sábado, abril 20, 2024
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La Jelbená del Quetoret y las notas del perfume Chanel Nro 19

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Dios le dijo a Moshé:  Toma especias aromáticas, gota [de balsamo], uña aromática y gálbano, especias y resina pura; en una medida equivalente (Ex. 30:34)

IDENTIFICANDO A LA JELBENA 

La Torá menciona por su nombre 4 de las 11 especias aromáticas que se usan en la elaboración del Quetoret, el incienso que cada día impregnaba al Bet haMiqdash con un deliciosos perfume. Este incienso se ofrecía (haqtará) en el Templo dos veces por día: por la mañana y por la tarde. La fórmula, que consistía en un preparado de las 11 especias ultra m olidas y mezcladas, se elaboraba una vez por año (pitum haquetoret). Previamente mencionamos las 2 primeras especies que hacían parte del Quetoret: el Tsorí y el Tsiporen (ver abajo). La tercera especie que menciona la Torá para la preparación del Quetoret es la Jelbená.

Como hemos visto que ocurre con las otras especies, los rabinos (rishonim) no siempre están de acuerdo con la identificación de estos elementos. En su libro Shilté haGuibborim, una obra monumental dedicada enteramente a todos los temas del Bet haMiqdash, el rab Abraham Portaleone (1542-1612) analiza lo que otros sabios antes que él escribieron sobre la Jelbená y concluye que en su opinión se trata de la planta conocida como «gálbano». Previamente menciona la opinión de Maimónides, quien dice que la Jelbená es una resina de consistencia melosa y color oscuro (debash shajor) y que posee una fragancia fuerte. El árbol que menciona Maimonides, del cual se extrae la Jelbená, se llama en árabe Mei’a  y se encuentra particularmente en Grecia.   

HUELE MAL…. ¡A MENOS QUE LO MEZCLES!

El rabino Portaleone hace algo que no suele hacer: rechaza la opinión de Maimónides. ¿Por qué? En primer lugar, identifica el árbol al que se refiere Maimónides, mencionando su nombre en latín “liquidambar orientalis”. Luego, explica que ese no puede ser el árbol de Jelbená, entre otras razones, porque los Sabios del Talmud dejaron muy claro que todas las especies que se usaban para hacer el Quetoret tienen un aroma muy agradable, con una sola excepción: la Jelbená. Y la savia del “liquidambar orientalis” huele muy bien. Su candidato para Helbena es entonces el gálbano. Primero porque el nombre (helbena, gálbano) da fe del origen similar, lo que hace mucho más segura la identificación. En segundo lugar, el rabino ofrece una serie de evidencias y testimonios que ayudan a identificar la Jelbená con el gálbano. Una de las evidencias que trae es que en el bosque, la gente quema gálbano por la noche para defenderse de los animales salvajes.  El olor del gálbano quemado es tan malo que ahuyenta a las serpientes y otros animales peligrosos. También dice que si una persona frota un poco de gálbano en su cuerpo, el mal olor de esta planta lo protegerá de las picaduras de insectos (ver el análisis completo sobre la Jelbená en Shilte haGibborim, Makhon Yerushalayim edition, 2009, par. 347-348).

USOS MODERNOS DEL GALBANO

Como bien explicaron los rabinos, cuando el gálbano se usa o se quema solo, produce un olor muy desagradable, pero cuando se lo agrega a otras sustancias aromáticas, el gálbano actúa como un catalizador y, de hecho, aumenta la fragancia de las otras especies creando un olor agradable y duradero.  El gálbano se obtiene como resina a partir de su flor. Esta resina tiene una consistencia pegajosa y gomosa y un fuerte olor agrio, y al parecer la planta es originaria de Persia. Esta  planta perenne puede crecer hasta cuatro metros de altura. El olor fuerte, agrio pero distintivo del gálbano todavía se usa hoy en día en la industria del perfume contemporáneo. Fragancias como «Must» de Cartier, «Vent Vert» de Balmain, «Vol De Nuit» de Guerlain, Silver Mountain Water de Creed y Chanel No. 19.

LA LECCIÓN DE LA JELBENA

Los Sabios aprendieron y nos enseñaron una gran lección a partir de la inclusión de la Jelbená entre los elementos del Quetoret. Desde tiempos bíblicos se ha establecido que cuando una comunidad judía sufre alguna calamidad, como epidemias o sequías severas, se declaran días de oración y ayuno comunitario. Estos ayunos se mantienen los lunes y jueves, hasta que la situación mejora. En el tratado de Keritot 6b los Sabios establecieron una regla muy interesante respecto a quién debe participar en estas oraciones públicas. Dijeron que estas oraciones comunitarias no pueden ser dichas exclusivamente por los miembros más piadosos de la congregación. De hecho, dijeron que si estos ayunos comunitarios no incluyen entre sus participantes a los «pecadores» y «rebeldes» del pueblo judío, el ayuno no cumple su propósito.

כל תענית שאין בה מפושעי ישראל אינה תענית שהרי חלבנה ריחה רע ומנאה הכתוב עם סממני הקטורת

La fuente que utilizaron los Sabios para esta idea de inclusión es la presencia de la agria Jelbená entre las dulces especias aromáticas del Quetoret. La Jelbená por sí sola tiene un olor amargo y desagradable, pero cuando se la incluye, saca lo mejor de todas las demás especias. No todos los judíos son perfectos, pero todos necesitan estar representados. La palabra TZIBUR en hebreo “congregación”, esconde un acróstico con las tres categorías de Yehudim que componen una congregación: צבור: צ = צדיקים, ב = בינונים, ור = שעים “ Los justos; los individuos de un nivel de observancia medio; y los transgresores»

La fragancia de una comunidad -su nivel espiritual- no será el ideal  si no trata de acercar a los que se han descarriado y que debemos ayudar a que vuelvan a ser parte de la congregación a través del arrepentimiento «teshubá». Cuando vemos a todos los individuos de Israel como miembros de un mismo pueblo, esa unión nos fortalece y nos hace dignos de la atención y la bendición de HaShem.

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