domingo, abril 28, 2024
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Rab Menashé Ben Israel (1604-1657), el judío más famoso del mundo

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Ribbí Menashe nació en la isla de Madeira, Portugal, en 1604, bajo el nombre de Manoel Dias Soeiro. Su familia se trasladó a Holanda, en los Países Bajos, en 1610. En aquel entonces, Ámsterdam era un importante centro de la vida judía en Europa. Allí, como muchos otros judíos que llegaban de Portugal, la familia de Ribbí Menashé retornó abiertamente al judaísmo.

El joven Menashé tuvo la mejor educación posible dentro de la tradición sefardí, que mantiene que los estudios seculares deben complementar los estudios religiosos. Sobresalió en sus estudios talmúdicos y en su conocimiento profundo del Tanaj. Dominaba todo el espectro del pensamiento judío, desde la escuela de Maimónides hasta los escritos de los más recientes cabalistas.

En el área secular, se destacó en las lenguas: hablaba diez idiomas y además poseía amplios conocimientos de medicina, matemáticas y astronomía. También estaba muy versado en la literatura clásica y en los escritos de los filósofos y teólogos gentiles. Este conocimiento le facilitó debatir con intelectuales gentiles y refutar sus ideas cuando eran contrarias al judaísmo.

En 1620, a la sorprendentemente temprana edad de 18 años, fue nombrado rabino de la comunidad sefardí y pronto se convirtió en uno de los predicadores más famosos de esa prestigiosa comunidad. Poco después de asumir este cargo, contrajo matrimonio con Raquel Soeiro, descendiente directa del rabino Don Yitzchak Abarbanel, con quien tuvo tres hijos. En 1626, estableció la primera prensa hebrea en Ámsterdam y, de hecho, en toda Holanda, llamada «Emet MeErets Titsmaj». En su imprenta utilizó un nuevo tipo de letra que más tarde sería copiado por muchas imprentas europeas.

En esos años, los holandeses colonizaron Brasil y muchos judíos de la comunidad de Ámsterdam, que eran grandes empresarios del comercio internacional, se mudaron a la ciudad de Recife, en la zona de Pernambuco. 

En 1638, Ribbí Menashé decidió visitar Recife y fue probablemente el primer rabino que visitó el suelo americano, pero al poco tiempo de estar allí regresó a Ámsterdam. Habían llegado a esa ciudad dos empresarios judíos portugueses muy importantes, los hermanos Abraham e Isaac Pereyra, que ofrecieron contratar al rabino Menashé para dirigir un Talmud Torá, un colegio judío, que ellos habían fundado en la ciudad.

Uno de los primeros libros de Ribbí Menashé fue «El Conciliador», escrito en español y luego traducido al inglés por Hayim Lindo. Este extraordinario libro (que yo cito varias veces en mi libro «Creación») tiene como objetivo conciliar todos los textos del Tanaj que parecen contradecirse entre sí. Uno de los primeros puntos que analiza, por ejemplo, es la aparente contradicción entre lo que la Torá describe durante los 3 primeros días de la Creación, «y fue la tarde y fue la mañana», y la aparente creación del sol en el cuarto día. Ribbí Menashé presenta 8 posibles respuestas para resolver este tema (los Sabios judíos, dicho sea de paso, explican que el sol y la luna fueron creados el primer día, en el primer acto de la Creación). En este libro, el rabino portugués refuta los argumentos de los autodenominados críticos de la Biblia. Fue una de las primeras obras escritas por un judío en un idioma moderno que despertó un gran interés en los lectores cristianos. Esto le valió a Ribbí Menashé una gran reputación en el mundo académico no judío. Con el tiempo, su fama como erudito y experto en todos los asuntos de aprendizaje y ciencia se extendió más allá de Holanda. Algunas de las personalidades más destacadas del mundo buscaron su amistad y consejo. Entre sus corresponsales y amigos no judíos se encontraban la reina Cristina de Suecia, el pintor Rembrandt, quien pintó su retrato, y el estadista y filósofo Hugo Grotius.

