LOS ULTIMOS DETALLES DEL MISHKAN
Dios le ordena a Moshé que haga un censo de la población de todos lo hombres adultos a través de la recolección de una moneda de medio siclo de plata por cada individuo. La plata recolectada se funde y se convertirá en las basas que sostendrán las vigas del Tabernáculo. Dios instruye a Moshé que haga una fuente de cobre para el Tabernáculo. Los sacerdotes usan esta fuente para lavarse las manos y los pies antes de su servicio. Dios le transmite a Moshé cómo hacer el aceite consagrado para la unción. Este aceite, que se prepara con diversas hierbas aromáticas y especias finas, se usa para ungir y así santificar el Tabernáculo, sus utensilios, y también para consagrar a Aarón y sus hijos como sacerdotes. El resto del aceite se aparta y se utilizará para ungir a los reyes y sumos sacerdotes de las generaciones futuras.
Dios también le transmite a Moshé la fórmula para preparar el incienso que se ofrecía dos veces al día en el Tabernáculo. También se aclara que está prohibido reproducir esta receta del aceite de la unción (shemen hamishjá) o de del incienso (quetoret) para uso personal. La Torá nos cuenta que Dios inspira a Betzalel con sabiduría Divina y lo asigna como el principal artesano del Tabernáculo y de sus utensilios y artefactos. Dios nombra a Aholiab como su asistente. Finalmente, Dios instruye al pueblo judío a que observe el Shabbat, y que este será la señal eterna entre Él y los Hijos de Israel.
EL PECADO DEL BECERRO DE ORO
Después de que Dios se revela a toda la nación en el Monte Sinaí y les transmite los Diez Mandamientos, Moshé asciende a la montaña donde permanece durante cuarenta días. En la montaña Moshé aprende la Torá y recibe las Tablas. Los judíos calculan mal el dela de regreso de Moshé y cuando no aparece el día en que lo esperan, se impacientan, suponen que Moshé ha muerto y le exigen a Aharón que les haga un ídolo que los guíe. Aharon coopera con el pueblo para ganas tiempo hasta el regreso de Moshé, pero a pesar de sus esfuerzos, un ídolo con la forma de becerro de oro emerge de las llamas. A la mañana siguiente la gente celebra al nuevo ídolo con libertinaje y actos de promiscuidad. Al enterarse, Moshé le reza a Dios que perdone el pecado de los judíos. Dios escucha la plegaria de Moshé y decide no aniquilar a los judíos. Moshé baja con las Tablas, y cuando ve la fiesta idólatra rompe las Tablas de la Ley. Moshé exhorta a la tribu de Levi a castigar a los principales infractores. 3.000 instigador son ejecutados ese día.
MOSHE PIDE PERDON
Moshé asciende nuevamente al monte Sinaí, en un intento por obtener la expiación completa por el pecado del becerro de oro. Dios le dice a Moshé que los judíos seguirán dirigiéndose hacia la Tierra Prometida, pero que Él nos los guiará de manera directa sino a través de un “ángel” (o intermediario).
Moshé levanta su propia tienda fuera del campamento israelita. Esta carpa, Ohel Mo’ed, se convierte en el centro de estudio y espiritualidad hasta la inauguración del Tabernáculo.
Allí Moshé le pide a Dios que los perdone y reconsidere dirigir al pueblo directamente y Dios nuevamente accede a la plegaria de Moshé, y la presencia de Dios se manifestará exclusivamente en el pueblo de Israel.
Moshé le solicita a Dios comprender Su gloria (esto es, comprender los caminos de Dios, como por ejemplo, porque a veces los justos sufren los mismos castigos que los malvados). Dios le dice a Moshé que él nunca podrá comprender a Dios de una manera directa.
LAS NUEVAS TABLAS
Dios le dice a Moshé que talle unas Tablas nuevas en las que Dios grabará nuevamente los Diez Mandamientos. Moshé lleva las nuevas tablas al monte Sinaí, donde Dios revela Su gloria a Moshé mientras proclama Sus Trece atributos de perdón y compasión (que recitamos en el día que invocamos el perdón divino: Yom Kippur). Dios establece un pacto con Moshé, asegurándole nuevamente que Su presencia morará con el pueblo judío y concediendo así su absolución.
AL LLEGAR A LA TIERRA PROMETIDA…
Dios informa al pueblo judío que expulsará a los habitantes de la tierra de Canaán delante de ellos y les indica que al establecerse en Israel deberán destruir todos los vestigios de idolatría de la tierra y deberán abstenerse de hacer pactos con los idólatras. No harán imágenes de fundición (como el becerro de oro). Y deben observas las tres fiestas de peregrinación (Pésaj, Shabuot y Sucot). Los judíos uno podrán consumir Jametz, el pan egipcio, durante Pésaj y en recordación a la última de las 10 plagas, deben consagrar a los primogénitos varones y al ganado al servicio Divino. También indica que no cocinen carne junto con la leche.
LUZ EN EL ROSTRO DE MOSHE
Moshé desciende del monte Sinaí con las segundas tablas, y sin que él lo note un hálito de luz se proyecta en su rostro. Aharón y el pueblo temen acercarse a Moshé. Moshé le enseña al pueblo la Torá que aprendió cuando estuvo en la montaña y usa un velo en su rostro, excepto cuando habla con Dios y cuando repite las palabras de Dios al pueblo de Israel.