RESUMEN DE LA PARASHA DEBARIM

Moshé se dirige al pueblo de Israel, la nueva generación de israelitas que está a punto de ingresar a la tierra de Israel, en un extenso discurso que comienza recordando los eventos que ocurrieron desde la salida de Egipto, 40 años atrás, hasta el presente.

Moshé también menciona la designación de líderes y jueces para ayudarlo a guiar al pueblo. Esta medida sería tomada luego como el ejemplo de cómo organizar el sistema judicial en el pueblo de Israel.

Luego relata lo acontecido con los espías y cómo –con la excepción de Yehoshua y Caleb– desalentaron al pueblo judío y generaron una crisis que impidió a esa generación ingresar a la tierra Prometida. Esta grave crisis provocó que el pueblo de Israel tuviera que deambular 40 años en el desierto.

Dios le dice a Moshé que ya habían estado en esa región montañosa el tiempo suficiente y que ahora finalmente deben dirigirse hacia la tierra prometida e instruye al pueblo a no enfrentarse con los descendientes de Esav, la nación de Se’ir, y no provocarlos. Además, les ordena que compren de ellos, y no tomen por la fuerza, la comida y el agua que necesiten, ya que Dios no les concederá ninguna parte de la tierra de Se’ir. También le indicó a Moshé que no hostiguen ni provoquen a los Moabitas y Amonitas, ya que Dios ha otorgado su tierra como posesión a los descendientes de Lot.

El pueblo de Israel pasó 38 años viajando desde Kadesh-Barnea hasta cruzar el río Zared, y toda la generación anterior pereció en el desierto, tal como Dios lo había indicado.

Moshé le recuerda al pueblo que envió  mensajeros al rey Sijón ofreciéndole la paz y pidiéndole permiso para pasar por su tierra. Pero Sijón se negó a dejar pasar a los israelitas. El pueblo judío se enfrento a Sijón, el emorita, rey de Jeshbón, y conquistó su tierra. La Torá entonces detalla la conquista de las tierras de Sijón y Og, en el lado oriental del río Jordán. Estas tierras serán adjudicadas a las tribus de Ruben, Gad y una parte de la tribu de Menashé




Resumen de Mattot-Mas’e

Este Shabbat leemos dos secciones bíblicas: Mattot y Mas’e. En Mattot, encontramos varios temas importantes. En primer lugar, se destaca el valor de las promesas y cómo cancelarlas cuando resulta imposible cumplirlas. Luego, la Torá relata lo sucedido con los madianitas, quienes intentaron atacar a Israel, y la captura de prisioneros y el botín de guerra. Todas las tribus aumentaron su riqueza y el número de animales creció.

Las tribus de Rubén y Gad poseían una gran cantidad de ganado y solicitaron a Moshé asentarse al este del Jordán en lugar de ingresar a la tierra de Israel junto con el resto del pueblo. En un principio, Moshé se negó, ya que la comunidad judía debía enfrentar a los poderosos pueblos cananeos que habitaban allí, y necesitaban un ejército fuerte y unido. El temor era que la deserción de estas tribus pudiera causar frustración y debilitar la unidad del pueblo. Sin embargo, las tribus de Rubén y Gad aseguraron a Moshé que participarían activamente en la guerra de conquista y que regresarían al otro lado del río Jordán una vez que hubieran ganado la guerra. Incluso se ofrecieron a liderar el frente de batalla.

En Mas’e, la Torá detalla las diferentes etapas del viaje del pueblo judío por el desierto durante los 40 años posteriores a su salida de Egipto. Se enumeran con detalle los lugares donde acamparon los israelitas y los caminos que tomaron.

Dios ordena a Moshé informar a los hijos de Israel sobre las fronteras de la futura tierra de Israel y la porción de tierra que cada tribu recibirá. Cada tribu debe dar una parte de sus posesiones, tierras y animales a los levitas y los cohanim (sacerdotes), quienes se dedican al servicio divino y a la enseñanza de la Torá. También deben establecer ciudades de refugio para las personas acusadas de asesinato, donde esperarán hasta que se determine su inocencia o culpabilidad. Habrá seis ciudades de refugio, tres en este lado del Jordán y tres en Canaán.

Moshé informa al pueblo sobre las leyes específicas de Dios en relación al asesinato. Si alguien comete un asesinato intencional, debe ser condenado a muerte, pero solo si al menos dos testigos pueden confirmar su culpabilidad. Nadie puede ser condenado a muerte basándose en el testimonio de un solo testigo. Si ocurre una muerte sin intención o de manera accidental, el responsable será llevado a una ciudad de refugio.

Dios pide que no conviertan la Tierra Prometida en un lugar de pecados, mentiras e injusticia. Mantengan la tierra pura, ya que Dios está vigilando a los Hijos de Israel.

Después de la promulgación de estas leyes sobre el asesinato, se aclara la herencia de las hijas de Zelofejad. Cuando no hay herederos varones, Dios le dice a Moshé que la herencia de la tierra pasará a las hijas.




RESUMEN DE LA PARASHA PINEJAS

Primera Aliyá: La Parasha de la semana pasada concluyó con la historia de las mujeres de Moab y Midyan que se acercaron a los jovenes judíos para seducirlos e inducirlos a practicar la idolatría a través de ritos sexuales.  Pinejás ejecutó a uno de los líderes judío por su cuenta y sin que mediara un juicio y una sentencia legal. Nuestra Parashá con Dios otorgando a Pinejás un indulto de paz. Y como recompensa por su accionar, Dios le otorga a él y a sus descendientes el sacerdocio. Luego Dios ordena que los judíos salgan a luchar contra los Midianitas, ya que su provocación se consideró un acto de guerra.    Moshé y  Elazar el  Sacerdote realizan el cómputo de todos los hombres que están en edad de servir en el ejército, es decir, mayores de 20 años. .