En 1644, Ribbí Menashé conoció a Antonio de Montezinos, un judío converso portugués que había viajado al Nuevo Mundo y se había adentrado en las entonces exóticas tierras y había conocido a los pobladores nativos de las Américas. Montezinos le contó que los indígenas de los Andes sudamericanos practicaban ciertos ritos y tenían ciertos símbolos que eran similares a los judíos y que en su opinión eran descendientes de las 10 tribus perdidas de Israel. Los coloridos relatos de Montezinos y la teoría de Ribbí Menashé respecto a lo que significa este descubrimiento en función de la llegada del Mesías quedaron registrados en uno de sus libros más famosos, que escribió en español: «MIKVE ISRAEL: La esperanza de Israel o el origen de los americanos». Este es el título original de este libro, que no sé por qué no se reimprime. Este descubrimiento impulsó las esperanzas de Ribbí Menashé, ya que el asentamiento de los judíos en todo el mundo se entendía como un signo de que el Mesías estaba llegando.

Unos años más tarde, escribió un extraordinario tratado histórico y filosófico dirigido a las autoridades de Inglaterra, exponiendo los argumentos a favor de la readmisión de los judíos en Inglaterra. Su carta a Cromwell, escrita en perfecto inglés, se puede leer aquí en este enlace de Hebrew books (https://hebrewbooks.org/52715), de donde habían sido expulsados en 1290. En 1653, Ribbí Menashé viajó a Inglaterra para solicitar formalmente la readmisión de los judíos. Allí fue recibido nada menos que por Oliver Cromwell. Sin embargo, se enfrentó con muchísimas dificultades, entre otras la exigencia de que para la readmisión, los judíos debían convertirse en masa al cristianismo.

Dejó Inglaterra triste por no haber logrado su objetivo y materialmente empobrecido, y regresó a Holanda en 1655. 

Nunca llegó a enterarse de que fue gracias a sus esfuerzos que Oliver Cromwell finalmente readmitió a los judíos en Inglaterra y les permitió practicar libremente su religión, ya que falleció en Ámsterdam ese mismo año, 1657. 

En el siglo XVII,  el Rabino Menashé ben Israel fue el judío más famoso del mundo.

Ribbí Menashe nació en la isla de Madeira, Portugal, en 1604, bajo el nombre de Manoel Dias Soeiro. Su familia se trasladó a Holanda, los Países Bajos, en 1610. En aquel entonces, Ámsterdam era un importante centro de la vida judía en Europa. Allí, como muchos otros judíos que llegaban de Portugal, la familia del Rab Menashe retornó abiertamente al judaísmo. Menashé tuvo la mejor educación posible dentro de la tradición sefardí, que mantiene que los estudios seculares deben complementar los estudios religiosos .   Sobresalió en sus estudios talmúdicos y en su conocimiento profundo del Tanaj. Dominaba todo el espectro del pensamiento judío, desde la escuela de Maimónides hasta los escritos de los más recientes Kabbalistas.

En el área secular, Menashé se destacaba en las lenguas:  hablaba diez idiomas y ademas poseía amplios conocimientos de medicina, matemáticas y astronomía. Estaba también muy versado en la literatura clásica y en los escritos de los filósofos y teólogos gentiles.  Este conocimiento le facilitó la posibilidad de debatir con intelectuales gentiles y refutar las ideas cuando eran contrarias al judaísmo. En 1620, a la sorprendentemente temprana edad de 18 años fue nombrado como rabino de la comunidad sefardí, y pronto se convirtió en uno de los predicadores más famosos de esa prestigiosa comunidad.Poco después de asumir este cargo, contrajo matrimonio con Raquel Soeiro, descendiente directa del rabino Don Yitzchak Abarbanel, con quien tuvo tres hijos.En 1626, estableció la primera prensa hebrea en Ámsterdam y, de hecho, en toda Holanda, llamada «Emet MeErets Titsmaj». En su imprenta utilizó un nuevo tipo de letra que más tarde sería copiado por muchas imprentas europeas. 

