RESUMEN DE LA PARASHA TETSAVE

MENORA
Dios ordena que se use el aceite de oliva mas refinado para encender diariamente la Menora, el candelabro de oro que estaba en el interior del tabernáculo.

LAS ROPAS DE LOS COHANIM
Moshé recibe la indicación de consagrar a Aharón y a sus hijos como sacerdotes vistiéndolos con ropas especiales. La Torá explica cómo hacer el Efod del Sumo Sacerdote. El Efod es una prenda muy elaborada que usaba el Sumo Sacerdote (entre un chaleco y un delantal) sobre la cual descansaba el Joshen (ver más adelante). El Efod estaba tejido con hilos de oro, violeta y escarlata, y estaba hecho de lino fino y bordado con un elaborado tejido de hilo dorado. Luego la Torá describe el Joshén o pectoral que el Sumo Sacerdote vestía por encima del Efod. Este pectoral contenía cuatro filas de piedras preciosas, cada fila contenía tres piedras (urim vetumim, que esta representado por ejemplo, en el escudo de la univerdiad de Yale ).

Los artesanos grabaron los nombres de las 12 Tribus de Israel en estas doce piedras. El Joshén estaba asegurado con correas que lo conectaban al Efod.

EL TEJELET
Luego la Torá menciona al me’il, una túnica de color violeta (en la tradición sefaradí el color tejelet no es azul o celeste sino “violeta») que estaba adornada con campanillas de oro y granadas. Luego se describe el tzitz, como una vincha o banda dorada que se usaba en la frente, y en la cual estaban grabadas las palabras “Consagrado para Dios». Luego, la Torá describe las cuatro prendas que usaban tanto el Sumo Sacerdote como los sacerdotes regulares: túnicas, turbantes, fajas y pantalones.

CONSAGRACION DE LOS SACERDOTES
La Torá indica la ceremonia que se debe llevar a cabo para consagrar a Aharón y sus hijos como sacerdotes. Aharón y sus hijos serán llevados a la entrada del santuario, se sumergirán en una mikve (baño ritual) y vestirán las ropas sacerdotales. Luego Moshé deberá ofrecer varios sacrificios inaugurales . Esta ceremonia se repetirá durante un período de siete días, después del cual la consagración estará completa. También se incluye en esta sección una descripción de cómo los futuros Sumo Sacerdotes serán consagrados en sus funciones.

QORBAN HATAMID Y QUETORET
Dios instruye a los judíos a ofrecer dos sacrificios diarios ininterrumpidamente: un cordero por la mañana y otro por la tarde. Estos sacrificios deberán ser realizados en el Tabernáculo incluso en Shabbat o Yom Kippur. Y por último la Torá describe el Quetoret o incienso que se ofrecía sobre un pequeño altar de oro puro que se encontraba en el interior del Santuario, cerca de la Menorá. Los sacerdotes estarían a cargo de producir el quetoret sobre este altar dos veces por día.




Resumen TERUMA

Dios instruye a Moshé a invitar al pueblo a contribuir con lo que cada uno pueda o quiera para la construcción del Tabernáculo. Los materiales necesarios eran: metales preciosos, telas, pieles, lino, maderas, especias, piedras preciosas, etc.  Dios le da instrucciones detalladas a Moshé sobre la construcción y las dimensiones del Tabernáculo y sus artefactos. Primero se describe el Arca que contendría las tablas de la Ley. El Arca debía estar hecha de madera de acacia y cubierta de oro, con  anillos en sus esquinas donde se insertaban los postes para transportar el Arca. El Arca debía ser cubierta con una losa de oro puro. Y de esta cubierta se harían dos querubines de oro.

Luego se dan las instrucciones para construir la Mesa para el Pan de la Proposición. Esta mesa también estaba hecha de madera de acacia y cubierta de oro. Luego se describe la construcción de la Menorá, el candelabro de siete brazos que debía ser elaborado en un solo bloque de oro puro, con terminales decorativas.

