RESUMEN DE LEJ LEJA

ABRAM LLEGA A CANAAN

Dios le ordena a Abram que deje la tierra de sus padres y que se traslade a la tierra que Él le mostrará. Dios promete convertir a Abram en el patriarca de una gran nación. Abram obedece y se muda a Canaan (Israel) llevando con él a su esposa Saray y a su sobrino, e hijo adoptivo, Lot. Una vez que Abram llega a Canaan, Dios le promete que le dará esa tierra a sus descendientes. Abram, a sus 75 años, todavía no tenía hijos.

EGIPTO
Abram busca establecerse en Canaan, pero una gran hambruna, producto de la sequía, lo obliga a trasladarse a Egipto, donde hay comida. Cuando llega, y por temor a que los egipcios lo maten para tomar a Saray, pretende ser su hermano. Tal como Abram lo sospechaba, debido a su extraordinaria belleza, Saray es llevada por la fuerza al Faraón. Pero Dios castiga al Faraón y a los miembros de su palacio con plagas, lo que lleva al Faraón a liberar apresuradamente a Saray y a recompensar a Abram con generosas riquezas «por las molestias causadas». Abram regresa a Canaan con Saray sana y salva y con una gran fortuna.

LOT LLEGA A SEDOM
Lot también hizo fortuna en Egipto y nos cuenta la Torá que los pastores de Lot se peleaban con los pastores de Abram por cuestiones de territorio. Abram le ofrece a Lot separarse y Lot entonces se traslada a la ciudad de Sodoma, que era famosa por sus despiadados e inmorales habitantes. Dios le vuelve a prometer a Abram que sus descendientes heredarán esa tierra y que llegarán a ser tan numerosos como el polvo de la tierra.

LA GUERRA Y EL BOTÍN
La tierra de Canaan es invadida por varios reyes del medio oriente que peleaban entre sí. Los reyes arrasaron con la región de Sodoma y se llevaron cautivos, entre ellos a Lot. Al enterarse, Abram arma un ejército de más de 300 hombres, derrota al contingente que llevaba a los cautivos, los libera y le devuelve a botín al rey de Sodoma. El rey le agradece por los cautivos y le ofrece a Abram quedarse con el botín de la guerra. Pero Abram rechaza la generosa y merecida oferta argumentado que no quería que ningún hombre dijera» “yo fui quien hizo rico a Abram”. La intención  de Abram es que su riqueza y su bendición sea atribuida únicamente a Dios.

LA PROMESA MÁS HERMOSA
Dios le habla nuevamente a Abram y le promete que será recompensado por su rectitud. Por primera vez, Abram menciona entonces que no tiene hijos y le pregunta a Dios ¿quién me heredará entonces,  si a mi avanzada edad todavía no tengo ni un solo hijo? Dios le asegura a Abram que tendrá un hijo y le promete que sus descendientes serán tan numerosos como las estrellas del cielo. Dios y Abram celebran un pacto como testimonio de que en un futuro sus descendientes heredarían la tierra de Israel. Pero que primero serán exiliados y sufrirán la esclavitud y recién despues regresarán y heredarán la tierra de Canaan.

ADAPTAR AL HIJO DE HAGAR
Al ver que no podía tener hijos con Abram, Saray sugiere que Abram tuviera un hijo con su sierva egipcia, Hagar. Hagar quedo embarazada  y entonces comenzó a ser despectiva con Saray, quien respondió con mano dura, e hizo que Hagar se escapara de allí. Un ángel animó a Hagar a regresar a la casa de Saray, prometiéndole que su hijo se convertiría en una gran nación. Hagar obedeció y regresó y al poco tiempo dio a luz a Yshmael.

CAMBIOS Y MÁS CAMBIOS
Dios agregó la letra hebrea “HE” ה al nombre de Abram, convirtiéndolo de ahora en más en “Abraham”, que significa: el Padre de numerosas naciones. Dios hace otro pacto con Abraham y sus descendientes: la circuncisión de todos los niños varones a los ocho días. El nombre de Saray es reemplazado por Sara, que significa “Princesa”, en el sentido de Matriarca.

Dios le promete a Abraham que tendrá otro hijo, pero esta vez de su propia esposa Sara.
A la edad de 99 años, Abraham se circuncida a sí mismo, a su hijo Yishmael y a todos los miembros de su hacienda.




RESUMEN DE HAAZINU

La Parashá de la Torá que leemos esta semana, Ha-azinu, es un poema de Moshé Rabbenu. Este poema es de carácter profético ya que advierte –o anticipa– lo bueno y lo malo que les sucederá a los judíos a lo largo de su historia si no siguen el pacto que establecieron con Dios. Moshé invoca al cielo y a la tierra como testigos eternos de esta profecía. En este poema, el cielo y la tierra comienzan alabando a Dios, declarando que Él es justo y que sus hijos, el pueblo judío, causan su propia miseria al olvidar y abandonar a Dios. Y especialmente por no ser agradecidos y deliberadamente ignorar que Dios es la fuente de todas nuestras bendiciones. Moisés suplica a los israelitas que contemplen la historia y nunca olviden cómo Dios protegió a Israel en el desierto como un águila cuida de sus crías. Dios los establecerá en la tierra prometida donde no les faltará nada. Pero como sucede a veces sucede con un niño que recibe todo de sus padres, el pueblo de Israel ignora a Dios, y hasta se rebela contra y lo abandona. Irónicamente, esto sucede no porque no tienen lo suficiente sino  porque ahora tienen tanta abundancia que sienten que ya no «necesitan» a Dios. Ahora buscarán falsos dioses de pueblos paganos que que son adorados a través de entregarse al placer, la promiscuidad y el lujo.   Dios se indignará por esta falta de gratitud por parte de sus hijos y como consecuencia «ocultará Su Rostro», es decir, suspenderá su protección especial sobre los judíos. Los pueblos paganos entonces invadirán la tierra y no habrá quien los detenga. El pueblo judío será exiliado y se encontrará al borde de la extinción. Y en ese momento, el pueblo judío pensará erróneamente que todo esto les sucede porque «Dios no existe».