Segunda Aliyá: El número total de todos los soldados  de las 12 tribus es de 601.730, sin contar la tribu de Leví.

Tercera Aliyá: Aparte de servir como censo para el enrolamiento en el ejército judío que peleará contra los Midianitas,  este censo sirve también para organizar la división de las tierras que serán heredadas una vez conquistada la tierra de Israel. La tierra debe dividirse entre todos los que se contaron en este censo. Y la porción geográfica que le corresponderá a cada tribu, las «provincias», se determinará por sorteo. También se toma el censo de los hombres de la tribu de Levi, que no iban a la guerra, y no iban a tener una provincia propia. Los Levitas eran 23,000 contando a los hombres desde un mes de vida.  Esta Aliyá concluye con la historia de las hijas de Zelofjad que se acercaron a Moshé y le dijeron que su padre había muerto, dejando solo hijas mujeres. Y solicitaron recibir la porción de su padre en la tierra de Israel. Moisés transmite esta inquietud directamente a Dios.

Cuarta Aliya: En atención al pedido de las hijas de Zelofjad, Moshé formula ahora por comando Divino las leyes de la herencia que incluye el derecho de las hijas a heredar las tierras cuando no hay descendientes varones. Luego de este episodio, Dios le dice a Moisés que suba a la cima del Monte Abarim desde donde verá la Tierra Prometida antes de morir, pero no ingresará a ella. Moisés le pide a Dios que asigne a una persona digna para que lo suceda en el liderazgo. El elegido por Dios para reemplazar a Moshé es Yehoshua Bin Nun por su reputación y sus habilidades de liderazgo.  Moshé anuncia públicamente que Yehoshua será su sucesor.

Quinta Aliyá: La narración de la sucesión se interrumpe y la Torá pasa a detallar los sacrificios que se ofrecerán en el Tabernáculo y en el Gran Templo cuando este sea establecido.  Primero se describe el sacrificio diario, «Tamid» que era ofrecido todos los días del año, dos veces por día, incluyendo Shabbat, festividades y hasta Yom Kippur . También se especifican los sacrificios adicionales de Shabbat y Rosh Jodesh: el comienzo del mes judío.

Sexta Aliyá: Se describen los sacrificios que se ofrecen en las festividades: Pésaj, Shabuot, Rosh Hashaná y Yom Kippur.

Séptima Aliya: Se describe aquí los sacrificios ofrecidos en las festividades de Sukkot y Shemini Atzeret.




RESUMEN DE LA PARASHA BALAQ

PRIMERA ALIYA

Cuarenta años después de salir de Egipto, y poco antes de entrar a la tierra de Israel, los judíos acaban de conquistar a los Emorim y al pueblo de Bashán, que se encontraban en lo que hoy es el norte del Jordán. El que ve esto con gran preocupación es Balaq, el rey del pueblo vecino de Moab. Teme que su nación sea atacada por el ejército judío. Sabe que el poder de Israel no consiste en su ejército, sino en su Alianza con Dios. Balaq busca una forma no convencional de debilitar a Israel. Envía por Bil’am, un hechicero no judío, debido a la eficacia de sus predicciones y maldiciones. Balaq le pide que pronuncie una maldición contra los judíos. Pero Dios se aparece a Bil’am y le ordena que no vaya a Moab. “¡No maldecirás al pueblo, porque Israel es bendecido [por Mí]!”

SEGUNDA ALIYA

A instancias de la solicitud divina, Bil’am declina la invitación y no se dirige a Moab. Pero el rey Balaq insiste y sugiere que lo recompensará generosamente por sus servicios. Dios le permite a Bil’am aceptar la invitación, pero le advierte que solo debe hablar las palabras que Él pondrá en su boca.

TERCERA ALIYA

Bil’am deja la tierra de Midián y va al reino de Balaq. Dios envía un ángel que Bil’am no llega a ver. Pero el burro de Bil’am registra la presencia del ángel Divino, se asusta y se niega a continuar. Bil’am golpea a su animal y milagrosamente —o en forma de profecía— el burro se comunica con Bil’am y le reprocha que lo haya golpeado. Entonces Dios abre los ojos de Bil’am y le permite ver al ángel. El ángel cuestiona a Bil’am por su enojo contra su burro (Con este evento, Dios le demuestra a Bil’am que 1. Su visión profética es inferior a la de su un animal, su burra. Y  2. Que es Dios quien pone las palabras en la boca de sus criaturas) Dios exhorta una vez más a Bil’am a decir sólo lo que Dios le ordene. Bil’am finalmente llega a Moab, donde el rey Balaq lo está esperando.

CUARTA ALIYA

Siguiendo las instrucciones de Bil’am, Balaq construye siete altares y ofrece sacrificios a Dios. Pero Dios le dicta en forma poética/profética las palabras exactas que debe dirigir a Balaq y a sus ministros: “De Aram me ha traído el rey Balaq de Moab, de los montes del oriente y me ha pedido que maldiga a Israel… Pero ¿Cómo podría maldecir a aquellos a quienes Dios no ha maldecido, y cómo me atrevería a invocar la ira de Dios si Él no se ha enojado con Israel?… “ . Luego pronunció bendiciones y alabanzas muy hermosas para el pueblo judío. Balaq, muy enojado por las bendiciones de Bil’am,  le recuerda que debe decir solo lo que él le ordena, es decir, maldecir a Israel. .

