6. Tener presente a Dios en las buenas y en las malas

Para hablar de la Emuná de Yosef debemos aclarar primero  la noción de Emuná.  Emuná se traduce generalmente como «fe», y se entiende como «creer» en la existencia de D-s.  La Emuná de Yosef, y la Emuná de un Yehudí, como explicaremos en las próximas lineas, va mucho mas allá de ese tipo de «Fe».  Emuná consiste en TENER presente a D-s, HACERLO presente en nuestras vidas.
Ahora vamos a hablar de Yosef.  Hay una diferencia fundamental entre Yosef y sus antepasados.  HaShem habló, se comunicó de una manera directa, con Abraham, con Isaac y con Ya’aqob. Pero HaShem nunca habló «directamente» con Yosef. Por otro lado vemos que HaShem estaba muy cerca de Yosef. La Torá nos cuenta (Gen. 39:23) que gracias a la intervención Divina Yosef prosperó en todos sus emprendimientos  ואשר הוא עושה ה’ מצליח .
Ahora, bien ¿cómo logró Yosef que HaShem esté cerca de él, si HaShem no hablaba directamente con él?
HaRambam, Maimónides, describe de una manera absolutamente sencilla pero muy profunda cuál es el secreto para que HaShem esté con nosotros. Dice Maimónides que HaShem estará tan cerca de nosotros como nosotros estemos de Él.  Cuando pensamos en HaShem, Su Presencia, por decirlo de alguna manera, se sincroniza con nuestro pensamiento.
En todas las circunstancias que le tocó vivir, Yosef siempre tuvo a HaShem en su mente.
Yosef tuvo presente a HaShem cuando fue provocado por la esposa de Potifar (Gen. 39:9). Como explican nuestros Jajamim, en ese momento Yosef vio la imagen de su padre, que le recordaba que lo que podría pasar con la esposa de Potifar, no seria correcto a los ojos de HaShem.
En los peores momentos de su vida, cuando estuvo preso por un crimen que no cometió, y sin ninguna esperanza lógica de salir de allí, Yosef no abandonó a HaShem. Muchas personas posiblemente no hubieron persistido en su Emuná en la circunstancias de Yosef. ¿Por qué? Porque cuando alguien está muy mal, y especialmente cuando uno es víctima de una injusticia,  puede pensar que HaShem lo abandonó, o que D-s no existe, ח»ו . Pero Yosef perseveró. Tuvo a HaShem presente y no dejó de pensar en Él y mencionarlo (40:8).
Por el otro lado, cuando Yosef ve que llega su hora de éxito e interpreta efectivamente los sueños del Faraón, también menciona a haShem (Gen. 41:32) Cualquier otro individuo se hubiera jactado de poseer una gran sabiduría o superpoderes. Pero Yosef tuvo presente a HaShem y le atribuyó a Él la interpretación.
Y cuando Yosef finalmente triunfó, también siguió pensando en HaShem. Yosef tuvo presente  y mencionó a HaShem cuando perdonó a sus hermanos (50:19,20).
Este es probablemente el logro más importante en la Emuná de una persona: tener presente a HaShem cuando uno es rico y está sano. Muchas personas fallan en el desafío de la riqueza y el bienestar. Se olvidan de HaShem porque sienten que ya no lo necesitan  ח»ו. Nuestros jajamim nos advirtieron sobre este fenómeno cuando nos dijeron  que «el desafío de la riqueza (tener presente a HaShem cuando es rico) es más difícil  que el desafío de la pobreza גדול נסיון העושר מנסיון העוני.
Ahora podemos entender mejor por qué la Torá dice que HaShem estaba con Yosef: HaShem estaba junto a Yosef porque Yosef tenía a HaShem en su mente en todo momento.
De Yosef aprendemos también que si alguna vez sentimos que HaShem está lejos de nosotros es porque seguramente nosotros nos hemos alejado de Él.
 
SHABBAT SHALOM!
Rab Yosef Bittón
Comunidad Ohel David UShlomo
710 Shore Boulevard, Brooklyn, NY.
לע»נ עופר בן ארי והרב ראובן בילמאכר
Lamentablemente, en los últimas semanas, escuchamos casi a diario muy malas noticias sobre nuestros hermanos de Erets Israel.   La maquinaria asesina del enemigo no cede y hace un par de días, en el corazón de Yerushalayim, el rabino Reuben Bilmajer הי»ד fue asesinado a sangre fría por dos terroristas palestinos. El Rab Bilmajer era argentino y había hecho Aliya hace unos pocos años con su esposa y sus siete hijos.  Creo que esto, como hispano-parlantes, nos toca muy de cerca.  Es por eso que quiero invitar a los lectores de Halaja of the day a sumarse a una campaña que esta realizando Aish haTora para juntar fondos para la esposa y los hijos del rab Bilmajer.  En este link  está toda la información necesaria para hacer una donación.
TIZKU LAMITSVOT!!!!