Dicho sea de paso: Este poema representa un testimonio profético: saber que cuando Israel no está protegido, es porque han abandonado a su Protector y se han alejado de Él. Sin embargo, también anticipa este poema, llegará el momento en que Dios redimirá a Israel y castigará a las naciones que hicieron sufrir a su amado pueblo. Israel entonces regresará a Dios y cantará sus alabanzas de gratitud al Creador.

En la última parte de esta corta pero profunda Parashá, Moshé enseña este poema a los judíos. Les ruega que lo aprendan –¿memoricen?- y presten mucha atención al mismo, ya que la Torá no es un texto más, no es un escrito superficial humano sino una Guía Divina que orienta nuestras vidas. Y solo cuando nos aferramos a ella nos fortaleceremos y, con el favor de Dios, tendremos el mérito de vivir en paz y con prosperidad en nuestra tierra Israel.

Dios le dice a Moshé que suba al Monte Nebá. Desde allí, el gran líder de Israel verá la tierra prometida antes de morir.




RESUMEN DE KI TABO

AGRADECIMIENTO

Lo primero que menciona nuestra Parashá es el precepto  de los Bikurim, es decir, llevar las primeras frutas que se cosechan al Templo de Jerusalem.  Este acto de agradecimiento a Dios por la tierra y sus productos se aplica a los siete frutos que caracterizan a la tierra de Israel: trigo, cebada, uvas, higos, granadas, aceitunas y dátiles. Cuando llega al Templo, el campesino judío recita una oración de agradecimiento a Dios, y presenta los frutos a los sacerdotes. Hoy en día, una de las maneras de agradecer a Dios por lo que nos concede, es diciendo las bendiciones por las comidas. Por ejemplo, hay 6 bendiciones que decimos antes de comer. Cada una de estas bendiciones se  refiere a un tipo de comida en particular: 1. Hay una bendición específica para el pan (hamotsí lejem min haarets). 2. Otra exclusivamente para el vino (boré perí haguefen), 3. Otra para los frutos de la tierra (boré perí ha-adama vegetales, hortalizas, legumbres, etc.).  4. Para los frutos de árboles (boré perí haets). 5. La bendición por productos hechos con harina (boré miné mezonot), y por último 6. Por todos los demas tipos de alimento (sheakol nihyiá bidbaró, agua, un caramelo, un helado, etc.) . De esta manera, a través de estas bendiciones continuamos agradeciendo a Dios por el privilegio de tener lo que comer, como lo hacíamos en los días del Templo con los Bikkurim.

COMPARTIR

Luego se mencionan los diezmos, un impuesto del 10%,  que los agricultores judíos debían separar de sus productos. Este diezmo no se entregaba al estado para su redistribución, como los impuestos de hoy en día, sino que era repartido por los campesinos directamente a los sacerdotes, a los levitas y a los pobres. Durante algunos años de la cosecha, uno de los diezmos era llevado a Jerusalem para ser consumido allí por sus dueños. Todas estas reglas para el agricultor concluyen con la declaración de que él había cumplido con todos los deberes del diezmo y con una hermosa plegaria en la cual le ruega a Dios que siga bendiciendo al pueblo de Israel y a su tierra השקיפה ממעון קדשך מן השמים וברך את עמך את ישראל ואת האדמה אשר נתתה לנו כאשר נשבעת לאבתינו ארץ זבת חלב ודבש. «Oh Dios, bendice desde el cielo –Tu santa morada — a Tu pueblo Israel y a la tierra que nos has dado, tal como lo prometiste a nuestros antepasados [que nos concederás] una tierra que mana leche y miel».

EL CUMPLIMIENTO DEL PACTO

Moshé le advierte al  pueblo que observen los mandamientos de Dios, recordándoles el pacto de elección mutua: Israel «eligió» a Dios para ser Su Dios, y Dios ha elegido a Israel para ser Su nación santa y protegida.  Como testimonio del pacto, Moshé instruye a los líderes que tomen unas piedras grandes cuando crucen el río Jordán y que escriban en esas piedras toda la Torá. Otro juego de piedras con la Torá grabada en las mismas también deberá ser erigido en el monte Ebal. Moshé les indica proclamar bendiciones y maldiciones (o advertencias tojajot) en los montes Gerizim y Ebal. Las bendiciones serán concedidas por Dios a todo aquel que observe la Torá, y las maldiciones recaerán sobre aquellos que la abandonen y no se comporten debidamente con Dios y con el prójimo. Los ancianos de la tribu de Leví se pararán entre las dos montañas, y los representantes de seis tribus se ubicaran en cada montaña. Los levitas y los sacerdotes proclamarán entonces las bendiciones y las advertencias al pueblo.