QUINTA ALIYA

En un intento por convencer a Bil’am de maldecir a Israel, Balaq lo lleva a otro lugar, como si el cambio de ubicación lo inspirara a pronunciar maldiciones. Construyen altares y ofrecen sacrificios, pero Dios nuevamente pone bendiciones para Israel en la boca de Bil’am. “Dios [ama tanto a Israel] que ignora cuando no hacen lo correcto, los perdona y no ve la maldad en los hijos de Israel”.

SEXTA ALIYA

Una vez más, Balaq lleva a Bil’am a otro lugar con la esperanza de poder maldecir a los judíos desde allí. A pesar de los nuevos altares y ofrendas, más bendiciones y alabanzas salen de la boca de Bil’am: “¡Cuán hermosas son tus tiendas [las casas de los judíos], oh Jacob, tus moradas, oh Israel! … Dios, que los sacó de Egipto… destruirá a las naciones enemigas… (insinuando que Dios destruirá a Moab). Los que los bendigan serán bendecidos y los que maldijeren a Israel serán maldecidos.  Balaq pierde la paciencia y le pide a Bil’am que regrese a su tierra con las manos vacías.

SÉPTIMA ALIYA

Antes de partir, Bil’am expresa una profecía sobre el fin de los días: “Lo veo, pero no será ahora; Lo contemplo, pero no ocurrirá pronto. De Jacob saldrá una estrella, y de Israel surgirá un bastón que derrotará a los príncipes de Moab y desarraigará a los hijos de Set…». También predice la eventual destrucción de Esav, Amaleq y Asiria.

El plan de Balaq de maldecir a Israel, tratando de que Dios castigue a su pueblo por sus eventuales pecados, fracasó. Entonces se pone en práctica un nuevo plan: las mujeres Moabitas y Midianitas van al campamento de Israel para seducir a los judíos y atraerlos a través de la actividad sexual a la idolatría de la deidad pagana Ba’al-Peor. Muchos hombres caen en la tentación y pecan. Dios le ordena a Moisés que castigue a los culpables. Una plaga mortal se desata entre los judíos, provocando la muerte de 24.000 hombres. Zimri, un líder judío que fue parte de este gran pecado, cohabitó públicamente con una princesa de Midián. Pinejás, el nieto de Aharon haCohen, los ejecuta a ambos y la plaga se detiene.




RESUMEN DE LA PARASHÁ JUQAT

Cenizas que purifican
La más severa de todas las impurezas rituales es la tum’at met, la impureza contraída por el contacto con un cadáver humano. Esta sección detalla el proceso de purificación para una persona u objeto que ha contraído esta forma de impureza. Se sacrifica una vaca de pelaje rojizo y se quema su cuerpo, se añade agua de un arroyo a las cenizas y esta mezcla se rocía sobre la persona u objeto que queda libre de esta impureza. Una persona impura no puede ingresar al Tabernáculo o al Templo hasta que el proceso de purificación esté completo.

Muerte de Miriam
La Torá registra la muerte de Miriam, la hermana de Moshé, en el cuadragésimo año de la estadía de los israelitas en el desierto. Con la muerte de Miriam, las aguas que fluían providencialmente se secan. El pueblo se queja amargamente por la falta de agua.

Moshé golpea la roca
Dios le dice a Moshé y a Aharón que tomen un bastón y reúnan al pueblo frente a una roca en la montaña y sin tocarla: Moshé debe “hablar” a la roca que milagrosamente dará su agua. Esto debía ser una demostración adicional del poder Divino y de su amor por Israel. Pero Moshé «golpea» a la roca, de la cual sale ahora agua, lo que da la impresion de haber sido causado por el impacto del bastón –o por un acto de violencia– en lugar de la intervención Divina. Dios castiga a Moshé y Aharón y ya no seguirán liderando por mucho más tiempo al pueblo de Israel.

Rechazo del rey de Edom
Moshé envía mensajeros al rey de Edom solicitando permiso para pasar por su tierra en su camino a la Tierra Prometida. A pesar de las promesas de Moshé de no causar daño a la tierra mientras pasan, Edom rechaza el paso de los judíos. Por lo tanto, los judíos se ven obligados a rodear la tierra de Edom y acercarse a Canaán desde el este.

Muerte de Aharón y batalla contra los cananeos
Los judíos llegan al Monte Hor. Por mandato de Dios, Moshé, Aharón y el hijo de Aharón, Eleazar, suben al monte. Aharón se quita las vestiduras de sumo sacerdote y Eleazar se las pone. Luego, Aharón fallece. Toda la nación lamenta la muerte de Aharón durante treinta días.

Los primeros rehenes judíos

Los cananeos de la ciudad de Arad en el Negev, atacan a los judíos y toman prisioneros. Los judíos rezan a Dios, y no negocian con los terroristas sino que emprenden una operación de rescate que gracias a Dios culmina con éxito.

El pueblo se queja de su comida

En una enorme demostración de falta de agradecimiento, los judíos afirman que están «hartos» del maná. Dios envía serpientes al campamento israelita, y muchos mueren. Moshé reza a Dios en nombre de los judíos. Siguiendo las instrucciones de Dios, Moshé diseña una serpiente de bronce y la coloca en lo alto de un poste para que los judíos miren hacia arriba, recen y sean curados.

