jueves, marzo 28, 2024
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La Segulá de Shabuot

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ועתה, אם-שמוע תשמעו בקולי ושמרתם את-בריתי והייתם לי סגולה מכל-העמים כי-לי כל-הארץ. ואתם תהיו-לי ממלכת כוהנים וגוי קדוש    

Explicamos anteriormente que la entrega de la Torá ocurrió en el marco de un evento más comprensivo: la celebración de un Pacto entre Dios y el pueblo judío. También vimos que los pasos de ese Pacto se pueden comparar con la celebración de un matrimonio: Hay una primera oferta de entrar en el Pacto, proposición; luego la presentación oral de los términos del pacto y la aceptación de estos términos; luego la escritura de los términos y condiciones (sefer haberit, documento del pacto, en nuestro ejemplo esto sería la ketubá) y su lectura pública; y finalmente la aceptación definitiva del pacto (como un «Sí, quiero!») de parte del pueblo judío al decir «naasé venishmaá» .  

AM SEGULÁ

Cuando HaShem ofrece al pueblo de Israel celebrar este pacto le dice lo siguiente (Shemot 19: 5-6) «Y ahora, si Ustedes aceptan escuchar Mis mandamientos y mantener un pacto conmigo, serán para Mí un tesoro (segulá) entre todos los pueblos …»   ¿Qué significa esta palabra «segulá», que aparece muy pocas veces en la Biblia Hebrea?    En Dibré haYamim (I, 29: 3) «segulá» significa tesoro. Dirigiéndose al pueblo de Israel, el rey David dice que él ha asignado las reservas de oro y plata de su reino, el dinero recolectado a través de los impuestos, para construir el Bet-haMiqdash. Y luego agregó:«Además [de las reservas reales asignadas], en mi deseo [de construir] el Templo para HaShem mi Dios, yo voy a donar también mi tesoro personal (=segulatí) de oro y plata para el Templo..».     El rey David llamó a su tesoro personal, su capital privado, «segulá».   Ser el pueblo «segulá» de HaShem significa literalmente ser el bien más precioso de Dios, Su posesión «privada». Con esta hermosa y profunda metáfora la Torá nos quiere indicar que HaShem se compromete a cuidarnos y protegernos de la misma manera que un hombre protege su tesoro, su posesión más valiosa. Nos asegura que el pueblo judío, como nación, nunca desaparecerá. Israel será «atesorado», protegido directamente por Dios. Contra todo pronóstico, y después de haber sido perseguidos desde tiempos inmemoriales por casi todos los pueblos y civilizaciones de la historia, todavía existimos como nación, gracias a la más poderosa Segulá: la supervisión directa de HaShem sobre Su Pueblo, Israel.  

LA OTRA CARA DE AM SEGULA

Esta cercanía con Dios, ser supervisor por El Todopoderoso de manera directa, es una moneda con dos caras. Por un lado, HaShem garantiza la eternidad de este pacto y nuestra existencia como pueblo. Pero por el otro lado, ser el pueblo elegido no significa tener más privilegios que otras naciones. Por el contrario, significa que, como fuimos y somos los testigos de la Revelación Divina, Dios espera de nosotros un comportamiento ejemplar. Dios examina nuestra conducta mucho más estrictamente, más de cerca, que el resto de las naciones. Tiene más expectativas y más demandas de nosotros. Probablemente nadie formuló este concepto tan importante mejor que el profeta Amós (3: 2). Así dijo HaShem, רק אתכם ידעתי מכל משפחות האדמה על כן אפקד עליכם את כל עונתיכם  “Sólo a Ustedes [el pueblo de Israel] He conocido [= amado, elegido] de entre todas las familias de la tierra; y por tanto, los consideraré responsables [y NO negligentes]  de todos vuestros errores [pecados] … »   Ser el pueblo elegido no implica tener más derechos sino más obligaciones. Una mayor responsabilidad por nuestras acciones.

Shabbat Shalom y Jag Shabuot Sameaj!

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