EL INCUMPLIMIENTO DEL PACTO

Luego la Torá dedica un largo texto con la descripción de las penurias y sufrimientos que caerán sobre los judíos si descuidan la observancia de la Torá. La lógica de esta idea es la siguiente: como vimos previamente, Dios se compromete a proteger a Israel mientras israel se comporte como el pueblo de Dios. Si la nación de Israel abandona el pacto y se aleja de Dios, se estará alejando automáticamente de la protección divina, y quedará así expuesta a la merced de sus implacables enemigos, que no tienen compasión por Israel. Estas tragicas cirucntacnias que le tocará vivir a Israel, comenzará con el exilio, cuando la Tierra Prometida «expulse» a sus habitantes judíos. Y este proceso continuará cuando las naciones reciban de mala gana a los refugiados judíos. En muchos casos comenzarán por explotar sus talentos y después se abusarán de ellos, quitándoles el patrimonio y luego la vida. En estas circunstancias el compromiso de protección Divina se limita entonces a la promesa de no permitir que el pueblo judíos desaparezca de la faz de la tierra. Y a recibirlo nuevamente y llevarlo de vuelta a su tierra, cuando recapacite y regrese a Dios [Teshubá]. Todas estas trágicas advertencias ya fueron experimentadas por el pueblo judío a lo largo de su trágica historia y muy especialmente durante la Shoah.

Para concluir y para ilustrar el amparo Divino a israel, Moshé le recuerda al pueblo todos los milagros que Dios ha hecho para con ellos, protegiéndonlos desde el momento de la salida de Egipto hasta ese mismo día.




RESUMEN DE KI TETSE

La Parashá de esta semana, KI TETSE, contiene el mayor número de preceptos de toda la Torá: un total de 74 Mitzvot. Veremos ahora algunos de estos mandamientos.

Continuando con el tema de la semana pasada, se discuten primero las leyes y circunstancias relacionadas con la guerra. Moshé advierte a los soldados acerca de evitar el abuso de una mujer que es tomada como prisionera de guerra (cabe mencionar que no existe ningún precedente de este tipo de leyes tan humanas hacia el enemigo como las que indica la Torá). Si un soldado deseaba a una mujer cautiva, no podía abusar de ella; tenía que casarse formalmente con ella (previa conversión) y no podía maltratarla ni discriminarla en el futuro. Ella debería ser considerada parte de su familia. Tampoco podrá negar los derechos a los hijos de esta cautiva. Por ejemplo, si su primer hijo proviene de ella, no podrá negarles la primogenitura. Todas estas regulaciones estaban destinadas a disuadir al soldado de cohabitar con la mujer cautiva.

Posteriormente, la Torá explica el caso de un hijo que es rebelde y extremadamente violento hacia sus padres, y la eventual posibilidad de que sea ejecutado por sus crímenes contra la sociedad.

Se explican las leyes de ciertas ejecuciones y el respeto que se debe guardar por un cuerpo humano sin vida, incluso el de un criminal; no se podrá exponer, sino que deberá ser enterrado inmediatamente. Lo habitual entre otros pueblos y civilizaciones contemporáneas era exponer los cuerpos de los delincuentes en público, incluso durante varios días, para que el resto de la población escarmentase.

Se describen las leyes de la devolución de artículos perdidos y la asistencia que se debe proveer cuando un animal colapsa bajo su carga. También se prohíbe el travestismo.

Se explica qué hacer cuando uno encuentra un nido de pájaros con huevos o crías.

Se detallan las leyes relativas a las cercas y barandas de seguridad que se deben construir en lugares de riesgo, como una azotea.

Se describe la ley del tzitzit, los flecos en las esquinas de las prendas de vestir.

Se explica el tema de acusaciones de adulterio y de la violación de una mujer comprometida. Se detallan algunos casos de incesto y la penalidad por los mismos. También se habla del Mamzer o hijo ilegítimo: esto ocurre específicamente cuando una mujer casada (o separada de su marido pero sin que se haya realizado el Guet, documento religioso oficial de divorcio) tiene un hijo con otro hombre.

Se describen algunas leyes relativas al matrimonio con personas de otros pueblos y se especifica en qué casos las conversiones están permitidas y en qué casos no.

Se detallan algunas leyes del divorcio y las exenciones militares de un hombre recién casado.

Se mencionan algunos detalles de los préstamos y las garantías colaterales. La Torá enseña al acreedor a ser sensible y compasivo con el deudor.

La Torá también se refiere a las leyes relativas a los trabajadores asalariados y a sus obligaciones y derechos. Por ejemplo, se establece el derecho del trabajador a recibir su salario a tiempo.

La Torá indica que se debe brindar un tratamiento preferencial a las viudas y a los huérfanos. En otras civilizaciones, estos tratos preferenciales estaban reservados para los nobles y la aristocracia. Sin embargo, el Dios de Israel siempre se preocupa por los más débiles.

Se describe la obligación de ser honesto en los negocios y cuidar de que los pesos y las medidas con los que se pesan las mercaderías sean honestos.

Finalmente, la Torá menciona recordar a Amaleq, el arquetipo del antisemita, y nunca olvidar su intención de eliminarnos, como lo hizo cuando salimos de Egipto. Ignorar la vocación antisemita de Amaleq, su odio irracional, puede ser letal para el individuo y el pueblo judío.