Conquista de la tierra de los Emoritas (amorreos) y la nación del Bashán
Los judíos se acercan a la tierra de los amorreos, ubicada en la orilla oriental del río Jordán. Envían un mensaje a Sijón, su rey  pidiendo permiso para pasar por su tierra en ruta a Canaán. Sijón se niega y en su lugar reúne a sus ejércitos y ataca a los judíos. Los judíos son victoriosos y ocupan las tierras de los amorreos. Luego, Og, rey de Bashán, también ataca a los judíos. Los judíos triunfan nuevamente y ocupan su tierra.

Ahora la nación judía ha llegado a la orilla del río Jordán, justo enfrente de la ciudad de Jericó en la tierra de Israel. Listos para conquistar la tierra .




Resumen de la Parashá Koraj

Kóraj, el primo hermano de Moshé, lidera una rebelión contra Moisés y Aharón junto a los miembros de la tribu de Rubén: Datán, Abiram y On el hijo de Pelet, los dos hijos de Eliab y 250 líderes de la comunidad. Acusaban a Moshé de haberse arrogado el liderazgo y elevarse sobre todos los demás: “Todo el pueblo es santo, ¿por qué ustedes se consideran más que los demás?” Cuando Moshé oye esto le dijo a Koraj y a sus seguidores que mañana Dios hará saber quién es el líder. Y luego añadió: ¿No es suficiente que Dios los haya consagrado en la comunidad de Israel para realizar las funciones del Tabernáculo y que también busquen el sacerdocio? En realidad, les explicaba Moshé, no se estaban rebelando contra él y Aharón sino contra el orden impuesto por Dios. Moisés llamó a los dos hijos de Eliab, pero ellos no quisieron venir, diciendo que era injusto que Moisés se sintiera por encima de ellos y los obligara a morir vagando en el desierto. Moisés entonces le dijo a Koraj y a sus seguidores que prepararan un fuego sacerdotal y ofrecieran incienso a Dios.

En la entrada del Ohel Mo’ed (Tienda de Reunión) Moshé y Aharón se reunieron frente a los rebeldes y al resto de la comunidad. La Presencia de Dios apareció a toda la asamblea y Dios dijo a Moisés y Aharón: «¡Apártense de estos rebeldes para que Yo los destruya en un instante!» Moshé y Aharón se postraron en sus rostros y dijeron: «Oh Dios, si un hombre peca, ¿te enojarás con toda la comunidad?” Dios entonces le dijo a Moshé que le dijera al pueblo: “Apártense de estos hombres malvados y no toquen nada que les pertenezca, para que ustedes no sean destruidos por todos sus pecados.» El pueblo se apartó de ellos. Entonces Moisés dijo: «Por lo que van a ver a continuación se darán cuenta de que es Dios quien me envió y yo no estoy aquí por mi propia voluntad”. Cuando Moisés terminó de hablar, la tierra que estaba bajo los pies de Koraj y los demás lideres se partió y se los tragó con todas sus pertenencias. Luego, la tierra se cerró sobre ellos y desaparecieron. Un fuego descendió del cielo y consumió a los doscientos cincuenta hombres seguidores de Koraj que ofrecían incienso. Moisés instruye a Elazar, hijo de Aarón, que recupere los utensilios que se usaron para la ofrenda de incienso, los aplane y cubra el altar con ellos, como una advertencia testimonial para cualquier individuo que alguna vez desee desafiar el sacerdocio de Aharón.

Al día siguiente, la comunidad se queja de que Moisés y Aarón son los culpables de las muertes del pueblo de Dios. Dios le pide a Moisés y Aharón que se separen del resto de la comunidad porque Dios quiere destruirlos. Una plaga azota a la nación y muchos estaban muriendo. Moisés le dice a Aharón que rápidamente tome el incienso consagrado, vaya en medio de la congregación y expíe por su pecado. Aharón lo hace, se posiciona entre los vivos y los muertos, y la plaga se detiene.

Dios le dice a Moisés que tome una vara de cada una de las doce tribus, con el nombre del líder de cada tribu escrito en su vara. Otra vara se tomaría para representar a la tribu de Leví, y el nombre de Aharón estará escrito en esa vara. Las varas se colocaron durante la noche en el lugar mas sagrado del Tabernáculo. A la mañana siguiente se retiraron, y milagrosamente la vara de Aharón había florecido con flores de almendra. Esto fue una prueba adicional de que Aharón era la elección de Dios para ser el Sumo Sacerdote. Dios ordena a Moisés que devuelva la vara de Aharón en el Arca del Pacto  donde permanecerá para siempre com o testimonio.

Los judíos expresan a Moisés su temor de entrar por error en un área restringida del Tabernáculo y morir como resultado. En respuesta, Dios ordena a los sacerdotes y a los levitas que cuiden estrictamente el Tabernáculo para evitar la entrada no autorizada de aquellos que no son sacerdotes.

La Torá enumera luego las diversas ofrendas a las que tienen derecho los sacerdotes. Estos incluyen el privilegio de obtener ciertas porciones selectas de los sacrificios; recibir los cinco siclos de plata por la redención de los primogénitos israelitas; una porción de todas las cosechas de grano, aceite y vino; las primicias, etc. Pero también se le informa que sus descendientes no recibirán una porción en el territorio de Israel, que era lo mas preciado m materialmente: Dios será su herencia y su porción.

Los levitas tampoco recibirán una parte de la tierra de Israel. En su lugar, tienen derecho a una décima parte de todas las cosechas de las demás tribus, a cambio de los servicios que prestan en el Templo. Al recibir este diezmo, los levitas deben, a su vez, separar una décima parte de este diezmo y dárselo a los sacerdotes.




