RESUMEN DE PARASHAT EMOR

LOS SACERDOTES

Dios le transmite a Moshé las leyes que se aplican a su hermano Aarón, a sus hijos y a todos sus descendientes varones, los Cohanim, es decir, los sacerdotes del Pueblo Judío. Deben mantenerse puros y, a diferencia de los sacerdotes paganos, que eran los principales responsables del trato y el culto a los muertos, los Cohanim ni siquiera pueden tener contacto con un cadáver. Los Cohanim hombres también tienen restricciones adicionales con respecto a la mujer con la que pueden casarse. Se mencionan reglas con respecto a las hijas de los Cohanim y las normas de moralidad que deben observar.

EL SACERDOTE PRINCIPAL

El Sacerdote Principal, o Cohen Gadol, debe cumplir con leyes adicionales. No debe dejar que su cabello crezca demasiado, no puede observar el duelo regular rasgándose la ropa o teniendo contacto con un cadáver. No debe salir del Santuario, y solo puede casarse con una mujer soltera. Y si contrae alguna impureza, no puede realizar el servicio del Templo. Asimismo, el sacerdote con imperfecciones físicas debe permanecer fuera del Servicio Divino en el Templo, que debe ser inmaculado. Las ofrendas sacerdotales no podían hacerse en estado de impureza, y los sacrificios de animales no se hacen con animales enfermos o defectuosos. El Nombre Divino no puede ser profanado, sino consagrado y santificado.

LA FESTIVIDAD NÚMERO UNO

La Torá menciona en esta Parashá las Fiestas Judías. En primer lugar, describe al Shabbat, el séptimo día, que es la fiesta más importante del calendario hebreo. Durante seis días trabajarás, y en Shabbat darás por terminada tu obra y dedicarás el día a HaShem, tu Dios.

PESAJ

En el primer mes del año (Nisán), a los catorce días del mes, se celebrará la fiesta de Pesaj, ofreciéndose ese día el sacrificio de Pesaj. El día quince de Pesaj es el Festival de Matzot: durante siete días comerás solo pan sin levadura. El primer día lo declararás sagrado y no harás obra ni trabajo alguno. El séptimo día de Pesaj también será santificado como un día santo.

OMER Y SHABUOT

Cuando entres en la Tierra Prometida que te doy y coseches tu grano, traerás un ‘omer, una porción de cebada de tu primera cosecha. El sacerdote lo ofrecerá a Dios. Después de siete semanas completas, contadas desde el momento de esta ofrenda, el quincuagésimo día (Shabuot) traeréis una nueva ofrenda a Dios: panes con levadura, panes sin levadura y ofrendas de animales sin defecto, como expresión de obediencia a Dios. Cuando coseches tu campo, dejarás las espigas que son del pobre y del extranjero (por ejemplo, los rincones de los campos, etc.).

ROSH HASHANA, YOM KIPPUR Y SUCCOT

En el séptimo mes del año (Tishri), en el primer día del mes, se escuchará el Shofar (en Rosh HaShana). Y el décimo día del mes celebraréis un Día de Expiación (Yom Kippur). Te privarás de comer y de hacer cualquier trabajo o actividad mundana en ese día. Si una persona no se priva de estas necesidades ese día, será aislada (karet) de su comunidad. Este Día de Expiación quedará establecido para la posteridad y en todas vuestras moradas.

La Fiesta de las Chozas se celebrará el día quince del mes séptimo. Durante siete días estarás dedicado a Dios. En el primer día y el octavo día no se debe realizar ningún trabajo. Debes tomar el fruto de un hermoso árbol (cítrico, o en hebreo etrog), hojas de ramas de palma (lulab), ramas de mirto (hadas) y sauces (araba), y regocijarte ante Dios. Habitaréis en estas chozas siete días, para que las generaciones futuras sepan y recuerden que yo, HaShem, los hice habitar en chozas cuando los saqué de la tierra de Egipto.

LEYES FINALES

Volviendo al servicio del Templo, Aharon colocará una lámpara que arderá constantemente, día y noche, en el Santuario. Si alguien no respeta el Nombre de Dios y lo ofende, será removido de la comunidad y ejecutado. Si un hombre asesina a otro hombre, se le dará muerte. Quien atente contra la vida de un animal debe pagar una indemnización por ese animal. Si alguien causa algún daño a otra persona, debe pagar una indemnización: por fracturas o mutilaciones accidentales. Esta indemnización será exigible a favor de la víctima, manteniéndose la misma regla tanto para el ciudadano como para el extranjero (guer: residente legal o nacionalizado). Yo soy HaShem, tu Dios.




RESUMEN DE AJARE MOT-QUEDOSHIM

1ª Aliyá
Se establece el procedimiento del Cohen Gadol en Yom Kipur: vestimenta especial, qorbanot (sacrificios, ofrendas) personales y del pueblo, y la ceremonia de los dos chivos expiatorios, uno para qorbán y otro enviado al desierto. Se describe la purificación del santuario, el altar y la expiación del pueblo. Se ordena ayunar y abstenerse de trabajar.

2ª Aliyá
Se prohíbe ofrecer qorbanot fuera del Mishkán. Toda ofrenda debe hacerse en el Ohel Moed. Se prohíbe el consumo de sangre. Se indican normas que prohiben el consumo de carne de animales terrestres cazados o muertos naturalmente (nebelá).