Luego la Torá describe la construcción del santuario del Tabernáculo. La cubierta del Santuario constaría de varios tapices: el primero sería una combinación de lanas coloridas y lino. La segunda capa debía estar hecha de pelo de cabra. Estas dos cubiertas de gran tamaño también cubrían el exterior de las paredes del Tabernáculo. La parte superior del Tabernáculo se cubriría luego con pieles de carnero teñidas y pieles de tajash (un animal cuya identificación es tema de discusión). Las paredes del Tabernáculo debían ser hechas con vigas de madera de acacia cubiertas en oro. La parte inferior de cada viga tenía que insertarse en dos bases plateadas. El lado este del Tabernáculo estaba abierto. Su lado norte y sur debían tener 20 vigas y el muro occidental 8.  Las vigas estaban unidas por varios travesaños.

El santuario del Tabernáculo constaría de dos secciones: la cámara más interna era el recinto más sagrado, donde se colocaría el Arca. El recinto exterior Hejal o Qodesh, albergaría la Menorá, la Mesa de oro y el Altar del incienso.

Luego Moshé recibe las instrucciones para la construcción del Altar. Este altar debía estar hecho de madera de acacia recubierta de cobre, y debía tener cuatro salientes verticales en sus esquinas, que sobresalen. El altar también debería estar hecho con anillos y postes de transporte.

El patio del Tabernáculo debía tener 100 codos (aproximadamente 50 metros) por 50 codos. Y estaba cerrado por cortinas de lino. La entrada al patio debía estar en su lado este, cubierta por una cortina tejida de lana y lin

Dios instruye a Moshé a que invite al pueblo a contribuir con lo que cada uno pudiera o quisiera para la construcción del Tabernáculo, cuyos materiales incluían metales preciosos, telas, pieles, lino, maderas, especias y piedras preciosas, entre otros. Dios le da instrucciones detalladas a Moshé sobre la construcción y las dimensiones del Tabernáculo y sus artefactos.

En primer lugar,  el Arca que contendría las tablas de la Ley. El Arca debía estar hecha de madera de acacia y cubierta de oro, con anillos en sus esquinas donde se insertarían los postes para transportarla. El Arca debía ser cubierta con una losa de oro puro, y de esta cubierta se harían dos querubines de oro.

Luego se dan las instrucciones para construir la Mesa para el Pan de la Proposición, que también estaba hecha de madera de acacia y cubierta de oro. Después se describe la construcción de la Menorá, el candelabro de siete brazos que debía ser elaborado en un solo bloque de oro puro, con terminales decorativas.

La Torá describe la construcción del santuario del Tabernáculo, cuya cubierta estaría compuesta por varios tapices: el primero sería una combinación de lanas coloridas y lino, y la segunda capa estaría hecha de pelo de cabra. Estas dos cubiertas de gran tamaño también cubrirían el exterior de las paredes del Tabernáculo. La parte superior del Tabernáculo se cubriría con pieles de carnero teñidas y pieles de tajash (un animal cuya identificación es tema de discusión). Las paredes del Tabernáculo debían estar hechas con vigas de madera de acacia cubiertas en oro. La parte inferior de cada viga tendría que insertarse en dos bases plateadas. El lado este del Tabernáculo estaría abierto, mientras que su lado norte y sur tendrían 20 vigas y el muro occidental 8. Las vigas estarían unidas por varios travesaños.

El santuario del Tabernáculo constaría de dos secciones: la cámara más interna sería el recinto más sagrado, donde se colocaría el Arca, y el recinto exterior Hejal o Qodesh albergaría la Menorá, la Mesa de oro y el Altar del incienso.

Luego Moshé recibiría instrucciones para la construcción del Altar, el cual estaría hecho de madera de acacia recubierta de cobre, y tendría cuatro salientes verticales en sus esquinas que sobresalen. El altar también debería estar hecho con anillos y postes de transporte.

El patio del Tabernáculo tendría una medida de 100 codos (aproximadamente 50 metros) por 50 codos, y estaría cerrado por cortinas de lino. La entrada al patio estaría en su lado este, cubierta por una cortina tejida de lana y lino.




Resumen de Parashat Mishpatim

La semana pasada leímos los 10 mandamientos, que son el anticipo de los 613 mandamientos que constituyen la constitución nacional del pueblo judío. La sección de esta semana contiene 53 Mitzvot o preceptos que directa o indirectamente se relacionan con los 10 Mandamientos, los explican y profundizan sus detalles.