RESUMEN DE LA PARASHA SHOFETIM

En esta Parasha, HaShem nos ordena nombrar jueces en todas las ciudades de Israel. Los jueces deben ser justos e imparciales y nunca deben aceptar ningún tipo de soborno.

La idolatría, en todas sus formas, está prohibida y debe ser penalizada con la pena capital. Los sacrificios ofrecidos a Dios deben estar libres de imperfecciones.

Los judíos están obligados a seguir las decisiones del Sanedrín, que es el Tribunal Supremo judío. Rebelarse contra este tribunal rabínico se considera un delito capital.

La Tora proporciona instrucciones sobre las leyes del rey judío. El principio fundamental para el rey judío es que debe actuar sabiendo que Dios es el verdadero Rey de Israel. El rey humano tiene limitaciones para asegurarse de que siempre sea consciente de su verdadero papel. No debe acumular un exceso de caballos, tener una abundancia de mujeres, o amasar una gran riqueza personal. El rey tiene la obligación de escribir su propio rollo de Tora, la constitución del pueblo judío, y llevar esa copia consigo en todo momento (como si, en el contexto actual, se le exigiera al presidente estadounidense llevar una copia de la Constitución estadounidense permanentemente en su bolsillo). Esto asegura que el monarca permanezca humilde y se le recuerde constantemente que su principal deber es observar la Tora y hacer cumplir la Ley de Dios en su dominio.

Los Cohanim son elegidos por Dios para servirle en Su Santuario. «Dios es su herencia», lo que significa que el Bet haMiqdash será «su territorio» (similar a su segundo hogar). Por lo tanto, su tribu, los levitas, no recibirá un territorio específico en la Tierra de Israel como las otras tribus. Entonces, ¿cómo se sustentarán los Cohanim y los Levitas? Los sacerdotes y los descendientes de la tribu de Levi se beneficiarán de una serie de impuestos y diezmos (en hebreo: «dones sacerdotales») que el pueblo les ofrece: ciertas porciones de carne de sacrificios específicos, los diezmos de la cosecha, frutos de la tierra, una parte de la esquila, etc.

La Tora prohíbe estrictamente la adivinación, las prácticas ocultas y las predicciones del futuro. Maimónides sostiene que todas estas prácticas son ilusorias, simples trucos y engaños, ya que los fenómenos paranormales son ficticios y a menudo son manipulados por charlatanes para engañar y explotar a la gente común. En tiempos anteriores, estas prácticas estaban profundamente arraigadas en la idolatría y la cultura pagana. La Tora nos instruye que, en lugar de intentar descifrar el futuro, debemos poner nuestra fe y confianza en el Creador.

Nosotros, los judíos, tenemos el privilegio de ser guiados por la Tora, y también somos bendecidos de que Dios nos envíe a Sus profetas para transmitirnos Sus palabras, como hizo Moshe. Los profetas que Dios envía vienen con la misión de advertir al pueblo cuando se desvían del camino de la Tora. Naturalmente, sus palabras deben ser escuchadas. Sin embargo, la Tora también advierte sobre aquellos que falsamente profesan hablar en nombre de Dios. Estos falsos profetas no advirtieron al pueblo de sus errores. En cambio, al igual que hábiles demagogos, los tranquilizaron y criticaron a los verdaderos profetas, acusándolos de ser alarmistas y pesimistas. Se puede reconocer a un falso profeta cuando aboga por la suspensión o modificación de cualquier mandamiento de la Tora.

La Tora subraya la obligación de establecer ciudades de refugio para el homicidio involuntario (un equivalente moderno podría ser si alguien mata inadvertidamente a otro en un accidente automovilístico). Moisés ordena la designación de seis ciudades santuario.

Para que un juicio civil o penal conduzca a una condena, es necesario el testimonio de al menos dos testigos. Aquellos que den falso testimonio recibirán el castigo que buscaban para el acusado.

Hacia el final de esta Parasha, la Tora esboza algunas de las leyes de la guerra y los protocolos de las campañas militares. Por ejemplo, ¿quién está exento del servicio militar? Al acercarse al campo de batalla, uno de los Cohanim debe dirigirse a ellos, asegurándoles que no teman al enemigo ya que Dios apoya al ejército israelí en sus conflictos. Este Cohen también enumera a las personas que deben regresar a casa: alguien que recientemente se ha comprometido y está a punto de casarse; alguien que ha construido una nueva vivienda y aún no la ha ocupado; o alguien que ha plantado un viñedo y aún no ha disfrutado de sus frutos. El Cohen también aconseja a cualquiera que sufra de pánico abandonar el campo y regresar a casa para no desalentar a otros soldados. Antes de enfrentarse al enemigo en combate, se debe proponer un acuerdo de paz. Solo si el enemigo rechaza la oferta se procederá a la batalla. Sin embargo, en las guerras contra las naciones cananeas, se ordena erradicar completamente a esas poblaciones, pues de lo contrario sería imposible evitar la asimilación en las culturas paganas.

La Parasha concluye con una descripción del procedimiento legal que se debe seguir cuando se encuentra un cadáver en un área no urbana y no se identifica al asesino.