3ª Aliyá
Se enumeran las relaciones prohibidas entre familiares y otras conductas sexuales ilícitas. Se ordena no seguir las prácticas de Egipto ni de Canaán. Se advierte que esas conductas contaminan la tierra y llevaron a la expulsión de sus habitantes anteriores.

4ª Aliyá
Comienza la Parashá  Quedoshim. HaShem ordena al pueblo ser santo. Se mencionan mitsvot como respeto a los padres, observar el Shabbat, la prohibición de la idolatría y las leyes de los sacrificios voluntarios. Se indica al pueblo dejar parte de la cosecha para los pobres.

5ª Aliyá
Se prohíbe robar, engañar, jurar en falso y oprimir al prójimo. Se exige al empleador pagar salarios a tiempo. También se prohibe maldecir al sordo y poner tropiezo al ciego o ignorante.  Se ordena juzgar con justicia, no propagar chismes, ni vengarse. Y amar al prójimo como a uno mismo.

6ª Aliyá
Se prohíbe mezclar especies en animales, campos y ropas. Se regulan casos de relaciones ilícitas y las leyes de árboles frutales nuevos. Se prohíben las prácticas mágicas y la búsqueda de poderes ocultos. Se prohibe cortar los bordes de la barba, tatuarse y hacer luto como los paganos.

7ª Aliyá
Se ordena respetar al anciano y amar al extranjero y al converso. Se exige comportarse con integridad y honestidad en el comercio. HaShem sacó al pueblo judío de Egipto y ahora le ordena que el pueblo abandone y remueva de su mente las prácticas idolatras de las naciones y cumpla todas las leyes y los decretos de HaShem.




RESUMEN DE TAZRIA-METZORA

Esta semana leemos 2 secciones de la Torá de una vez: Tazria’ y Metzorá. Veamos de qué temas tratan esta 2 parashiyot.

Primero la Torá instruye al pueblo judío sobre la impureza ritual contraída por una mujer que da a luz. El tiempo de este período de impureza difiere dependiendo si es un niño o una niña. Al final de este período, la mujer se sumerge en una mikvé, baño ritual, y debe traer ciertas ofrendas al Templo (hoy que no tenemos el Templo, no se observan estos rituales). La Torá menciona la obligación de circuncidar a un niño varón en el octavo día de su vida. La Torá luego comienza a discutir las leyes de la tzara’at, una decoloración de la piel que convierte a una persona en ritualmente impura. En esta priemra Aliyah se discute varias formas de decoloraciones blancas de la piel. Si una persona tiene síntomas de tzara’at, debe ser vista por un sacerdote. Si la decoloración se considera «sospechosa» de acarrear lepra, el sacerdote declarará inmediatamente a la persona impura y la pondrá en cuarentena durante dos semanas. Al final del período de cuarentena, el sacerdote declarará a la persona pura o impura.

Luego la Torá describe las leyes de la tzara’at que aparece después de una quemadura en la piel y se explica que el tzara’at también puede afectar las áreas del cuerpo cubiertas de pelo. Los síntomas y las leyes de este tipo de tzara’at son muy y oueden aprecer áreas blancas y opacas en su piel.

La tercera Aliyah discute el tzara’at que aparece en un área del cuerpo sin pelo. También se discute el procedimiento seguido por una persona que está afectada por la tzara’at, siendo el requisito principal que debe permanecer fuera de la sociedad hasta que su condición se aclare. La Torá luego discute la «tzara’at de la ropa», una decoloración verde o roja que puede afectar ciertos tipos de materiales. Se muestra la prenda a un sacerdote que la pone en cuarentena hasta por dos semanas, para verificar su estado.

En la cuarta Aliyah, al final del período de cuarentena, según las circunstancias, la prenda se declara pura, o se quema completamente, o solo se quita y quema la parte que estaba descolorida. La Torá describe luego el procedimiento de purificación para una persona que contrajo la tzara’at. Después de que el sacerdote determine que la tzara’at ha sanado, se utiliza una ceremonia que implica la ofrenda de dos aves, una rama de cedro y agua pura para la etapa inicial de la purificación. La persona también se afeita todo el cuerpo. Después de una espera de siete días, la persona se afeita nuevamente y lleva tres animales y una ofrenda de aceite al Templo. El sacerdote procesa las ofrendas de la manera prescrita en esta sección. Con esto se completa el proceso de purificación.

En la quinta Aliyah, si el individuo que sufre de tzara’at no tiene los medios como para traer las ofrendas mencionadas anteriormente, se pueden usar dos pájaros como sustitutos de dos de los animales. Esta sección describe el proceso de purificación ligeramente diferente reservado para un individuo de medios limitados .

La sexta Aliyah aclara que las casas también pueden estar afectadas por tzara’at. Si las piedras de una casa se decoloran adquiriendo un fuerte pigmento rojo o verde, se llama a un sacerdote. Si en efecto la decoloración parece ser tzara’at, el sacerdote pone en cuarentena la casa por hasta tres semanas. Dependiendo de la propagación de la decoloración, la casa se declara pura, o se remueven esas piedras específicas o, en las situaciones más extremas, se demuele la casa. La Torá luego describe el procedimiento de purificación para tal casa, que es similar a la etapa inicial de la purificación de la persona afectada por tzara’at . Después de concluir el tema de la tzara’at, la Torá discute la impureza ritual de un hombre que emite una descarga seminal de una forma no natural, así como el método por el cual esta persona alcanza la pureza cuando la condición pasa.

