miércoles, octubre 22, 2025
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EQUEB: La tierra de leche, miel y gas natural

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En nuestra Parashá, Equeb, Moshé se dirige a los futuros soldados judíos, los alienta y les asegura que no deben tener miedo de enfrentar a los enemigos que están en Canaán, porque ה׳ estará con ellos en la batalla. Pero no solo les habla de la guerra. También les dice que la tierra que van a heredar es una tierra excepcional: “Una tierra en la cual no comerás pan de pobreza; una tierra donde materialmente no te faltará nada” (Debarim 8:9).
La Torá describe esta abundancia en detalle: “Tierra de trigo y cebada, de uvas, higueras y granadas, tierra de olivos y miel” (Debarim 8:8). Los famosos siete frutos de Israel son símbolos de fertilidad, prosperidad y especialmente de DIVERSIDAD.

Pero esta hermosa promesa bíblica ¡no se concretizó durante siglos! Por milenios, la Tierra de Israel fue sinónimo de pobreza. Basta con leer las cartas del Rab Obadiah de Bertinoro sobre Jerusalem para sentir la miseria de su tiempo (ver aquí https://www.halaja.org/2022/01/el-rab-obadia-de-bertinoro-1455-1515-y-la-yeshiba-de-yerushalayim/), o los relatos del escritor americano Mark Twain en 1867 describiendo a Palestina como una tierra desolada, árida y estéril, ¡totalmente opuesta a la utópica tierra que prometía la Biblia! Incluso hace apenas 30 o 40 años, Israel era todavía un país de ingresos medios, con dificultades macroeconómicas, y con una sola fruta característica: las naranjas “Yaffa”.

Pero hoy la realidad es otra. La abundancia, la calidad y la variedad de alimentos en los supermercados de Jerusalem es superior a la de los supermercados de Nueva York, por ejemplo, o de cualquier otra ciudad que yo conozca. La variedad y el surtido de quesos, yogures, vinos, crackers, frutas y verduras frescas… en Israel, B”H, es mucho mayor que la de la mayoría de los países del mundo. No existe en el mundo, creo, la variedad de alimentos que se sirven en un desayuno en un hotel de Israel. La comida es más sabrosa y más natural.
Cada vez que noto este detalle, ¡me maravillo! Y me despierto. Y me doy cuenta de que no puedo dar por sentado este “MILAGRO”: que luego de milenios de precariedad, tenemos el inmenso mérito de ver con nuestros propios ojos ¡la abundancia que Dios le prometió a la tierra y al pueblo de Israel en nuestra Parashá!
Pienso en nuestros antepasados, que vivieron resignados a la pobreza y el exilio, y habrán pensado que la “abundancia bíblica” era una fantasía, una utopía o una metáfora. No creo que se hayan atrevido a soñar con lo que yo puedo ver hoy.

RIQUEZAS NATURALES
Pero la Parashá no se limita a hablar de la abundancia solo en términos de alimentos. La Torá también menciona los múltiples recursos naturales de Israel, casi todos ellos “escondidos”, ocultos bajo la superficie o dentro de las montañas. “Tierra donde abundan los manantiales y las aguas profundas que brotan en los valles y en las colinas… rocas de hierro y colinas de las cuales extraerás cobre” (Debarim 8:7-9).
Israel siempre fue considerado un país “SIN RECURSOS NATURALES”. Sin ríos caudalosos como el Nilo en Egipto, o el Tigris y el Éufrates en Mesopotamia. Y ni siquiera tiene petróleo, como sus vecinos del Medio Oriente.
Me acuerdo de un horrible chiste, posiblemente de hace 40 años: “Dios quería que Moshé llevase al pueblo a ‘Canadá’ —una tierra rica, con los mayores recursos naturales del mundo—, pero Moshé tartamudeó y en lugar de decir ‘Canadá’ le salió ‘Cana-a-an’. Y así llegaron a Israel, una tierra pobre y sin recursos. (Fin del chiste).”
Hace cuatro décadas, esta broma parecía tener razón. Y era una ironía; una decepción de proporciones bíblicas: ¿Dónde están los tesoros naturales ocultos de la tierra prometida? ¿Por qué el Todopoderoso le da a Su pueblo una tierra sin riquezas naturales?

BAJO DEL MAR
Sin embargo, en las dos últimas décadas ocurrió lo impensado, un MILAGRO. Bajo el lecho marítimo de Israel, en el Mediterráneo, se descubrieron gigantescos yacimientos de gas natural, incomparables con cualquier otro país del Medio Oriente o con costa en el Mediterráneo, con producción prácticamente ilimitada y de menor impacto ambiental que el petróleo.
De pronto, Israel, el país pobre en recursos, resultó estar sentado sobre un tesoro escondido que durante miles de años estuvo esperando para producir sus riquezas en esta época milagrosa. Israel es el país más rico en gas natural de todo el Medio Oriente.