RESUMEN DE LA PARASHA BEHA’ALOTEJA

Primera Aliá:  Aharon recibe instrucciones de encender la Menorá, el candelabro de 7 brazos que iluminaba el interior del Tabernáculo, y se repasa la construcción y la función de la misma. La Menorá estaba hecha de una sola pieza, fundida de oro puro. Todas las velas de la Menorá se inclinarían hacia la vela del medio, mientras que la vela del medio se inclinaría hacia el lugar central mas sagrado, o Kodesh haKodashim.

Segunda Aliá: A Moshé se le ordenó preparar a los Leviyim (levitas) para el servicio religioso del Tabernáculo, el templo construido en el desierto.  Los Leviyim son instalados en su servicio que duraba desde los 25 hasta los 50 años.

Tercera Aliá: El pueblo de Israel mantiene su segundo Pésaj desde que salió de Egipto. Las leyes de Pésaj Shení – el segundo Pésaj (un mes después de Pésaj) se establece para aquellos que no pudieron traer el sacrificio de Pésaj en el momento apropiado. Nuestros sabios dicen que las personas que estaban impuras en ese momento eran las que habian cargado el sarcófago de Yosef.  Yosef les había hecho prometer a sus familiares que lo enterraran en la tierra de Israel. Cuando estas personas acudieron a Moshe para preguntarle qué hacer, Moshé no sabía que contestar. Moshe tuvo que pedirle instrucciones a Hashem, porque todo lo que Moshé hizo o dijo fue a través de la comunicación directa con Dios

Cuarta Aliá: Esta Aliá  relata el comienzo de la tan esperada travesía hacia la tierra prometida. El Tabernáculo o Mihskán estaba ya terminado  y ya se había delgado todas las tareas relacionadas al mismo a los Leviyim y a los Cohanim. Ahora, finalmente ¡era el momento de partir! ¡Antes de eso, los Yehudim necesitaban algún tipo de referencia (un GPS!) para saber cuándo partir y hacia donde ir. Recordemos que eran aproximadamente tres millones de personas.   HaShem les ordena que elaboren trompetas de plata para avisar a todo el campamento cuándo tenían que partir.  Además, la nube que se posaba sobre el Tabernáculo en todo momento se elevaría repentinamente y se movería en la dirección en la que tenían que ir.

Quinta Aliá: La nube del Mishkán se levanta el 20 de Iyar y así comienza la travesía que debía haber llevado meses y término llevando 40 años. La Aliá también nos habla de Yitró que se había unido a nosotros antes de la entrega de la Tora y ahora, un año y medio después, decide regresar a su tierra en Midyán.  Finalmente, la Torá nos cuenta que el Aron ha’Edut , el Arca del Pacto, siempre viajaría delante de todos. Eso es muy interesante porque indica que  principio, el Pueblo de Israel debe encaminarse siguiendo el Aron, es decir, la Torá. 

Sexta Aliá: El famoso versículo  «Vayhi Binso’a haAron» que  cantamos antes de sacar la Tora es lo que da comienzo a esta Aliya que describe las quejas del pueblo ante las condiciones de vida en el desierto. La Torá describe el «man» y lo hace para dejar en claro que tenían comida suficiente aunque estaban en pleno desierto y así dejar en claro que los que se quejaban no lo hacían por una necesidad real. Moshé expresa su gran frustración por el comportamiento de la gente. Dios, sin embargo,  promete esta vez satisfacer sus deseos y envía un contingente de «selav»,  codornices, para que erl pueblo coma carne. Moshé recibe instrucciones de nombrar un tribunal o Sanhedrín para ayudarlo a gobernar y enseñar la Torá a la nación.  Moshé, el profeta más grande de todos los tiempos, no puede liderar solo a todo un pueblo. El mensaje de la Torá es que siempre se debe tratar de liderar junto a otras personas capacitadas.

Séptima Aliá: Las codornices descienden sobre el campamento en una gran cantidad, por lo que la carne alcanzó y sobró. Por supuesto que este comportamiento obsesivo con la comida, tal desesperación por la carne cuando tenían el «man», no era apropiado para el Pueblo de Dios. E inmediatamente después de comer en exceso enormes cantidades de carne, muchos mueren.

Aharón y Miriam hablan acerca de Moshé en forma negativa (Lashon Hara) diciendo que Moshé estaba casado con Tzipporá pero estaba tan ocupado ocupándose de su misión con el pueblo que nunca estaba en su casa.  Aharón y Miriam también pensaron que no era correcto que solamente Moshé tuviera acceso a la comunicación con Dios o profecía, ya que ¡ellos también eran profetas y aparte tenían una vida normal con sus familias! HaShem responde que no pueden compararse con Moshé. Moshé era un profeta «de tiempo completo» que estaba en comunicación directa con Dios las veinticuatro horas del día, los siete días de la semana. No era posible que tuviera una vida familiar normal. Por supuesto, Moshe fue la única excepción en toda la historia que estuvo exento de tener una familia. Y aún así, ¡estaba casado e incluso tenía dos hijos! Miriam es castigada con una especie de lepra por hablar contra Moshé, pero Moshé intercede por ella y se cura.