En la séptima Aliyah se discute la impureza ritual contraída por un hombre que emite una descarga seminal (normal), la impureza ritual de una mujer en su período y de un hombre que actuando incorrectamente cohabite con ella. Todos estos individuos deben sumergirse en un mikvé (baño ritual) para ser purificados.




Resumen de la Parasha SHEMINI

La revelación divina en el Mishkán

Moshé reúne a todos los judíos en el Mishkán, o Tabernáculo, para que estén presentes cuando la Presencia Divina se revele en el Santuario ese mismo día. Aharón, el hermano de Moshé y Sumo Sacerdote, ofrece varios sacrificios en preparación para este evento. Después de concluir los sacrificios, Aharón bendice al pueblo con la bendición sacerdotal (Birkat Cohanim). Moshé se une a Aharón y juntos bendicen nuevamente al pueblo de Israel, tras lo cual la Presencia Divina se percibe visiblemente sobre el Tabernáculo. ¿Cómo? Un fuego celestial (¿o rayo de luz?) desciende y consume las ofrendas que estaban sobre el altar. El pueblo estalla de emoción al percibir por parte del Todopoderoso esta señal de aceptación de los sacrificios ofrecidos.

La tragedia de los hijos de Aharón

Los dos hijos mayores de Aharón, Nadab y Abihú, traen una ofrenda de incienso o en hebreo quetoret que no había sido sancionada ni autorizada por Dios, y un fuego celestial los consume. Moshé ordena la remoción de sus cuerpos del Tabernáculo e instruye a Aharón y sus dos hijos restantes a no observar las leyes tradicionales del duelo, ya que tenían que continuar sirviendo en el Santuario. Se instruye a los sacerdotes que no beban vino antes de realizar el servicio del templo, aludiendo –segun algunas interpretaciones– a que posiblemente Nadab y Abihú habían participado del servicio Divino embriagados. Moshé se dirige a Aharón y a sus dos hijos, y les dice que deben consumir las ofrendas de ese día, a pesar de la muerte de sus familiares.

Moshé se da cuenta de que una de las ofrendas había sido quemada, en lugar de ser consumida. Cuando expresa su sorpresa, Aharón le explica su razonamiento para ordenar que se queme esa ofrenda en particular, y Moshé humildemente acepta la explicación de Aharón.

La dieta de los judíos

La Torá nos instruye acerca del Kashrut, es decir, la dieta alimenticia que debe observar el pueblo judío. La Torá menciona cómo distinguir las especies de animales, peces y aves que son puras de las que son impuras. Los animales terrestres puros (tahor) son rumiantes y  tienen sus patas hendidas, divididas en dos, como por ejemplo las vacas, ovejas y cabras. La Torá enumera cuatro animales excepcionales que tienen solo una de estas características y que por lo tanto no son puros, como por ejemplo, el cerdo, que tiene pezuñas o  patas hendidas pero no es rumiante.

Los peces para ser Kasher deben tener aletas y escamas. La Torá luego menciona una lista de especies de aves impuras, no kosher, y al final también menciona ciertos tipos de langostas (no se refiere a langostas marinas sino a 4 especies de ortópteros) que son consideradas aptas para el consumo.

Pureza y santidad

Se discute la impureza ritual causada por entrar en contacto con el cadáver de un animal impuro, o ciertas especies de roedores y criaturas anfibias. La Torá también indica que los alimentos puros y los utensilios que se usan para comer están expuestos a contraer impurezas rituales si entran en contacto con cualquiera de los animales impuros mencionados anteriormente. Asimismo, se describe la impureza que se puede contraer al entrar en contacto con el cadáver de un animal que, si bien es puro, no fue sacrificado ritualmente (nebelá o terefá). Insectos y reptiles no son aptos para el consumo. La Torá explica que al observar la dieta alimenticia del Kashrut seremos considerados «santos», es decir, separados social y culturalmente de los pueblos y prácticas paganas. La santidad que se adquiere al abstenerse de consumir los alimentos prohibidos también se relaciona con el control de los impulsos y la autodisciplina.




RESUMEN DE VAYIQRÁ

OLA
Dios llama a Moshé desde el Mishkán (Tabernáculo) y le indica las leyes de la ofrenda (qorbán) llamada “Ola”, donde el sacrificio es incinerado totalmente por el fuego y su carne no puede ser consumida. La Torá analiza las leyes de los animales domésticos —vacas, ovejas o cabras que pueden ser sacrificados para esta ofrenda. Dios le indica a Moshé las leyes de las aves que pueden ser sacrificadas para la ofrenda de Ola. La Torá continúa con la descripción de tres tipos de ofrendas voluntarias de productos vegetales: harina sin hornear, panes horneados y la ofrenda de una pasta que debía ser freída. Estas ofrendas también contenían aceite de oliva y un tipo especial de incienso. La Torá describe luego el último tipo de ofrendas voluntarias de comida, la ofrenda de comida frita, y la ofrenda de cebada —el Omer —que se lleva a cabo el segundo día de Pésaj. La Torá también indica que se agregue sal a los sacrificios animales o a las otras ofrendas como un símbolo de nuestro pacto eterno con Él. La Torá también prohíbe incluir levadura o miel en las ofrendas.