La Parashá comienza con las leyes relativas al esclavo israelita, su liberación obligatoria después de un máximo de seis años de servicio y el procedimiento que se sigue cuando un sirviente expresa su deseo de permanecer al servicio de su amo. La Torá continúa con las leyes de una mujer en una situación y sus inalienables derechos conyugales por parte de su amo cuando este se convierte en su marido. Luego la Torá habla del castigo por el asesinato, el homicidio, el secuestro y el tráfico de personas. A continuación menciona la prohibición del abuso fisco o verbal hacia los padres. Y las sanciones que se imponen a una persona que lesiona o daña a otra.

La Torá describe el castigo para quien golpea a una mujer embarazada y provoca su aborto. La Torá luego se enfoca en las responsabilidades de un individuo por los daños ocasionados a los bienes y posesiones de otra persona, cuando estos daños han sido realizadas por él mismo, o sus animales, o por un acto de negligencia, como por ejemplo, al dejar un pozo abierto. Cuando una persona roba está obligada a pagar a su víctima el capital más los daños punitivos.

Quien causa un incendio es responsable por los daños causados por el fuego que dejó sin apagar. La Torá detalla también las responsabilidades de un individuo que se compromete a cuidar las posesiones de otro, las alquila o las pide prestadas. La Torá menciona la prohibición y el castigo por seducir a una joven menor. La Torá prohibe la hechicería, la bestialidad y el ofrecimiento de un sacrificio idólatra. La Torá nos indica la prohibición de oprimir a un extranjero, a una viuda o un huérfano. Y nos estimula a prestar dinero a los pobres sin interés. También menciona la prohibición de maldecir a un juez o un líder político. También nos advierte de consumir carne que no fue sacrificada ritualmente, u ofrecer un sacrificio ritual antes de que el animal tenga ocho días. El perjurio y la corrupción judicial están estrictamente prohibidos. La Torá nos recuerda la obligación de separar los diezmos agrícolas y a santificar al primogénito. También menciona la obligación de restituir a su dueño un animal perdido y ayudarlo a descargar un animal sobrecargado.

No debemos mentir ni aceptar sobornos. Hacia el final de esta lista de preceptos la Torá menciona la Shemitá, el descanso de la tierra durante el año sabático, del mismo modo que trabajamos durante seis días y el séptimo día dejamos de trabajar. Está prohibido mencionar el nombre de dioses paganos. Debemos celebrar las tres fiestas de peregrinación al Bet haMiqdash: Pésaj, Shabuot y Sukkot. Finalmente la Torá nos indica la prohibición de mezclar carne con leche.

Dios le asegura al pueblo que si erradican la idolatría una vez que llegan a la Tierra Prometida, serán recompensados: los pueblos que la habitan caerán ante ellos, Dios bendecirá su comida y su bebida y eliminara las enfermedades de Su pueblo.

La Parashá concluye con un tema extremadamente importante: el establecimiento definitivo del pacto entre Dios y el pueblo judío. Luego de que Moshé le transmite al pueblo los Diez Mandamientos y estas leyes, el pueblo judío se compromete a entrar en el pacto con Dios. Moshé escribe durante la noche todo lo que Dios le transmitió y lo lee ante los oídos del pueblo. Luego, construye un altar que representa la presencia Divina y doce monumentos que representan a las tribus de Israel. Se ofrecen sacrificios. Moshé toma la sangre, vierte la mitad sobre el altar y la otra mitad la rocía sobre el pueblo. El Pacto Eterno entre Dios e Israel queda sellado cuando el pueblo pronuncia las palabras: na’asé venishmá “Todo lo que dijo Dios haremos y obedeceremos”. Aquí y así ¡nace el judaísmo!

Moshé asciende al Monte Sinai donde permanecerá durante cuarenta días y cuarenta noches, para luego bajar con las Tablas de la Ley.




RESUMEN DE PARASHAT YITRO

EL CONSEJO DE YITRO

El suegro de Moshé, Yitró, escucha acerca de todos los milagros que Dios realizó por los judíos en Egipto y llega desde Midián al campamento israelita en el desierto, trayendo consigo a la esposa de Moshé y a sus dos hijos. Moshé lo recibe y le cuenta más detalles sobre todo lo que Dios hizo por ellos. Yitró alaba a Dios y ofrece sacrificios en agradecimiento.      Yitró ve que Moshé está actuando solo como juez y mediador en todas sus disputas que surgen entre los israelitas. Y le explica que esa carga tan pesada sobre los hombros de Moshé eventualmente lo desgastará. Yitró recomienda establecer un sistema de jueces, para lo cual es necesario seleccionar hombres sabios y justos. Moshé debe delegarles responsabilidades, mientras que él solo juzgaría los casos más difíciles. Esto también le permitirá a Moshé dedicar más tiempo a enseñar Torá a su pueblo.  Moshé acepta la sugerencia de su suegro y establece el sistema judicial. Yitró regresa a su tierra natal.