By Rab Jacob Bitton




Resumen de la Parashá NASO

LOS LEVIIM Y SUS FUNCIONES

Dios le informa a Moshé acerca de las funciones y los deberes de las familias de Guereshón y Merari, de la tribu de Leví. La familia Guereshón debía transportar las cortinas y las cubiertas de tela del Tabernáculo, cuando este se desmantelaba para su relocación. La familia Merari se encargaría del esqueleto del Santuario, es decir:  las vigas de madera, y los pilares. También se presenta el número de miembros de la familia de Kehat, que eran  2.750, en edad de servicio, entre 30 y 50 años. La familia de Guereshón eran 2.630 en esta edad. La familia Merari: 3.200. Así, el total de levitas elegibles para ocuparse de desmantelar transportar y volver a contruir el Tabernáculo  era de 8.580 individuos.

PUREZA E IMPUREZA 

Dios instruye al pueblo judío acerca de las leyes de pureza e impureza y explica que las personas ritualmente impuras deben alejarse del campamento de Israel temporiaramente hasta su purificación. 

RESTITUCION Y ARREPENTIMIENTO

También se discute el tema de restitución en el caso de robo y el sacrificio del Templo que se requiere del que roba a su prójimo y luego jura falsamente para mantener su inocencia y se aclara el tema de restitución cuando la víctima de robo ya no está con vida.  Otro tema muy importante que trata nuestra Parashá es la confesión verbal, a uno mismo,  de los pecados que uno cometió como parte del preciso de Teshubá, o arrepentimiento.

OTROS CASOS ESPECIALES

También se describe el caso de “Sotá”, una ceremonia ritual en el caso de sospecha de adulterio por parte de la esposa. Se mencionan asimismo las leyes del “nazir” , un individuo que toma sobre sí mismo restricciones adicionales a las que ha prohibido la Torá: por ejemplo, no beber vino.  En esta Parashá encontramos también las bendiciones de los Cohanim,  o sacerdotes, que siguen siendo pronunciadas hasta nuestros días.  

LA INAUGURACION DEL TABERNACULO

La sección mas extensa de esta Parashá –que dicho sea de paso, es la más extensa de la Torá– describe la inauguración del Tabernáculo, y las ofrendas voluntarias que los líderes de cada tribu trajeron en le momento de la inauguración. Por ejemplo: carretas y bueyes para  transportar el Tabernáculo de un lado al otro.  Dios instruye a Moshé aceptar estas ofrendas, que la Torá describe individualmente. El último versículo de la Parashá menciona cómo Dios se comunica con Moises, Su voz emanando de entre los dos Querubines que reposaban sobre el Arca Sagrada.




RESUMEN DE BEJUQOTAY

LA RECOMPENSA

En esta Parashá, la Torá nos promete la bendición Divina de prosperidad y paz si observamos diligentemente la Torá, nuestro pacto con Dios. El Creador nos promete lluvias en su tiempo y que nos protegerá de nuestros implacables enemigos. La Torá detalla un poco más la intervención Divina a nuestro favor, garantizando la paz en la tierra, la eliminación de los animales salvajes y su intervención para permitirnos el éxito militar. El epítome de la Intervención Divina en esta área se manifiesta cuando la Torá menciona: «¡Cinco de ustedes perseguirán (derrotarán) a cien (del enemigo), y cien de ustedes perseguirán a diez mil!» En la tercera aliyá, por ejemplo, la Torá promete una sobreabundancia de cultivos y la permanente presencia de Dios entre nosotros.

EL CASTIGO

Pero luego llega la otra cara de la moneda. ¿Qué pasará si el pueblo de Israel se aleja de Dios y abandona Su pacto? La Torá menciona entonces que si nosotros nos alejamos de Dios, Él no intervendrá a nuestro favor y por nuestra propia decisión quedaremos expuestos entonces a merced de la naturaleza y de nuestros enemigos: el proceso, más o menos, es así. Al interrumpirse la bendición Divina de la lluvia en su tiempo, el hambre traerá debilidad y enfermedades a los habitantes de Israel.  Los animales salvajes, que también sufren del hambre cuando no hay lluvias, nos acecharán en nuestras propias ciudades. Al estar débiles, no tendremos la fuerza y los medios para enfrentar al enemigo. Los gentiles, que siempre están al acecho, invadirán nuestra tierra y se apoderarán de ella. Y nosotros seremos expulsados al exilio. La no observancia del año sabático –cuando nos olvidamos de que la Tierra de Israel es territorio Divino–se señala como una de las principales razones por las cuales perderemos el mérito de seguir viviendo en nuestra tierra. En el exilio, seremos considerados como extranjeros non gratos, y estaremos totalmente expuestos a sus caprichos, a su saña y a su oído. No nos dejarán en paz. Nos humillarán y nos perseguirán con la espada. Nuestras vidas se tornarán en pánico y ansiedad. Sin embargo, cuando regresemos a Dios, Él recordará el mérito de nuestros ancestros y no dejará que el enemigo nos extermine.

MITSVOT FINALES

Luego de esta larga advertencia sobre las consecuencias de abandonar los mandamientos, la Torá pasa a un tema completamente diferente y no relacionado directamente con el anterior: las donaciones prometidas al BetHaMiqdash. Cómo evaluarlas y cómo cuantificarlas. Estas donaciones pueden ser tierras, animales y otras posesiones. También se describe el rol de los primogénitos animales y la forma de reemplazarlos o redimirlos. Al final se menciona brevemente los diezmos de la cosecha, que deben ser consumidos en Jerusalén, y las reglas del diezmo de animales.




RESUMEN DE LA PARASHA BEHAR

La Parashá Behar Sinaí contiene 24 mandamientos o Mitzvot.  Veremos a continuación brevemente algunas de las mismas. 