RESUMEN DE LA PARASHA VAETJANAN

LA SÚPLICA DE MOSHÉ Y LA RESPUESTA DE DIOS
Moshe Rabbenu nos cuenta, en primera persona, que le rogó a HaShem que le permitiera entrar a la tierra de Israel. Pero Dios no aceptó su pedido. Dios le ordenó a Moshé que subiera a una montaña desde donde pudiera ver la Tierra Prometida, pero no lo dejó entrar. Moshé instruye al pueblo judío a seguir las leyes de Dios, sin agregar ni quitar nada a los preceptos ordenados por Dios. Moshé también menciona lo que le sucedió a Pinejas en Baal Pe’or para mostrarle a la gente que aquellos que son fieles a Dios fueron protegidos de la epidemia y sobrevivieron.
SER EL PUEBLO ELEGIDO
Moshé le pide al pueblo que observe cuidadosamente la Torá y aprecie la sabiduría de sus preceptos y mandamientos. La Torá nos acerca a Dios y nos permite saber lo que Él quiere de nosotros. Moshé también exhorta al pueblo a no olvidar el día en que Dios hizo un pacto con nosotros en el Monte Sinaí. Les pide que cuenten este evento a sus hijos y nietos: Dios no apareció en una imagen o forma visual. Sólo percibimos Su voz. Hacer o adorar imágenes que representen a Dios es un pecado muy grave, que puede llevar al pueblo judío a perder su derecho a la tierra de Israel e ir al exilio. Pero Moshé prevé que incluso cuando el pueblo sea exiliado, Dios no lo abandonará. El pueblo finalmente se arrepentirá y volverá a Dios. La nación de Israel es la única que ha sido liberada de la esclavitud directamente por Dios, y es el único pueblo que Dios ha escogido para revelarle Sus mandamientos. Moisés designa tres ciudades de refugio en el lado este del río Jordán. Estas ciudades proporcionaban refugio a un individuo que mató a otra persona involuntariamente.
LOS DIEZ MANDAMIENTOS
La Torá reitera los Diez Mandamientos, recordando que el pacto del Monte Sinaí no se limita a aquellos que estuvieron físicamente presentes en el Sinaí, sino también a sus descendientes. Moshé le recuerda al pueblo que cuando experimentaron la revelación de Dios, la voz de Dios, se asustaron, y los líderes de Israel le pidieron a Moisés que Dios no les hablara directamente, porque sentían que iban a morir. Fue una experiencia fuera de este mundo que no podían tolerar física o mentalmente. Y le pidieron a Moshé que actuara como intermediario y les transmitiera las palabras de Dios.
EL SHEMA ISRAEL
También leemos en esta Parashá el Shemá Israel. Contiene los principios fundamentales de nuestra Torá: la existencia y unidad de Dios; el amor que debemos tener por Dios; la obligación de enseñar la Torá a nuestros hijos; y recordar nuestros deberes hacia Dios a través de Tefillin y Mezuza. Dios nos promete una tierra de bendición y abundancia (Israel). Y Moisés advierte al pueblo que cuando hereden esa abundancia, no deben olvidar al Creador que les proporcionó esta riqueza. Los padres también deben enseñar a sus hijos que deben observar todos los mandamientos de Dios. Los judíos estamos al servicio de Dios porque en Egipto éramos esclavos del Faraón hasta que Dios nos sacó de Egipto “para servirle” a Él. La gran diferencia entre servir a Faraón y servir a Dios es que Faraón quería que le sirviéramos para su propio beneficio. HaShem, sin embargo, es como un padre que nos ama y nos pide que le sirvamos, es decir, que obedezcamos sus mandamientos, porque son la mejor receta para una vida de rectitud, y felicidad. Dios nos pide que le sirvamos y obedezcamos, porque quiere nuestra felicidad y beneficio.



RESUMEN DE LA PARASHA DEBARIM

Moshé se dirige al pueblo de Israel, la nueva generación de israelitas que está a punto de ingresar a la tierra de Israel, en un extenso discurso que comienza recordando los eventos que ocurrieron desde la salida de Egipto, 40 años atrás, hasta el presente.

Moshé también menciona la designación de líderes y jueces para ayudarlo a guiar al pueblo. Esta medida sería tomada luego como el ejemplo de cómo organizar el sistema judicial en el pueblo de Israel.

Moshé relata lo acontecido con los espías y cómo estos individuos desalentaron al pueblo judío y generaron una crisis que impidió a esa generación, con la excepción de Yehoshua y Caleb, ingresar a la tierra Prometida. Esta grave crisis provocó que el pueblo de Israel tuviera que deambular 40 años en el desierto.

Dios le dice a Moshé que ya habían estado en esa región montañosa el tiempo suficiente y que ahora finalmente deben dirigirse hacia la tierra prometida.

Dios instruye al pueblo a no enfrentarse con los descendientes de Esav, la nación de Se’ir, y no provocarlos. Además, les ordena que compren de ellos, y no tomen por la fuerza, la comida y el agua que necesiten, ya que Dios no les concederá ninguna parte de la tierra de Se’ir. Dios también le indicó a Moshé que no hostiguen ni provoquen a los Moabitas y Amonitas, ya que Dios ha otorgado su tierra como posesión a los descendientes de Lot.

El pueblo de Israel pasó 38 años viajando desde Kadesh-Barnea hasta cruzar el río Zared, y toda la generación anterior pereció en el desierto, tal como Dios lo había indicado.