SHELAMIM
Luego se describe la “ofrenda de paz”, o “shelamim”, que se podía ofrecer de vacas, ovejas o cabras. La mayor parte de este sacrifico era consumido por los que lo ofrecían y sus familiares o amigos. Pero algunas de las grasas de los animales se consumían en el altar. Los Cohanim, sacerdotes, también recibían una parte de la carne de este sacrificio. La Torá prohíbe consumir la sangre y el sebo de los animales que se sacrificaban e incluso de los que se comían normalmente fuera del Templo.

JATAT
La Torá describe la «ofrenda por el pecado», o jatat, que era ofrecido cuando un individuo era culpable de transgredir un mandamiento inadvertidamente. Se describen también los sacrificios especiales de jatat traído si el Gran Sacerdote había cometido un pecado o si el Sanhedrín (la Corte Suprema de justicia del pueblo judío) había emitido un fallo que resultó erróneo y provocó que la población pecara. También se describe el caso que un líder político (nasí) hubiera pecado. El último tipo de jatat es el que debía ofrecer una persona común cuando hubiese pecado. También se describe la ofrenda variable (qorbán olé veyored), que es una variante de la ofrenda por una trasngesión inadvertida. Este sacrificio se ofrecía con animales, aves, o con harina –dependiendo de las posibilidades económicas del individuo: una persona de medios traía una oveja o una cabra; una persona con menos recursos traía dos aves y un individuo pobre traía una porción de harina.

ASHAM

El último sacrificio discutido en esta sección de la Torá es la «ofrenda por la culpa», o “asham”. Se discuten las tres categoriza de este sacrificio 1) la ofrenda que trae aquel que se ha apropiado indebidamente de algún elemento que pertenece al Templo (me’ilá o sacrilegio) 2) la ofrenda de asham traída por quien hubiese jurado en falso respecto una suma de dinero que debe a otra persona, aclarando que este sacrificio no exime al deudor a saldar su deuda  con su acreedor. 3) la ofrenda de asham traída por una persona que cree, pero no está totalmente segura, haber transgredido una prohibición de la Torá.




Resumen TERUMA

Esta Parasha describe las instrucciones de Dios a Moshé para invitar al pueblo a contribuir con lo que pudieran o quisieran para la construcción del Tabernáculo. Los materiales necesarios incluían metales preciosos, telas, pieles, lino, madera, especias, piedras preciosas, entre otros. Dios le dio instrucciones detalladas a Moshé sobre la construcción y las dimensiones del Tabernáculo y sus artefactos.

En primer lugar, el texto describe el Arca que contendría las tablas de la Ley. El Arca debía ser construida de madera de acacia y recubierta de oro, con anillos en sus esquinas donde se insertarían varas para su transporte. El Arca estaría cubierta con una tapa de oro puro, y de esta tapa se harían dos querubines de oro.

Luego se dieron instrucciones para la construcción de la Mesa para el Pan de la Presencia, que también sería de madera de acacia y recubierta de oro. A continuación, se describió la construcción de la Menorá, el candelabro de siete brazos que debía ser hecho de un solo bloque de oro puro con terminaciones decorativas.

La Tora luego describe la construcción del Santuario del Tabernáculo. La cubierta del Santuario consistiría en varias capas de tapices: la primera sería una combinación de lana de colores y lino, y la segunda capa estaría hecha de pelo de cabra. Estas dos grandes cubiertas también cubrirían las paredes exteriores del Tabernáculo. La parte superior del Tabernáculo estaría recubierta con pieles de carnero teñidas y pieles de «tajash» (un animal cuya identificación es objeto de debate). Las paredes del Tabernáculo debían estar hechas de vigas de madera de acacia recubiertas de oro. La base de cada viga debía insertarse en dos bases de plata. El lado este del Tabernáculo estaría abierto, y los lados norte y sur tendrían 20 vigas cada uno, mientras que la pared occidental tendría ocho. Las vigas estarían unidas por varias barras transversales.

El Santuario del Tabernáculo constaba de dos secciones: la cámara más interna era el espacio más sagrado donde se colocaría el Arca. La cámara exterior, Hejal o Qodesh, albergaría la Menorá, la Mesa de Oro y el Altar del Incienso.

Luego, Moshé recibió instrucciones para la construcción del Altar. Este altar debía ser de madera de acacia recubierta de bronce y debía tener cuatro protuberancias verticales en sus esquinas. También debía tener anillos y varas para su transporte.

El patio del Tabernáculo debía medir 100 codos (aproximadamente 50 metros) por 50 codos y estaría delimitado por cortinas de lino. La entrada al patio estaría en su lado oriental, cubierta por una cortina tejida de lana y lino.




Resumen de Parashat Mishpatim

La semana pasada leímos los 10 mandamientos, que son el anticipo de los 613 mandamientos que constituyen la constitución nacional del pueblo judío. La sección de esta semana contiene 53 Mitzvot o preceptos que directa o indirectamente se relacionan con los 10 Mandamientos, los explican y profundizan sus detalles.

La Parashá comienza con las leyes relativas al esclavo israelita, su liberación obligatoria después de un máximo de seis años de servicio y el procedimiento que se sigue cuando un sirviente expresa su deseo de permanecer al servicio de su amo. La Torá continúa con las leyes de una mujer en una situación y sus inalienables derechos conyugales por parte de su amo cuando este se convierte en su marido. Luego la Torá habla del castigo por el asesinato, el homicidio, el secuestro y el tráfico de personas. A continuación menciona la prohibición del abuso fisco o verbal hacia los padres. Y las sanciones que se imponen a una persona que lesiona o daña a otra.