SEPTIMO AÑO

Dios le ordena a Moshé la Mitzvá de la Shemitá o año sabático:   “Cuando lleguen a la tierra que Yo les estoy dando, la tierra observará un año de reposo. Durante seis años podrás sembrar tu campo, podar tu viña y recoger la cosecha. Pero en el séptimo año la tierra tendrá un año de reposo … no sembrarás tu campo, ni podarás tu viña…”.   Dios promete que si el pueblo de Israel observa Sus leyes fielmente, no faltarán alimentos. Yo “ordenaré Mi bendición para ti en el sexto año a fin de que la tierra de una cosecha suficiente para tres años”. Es decir, que el sexto año producirá alimentos suficiente para ese año, y los dos años siguientes (durante el octavo año, se ara la tierra y se siembra, pero recién se cosecha hacia el final del año.   Por eso es necesario que el sexto año produzca para tres). 

JUBILEO 

La Torá también menciona el año de Jubileo o Yobel: Cada 50 años las tierras volvían a sus dueños originales. La tierra entonces, nunca se vendía a perpetuidad sino hasta un plazo máximo de 50 años. Las deudas también quedaban canceladas en este mismo proceso. Todo esto evitaba que a largo plazo algunas personas se empobrecieran demasiado y otras se enriquecieran demasiado.  En el año de jubileo también y se liberaba a todos los esclavos, que en ese tiempo eran las personas que dada su pobreza, se empleaban como sirvientes para sobrevivir o para pagar sus deudas.

INTEGRIDAD 

Se deben seguir las leyes de compra y venta de objetos y propiedad con absoluta integridad. Esta prohibido engañar  o dañar al prójimo económicamente.  La Torá también indica que hay que evitar dañar al prójimo con palabras que lo dañen emocionalmente. 

JUSTICIA SOCIAL 

Cuando uno de tus hermanos judíos está en problemas económicos y se ve obligado a vender parte de sus propiedades para mantenerse, el pariente más cercano que pueda redimir esa tierra, debe redimirla. Si un hombre no tiene quién lo redima o si carece de medios suficientes para recuperarlo, lo que vendió permanecerá con el comprador hasta el año del jubileo. La Parashá también expone el tema de la compasión y la justicia social refiriéndose a ayudar a un judío que tiene dificultades financieras. En primer lugar hay que evitar que alguien caiga en la indigencia, ofreciéndole un préstamo que lo pueda sostener económicamente. La Torá  nos recuerda sin embargo, la prohibición de cobrar intereses sobre un préstamo a un hermano judío y el imperativo de tratar a los sirvientes de manera digna y respetuosa.  “Porque los hijos de Israel, son Mis siervos, que rescaté de la tierra de Egipto. Yo soy el eterno Tu Dios”.  

La Parashá concluye con una exhortación final a observar el día de shabbat y a guardar un máximo respeto por el Templo o Santuario.  




PARASHAT EMOR

LOS SACERDOTES

En esta Parashá, Dios le transmite a Moshé las leyes que se aplican a su hermano Aarón, a sus hijos y a todos sus descendientes varones, los Cohanim, es decir, los sacerdotes del Pueblo Judío. Deben mantenerse puros y, a diferencia de los sacerdotes paganos, que eran los principales responsables del trato y el culto a los muertos, los Cohanim ni siquiera pueden tener contacto con un cadáver. Los Cohanim hombres también tienen restricciones adicionales con respecto a la mujer con la que pueden casarse. Se mecionan reglas con respecto a las hijas de los Cohanim y las normas de moralidad que deben observar.

EL SACERDOTE PRINCIPAL

El Sacerdote Principal, o Cohen Gadol, debe cumplir con leyes adicionales. No debe dejar que su cabello crezca demasiado, no puede observar el duelo regular rasgándose la ropa o teniendo contacto con un cadáver. No debe salir del Santuario, y solo puede casarse con una mujer soltera. Y si contrae alguna impureza no puede realizar el servicio del Templo. Asimismo, el sacerdote con imperfecciones físicas debe permanecer fuera del Servicio Divino en el Templo, que debe ser inmaculado. Las ofrendas sacerdotales no podían hacerse en estado de impureza. Y los sacrificios de animales no se hacen con animales enfermos o defectuosos. El Nombre Divino no puede ser profanado, sino consagrado y santificado.

LA FESTIVIDAD NUMERO UNO

La Torá menciona en esta Parashá las Fiestas Judías. En primer lugar,  describe al Shabbat, el Séptimo día, que es la fiesta más importante del calendario hebreo. Durante seis días trabajarás y en Shabbat darás por terminada tu obra y dedicarás el día a HaShem, tu Dios.

PESAJ

En el primer mes del año (Nisán), a los catorce días del mes, se celebrará la fiesta de Pesaj, ofreciéndose ese día el sacrificio de Pesaj. El día quince de Pesaj es el Festival de Matzot, durante siete días comerás solo pan sin levadura. El primer día lo declararás sagrado y no harás obra ni trabajo alguno. El séptimo día de Pesaj también será santificado como un día Santo.

OMER Y SHABUOT

Cuando entres en la tierra prometida que te doy y coseches tu grano, traerás un ‘omer, una porción de cebada de tu primera cosecha. El sacerdote lo ofrecerá a Dios. Después de siete semanas completas, contadas desde el momento de esta ofrenda, el quincuagésimo día (Shabuot), traeréis una nueva ofrenda a Dios: panes con levadura, panes sin levadura y ofrendas de animales sin defecto, como expresión de obediencia a Dios. Cuando coseches tu campo, dejarás las espigas que son del pobre y del extranjero (por ejemplo, los rincones de los campos, etc.).