Moshé envía mensajeros al rey Sijón ofreciéndole la paz y pidiéndole permiso para pasar por su tierra. Pero Sijón se negó a dejar pasar a los israelitas.El pueblo judío se enfrenta a Sijón, el emorita, rey de Jeshbón, y ocupan su tierra. La Torá entonces detalla la conquista de las tierras de Sijón y Og, en el lado oriental del río Jordán. Estas tierras serán adjudicadas a las tribus de Ruben, Gad y una parte de la tribu de Menashé




Resumen de Mattot-Mas’e

Este Shabbat leemos dos secciones bíblicas: Mattot y Mas’e. En Mattot, encontramos varios temas importantes. En primer lugar, se destaca el valor de las promesas y cómo cancelarlas cuando resulta imposible cumplirlas. Luego, la Torá relata lo sucedido con los madianitas, quienes intentaron atacar a Israel, y la captura de prisioneros y el botín de guerra. Todas las tribus aumentaron su riqueza y el número de animales creció.

Las tribus de Rubén y Gad poseían una gran cantidad de ganado y solicitaron a Moshé asentarse al este del Jordán en lugar de ingresar a la tierra de Israel junto con el resto del pueblo. En un principio, Moshé se negó, ya que la comunidad judía debía enfrentar a los poderosos pueblos cananeos que habitaban allí, y necesitaban un ejército fuerte y unido. El temor era que la deserción de estas tribus pudiera causar frustración y debilitar la unidad del pueblo. Sin embargo, las tribus de Rubén y Gad aseguraron a Moshé que participarían activamente en la guerra de conquista y que regresarían al otro lado del río Jordán una vez que hubieran ganado la guerra. Incluso se ofrecieron a liderar el frente de batalla.

En Mas’e, la Torá detalla las diferentes etapas del viaje del pueblo judío por el desierto durante los 40 años posteriores a su salida de Egipto. Se enumeran con detalle los lugares donde acamparon los israelitas y los caminos que tomaron.

Dios ordena a Moshé informar a los hijos de Israel sobre las fronteras de la futura tierra de Israel y la porción de tierra que cada tribu recibirá. Cada tribu debe dar una parte de sus posesiones, tierras y animales a los levitas y los cohanim (sacerdotes), quienes se dedican al servicio divino y a la enseñanza de la Torá. También deben establecer ciudades de refugio para las personas acusadas de asesinato, donde esperarán hasta que se determine su inocencia o culpabilidad. Habrá seis ciudades de refugio, tres en este lado del Jordán y tres en Canaán.

Moshé informa al pueblo sobre las leyes específicas de Dios en relación al asesinato. Si alguien comete un asesinato intencional, debe ser condenado a muerte, pero solo si al menos dos testigos pueden confirmar su culpabilidad. Nadie puede ser condenado a muerte basándose en el testimonio de un solo testigo. Si ocurre una muerte sin intención o de manera accidental, el responsable será llevado a una ciudad de refugio.

Dios pide que no conviertan la Tierra Prometida en un lugar de pecados, mentiras e injusticia. Mantengan la tierra pura, ya que Dios está vigilando a los Hijos de Israel.

Después de la promulgación de estas leyes sobre el asesinato, se aclara la herencia de las hijas de Zelofejad. Cuando no hay herederos varones, Dios le dice a Moshé que la herencia de la tierra pasará a las hijas.




RESUMEN DE LA PARASHA PINEJAS

Primera Aliyá: La Parasha de la semana pasada concluyó con la historia de las mujeres de Moab y Midyan que se acercaron a los jovenes judíos para seducirlos e inducirlos a practicar la idolatría a través de ritos sexuales.  Pinejás ejecutó a uno de los líderes judío por su cuenta y sin que mediara un juicio y una sentencia legal. Nuestra Parashá con Dios otorgando a Pinejás un indulto de paz. Y recompensándolo por su accionar, Dios le otorga a él y a sus descendientes el sacerdocio. Luego Dios ordena que los judíos salgan a luchar contra los Midianitas, ya que su provocación se considera un acto de guerra.    Dios le ordena a Moshé y a Elazar el  Sacerdote que realicen un cómputo de todos los hombres que están en edad de salir a la guerra, es decir, mayores de 20 años. .

Segunda Aliyá: El número gran total de todos los hombres de las 12 tribus era de 601.730, sin contar la tribu de Leví.

Tercera Aliyá: Aparte de servir como censo para el enrolamiento en el ejército judío que peleará contra los Midianitas,  este censo sirve también para organizar la división de las tierras que serán heredadas en Israel. Según el mandato de Dios, la tierra de Israel debía dividirse  entre todos los que se contaron en este censo. Y la ubicación geográfica de cada tribu, las «provincias», se determinaría por sorteo. También se toma el censo de los hombres de la tribu de Levi, que no iban a la guerra, ni iban a tener una provincia propia. La tribu de Leví ahora se cuenta. Los Levitas eran 23,000 contando desde un mes de vida.  Esta Aliyá concluye con la historia de las hijas de Zelofjad se acercaron a Moshé y le dijeron que su padre había muerto, dejando solo hijas mujeres. Y solicitaron recibir la porción de su padre en la tierra de Israel. Moisés transmite esta inquietud directamente a Dios.