La Torá describe el castigo para quien golpea a una mujer embarazada y provoca su aborto. La Torá luego se enfoca en las responsabilidades de un individuo por los daños ocasionados a los bienes y posesiones de otra persona, cuando estos daños han sido realizadas por él mismo, o sus animales, o por un acto de negligencia, como por ejemplo, al dejar un pozo abierto. Cuando una persona roba está obligada a pagar a su víctima el capital más los daños punitivos.

Quien causa un incendio es responsable por los daños causados por el fuego que dejó sin apagar. La Torá detalla también las responsabilidades de un individuo que se compromete a cuidar las posesiones de otro, las alquila o las pide prestadas. La Torá menciona la prohibición y el castigo por seducir a una joven menor. La Torá prohibe la hechicería, la bestialidad y el ofrecimiento de un sacrificio idólatra. La Torá nos indica la prohibición de oprimir a un extranjero, a una viuda o un huérfano. Y nos estimula a prestar dinero a los pobres sin interés. También menciona la prohibición de maldecir a un juez o un líder político. También nos advierte de consumir carne que no fue sacrificada ritualmente, u ofrecer un sacrificio ritual antes de que el animal tenga ocho días. El perjurio y la corrupción judicial están estrictamente prohibidos. La Torá nos recuerda la obligación de separar los diezmos agrícolas y a santificar al primogénito. También menciona la obligación de restituir a su dueño un animal perdido y ayudarlo a descargar un animal sobrecargado.

No debemos mentir ni aceptar sobornos. Hacia el final de esta lista de preceptos la Torá menciona la Shemitá, el descanso de la tierra durante el año sabático, del mismo modo que trabajamos durante seis días y el séptimo día dejamos de trabajar. Está prohibido mencionar el nombre de dioses paganos. Debemos celebrar las tres fiestas de peregrinación al Bet haMiqdash: Pésaj, Shabuot y Sukkot. Finalmente la Torá nos indica la prohibición de mezclar carne con leche.

Dios le asegura al pueblo que si erradican la idolatría una vez que llegan a la Tierra Prometida, serán recompensados: los pueblos que la habitan caerán ante ellos, Dios bendecirá su comida y su bebida y eliminara las enfermedades de Su pueblo.

La Parashá concluye con un tema extremadamente importante: el establecimiento definitivo del pacto entre Dios y el pueblo judío. Luego de que Moshé le transmite al pueblo los Diez Mandamientos y estas leyes, el pueblo judío se compromete a entrar en el pacto con Dios. Moshé escribe durante la noche todo lo que Dios le transmitió y lo lee ante los oídos del pueblo. Luego, construye un altar que representa la presencia Divina y doce monumentos que representan a las tribus de Israel. Se ofrecen sacrificios. Moshé toma la sangre, vierte la mitad sobre el altar y la otra mitad la rocía sobre el pueblo. El Pacto Eterno entre Dios e Israel queda sellado cuando el pueblo pronuncia las palabras: na’asé venishmá “Todo lo que dijo Dios haremos y obedeceremos”. Aquí y así ¡nace el judaísmo!

Moshé asciende al Monte Sinai donde permanecerá durante cuarenta días y cuarenta noches, para luego bajar con las Tablas de la Ley.




RESUMEN DE PARASHAT YITRO

EL CONSEJO DE YITRO

El suegro de Moshé, Yitró, escucha acerca de todos los milagros que Dios realizó por los judíos en Egipto y llega desde Midián al campamento israelita en el desierto, trayendo consigo a la esposa de Moshé y a sus dos hijos. Moshé lo recibe y le cuenta más detalles sobre todo lo que Dios hizo por ellos. Yitró alaba a Dios y ofrece sacrificios en agradecimiento.      Yitró ve que Moshé está actuando solo como juez y mediador en todas sus disputas que surgen entre los israelitas. Y le explica que esa carga tan pesada sobre los hombros de Moshé eventualmente lo desgastará. Yitró recomienda establecer un sistema de jueces, para lo cual es necesario seleccionar hombres sabios y justos. Moshé debe delegarles responsabilidades, mientras que él solo juzgaría los casos más difíciles. Esto también le permitirá a Moshé dedicar más tiempo a enseñar Torá a su pueblo.  Moshé acepta la sugerencia de su suegro y establece el sistema judicial. Yitró regresa a su tierra natal.

LA PROPUESTA

Seis semanas después de salir de Egipto, el primer día del mes de Siván, los hebreos llegan al desierto y acampan al pie del monte Sinaí. Moshé sube a la montaña, donde Dios le propone el establecimiento de un pacto o alianza entre Él e Israel: Dios por su parte elegirá a los israelitas como su pueblo protegido, y los judíos por su parte, tendrán que convertirse en un reino de sacerdotes y una nación consagrada a Dios. Moshé le transmite la propuesta de Dios al pueblo y los judíos aceptan celebrar este pacto eterno. Dios le dice a Moshé que los hebreos deben prepararse para el evento. Tienen que purificarse y santificarse durante tres días. En la mañana del sexto día de Siván, se escuchan truenos y relámpagos y el sonido penetrante de un Shofar proveniente de la cima de la montaña. El monte Sinaí está cubierto por una densa nube, hay humo y fuego y el sonido del shofar se hace cada vez más fuerte. Moshe guía a la gente a la montaña y asciende. Dios le advierte a Moshé que nadie debe subir o acercarse durante este evento, excepto Moshé y su hermano Aharon.