Uno de los primeros libros de Ribbí Menashé, fue  «El Conciliador», escrito en español y publicado en 1632. Este extraordinario libro (que yo cito varias veces en mi libro «Creación») tiene como objetivo conciliar todos los textos del Tanaj que parecen contradecirse uno con el otro. Uno de los primeros puntos que analiza por ejemplo, es la aparente contradicción entre lo que la Torá describe durante los 3 primeros días de Creación, «y fue la tarde y fue la mañana», y la aparente creación del sol en el cuarto día. El Rab Menashé trae 8 posibles respuestas para resolver este tema (los Sabios judíos, dicho sea de paso, explican que el sol y la luna fueron creados el primer día, en el primer acto de Creación). En este libro, el rabino portugués, refuta los argumentos de los autodenominados críticos de la Biblia. Fue una de las primeras obras escritas por un judío en un idioma moderno que despertó el gran interés en los lectores cristianos. Lo que valió al Rab Menashé una gran reputación en el mundo académico no judío. Con el tiempo, su fama como erudito y experto en todos los asuntos de aprendizaje y ciencia se extendió más allá de Holanda. Algunas de las personalidades más destacadas del mundo buscaron su amistad y consejo. Entre sus correspondientes y amigos no judíos se encontraban la reina Cristina de Suecia, el pintor Rembrandt , quien pint´ su retrato y el estadista y filósofo Hugo Grotius. En su tiempo, Menashé ben Israel fue el judío más famoso del mundo . 

En 1644, publicó un libro en latín dirigido a los no judíos, exponiendo los argumentos para la readmisión de los judíos en Inglaterra. Argumentó que de acuerdo a los mismos milenaristas la redención no podía suceder a menos que los judíos estén presentes en todas las naciones del mundo, incluyendo Inglaterra, de donde habían sido expulsados en 1290. En 1655, Ribbí Menashé viajó a Inglaterra para solicitar formalmente la readmisión de los judíos. Y allí fue recibido nada menos que por Oliver Cromwell. Gracias a la interevencion de Menashé ben Israel muchos judíos se restablecieron el Londres y fundaron allí una famosa  comunidad  Sefaradí.  Su carta a Cromwell escrita en perfecto ingles se puede leer aqui en este link de hebrew books ( https://hebrewbooks.org/52715 ). 

Encontrando un lugar para que los judô puedan vivir en paz.

En esos años los Holandeses colonizaron Brasil. Y muchos judíos de la comunidad de Amsterdam, que eran grandes empresarios del comercio internacional, se mudaron a la ciudad de Recife, en la zona de Pernambuco.  En 1638, decidió establecerse en Brasil, ya que todavía le resultaba difícil mantener a su esposa y familia en Amsterdam. Es posible que haya visitado Recife, la capital de la colonia holandesa, pero no se mudó allí. Una de las razones por las que su situación financiera mejoró en Amsterdam fue la llegada de dos empresarios judíos portugueses, los hermanos Abraham e Isaac Pereyra. Contrataron al rabino Manasseh para dirigir un pequeño colegio o academia (una yeshiba en el lenguaje español-portugués de la época) que habían fundado en la ciudad.

Siguiendo la misma línea, en 1651 R’ Menashe ofreció servir a la reina Cristina de Suecia como su agente de libros hebreos. En sus conversaciones con ella, le pidió que considerara abrir Escandinavia como un refugio para los refugiados judíos. Describió a los judíos siendo obligados a vagar de un país a otro. Casi logró su apelación, pero Cristina abdicó del trono y el plan no llegó a buen término.

 En 1644, el Rab Menashe conoció a Antonio de Montezinos, un judío conversado portugués que había viajado al Nuevo Mundo y se había adentrado en las entonces exóticas tierras y culturas de las Américas.  Montezinos le contó que los indigenas de los Andes sudamericanos practicaban ciertos ritos y tenían ciertos símbolos que eran similares a los judíos y que en su opinión ¡eran  descendientes de las 10 tribus perdidas de Israel!  Los coloridos relatos de Montezinos y la teoría del Rab Menashé respecto a lo que significa este descubrimiento en función de la llegada del Mesías  quedo registrado en uno de sus libros más famosos, que escribió en español: MIKVE ISRAEL “La esperanza de Israel o el origen de los americanos” (este es el titulo original de este libro que no se por qué no se reimprime) .    impulsó las esperanzas del Rab  Menashe, ya que el asentamiento de los judíos en todo el mundo se entendía como un signo de que el Mesías estaba llegando.

R’ Menashe regresó a los Países Bajos en 1655. Murió dos años después, en 1657.  Su contribución al judaísmo y a la sociedad sigue siendo una fuente de inspiración y respeto.

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