LA PROPUESTA

Seis semanas después de salir de Egipto, el primer día del mes de Siván, los hebreos llegan al desierto y acampan al pie del monte Sinaí. Moshé sube a la montaña, donde Dios le propone el establecimiento de un pacto o alianza entre Él e Israel: Dios por su parte elegirá a los israelitas como su pueblo protegido, y los judíos por su parte, tendrán que convertirse en un reino de sacerdotes y una nación consagrada a Dios. Moshé le transmite la propuesta de Dios al pueblo y los judíos aceptan celebrar este pacto eterno. Dios le dice a Moshé que los hebreos deben prepararse para el evento. Tienen que purificarse y santificarse durante tres días. En la mañana del sexto día de Siván, se escuchan truenos y relámpagos y el sonido penetrante de un Shofar proveniente de la cima de la montaña. El monte Sinaí está cubierto por una densa nube, hay humo y fuego y el sonido del shofar se hace cada vez más fuerte. Moshe guía a la gente a la montaña y asciende. Dios le advierte a Moshé que nadie debe subir o acercarse durante este evento, excepto Moshé y su hermano Aharon.

LOS DIEZ MANDAMIENTOS

Dios revela los Diez Mandamientos a todo el pueblo de Israel  1) Aceptar a Dios como la autoridad suprema. 2) No creer en dioses paganos ni adorar ídolos o imágenes. 3) No usar el nombre de Dios en vano. 4) Observar el Shabbat. 5) Honrar a los padres. 6) No matar. 7) No cometer adulterio. 8) No robar o secuestrar. 9) No prestar falso testimonio. 10) No codiciar la propiedad ajena.

EL PUEBLO SOLICITA LA INTERMEDIACIÓN DE MOSHE

Los israelitas están abrumados por el encuentro cercano con la «voz» de Dios.  “Ven los sonidos” y se sienten a punto de colapsar o morir a causa de este evento sobrenatural que están presenciando. Le ruegan a Moshé que sirva de intermediario entre ellos y Dios. Moshé los calma y acepta ser el portavoz de Dios (los rabinos explican que esto ocurrió entre el segundo y el tercer mandamiento. Por eso, el primero y el segundo mandamiento se expresan en primera persona, pero el resto de los mandamientos en tercera persona. ).

SIN IMÁGENES

La Parasha concluye con la advertencia de Dios al pueblo sobre la realización de imágenes o representaciones visuales de Dios, recordándole a la gente que cuando Dios se reveló, escucharon su voz, pero no vieron ninguna imagen. Esta exhortación concluye con el mandato de erigir un altar de sacrificios hecho de piedras, especificando que no se deben usar instrumentos de metal en su construccion y no se deben construir escalones en la rampa que lleva hacia el altar.