LOS DIEZ MANDAMIENTOS

Dios revela los Diez Mandamientos a todo el pueblo de Israel  1) Aceptar a Dios como la autoridad suprema. 2) No creer en dioses paganos ni adorar ídolos o imágenes. 3) No usar el nombre de Dios en vano. 4) Observar el Shabbat. 5) Honrar a los padres. 6) No matar. 7) No cometer adulterio. 8) No robar o secuestrar. 9) No prestar falso testimonio. 10) No codiciar la propiedad ajena.

EL PUEBLO SOLICITA LA INTERMEDIACIÓN DE MOSHE

Los israelitas están abrumados por el encuentro cercano con la «voz» de Dios.  “Ven los sonidos” y se sienten a punto de colapsar o morir a causa de este evento sobrenatural que están presenciando. Le ruegan a Moshé que sirva de intermediario entre ellos y Dios. Moshé los calma y acepta ser el portavoz de Dios (los rabinos explican que esto ocurrió entre el segundo y el tercer mandamiento. Por eso, el primero y el segundo mandamiento se expresan en primera persona, pero el resto de los mandamientos en tercera persona. ).

SIN IMÁGENES

La Parasha concluye con la advertencia de Dios al pueblo sobre la realización de imágenes o representaciones visuales de Dios, recordándole a la gente que cuando Dios se reveló, escucharon su voz, pero no vieron ninguna imagen. Esta exhortación concluye con el mandato de erigir un altar de sacrificios hecho de piedras, especificando que no se deben usar instrumentos de metal en su construccion y no se deben construir escalones en la rampa que lleva hacia el altar.




RESUMEN DE BESHALAJ

EL FARAON SE ARREPIENTE
Después de que el faraón expulsa, y así libera de la esclavitud, a los hebreos de su tierra, Dios no los guía por la ruta más directa hacia la Tierra Prometida, porque un enfrentamiento con el enemigo los impulsaría a regresar a Egipto. Dios los lleva por la ruta del desierto, guiándolos con una columna de nube durante el día y una columna de fuego por la noche. Dios luego ordena a los judíos que retrocedan y acampen a lo largo del Mar Rojo. Al faraón le parece que los judíos están perdidos en el desierto y los mueve a perseguirlos. El Faraón decide entonces partir tras los judíos y arrinconarlos. Cuando los Yehudim ven que llegan los egipcios con su ejército entran en pánico y le gritan a Moshé. «¿Acaso no hay tumbas en Egipto que nos has traído a morir en el desierto?”. «No tengas miedo», aseguró Moshé. «Manténgase quietos y verán la salvación de Dios hoy … que Dios peleará la guerra por ustedes».
EL MAR SE ABRE
Dios instruye a Moshé: «¡Habla con los hijos de Israel y diles que avancen…!» Dios ordena a Moshé que extienda su vara sobre el mar y lo divida para que los judíos avancen en medio del mar. «Y así los egipcios sabrán que yo soy Dios, cuando sea glorificado por el Faraón y sus ejércitos». Mientras tanto, la columna de nube que guiaba a los judíos en el frente se posiciona atrás de ellos, separando a los hebreos de sus enemigos e impidiendo que los egipcios avancen. Moshé extiende su vara y el mar se parte en dos columnas. Los judíos atraviesan el lecho del mar, completamente seco, cruzando el límite del territorio egipcio hacia su libertad definitiva.
SALVACION Y AGRADECIMIENTO
Los egipcios deciden perseguirlos y avanzan hacia el mar dividido. Moshé extiende su mano sobre el mar, las aguas colapsan y se cierran sobre los egipcios ahogándolos en el mar. Al ver esto, y ya en la otra orilla del mar, Moshé y los hebreos comienzan a cantar, alabando a Dios por el maravilloso milagro que habían presenciado. Miriam, la hermana de Moshé, dirige a las mujeres a cantar y bailar, con instrumentos musicales.
AGUA y MANA
Los hebreos comienzan ahora su travesía por el desierto y pasan 3 días caminado sin encontrar agua. Cuando llegan a Marah encuentran agua salada. Por indicación divina Moshé endulza el agua y el pueblo bebe. Luego de un tiempo, las provisiones que los judíos habían traído desde Egipto comienzan a agotarse. Se quejan a Moshé, diciendo que extrañan los manjares de Egipto que dejaron atrás. Dios les responde asegurándoles que desde el cielo para descender un alimento especial y que les proporcionará carne por las noches. Un ejército de codornices aparece al anochecer y cae directamente sobre el campamento de los judíos que así tienen carne para consumir. Por la mañana, un alimento llamado “maná”, cae desde el cielo, escondido en el rocío matutino. Moshé les dice a los hebreos que recojan una porción limitada de maná diaria para cada miembro de la familia. Y les dice que no acumulen “maná” de un día para el otro, ya que el maná extra se va a pudrir. Los que ignoraron esta indicación encontraron que a la mañana siguiente el maná estaba infestado de gusanos. El viernes, por indicación Divina, todos recogen dos porciones de “maná”: la segunda porción debía separarse y ser reservada para Shabbat, ya que en Shabbat no descendería maná. Una vez más, algunos judíos ignoran la directiva de Moshé y salen a recoger maná en Shabbat. Dios le ordena a Moshé tomar un frasco de maná y en el futuro colocarlo en el Arca Sagrada como testimonio de este milagro para todas las generaciones futuras.
 Los israelitas siguen su travesía en el desierto y cuando llegan a Refidim otra vez se les acaba el agua. Se quejan a Moshé. Dios le ordenó al líder judío golpear una roca con su vara y el agua comienza a brotar de la roca y el pueblo puede beber.
ATAQUE SORPRESA
Sorpresivamente, los Amalequitas -nómadas del desierto- atacan a los judíos. Moshé le ordena a su discípulo Yehoshúa que reúna un ejército y luche contra Amaleq. Yehoshúa cumple la orden de Moshé y los judíos salen victoriosos de esta batalla con asistencia Divina. Dios instruye a Moshé para que registre por escrito que HaShem borrará la memoria de Amaleq sobre la tierra, y que los judíos no lo debemos olvidar.



