jueves, marzo 28, 2024
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Honrar a los padres en la vejez

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Los rabinos del Talmud examinaron el tema de honrar a nuestros padres en circunstancias especiales. Veamos un par de ejemplos.
SALUD MENTAL
Los rabinos presentaron el caso de Rab Asé, que vivía con su madre mayor, y tenía síntomas de demencia senil. Rab Asé la cuidaba muy bien y hacía lo que pudo para complacerla, honrarla y no contradecirla. El Talmud ilustra el comportamiento errático de la madre y la reacción de Rab Asé. Primero, la madre le pidió que le comprara joyas, y Rab Asé le trajo algunas joyas. Luego le pidió que le buscara un marido. Intentando apaciguarla, él le dijo que iba a ver lo que podía hacer … Finalmente, la situación llegó a un punto en el que las órdenes de la anciana madre eran cada vez más excéntricas y su comportamiento se volvió aún más errático. Rab Asé decidió dejar de cuidar de su madre «personalmente». Primero, porque el comportamiento de la madre era más problemático en presencia de su hijo que en presencia de otras personas. Segundo, Rab Asé entendió que si la situación con su madre continuaba así o empeoraba, posiblemente se vería forzado a restringir físicamente a su madre, algo que no estaba dispuesto a hacer, porque sería irrespetuoso hacia ella. Rab Asé entonces contrató a una persona muy calificada para cuidar a su madre. Basado en este precedente, los rabinos concluyeron que, en ciertas circunstancias, el hijo o la hija pueden poner a sus padres mayores al cuidado de otras personas.
Obviamente, estos son temas muy sensibles y delicados y cada caso es completamente diferente del otro. Por lo tanto, si se dan estas circunstancias, se recomienda consultar con una autoridad rabínica y con un profesional de la salud mental, para encontrar la mejor y más efectiva solución para los padres y los hijos.
Vale la pena aclarar que el hecho de que un hijo o hija no esté cuidando a sus padres en persona, no los exime de continuar ocupándose de lo que necesitan los padres, visitarlos, hablar con ellos frecuentemente por teléfono, y aprovechar todos los medios de comunicación modernos para mantener una sólida relación emocional con los padres.
DESOBEDECER A LOS PADRES POR SU PROPIO BIEN
Honrar a nuestros padres incluye, en la medida de lo posible, complacerlos y cumplir con sus deseos. Pero, ¿qué se debe hacer cuando los padres piden a sus hijos que hagan algo que perjudica a los padres? Por ejemplo: ¿qué debería hacer un hijo o una hija si su padre le pide que le traiga una bebida alcohólica, y los hijos saben que el padre terminará embriagado? ¿Un hijo tiene que “respetar” a su padre y traerle la bebida para cumplir los «deseos» de su padre, o debería rehusarse a complacer a su padre en este caso?
Los rabinos explican que, en este tipo de circunstancias, los hijos deben negarse a obedecer a sus padres, por su propio bien. Pero deben hacerlo con el máximo respeto y tratando de disuadir a sus padres manteniendo intacta su dignidad, con una actitud positiva y sin ofenderlos.
Los rabinos contemporáneos traen algunos otros ejemplos comunes. Si el padre o la madre tiene diabetes y le pide a su hijo que les traiga una comida muy dulce. O el padre le pide a su hijo o hija que le traigan cigarrillos. En todos los casos en que los padres piden a sus hijos algo que pueda causarles un daño significativo a su salud o bienestar, los hijos no deben cumplir con estas solicitudes. Pero, una vez más, incluso en estos casos en que los hijos desobedecen a sus padres por el bien de los padres, es fundamental mantener una actitud respetuosa y evitar ofender, levantar la voz o humillar a los padres (Yalqut Yosef, Kibbud Ab va-Em, 2, 46-60).
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