RESUMEN DE BESHALAJ

EL FARAON SE ARREPIENTE
Después de que el faraón expulsa, y así libera de la esclavitud, a los hebreos de su tierra, Dios no los guía por la ruta más directa hacia la Tierra Prometida, porque un enfrentamiento con el enemigo los impulsaría a regresar a Egipto. Dios los lleva por la ruta del desierto, guiándolos con una columna de nube durante el día y una columna de fuego por la noche. Dios luego ordena a los judíos que retrocedan y acampen a lo largo del Mar Rojo. Al faraón le parece que los judíos están perdidos en el desierto y los mueve a perseguirlos. El Faraón decide entonces partir tras los judíos y arrinconarlos. Cuando los Yehudim ven que llegan los egipcios con su ejército entran en pánico y le gritan a Moshé. «¿Acaso no hay tumbas en Egipto que nos has traído a morir en el desierto?”. «No tengas miedo», aseguró Moshé. «Manténgase quietos y verán la salvación de Dios hoy … que Dios peleará la guerra por ustedes».
EL MAR SE ABRE
Dios instruye a Moshé: «¡Habla con los hijos de Israel y diles que avancen…!» Dios ordena a Moshé que extienda su vara sobre el mar y lo divida para que los judíos avancen en medio del mar. «Y así los egipcios sabrán que yo soy Dios, cuando sea glorificado por el Faraón y sus ejércitos». Mientras tanto, la columna de nube que guiaba a los judíos en el frente se posiciona atrás de ellos, separando a los hebreos de sus enemigos e impidiendo que los egipcios avancen. Moshé extiende su vara y el mar se parte en dos columnas. Los judíos atraviesan el lecho del mar, completamente seco, cruzando el límite del territorio egipcio hacia su libertad definitiva.
SALVACION Y AGRADECIMIENTO
Los egipcios deciden perseguirlos y avanzan hacia el mar dividido. Moshé extiende su mano sobre el mar, las aguas colapsan y se cierran sobre los egipcios ahogándolos en el mar. Al ver esto, y ya en la otra orilla del mar, Moshé y los hebreos comienzan a cantar, alabando a Dios por el maravilloso milagro que habían presenciado. Miriam, la hermana de Moshé, dirige a las mujeres a cantar y bailar, con instrumentos musicales.
AGUA y MANA
Los hebreos comienzan ahora su travesía por el desierto y pasan 3 días caminado sin encontrar agua. Cuando llegan a Marah encuentran agua salada. Por indicación divina Moshé endulza el agua y el pueblo bebe. Luego de un tiempo, las provisiones que los judíos habían traído desde Egipto comienzan a agotarse. Se quejan a Moshé, diciendo que extrañan los manjares de Egipto que dejaron atrás. Dios les responde asegurándoles que desde el cielo para descender un alimento especial y que les proporcionará carne por las noches. Un ejército de codornices aparece al anochecer y cae directamente sobre el campamento de los judíos que así tienen carne para consumir. Por la mañana, un alimento llamado “maná”, cae desde el cielo, escondido en el rocío matutino. Moshé les dice a los hebreos que recojan una porción limitada de maná diaria para cada miembro de la familia. Y les dice que no acumulen “maná” de un día para el otro, ya que el maná extra se va a pudrir. Los que ignoraron esta indicación encontraron que a la mañana siguiente el maná estaba infestado de gusanos. El viernes, por indicación Divina, todos recogen dos porciones de “maná”: la segunda porción debía separarse y ser reservada para Shabbat, ya que en Shabbat no descendería maná. Una vez más, algunos judíos ignoran la directiva de Moshé y salen a recoger maná en Shabbat. Dios le ordena a Moshé tomar un frasco de maná y en el futuro colocarlo en el Arca Sagrada como testimonio de este milagro para todas las generaciones futuras.
 Los israelitas siguen su travesía en el desierto y cuando llegan a Refidim otra vez se les acaba el agua. Se quejan a Moshé. Dios le ordenó al líder judío golpear una roca con su vara y el agua comienza a brotar de la roca y el pueblo puede beber.
ATAQUE SORPRESA
Sorpresivamente, los Amalequitas -nómadas del desierto- atacan a los judíos. Moshé le ordena a su discípulo Yehoshúa que reúna un ejército y luche contra Amaleq. Yehoshúa cumple la orden de Moshé y los judíos salen victoriosos de esta batalla con asistencia Divina. Dios instruye a Moshé para que registre por escrito que HaShem borrará la memoria de Amaleq sobre la tierra, y que los judíos no lo debemos olvidar.



RESUMEN DE PARASHAT BO

OCTAVA PLAGA
Moshé va al encuentro del Faraón y le advierte que si no permite salir a los esclavos hebreos, Egipto será devastado por una plaga de langostas. Luego que Moshé y Aharón abandonan el palacio los funcionarios del Faraón tratan de convencerlo de que deje libres a los israelitas antes de que Egipto sea totalmente destruido. El Faraón llama a Moshé y le hace una oferta: permitir que los judíos salgan, pero que dejen a sus hijos en Egipto. Moshé rechaza la oferta y el Faraón, entonces,  se niega a dejarlos libres. Moshé extiende su mano y una plaga de langostas cae sobre Egipto consumiendo toda la vegetación. El Faraón le pide a Moshé que ore a Dios para que elimine las langostas y le asegura que ahora sí dejará partir a los judíos. Moshé reza y un viento se lleva a las langostas fuera de Egipto, pero el Faraón al haberse liberado de las langostas,  no cumple con su palabra.

