidas y pesos justos.
La espiritualidad también se expresa en cómo nos comportamos con nuestro dinero.
Esta Parashá menciona el “no robar” (lo tignobu) en el contexto de no tomar lo que no es nuestro, no engañar y ser honestos en los negocios.

Respetar a los ancianos.
Levantarse ante los mayores.
Reconocer la experiencia y la sabiduría que dan los años.
Una sociedad que honra a sus mayores es una sociedad con memoria y valores.

No vengarse ni guardar rencor.
La Torá distingue entre vengarse (“como tú no me ayudaste, ahora yo no te ayudo”) y guardar rencor (“te ayudo, pero no olvido que tú no lo hiciste”).
Ambas actitudes están prohibidas.
Se espera de nosotros un corazón limpio.

No chismear ni esparcir habladurías.
Hablar mal de otros daña la convivencia y destruye la confianza.
La santidad se expresa también en cómo usamos nuestras palabras.

Dejar parte de la cosecha para los pobres.
Cuando recolectes tus campos, no tomes todo.
La Tora ordena dejar los bordes de la tierra y las espigas caídas para el necesitado.
La generosidad no es opcional: es parte esencial de nuestra identidad como pueblo.

Estas Mitsvot nos enseñan a vivir con integridad, justicia y sensibilidad.
La Kedushá consiste también —o principalmente— en cómo tratamos al prójimo.
Porque cada acción refleja que somos parte del pueblo de HaShem.


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