Cuarta Aliya: En atención al pedido de las hijas de Zelofjad, Moshé formula ahora por comando Divino las leyes de la herencia que incluye el derecho de las hijas a heredar las tierras cuando no hay descendientes varones. Luego de este episodio, Dios le dice a Moisés que suba a la cima del Monte Abarim desde donde verá la Tierra Prometida antes de morir, pero no ingresará a ella. Moisés le pide a Dios que asigne a una persona digna para que lo suceda en el liderazgo. El elegido por Dios para reemplazar a Moshé es Yehoshua Bin Nun por su reputación y sus habilidades de liderazgo.  Moshé anuncia públicamente que él será su sucesor.

Quinta Aliyá: La narración de la sucesión se interrumpe de esta semana y la Torá pasa a detallar todos los sacrificios que se ofrecerán en el Tabernáculo y en el Gran Templo cuando este sea designado.  Primero se describe el sacrificó diario, «Tamid» que debía ser ofrecido todos los días del año, dos veces por día, incluyendo Shabbat, festividades y hasta Yom Kippur . También se especifican los sacrificios adicionales de Shabbat y Rosh Jodesh , el comienzo del mes judío.

Sexta Aliyá: Se describen los sacrificios que se ofrecen en las festividades: Pésaj, Shabuot, Rosh Hashaná y Yom Kippur.

Séptima Aliya: Se describe aquí los sacrificios ofrecidos en las festividades de Sukkot y Shemini Atzeret.




SUMMARY OF PARASHAT SHELAJ LEJA

EL PLAN 

Con el consentimiento Divino,  Moisés envía espías para una misión de reconocimiento en la tierra de Canaán en preparación la invasión y conquista de esa tierra por parte de los israelitas. Un miembro de cada tribu, con la excepción de la tribu de Leví, fue elegido para esta tarea. Moisés instruyó a los exploradores para que trajeran un reporte militar sobre la naturaleza de los habitantes de Canaan, sus fortalezas y sus debilidades para definir una estrategia de ataque. También les ordenó que trajeran muestras de los productos de la tierra.

EL REPORTE

Los exploradores están en la tierra prometida por 40 días y al acabar regresan al campamento de Israel con muestras de los frutos de Canaán. Y también con el informe de militar. “La tierra mana leche y miel” dijeron,  pero luego, quizás por miedo a luchar,  comenzaron a exagerar la fortaleza de la población, que los hombres eran gigantescos y salvajes. También dijeron que “las ciudades estaban fortificadas hasta el cielo y que era imposible conquistarlas”. Solamente dos de los exploradores, Caleb y Yehoshua, disintieron y dijeron que la tierra era magnífica y que no había razón para preocuparse por sus habitantes, ya que Dios iba a traer la victoria a los israelitas en la batalla. El pueblo judío se dejo convencer por los espías pesimistas y pasaron la noche llorando y expresando su deseo de regresar a Egipto antes que ser asesinaos en la batalla por los cananeos. Para peor, quieren matar a Yehoshua y Caleb. Dios, finalmente interviene haciendo aparecer Su Gloria sobre el Tabernáculo. 

LAS CONSECUENCIAS

Dios le informa a Moshé Su decisión de eliminar inmediatamente a los israelitas debido a su inestable falta de fe en Dios. Moisés invoca con éxito la misericordia de Dios y señala que esta ejecución en masa provocaría una profanación del nombre de Dios.  Dios aceptó no eliminar de inmediato a los israelitas, pero determinó que esa generación no entraría en la Tierra de Israel y los instruye a cambiar de rumbo y regresar al desierto. Los israelitas deberán vagar por el desierto durante cuarenta años. Durante ese tiempo, todas las personas mayores de veinte años, con la excepción de Josué y Caleb, perecerían. Y la próxima generación entraría en la Tierra Prometida. Los diez exploradores que trajeron el desalentador informe mueren. Cuando los judíos son informados acerca de la decisión Divina se lamentan, se entristecen y un grupo de personas decide ir por su cuenta a conquistar la Tierra de Israel, sin que Dios así lo haya indicado.  Este grupo es abatido por los amalequitas y los cananeos.

LEYES DE LOS SACRIFICIOS

A los judíos se les dice que al entrar en Israel, una persona que se comprometa a traer un sacrificio también debe traer un acompañamiento que consista en una libación de vino y una ofrenda de harina mezclada con aceite de oliva, y se detallan las cantidades de vino, harina y aceite que se deben traer con varias especies de ganado.

JALA Y DEMAS

La mitzvá de Jalá está contenida en esta sección: cuando uno amasa, se debe tomar una porción y dársela al sacerdote (Cohen). Si el Sanhedrín (corte suprema rabínica) permite erróneamente un acto de idolatría, y la comunidad actúa con este permiso, el Sanhedrín debe traer una ofrenda especial por ese pecado, detallada en esta sección. Aprendemos las reglas con respecto a un individuo que es culpable de una práctica idolátrica, ya sea sin darse cuenta o intencionalmente. Un hombre es encontrado profanando el Shabat y es ejecutado. 

TZITZIT

La última parte de la Parashá de esta semana trata sobre el mandamiento de poner tzitzit (flecos) en las prendas de cuatro puntas. Al mirar los flecos recordamos todos los mandamientos y nos abstenemos de seguir las tentaciones del corazón.




RESUMEN DE PARASHAT BAMIDBAR

Parashat Bamidbar marca la apertura del cuarto libro de la Torá. Comienza con el relato de un censo ordenado por Dios, en el que Moisés recibió instrucciones de llevar a cabo entre el pueblo. Además, se designa a un líder o máximo delegado de cada tribu, conocido como «nasí», para guiar y representar a sus respectivas tribus.