RESUMEN DE PARASHAT VAYESHEB

Jacob (Ya’aqob) finalmente se establece en la tierra de Israel. Yosef es el hijo favorito de Jacob. El padre, incorrectamente, expresa su favoritismo regalándole a Yosef una túnica especial de colores. Sus hermanos lo envidian. Yosef, aparentemente sin saber de este sentimiento, le cuenta a sus hermanos acerca de sus sueños de grandeza, despertando así el odio de los hermanos hacia él.

Los hermanos de Yosef estaban cuidando el rebaño de su padre. Jacob envía a Yosef a visitarlos. Cuando los hermanos lo ven , planean matarlo. Reuben sugiere tirarlo a un pozo, pensando en que más tarde lo rescataría. Cuando Yosef llega, los hermanos le quitan la túnica, lo tiran al pozo y Yosef es vendido como esclavo a unos comerciantes que viajaban hacia Egipto. Los hermanos toman la túnica de Yosef, la manchan de sangre y se la muestran al padre desconsolado. Jacob asume que Yosef fue atacado por una bestia salvaje y comienza un luto de 22 años por la presunta muerte de su hijo querido.

Yehudá se casa con la hija de un individuo local y tiene tres hijos. Su primer hijo, Er, se casa con una mujer llamada Tamar, y muere sin tener hijos. Yehudá le da a su segundo hijo Onan a Tamar, pero también muere sin hijos. Yehudá no le da su tercer hijo a Tamar. Tamar lo engaña vestida de mujer indecente. Yehudá no la reconoce, yace con ella y queda embarazada. Tamar da a luz a gemelos, Zéraj y Perets.

Yosef trabaja como esclavo en la casa de Potifar, un importante funcionario de Faraón. Yosef tiene mucho éxito en todo lo que hace, porque Dios lo bendice. Yosef era un hombre atractivo. La esposa de Potifar provoca a Yosef, pero Yosef rechaza delicadamente sus avances. Al no lograr su objetivo, la mujer acusa falsamente a Yosef de abuso sexual. A pesar de insistir en su inocencia, Yosef es enviado a prisión.

En la cárcel, Yosef conoce a dos funcionarios del Faraón cuyas sentencias están pendientes. Una noche ambos tienen un sueño extraño. Yosef interpreta los sueños y anticipa que uno de ellos, el oficial encargado de la bebida del Faraón, será declarado inocente y regresará a su trabajo. Mientras que el otro oficial, el encargado de la comida de Faraón, será ejecutado. Yosef le solicita al primero que cuando esté libre y vea al Faraón, le cuente acerca de él y le pida que lo libere. Pero este funcionario, una vez que regresa a sus funciones, borra a Yosef de su mente.




RESUMEN DE PARASHAT VAYETSE

Jacob deja Beer-Sheba y se encamina a Harán, Siria. Está huyendo de su hermano Esav, que se propuso matarlo. También va a Harán con la intención de encontrar una esposa en la ciudad natal de su madre. Al poco tiempo de iniciar su largo viaje, cuando llega a Bet El, Jacob tiene un hermoso sueño: ángeles subiendo y bajando por una escalera. Dios le promete a Jacob Su bendición y protección y le garantiza que él y su descendencia heredarán la tierra de Israel.

Después de varios días, Jacob llega a Harán y se dirige hacia el pozo de agua. Allí conoce a una joven que resulta ser su prima hermana, Rajel, y se enamora de ella. Rajel lo lleva a su casa. Jacob es recibido por su tío Labán. Rápidamente llegan a un acuerdo: Jacob trabajará para Labán durante siete años y, a cambio, Labán le permitirá casarse con su hija. Pero cuando llega el momento de la boda, Labán le da a Jacob a su hija Leá en lugar de a Rajel, algo que Jacob solo descubre al día siguiente. ¿Cómo es posible que Jacob no reconociera a Leá? Hay varias explicaciones, pero la más simple es que 1. Rajel y Leá eran hermanas, y deben haber sido muy parecidas físicamente y en su voz. 2. Las mujeres en la antigüedad usaban un velo muy grueso, como el burka que usan las mujeres en Afganistán. 3. Todo sucedió a la sombra de la noche. 4. Jacob no lo esperaba. Muchos comentaristas explican que Jacob ahora fue víctima de un caso de “robo de identidad” similar al que él había causado cuando se disfrazó de su hermano Esav para recibir su bendición de su padre Isaac, que era ciego. Las similitudes entre estos dos episodios no puede ser una mera coincidencia.