NOVENA PLAGA:
La oscuridad desciende sobre Egipto. Durante tres días los egipcios tienen que estar en un virtual aislamiento, ya que no podían verse la cara uno del otro. Pero la oscuridad no afectó el área donde vivían los judíos. El Faraón vuelve a llamar a Moshé y le ofrece una nueva concesión: liberar a los hebreos, hombres mujeres y niños,  pero que dejen su ganado en Egipto, para asegurarse de que volverán. Moshé rechaza la oferta y en este punto el Faraón expulsa a Moshé de su presencia y lo amenaza:  «porque el día que veas mi rostro nuevamente, morirás». Moshé le dice al Faraón que una plaga más caerá sobre Egipto, después de lo cual el Faraón los liberará de la esclavitud  incondicionalmente.

REPARACIONES
Dios instruye a Moshé que los israelitas pidan objetos de oro y plata a sus vecinos egipcios, como un tipo de indemnización o reparación que en esos tiempos se le concedía a un esclavo al dejarlo salir en libertad.  Los egipcios rápidamente le dieron a los hebreos objetos de gran valor, con la intencion de que se fueran y asei las plagas llegaran a su fin. Moshé le advierte al Faraón que a la medianoche, Dios hará fallecer a todos los primogénitos egipcios, incluyendo al hijo del Faraón, el heredero del trono.

EL SACRIFICIO DE PESAJ
Dios dicta su primera Mitzvá a los hijos de Israel: consagrar y anunciar oficialmente el comienzo del mes lunar, Rosh Jódesh, estableciendo así el futuro calendario hebreo. Dios también le indica a Moshé que los judíos deben tomar un cordero para sacrificarlo, asarlo y consumirlo junto con matzá y hierbas amargas antes de partir de Egipto. Con la sangre del cordero se deberá pintar los dinteles y los postes de las puertas de las casas judías, y así cuando la última  plaga afecte a los primogénitos egipcios, los primogénitos judíos que estén dentro de estas residencias marcadas con sangre serán protegidos por Dios. Dios también le ordena a Moshé que las generaciones futuras deberán recordar para siempre este día, celebrando la festividad de Pésaj por siete días, durante los cuales no podrán comer ni poseer levadura (jamets).

DECIMA PLAGA:
A la medianoche del día 15 de Nisán una plaga mata a los primogénitos egipcios, pero Dios protege a los primogénitos judíos . Egipto es presa del terror porque piensan que el Dios de los judíos causará la muerte de todos los egipcios. El Faraón se despierta hace traer a Moshé y le suplica que se lleve a los esclavos judíos fuera de Egipto, otorgándoles de esta manera implícita su libertad. Los ciudadanos egipcios también presionan a los hebreos para que se vayan lo antes posible. Los judíos preparan sus provisiones: panes ázimos, hecho con masa no fermentada,  porque tenían que partir ya, y no tenian tiempo de dejar elevar la masa poara hacer pan común.    Los israelitas abandonan Egipto al mediodía del 15 de Nisán.

PRIMEROS MANDAMIENTOS
Dios instruye a los hebreos a celebrar en el futuro la festividad de Pésaj ofreciendo un sacrificio y consumiéndolo de una manera similar a la que hicieron en Egipto. Hay otros mandamientos que Dios imparte, todos relacionados con la milagrosa salvación de la plaga que causó la muerte de los primogénitos. 1. Los primogénitos judíos serán consagrados al servicio divino. 2. Se deberá consumir Matsá en la noche Pésaj 3. Cada año en la noche de Pésaj los padres relatarán la historia del Éxodo de Egipto a sus hijos. 4. Los primogénitos de los animales domésticos también serán consagrados,  o si se trata de animales no aptos para el consumo, redimidos . 5. Los hombres judíos deberán vestir en la cabeza y en el brazo los Tefilín, o filacterias, unas cajitas de cuero que contienen 4 textos que aluden al amor de Israel hacia Dios, expresado en la liberación de Egipto.