Se describe el número de hombres mayores de 20 años de cada tribu, lo cual también sirve como un censo militar. También se asignan deberes especiales a los levitas, quienes no participan en la guerra, sino que se ocupan de todos los aspectos religiosos y logísticos, como la construcción, el mantenimiento y el transporte del Mishkan, o Tabernáculo, como se verá a continuación.

La Torá presenta los resultados del censo de cada tribu, excluyendo a la Tribu de Leví, que se contará por separado:

  • Tribu de Rubén: 46,500
  • Tribu de Shimón: 59,300
  • Tribu de Gad: 45,650
  • Tribu de Yehudá: 74,600
  • Tribu de Isajar: 54,400
  • Tribu de Zebulún: 57,400
  • Tribu de Efraim: 40,500
  • Tribu de Menashé: 32,200
  • Tribu de Binyamín: 35,400
  • Tribu de Dan: 62,700
  • Tribu de Asher: 41,500
  • Tribu de Naftalí: 53,400

El total de hombres en edad de servir en el ejército era de 603,550.

Dios encomienda una tarea especial a los hombres de la tribu de Leví: cuidar del Mishkán (Tabernáculo) y sus utensilios. Esta responsabilidad implica desmontar y transportar el Mishkán cuando el pueblo se muda de un lugar a otro, así como reconstruirlo cuando acampan. A los levitas se les ordena ubicar sus tiendas en el centro del campamento, más cerca del Mishkán, mientras que las demás tribus residen a su alrededor, organizadas de acuerdo a sus respectivos grupos y formación militar.

Luego, Dios le pide a Moisés que realice un censo separado de la Tribu de Leví, y el recuento final fue de 22,000 individuos. La Torá también proporciona detalles sobre las tareas específicas asignadas a cada una de las tres familias de la tribu de Leví: las familias de Guereshón, Quehat y Merarí.

Al final de la Parashá se menciona que HASHEM establecerá a los levitas como Sus sacerdotes en lugar de los primogénitos, como era la costumbre en aquellos tiempos. Se lleva a cabo una «ceremonia de redención» llamada «pidyon», que sigue siendo una práctica observada para «dispensar» del servicio sacerdotal a los primogénitos varones hasta el día de hoy.




RESUMEN DE BEJUQOTAY

LA RECOMPENSA

En esta Parashá, la Torá nos promete la bendición Divina de prosperidad y paz si observamos diligentemente la Torá, nuestro pacto con Dios. El Creador nos promete lluvias en su tiempo y que nos protegerá de nuestros implacables enemigos. La Torá detalla un poco más la intervención Divina a nuestro favor, garantizando la paz en la tierra, la eliminación de los animales salvajes y su intervención para permitirnos el éxito militar. El epítome de la Intervención Divina en esta área se manifiesta cuando la Torá menciona: «¡Cinco de ustedes perseguirán (derrotarán) a cien (del enemigo), y cien de ustedes perseguirán a diez mil!» En la tercera aliyá, por ejemplo, la Torá promete una sobreabundancia de cultivos y la permanente presencia de Dios entre nosotros.

EL CASTIGO

Pero luego llega la otra cara de la moneda. ¿Qué pasará si el pueblo de Israel se aleja de Dios y abandona Su pacto? La Torá menciona entonces que si nosotros nos alejamos de Dios, Él no intervendrá a nuestro favor y por nuestra propia decisión quedaremos expuestos entonces a merced de la naturaleza y de nuestros enemigos: el proceso, más o menos, es así. Al interrumpirse la bendición Divina de la lluvia en su tiempo, el hambre traerá debilidad y enfermedades a los habitantes de Israel.  Los animales salvajes, que también sufren del hambre cuando no hay lluvias, nos acecharán en nuestras propias ciudades. Al estar débiles, no tendremos la fuerza y los medios para enfrentar al enemigo. Los gentiles, que siempre están al acecho, invadirán nuestra tierra y se apoderarán de ella. Y nosotros seremos expulsados al exilio. La no observancia del año sabático –cuando nos olvidamos de que la Tierra de Israel es territorio Divino–se señala como una de las principales razones por las cuales perderemos el mérito de seguir viviendo en nuestra tierra. En el exilio, seremos considerados como extranjeros non gratos, y estaremos totalmente expuestos a sus caprichos, a su saña y a su oído. No nos dejarán en paz. Nos humillarán y nos perseguirán con la espada. Nuestras vidas se tornarán en pánico y ansiedad. Sin embargo, cuando regresemos a Dios, Él recordará el mérito de nuestros ancestros y no dejará que el enemigo nos extermine.

MITSVOT FINALES

Luego de esta larga advertencia sobre las consecuencias de abandonar los mandamientos, la Torá pasa a un tema completamente diferente y no relacionado directamente con el anterior: las donaciones prometidas al BetHaMiqdash. Cómo evaluarlas y cómo cuantificarlas. Estas donaciones pueden ser tierras, animales y otras posesiones. También se describe el rol de los primogénitos animales y la forma de reemplazarlos o redimirlos. Al final se menciona brevemente los diezmos de la cosecha, que deben ser consumidos en Jerusalén, y las reglas del diezmo de animales.