jueves, marzo 28, 2024
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JANUCA: Y el primer estado judío independiente

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En las entregas anteriores he tratado de transmitirles a mis lectores que el milagro de Jánuca no se redujo solo al milagro ocurrido con el aceite. Este evento Providencial fue el comienzo de un periodo de 23 años, desde el 165 a.e.c. hasta el 142 a.e.c. que demuestra el heroísmo y la devoción de nuestros ancestros, liderados por los Jashmonayim, que culminó  con el establecimiento del primer Estado Judío independiente en los tiempos post-bíblicos.  Esta historia donde los milagros se combinan con la valentía sin limites, lamentablemente, no es muy conocida, a pesar de que en nuestros días es quizás más relevante que nunca.    

Veremos hoy la última parte de la epopeya que recordamos en la festividad de Janucá.    

YONATAN REHUSA CONQUISTAR JERSALEM

Tras la muerte de El’azar, el asesinato de Yehudá en la batalla contra Bakjides y la eliminación de Yojanán a manos de los nabateos, solo quedaban dos de los cinco hermanos Jashmonayim : Yonatán y Shimón. Yonatán tomó el mando y, tras dos años de lucha, logró expulsar al poderoso general seléucida Bakjides de Israel. Sin embargo, y para sorpresa de todos, cuando Bakjides huyó de Israel en 159 a.e.c., Yonatán no intentó recuperar Jerusalem de inmediato. En lugar de eso, se instaló en Mijmash y, sin ninguna proclamación oficial, se convirtió en el líder de facto de los judíos. Pero ¿qué estaba haciendo Yonatán en Mijmásh y por qué no liberó Jerusalem de las manos de los selcuidas y su secuaces? Yonatán aprendió de los errores de su hermano Yehudá. En 165 a.e.c., al ver que los griegos estaban debilitados, Yehudá conquistó Jerusalem, purificó el Templo y declaró su misión cumplida. Yehudá pensó que ya no necesitaba a su ejército y envió a la mayoría de sus combatientes a sus hogares. Esto lo dejó muy expuesto y debilitado: un par de años más tarde, cuando Demetrio derrocó a Lisias, los seléucidas volvieron con sus ejércitos y Yehudá ya no pudo defender su conquista. Ahora, una vez aprendida esta dura lección, Yonatán dedicó siete años a reclutar y entrenar un poderoso ejército judío que llegó a contar con 40.000 soldados que podia hacer frente a una fuerza invasora y defender al pueblo judío. Fue la primera vez en siglos que los judíos tuvimos un ejercito de esta envergadura. Ahora  los emperadores seléucidas —o quienes ostentaban el trono— no solo querían evitar problemas con Yonatán, sino que competían entre sí por ofrecer a los judíos su cooperación a cambio del apoyo de Yonatán y su ejército.

LA IMPORTANCIA DE TENER UN EJERCITO

En ese entonces el rey Seléucida era Demetrio Soter. Pero un joven aventurero procedente de Esmirna, Alejandro Balas, que reclamaba ser el hijo de Antiojus Epifanes, desafió a Demetrio Soter y comenzó una guerra civil para obtener el trono. Demetrio y Balas le ofrecieron todo tipo de concesiones a los Yehudim para que Yonatán les brindara su ayuda militar. Yonatán apoyó a Alejandro Balas quien terminó derrotando a Demetrio. En el año 152 a.e.c. Yonatán finalmente entró sin resistencia a Yerushalayim en la fiesta de Sukkot, y fue asignado como Cohen Gadol, gran sacerdote, con el consentimiento oficial del nuevo emperador seléucida Alejandro Balas. Este fue prácticamente un segundo Janucá. Ya que Yerushalayim había estado en manos de los helenistas por nueve años y el Bet haMiqdash había sido profanado y utilizado nuevamente como un panteón para adorar a los dioses griegos. Luego de un par de años, Demetrio II, el hijo de Demetrio Soter, enfrentó y derrotó a Balas y retomó el trono seléucida. Este nuevo rey, lejos de buscar la venganza contra Yonatán sabía que lo necesitaba a él y a su ejército de su lado, así que reconoció a Yonatán y le ofreció más privilegios que su antecesor.

EL ACUERDO DE PAZ

Pero los conflictos entre los líderes seléucidas continuaron, y ahora Trifón, un poderoso general griego quería arrebatarle el trono a Demetrio II.  Trifón llegó a Israel en el año 143 a.e.c. con 30.000 soldados para vengarse de Yonatán, debilitarlo y así debilitar a Demetrio. Trifón engaño a Yonatán y pidió reunirse con él en Acco para mantener conversaciones de paz. Cuando Yonatán llegó a Acco, Trifón lo asesinó. Tras la muerte de Yonatán el mando de Judea quedó en las manos del hermano menor: Shimón. Con el poderoso ejército que Yonatán había organizado, Shimón enfrentó, derrotó y expulsó a Trifón de Erets Israel.

EL ESTADO DE ISRAEL

Shimón siguió avanzando para cumplir con la maxima aspiración de los Jashmonayim y de toda la nación de Israel. Fortificó Yerushalayim, reforzó su ejercito y en el año 142 a.e.c., 23 años luego de la gran rebelión de Matitiyahu y sus hijos, el gran sueño se hizo realidad. En Yerushalayim, la eterna capital judía, en el Bet haMiqdash, Shimón hijo de Matitiyahu, el único sobreviviente de los 5 valientes hermanos, «declaró el establecimiento de un estado judío independiente en la tierra de Israel que se llamaría: Judea”. Al celebrar el nacimiento del nuevo estado independiente Shimón dijo estas palabרas que son muy relevantes también el día de hoy, más de 2150 años después, respecto a Medinat Israel: «No conquistamos una tierra que no nos pertenece; y no nos apoderamos de lo que no nos corresponde. Recuperamos la herencia de nuestros antepasados, que fue usurpada por nuestros enemigos, temporariamente y sin que medie la justicia. Y cuando tuvimos la oportunidad y la fuerza para hacerlo, recuperamos nuestra libertad.»

לא ארץ נכריה לקחנו, ולא ברכוש נכרים משלנו – כי אם נחלת אבותינו, אשר בידי אויבינו בעת מן העיתים בלא משפט נכבשה. ואנחנו כאשר הייתה לנו עת, השיבונו את נחלת אבותינו»

ספר חשמונאים אפרק ט«ופסוקים לדלה

Este nuevo estado fue inmediatamente reconocido por Demetrio II, quien por primera vez eximía a los judíos a pagar impuestos al imperio Seléucida. Shimón fue asesinado en el año 135 a.e.c., y fue sucedido por su hijo Yojanán Hyrcanus, quien continuó liderando a los judíos y expandiendo el territorio de Judea. El flamante Estado de Israel continuó, con altos y bajos, por cerca de 100 años.

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