RESUMEN DE PARASHAT MIQUETZ

1. En la cárcel, donde está encerrado por un crimen que no cometió, Yosef interpreta correctamente los sueños de los oficiales del Faraón encarcelados. Dos años después, el faraón tiene un sueño. Está parado junto al Nilo cuando ve siete vacas gordas saliendo del río, y luego siete vacas flacas que se comen a las gordas. El Faraón tiene un segundo sueño: siete espigas de trigo sanas salen de un tallo seguidas de siete espigas delgadas. Y las espigas delgadas se tragan a las siete sanas. El ánimo del Faraón estaba turbado y llamó a todos los sabios de la tierra, pero ninguno pudo entender el significado del sueño. El oficial le dice al Faraón sobre Yosef y Yosef fue inmediatamente sacado de la cárcel e introducido al Faraón.
2. Yosef interpreta el sueño de Faraón de una manera satisfactoria. Dice que ambos sueños contienen un solo mensaje: habrá siete años de abundancia en Egipto que serán seguidos por siete años de severa hambruna. Yosef propuso un plan para almacenar grano durante los años de abundancia y que sirva de reserva para los años de hambruna. El Faraón queda muy impresionado por la sabiduría de Yosef y lo nombra supervisor de la economía de Egipto, y segundo al mando. El Faraón ordena que los egipcios se inclinen ante Yosef, le cambia el nombre a Tzafenat Pa’aneaj y le da a la hija de un sacerdote por esposa. Yosef tenía entonces solo 30 años.
3. Yosef almacena grano extra en las ciudades. Dos hijos le nacen durante este tiempo: Menashé y Efraim. Los siete años de abundancia llega a su fin y el hambre llega a Egipto. Cuando la gente comenzó a quejarse con el Faraón sobre el hambre, Yosef abre los silos y comienza a vender el grano. La gente hambrienta llega desde todo Egipto para comprar comida. El hambre llega a todo medio oriente. Jacob envía a todos sus hijos, menos a Binyamín, a comprar comida en Egipto. Cuando Yosef ve a sus hermanos pretende que no los conoce. Ellos no lo reconocieron. Yosef deliberadamente los acusa de ser espías y los encarcela durante tres días.
4. Al tercer día, Yosef los libera a todos, excepto a Shimón, a quien deja como rehén y permite que los hermanos regrese a Canaán. También les advierte que solo podrán regresar a Egipto si llegan con Binyamin, para establecer su inocencia. En un diálogo entre ellos mismos, los hermanos admiten que lo que les estaba ocurriendo era un castigo por la venta de Yosef y expresaron su arrepentimiento. Yosef instruye a sus sirvientes que depositen el dinero que los hermanos habían pagado por la comida en los sacos de grano que les dieron. Los hermanos regresan a Canaán y le cuentan todo lo ocurrido a Jacob. Jacob queda muy perturbado por los acontecimientos, e inicialmente se niega a enviar a Benjamín, porque no estaba dispuesto a la posibilidad de perder al único hijo que le quedaba a Raquel. Sin embargo, al final, después de que las provisiones de alimentos se agotan y Yehudá garantiza personalmente su regreso, Jacob accede a enviar a Binyamín. Y envía a sus hijos a Egipto con generosos obsequios para el gobernante egipcio.
5. Los hermanos llegan a Egipto. Yosef le ordena a su asistente que invite a los hermanos a unirse a él para la comida de la tarde. Los hermanos llegan a la casa de Yosef, se encuentran con Shimón y al llegar Yosef le entregan los regalos que envió Jacob. Al ver a su hermano menor Benjamín, Yosef se emociona. Los hermanos se sientan a comer y disfrutan de una buena cena y Yosef les entrega regalos a todos. Por la mañana los hermanos parten de regreso, pero no antes de que Yosef hiciera plantar su copa real en el saco de comida de Benjamín. Yosef luego envía a un oficial para confrontar a los hermanos y descubrir la copa de plata “robada”. Todos los hermanos son llevados de regreso a Yosef, quien exige que Binyamín, el presunto ladrón, sea castigado permaneciendo allí como esclavo.



RESUMEN DE PARASHAT VAYESHEB

Jacob (Ya’aqob) finalmente se establece en la tierra de Israel. Yosef es el hijo favorito de Jacob. El padre, incorrectamente, expresa su favoritismo regalándole a Yosef una túnica especial de colores. Sus hermanos lo envidian. Yosef, aparentemente sin saber de este sentimiento, le cuenta a sus hermanos acerca de sus sueños de grandeza, despertando así el odio de los hermanos hacia él.