1. La paciencia, como expresión de la fe

 
Yosef fue vendido en Egipto como esclavo. Llegó sin nada a un país extraño, con una lengua que él no conocía.   En su primer trabajo, en la casa de Potifar, Yosef triunfó. Potifar se dio cuenta que el esclavo que había comprado no era útil sólo por trabajos manuales. Yosef también tenía cabeza. Era un gran administrador. Y algo más. Yosef inspiraba confianza. Potifar dejó toda la administración de su casa, de sus bienes y hasta de sus otros esclavos en las manos de Yosef.  En la casa de Potifar, no había nadie encima de Yosef.  Estaba todo bajo su control.  Aparentemente Yosef había encontrado su destino final. Ser un esclavo exitoso.  Este sería su cargo por el resto de su vida: capataz de la hacienda de Potifar.  Dada las circunstancias, no era poca cosa. Habiendo comenzado como un esclavo común, era imposible llegar más alto…
Pero las cosas comienzan a empeorar para Yosef.  La esposa de Potifar lo provoca. Pero Yosef no sucumbió y con mucha sutileza, pero con firmeza, rechazó sus avances. Le explicó que eso estaría muy mal respecto a su marido y por sobre todo, respecto a D-s «Cómo podría hacer yo algo tan malo y pecar así contra D-s» (Gen. 39:9).
La mujer de Potifar no tomó muy bien el rechazo de Yosef y lo acusó falsamente de haber querido abusarse de ella.  Potifar aparentemente no le creyó a su mujer. Ya que de haberle creído hubiera matado a Yosef en el acto.  Potifar decide entonces enviar a Yosef al calabozo. La situación de Yosef es ahora desesperante. Su condena no es por un par de años, es de por vida.   Yosef está en el nivel más bajo que un ser humano podía estar en Egipto.  La vida de los esclavos en Egipto no tenía ningún valor. Probablemente un caballo valía más que un esclavo. Imaginemos entonces lo que valía la vida de un esclavo en prisión… Ahora sí: más bajo no se puede llegar.
En la cárcel Yosef también inspira confianza. El jefe de la cárcel, al igual que Potifar, identifica los talentos de Yosef. Y al igual que Potifar, deja en manos de Yosef la administración de la cárcel.
Yosef tiene una oportunidad. Dos presos VIP, ministros del Faraón, sueñan unos extraños sueños.  Yosef, que del tema sabía mucho, interpreta sus sueños. Y le anuncia a uno de los dos ministros, el que se encargaba de toda la parte de bebidas del Faraón, que iba a ser liberado y restablecido en la corte. Yosef ve en esta circunstancia fortuita una oportunidad para salir de la cárcel. Y le pide al ministro que cuando esté libre, por favor se acuerde de él y lo ayude a salir de la cárcel, ya que él, Yosef, es inocente.   Pero el ministro no sólo que no se acuerda de Yosef, sino que conscientemente borra a Yosef de su memoria.
Y aquí comienza la primera lección de Yosef y la primera clave de su éxito: La paciencia (más adelante entenderemos que la paciencia de Yosef es una función de su Emuná).  Como sabemos, Yosef llegará muy, pero muy alto. Hasta la posición más alta que se podía llegar en Egipto. Pero había que esperar. Tocar fondo.   En el momento que el ministro sale de la cárcel, Yosef  deseaba con toda su alma que el ministro se acordara de él y lo viniera a salvar «YA».  Pero pensemos: ¿Qué hubiera pasado si los deseos de Yosef, milagrosamente se hubieran cumplido?  ¿Qué hubiera sido de Yosef si un día después de que el ministro es liberado, lo manda a sacar a Yosef de la cárcel? Yosef, sin dinero, sin familia y con el prontuario de un ex-esclavo ex-convicto no podría haber llegado muy lejos…. Si en ese momento HaShem hubiera escuchado los ruegos de Yosef y hubiera hecho un milagro para que saliera de la cárcel, Yosef nunca habría llegado donde llegó.
La primera clave del éxito de Yosef consistió en cultivar la paciencia, con Emuná.   Las cosas no siempre salen exactamente como nosotros queremos que salgan. Pero muchas veces, después de un tiempo nos damos cuenta que «gracias» a que las cosas no salieron como uno lo hubiera querido, ahora pueden salir mejor.  Todas las experiencias negativas que vivió Yosef, todo lo que lo hizo llegar más y más bajo, hasta el punto de la desesperación, fueron necesarias para llegar hasta la cima.
Pero había que tener paciencia para descubrir esto desde la correcta perspectiva. A su debido tiempo.
(Continuará B»H mañana)