ROSH HASHANA, YOM KIPPUR Y SUCCOT

En el séptimo mes del año (Tishri) en el primer día del mes, se escuchará el Shofar (en Rosh HaShana). Y el décimo día del mes, celebraréis un Día de Expiación (Yom Kippur). Te privarás de comer y de hacer cualquier trabajo o actividad mundana en ese día. Si una persona no se priva de estas necesidades ese día, será aislada (karet) de su comunidad. Este Día de Expiación quedará establecido para la posteridad y en todas vuestras moradas.

La Fiesta de las Chozas se celebrará el día quince del mes séptimo. Durante siete días estarás dedicado a Dios. En el primer día y el octavo día, no se debe realizar ningún trabajo. Debes tomar el fruto de un hermoso árbol (citrus, o en hebreo etrog), hojas de ramas de palma (lulab), ramas de mirto (hadas) y sauces (araba), y regocijarte ante Dios. Habitaréis en estas chozas siete días, para que las generaciones futuras sepan y recuerden que yo, HaShem, los hice habitar en chozas cuando los saqué de la tierra de Egipto.

LEYES FINALES

Volviendo al servicio del Templo, Aharon colocará una lámpara que arderá constantemente, día y noche, en el Santuario. Si alguien no respeta el Nombre de Dios y lo ofende, será removido de la comunidad y ejecutado. Si un hombre asesina a otro hombre, se le dará muerte. Quien atente contra la vida de un animal, debe pagar una indemnización por ese animal. Si alguien causa algún daño a otra persona, debe pagar una indemnización: por fracturas, o mutilaciones accidentales. Esta indemnización será exigible a favor de la víctima, manteniéndose la misma regla tanto para el ciudadano como para el extranjero (“ger”: residente legal o nacionalizado). Yo soy HaShem, tu Dios»




Resumen de la Parasha SHEMINI

La revelación divina en el Mishkán

Moshé reúne a todos los judíos en el Mishkán, o Tabernáculo, para que estén presentes cuando la Presencia Divina se revele en el Santuario ese mismo día. Aharón, el hermano de Moshé y Sumo Sacerdote, ofrece varios sacrificios en preparación para este evento. Después de concluir los sacrificios, Aharón bendice al pueblo con la bendición sacerdotal (Birkat Cohanim). Moshé se une a Aharón y juntos bendicen nuevamente al pueblo de Israel, tras lo cual la Presencia Divina se percibe visiblemente sobre el Tabernáculo. ¿Cómo? Un fuego celestial (¿o rayo de luz?) desciende y consume las ofrendas que estaban sobre el altar. El pueblo estalla de emoción al percibir por parte del Todopoderoso esta señal de aceptación de los sacrificios ofrecidos.

La tragedia de los hijos de Aharón

Los dos hijos mayores de Aharón, Nadab y Abihú, traen una ofrenda de incienso o en hebreo quetoret que no había sido sancionada ni autorizada por Dios, y un fuego celestial los consume. Moshé ordena la remoción de sus cuerpos del Tabernáculo e instruye a Aharón y sus dos hijos restantes a no observar las leyes tradicionales del duelo, ya que tenían que continuar sirviendo en el Santuario. Se instruye a los sacerdotes que no beban vino antes de realizar el servicio del templo, aludiendo –segun algunas interpretaciones– a que posiblemente Nadab y Abihú habían participado del servicio Divino embriagados. Moshé se dirige a Aharón y a sus dos hijos, y les dice que deben consumir las ofrendas de ese día, a pesar de la muerte de sus familiares.

Moshé se da cuenta de que una de las ofrendas había sido quemada, en lugar de ser consumida. Cuando expresa su sorpresa, Aharón le explica su razonamiento para ordenar que se queme esa ofrenda en particular, y Moshé humildemente acepta la explicación de Aharón.

La dieta de los judíos

La Torá nos instruye acerca del Kashrut, es decir, la dieta alimenticia que debe observar el pueblo judío. La Torá menciona cómo distinguir las especies de animales, peces y aves que son puras de las que son impuras. Los animales terrestres puros (tahor) son rumiantes y  tienen sus patas hendidas, divididas en dos, como por ejemplo las vacas, ovejas y cabras. La Torá enumera cuatro animales excepcionales que tienen solo una de estas características y que por lo tanto no son puros, como por ejemplo, el cerdo, que tiene pezuñas o  patas hendidas pero no es rumiante.

Los peces para ser Kasher deben tener aletas y escamas. La Torá luego menciona una lista de especies de aves impuras, no kosher, y al final también menciona ciertos tipos de langostas (no se refiere a langostas marinas sino a 4 especies de ortópteros) que son consideradas aptas para el consumo.

Pureza y santidad

Se discute la impureza ritual causada por entrar en contacto con el cadáver de un animal impuro, o ciertas especies de roedores y criaturas anfibias. La Torá también indica que los alimentos puros y los utensilios que se usan para comer están expuestos a contraer impurezas rituales si entran en contacto con cualquiera de los animales impuros mencionados anteriormente. Asimismo, se describe la impureza que se puede contraer al entrar en contacto con el cadáver de un animal que, si bien es puro, no fue sacrificado ritualmente (nebelá o terefá). Insectos y reptiles no son aptos para el consumo. La Torá explica que al observar la dieta alimenticia del Kashrut seremos considerados «santos», es decir, separados social y culturalmente de los pueblos y prácticas paganas. La santidad que se adquiere al abstenerse de consumir los alimentos prohibidos también se relaciona con el control de los impulsos y la autodisciplina.