Y ahora les cuento algo extraordinario: este 7 de agosto pasado se firmó el contrato económico de exportación más alto en la historia de Israel: la venta de 35 MIL MILLONES DE DÓLARES en gas natural a… ¡EGIPTO!
Cito a la prensa israelí esta semana: “El mes pasado se cerró un acuerdo de venta de gas del yacimiento Leviatán en aguas territoriales israelíes. Los tres socios son: la empresa estadounidense Chevron, que posee el 39.66% del yacimiento; la empresa israelí NewMed Energy, que posee la mayoría con un 45.34%; y Ratio, también de Israel (15%). Se trata del acuerdo de exportación más grande en la historia del país hasta ahora, por un valor de 35 mil millones de dólares, para la venta de gas natural desde el yacimiento Leviatán hacia Egipto. El acuerdo fue firmado con la empresa egipcia Dolphinus Holdings, intermediaria del gobierno. La duración del acuerdo: 15 años.”
Que esto ocurra justamente con un país árabe vecino y hostil a Israel es increíble. Este acuerdo con Egipto, irónicamente, solventa los gastos de la guerra en Gaza (estimados en 20 mil millones de dólares).
Es muy importante también desde el punto de vista geopolítico, ya que estabiliza a la región. ISRAEL se ha transformado en el LÍDER REGIONAL DE RECURSOS NATURALES DEL MEDIO ORIENTE: Egipto depende energéticamente de Israel y Jordania depende del agua de Israel. ES VERDAD, ¡AUNQUE USTED NO LO CREA Y NO LO ESCUCHE EN LOS MEDIOS! que solo traen las malas noticias de Israel.

BENDICIONES A PRUEBA DE GUERRA
Lo más asombroso es que Israel prospera “A PESAR DE ESTAR EN GUERRA”, a pesar del antisemitismo global, a pesar de los boicots, a pesar de los embargos, de las permanentes condenas de las Naciones Unidas, a pesar de las amenazas de países amigos como Francia, Inglaterra, Australia y Canadá, etc., y de las interminables campañas difamatorias.
En agosto de 2025, Bloomberg informó que la Bolsa de Tel Aviv fue la que más creció en el mundo en lo que va del año: un aumento del 21.3% en el primer semestre. Más del triple que el S&P 500, que solo subió un 6%. Ningún otro país de la región mostró algo similar: la economía de Turquía, Egipto, Líbano, Irán… está en caída libre. Israel debería estar en una situación similar a Ucrania, otro país en guerra, pero milagrosamente, está mejor que nunca: ENTRE 2022 Y 2025 EL PBI DE ISRAEL SUBIÓ ALREDEDOR DE 9.6% EN TOTAL, MIENTRAS QUE EL DE UCRANIA CAYÓ CERCA DE 21% EN EL MISMO PERÍODO. Ucrania depende casi totalmente de la ayuda internacional (Estados Unidos, la Unión Europea y el FMI) para sostener su presupuesto y las funciones básicas del Estado.

LOS RIESGOS DE LA ABUNDANCIA
Para finalizar, la Parashá nos advierte que cuando disfrutamos de las bendiciones divinas podemos correr el riesgo de olvidar la fuente de todo, de normalizar nuestras bendiciones y no darnos cuenta de dónde están llegando. “Ten cuidado de no olvidar a ה׳ tu Dios… No sea que cuando comas y te sacies, cuando edifiques tus casas y prosperes, se enorgullezca tu corazón [y pienses que todo lo que tienes es solo gracias a tu propio esfuerzo e inteligencia], y te olvides de ה׳ tu Dios…” (Debarim 8:11-14).
Somos una generación privilegiada. Vemos con nuestros ojos el renacimiento de la promesa bíblica: la bendición de los frutos de la tierra, la riqueza de los recursos naturales y la increíble prosperidad en medio de la adversidad. Que la abundancia no nos haga olvidar de QUIÉN es la fuente de todo lo que tenemos y disfrutamos.

SI MOSHE NOS HUBIERA LLEVADO A CANADA EN LUGAR DE ISRAEL….

Canadá es conocido como uno de los países con más recursos naturales del mundo. Tiene enormes reservas de petróleo y gas —especialmente en Alberta, con las famosas arenas bituminosas—, es líder en minerales estratégicos como níquel, potasio, oro y uranio, y posee vastas áreas de bosques que alimentan su poderosa industria maderera. Además, cuenta con abundante agua dulce y es un gran productor de energía hidroeléctrica. A simple vista, todo esto debería convertirlo en un país de crecimiento económico sólido y sostenido.
Sin embargo, cuando comparamos la evolución reciente de la economía de Canadá con la de Israel, encontramos diferencias muy notorias.
En 2025, la Bolsa de Tel Aviv se colocó entre las de mayor crecimiento en el mundo: subió alrededor de 20% en el primer semestre, incluso en un contexto de guerra y de tensiones internacionales. En contraste, la Bolsa de Toronto aumentó apenas un 10%, reflejando un crecimiento mucho más moderado.
En la economía real la brecha es aún más evidente. Israel, en guerra y bajo enormes presiones externas, registró un crecimiento del 3,3%. Canadá, en cambio, con toda su riqueza en materias primas, se desaceleró hasta un 1%, mostrando señales claras de estancamiento .
El desempleo también refleja esta diferencia. En los últimos meses Canadá perdió decenas de miles de puestos de trabajo y su tasa de desempleo subió al 6,9%. Por el otro lado, Israel logró mantener un mercado laboral sólido, incluso en medio de la guerra en Gaza y bajo amenazas regionales constantes.
Israel avanza con paso firme, sorprendiendo al mundo con su capacidad de crecer en condiciones adversas, mientras que Canadá se estanca y retrocede, a pesar de sus increíbles riquezas naturales.

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