lunes, diciembre 9, 2024
InicioEl Libro de EsterEl último judío de Shushán

El último judío de Shushán

image_pdfVer en PDFimage_printImprimir
איש יהודי היה בשושן הבירה
Nos estamos acercando a Purim, el día que celebramos la milagrosa salvación de nuestro pueblo en los tiempos del imperio Persa.  Celebraremos Purim, BH, el día sábado 11 de marzo por la noche, y el día domingo 12. La historia de Purim está narrada detalladamente en un maravilloso libro llamado «Meguilat Ester» que leemos dos veces durante Purim.
Todos los años trato de leer un nuevo libro que comenta la Meguilá. El año pasado me enfoqué en el libro del Rab Moshé Almosnino, «Yedé Moshé».  Este año uno de mis alumnos me obsequió la nueva edición del libro «Leqaj Tob», escrito por el Rab Yom Tob Tsahalón (ver aquí).  Una de las dos características especiales de este libro es que fue publicado por su autor cuando éste tenia sólo 17 años (sic!). Lo que significa que escribió este libro siendo un prodigioso joven adolescente.
El Rab Tsahalón nos ofrece un detalle bastante generoso de la personalidad de Mordejai cuando explica el pasuq איש יהודי היה בשושן הבירה  «Había un hombre judío en la ciudad capital de Shushán» (pag. 27-30 de la nueva edición) .
A continuación voy a explicar, con mis propias palabras, lo que el Rab dice sobre Mordejai.
1. Líder politico.  En primer lugar, Mordejai era el representante del pueblo judío ante el rey Ajashverosh, una misión delicadísima. Me explico: el imperio de Ajashverosh (486-465, antes de la era común) fue el más grande en la historia de la humanidad. Se extendía desde la India hasta Grecia y desde lo que hoy es el sur de Rusia hasta Etiopía. Había cientos de naciones en este gigantesco imperio. Y cada nación tenia su representante en la corte de Ajashverosh. Mordejai representaba a los judíos de TODO el imperio: cientos de miles (o más!). Los Yehudim, como veremos mas adelante, no estaban concentrados en una o dos ciudades, sino que por cuestiones comerciales, estaban esparcidos a lo largo de todo el imperio Persa.  Representar al pueblo judío probablemente incluía temas relacionados con impuestos, asuntos religiosos y temas de seguridad, que seguramente podían afectar la  vida o muerte de miles de Yehudim. Como si esto fuera poco, esta es la época en la que miles de judíos regresaban a Israel con Ezrá y Nejemiá para construir el segundo Bet haMiqdash. Y sufrían el acoso y el boicot político permanente de múltiples enemigos. De manera que «representar a Israel» incluía también representar a no menos de 50.000 Yehudim que vivían allí y estaban en plena reconstrucción de Yerushalayim y el Gran Templo. La responsabilidad de Mordejai era gigantesca.
2. Líder religioso.   Mordejai era también el líder religioso de los judíos de Shushán, que era que la capital del imperio Persa, como si fuera hoy en Estados Unidos Washington D.C. Mordejai tenía asignado un lugar oficial en Sha’ar haMelej, la Corte Real, donde se manejaban todos los asuntos de estado, políticos, financieros , judiciales, militares, etc. (y donde también se orquestaban las constantes conspiraciones contra el Rey). Mordejai trataba con los consejeros del Rey y toda la elite política de Shushán. Y todo esto mientras vivía una vida de estricta observancia judía. Como líder religioso, Mordejai era también el «darshán» de la comunidad judía de Shushán (דורש טוב לעמו), el orador, (hoy diríamos rabino) que enseñaba Torá y trataba de alejar a los judíos de la asimilación y de acercarlos a HaShem , etc.
3. El último judío de Shushán.  El Rab Tsahalón explica con una palabrita בעירו «en su ciudad» que a diferencia de los Yehudim que vivan en otras ciudades del imperio que eran observantes, los Yehudim que vivían en la capital estaban muy asimilados. El Rab cita al Midrash que dice que los Yehudim que acudieron a la fiesta que Ajashverosh organizó para los habitantes de Shushán no observaban el Kashrut. Y si bien no eran idolatras (o sea, no se convertían a otra religión), tampoco se oponían a su práctica. Por ejemplo,  si había una procesión de abodá zará (idolatría) y todos los habitantes de Shushán se arrodillaban en su honor,  los Yehudim de Shushán no tenían problema en participar activamente de este evento. En ese sentido, eran ya más «persas» que judíos…  El Rab Tsahalón explica que la expresión «»איש יהודי היה»  no debe ser entendida únicamente como «Había un hombre judío…» sino también como «Quedaba un solo hombre judío que no se había asimilado en la ciudad de Shushán.»   De no ser por Mordejai la asimilación hubiera terminado con los judíos cosmopolitas de la capital del imperio.
(Continuará…)
RELATED ARTICLES