Jacob tuvo que trabajar durante otro largo período de tiempo para casarse también con Rajel. Antes de que se diera la Torá, no había una  prohibición de casarse con dos hermanas. Leá, Bilha y Zilpa le dan varios hijos a Jacob. Rajel era estéril, pero al final dio a luz a un hijo llamado Yosef. Jacob ahora tiene once hijos , Rubén, Shimón, Levi, Yehudá, Yissajar, Zebulún, Dan, Naftalí, Gad, Asher, Yosef, y una hija: Diná. El nacimiento de su duodécimo hijo, Binyamín, se mencionará recién en la Parasha de la próxima semana. Cada uno de sus hijos establecerá una de las tribus de Israel. Hay una diferencia muy importante entre los hijos de Yishmael y los hijos de Jacob: leímos un poco antes que Yishmael también tuvo 12 hijos,  cada uno de esos hijos creó una nación aparte (shenem asar nesiim lumotam). Jacob sin embargo, logró que todos sus hijos formaran 12 tribus de un mismo pueblo.

Después de trabajar para Labán durante muchos años, Jacob expresa su deseo de regresar a la tierra de sus padres, Erets Israel. Pero Labán lo convence de quedarse más tiempo y le ofrece pagarle con parte del rebaño para que Jacob pudiera tener su patrimonio propio. Después de unos años, el rebaño de Jacob aumenta de manera milagrosa, y nuestro patriarca decide regresar a su tierra natal sin buscar el consentimiento de Labán: Reúne a su familia y les dice que Dios se le reveló en un sueño y le anunció que era hora de irse.

Jacob y su familia prácticamente huyen sin el conocimiento de Labán. Y cuando Labán se entera, va tras Jacob con las peores intenciones. Dios se revela a Labán y le advierte que no le haga daño a Jacob. Labán reprime a Jacob por haberle quitado a sus hijas y nietos. Jacob y Labán finalmente se reconcilian y hacen un tratado de paz en Gal’ed. Jacob continúa su camino, con destino a la tierra de Canaán, y llega a la ciudad de Majanayim. El próximo desafío de Jacob será enfrentar a su hermano Esav, que 20 años atrás había decidido matarlo.




RESUMEN DE JAYE SARA

Nuestra Parashá comienza contándonos que Sará muere a la edad de 127 años.  Abraham identifica una parcela de tierra en la ciudad de Hebrón para enterrar a su esposa. El terreno contiene una cueva —lugar donde se sepultaba a los muertos en la antigüedad— situada en el campo de Majpelá. Esta tierra que pertenecía a Efrón el hitita.  Los hititas eran una civilización muy poderosa en ese tiempo. Abraham les pide que le vendan esa tierra. Efrón le ofrece a Abraham enterrar allí a su esposa gratuitamente, pero Abraham rechaza la generosa oferta e insiste en que quiere comprar todo ese terreno y pagar su precio total para usarlo como cementerio familiar.  La venta de esta tierra y sus alrededores se realiza por la suma de 400 piezas de plata, que Abraham le paga a Efrón. Este episodio no solo simboliza la conexión eterna del pueblo judío con la tierra de Israel, sino que también documenta la adquisición de esta parcela en Hebrón y la Tierra Santa.

Luego de enterrar a Sará, Abraham encomienda a su sirviente Eliezer encontrar una esposa adecuada para su hijo Isaac en la tierra de Jarán, que queda en el sur de Turquía,  y evitar que su hijo tome una mujer de la tierra de Canaán y se asimile a los pueblos locales.

Después de una larga travesía, Eliezer llega a Jarán y reza a Dios por el éxito de su misión. Le pide al Creador una señal celestial para confirmar su elección de la futura esposa de Isaac. Esta señal será que, cuando él le pida a una de las jóvenes mujeres que van al pozo por agua, que le sirva agua, ella responda positivamente y ofrezca agua también para los camellos. Providencialmente,  una joven del lugar ofrece dar de beber a los camellos y resulta ser la sobrina nieta de Abraham: Ribká, o Rebeca.

Al enterarse de la identidad de los ilustres extranjeros que habían llegado a su pueblo, Ribká corre a contarle a su familia. Su hermano, Labán, actúa de anfitrión e invita Eliezer y sus hombres a pasar la noche en su hacienda. Eliezer le dice a la familia de Rebeca cuál era el propósito de su misión y les cuenta la señal providencial que designó a Rebeca como la futura esposa del hijo de su amo. La familia está de acuerdo que el matrimonio fue destinado por Dios y aceptan la propuesta. La familia de Ribká celebra el compromiso. Eliezer representa a la familia de Abraham.

A la mañana siguiente, Eliezer pide que no lo demoren en regresar a su tierra y, luego de una emotiva despedida, la delegación parte de regreso a la tierra de Abraham. Isaac toma a Ribká como su esposa, y su presencia lo consuela por la pérdida de su madre.

Abraham se vuelve a casar y, en su vejez, tiene varios hijos más. Sin embargo, y para evitar reclamos territoriales o hereditarios por parte de sus otros hijos, Abraham les concede antes de su muerte una generosa herencia y abandonan la tierra de Israel. Y así lega todas sus posesiones y sus tierras en Israel a Isaac.

Abraham muere a la edad de 175 años y es enterrado por Isaac e Ishmael en la cueva de Majpelá junto a su querida esposa Sará.