Los hermanos de Yosef estaban cuidando el rebaño de su padre. Jacob envía a Yosef a visitarlos. Cuando los hermanos lo ven , planean matarlo. Reuben sugiere tirarlo a un pozo, pensando en que más tarde lo rescataría. Cuando Yosef llega, los hermanos le quitan la túnica, lo tiran al pozo y Yosef es vendido como esclavo a unos comerciantes que viajaban hacia Egipto. Los hermanos toman la túnica de Yosef, la manchan de sangre y se la muestran al padre desconsolado. Jacob asume que Yosef fue atacado por una bestia salvaje y comienza un luto de 22 años por la presunta muerte de su hijo querido.

Yehudá se casa con la hija de un individuo local y tiene tres hijos. Su primer hijo, Er, se casa con una mujer llamada Tamar, y muere sin tener hijos. Yehudá le da a su segundo hijo Onan a Tamar, pero también muere sin hijos. Yehudá no le da su tercer hijo a Tamar. Tamar lo engaña vestida de mujer indecente. Yehudá no la reconoce, yace con ella y queda embarazada. Tamar da a luz a gemelos, Zéraj y Perets.

Yosef trabaja como esclavo en la casa de Potifar, un importante funcionario de Faraón. Yosef tiene mucho éxito en todo lo que hace, porque Dios lo bendice. Yosef era un hombre atractivo. La esposa de Potifar provoca a Yosef, pero Yosef rechaza delicadamente sus avances. Al no lograr su objetivo, la mujer acusa falsamente a Yosef de abuso sexual. A pesar de insistir en su inocencia, Yosef es enviado a prisión.

En la cárcel, Yosef conoce a dos funcionarios del Faraón cuyas sentencias están pendientes. Una noche ambos tienen un sueño extraño. Yosef interpreta los sueños y anticipa que uno de ellos, el oficial encargado de la bebida del Faraón, será declarado inocente y regresará a su trabajo. Mientras que el otro oficial, el encargado de la comida de Faraón, será ejecutado. Yosef le solicita al primero que cuando esté libre y vea al Faraón, le cuente acerca de él y le pida que lo libere. Pero este funcionario, una vez que regresa a sus funciones, borra a Yosef de su mente.




RESUMEN DE PARASHAT VAYETSE

Jacob deja Beer-Sheba y se encamina a Harán, Siria. Está huyendo de su hermano Esav, que se propuso matarlo. También va a Harán con la intención de encontrar una esposa en la ciudad natal de su madre. Al poco tiempo de iniciar su largo viaje, cuando llega a Bet El, Jacob tiene un hermoso sueño: ángeles subiendo y bajando por una escalera. Dios le promete a Jacob Su bendición y protección y le garantiza que él y su descendencia heredarán la tierra de Israel.

Después de varios días, Jacob llega a Harán y se dirige hacia el pozo de agua. Allí conoce a una joven que resulta ser su prima hermana, Rajel, y se enamora de ella. Rajel lo lleva a su casa. Jacob es recibido por su tío Labán. Rápidamente llegan a un acuerdo: Jacob trabajará para Labán durante siete años y, a cambio, Labán le permitirá casarse con su hija. Pero cuando llega el momento de la boda, Labán le da a Jacob a su hija Leá en lugar de a Rajel, algo que Jacob solo descubre al día siguiente. ¿Cómo es posible que Jacob no reconociera a Leá? Hay varias explicaciones, pero la más simple es que 1. Rajel y Leá eran hermanas, y deben haber sido muy parecidas físicamente y en su voz. 2. Las mujeres en la antigüedad usaban un velo muy grueso, como el burka que usan las mujeres en Afganistán. 3. Todo sucedió a la sombra de la noche. 4. Jacob no lo esperaba. Muchos comentaristas explican que Jacob ahora fue víctima de un caso de “robo de identidad” similar al que él había causado cuando se disfrazó de su hermano Esav para recibir su bendición de su padre Isaac, que era ciego. Las similitudes entre estos dos episodios no puede ser una mera coincidencia.

Jacob tuvo que trabajar durante otro largo período de tiempo para casarse también con Rajel. Antes de que se diera la Torá, no había una  prohibición de casarse con dos hermanas. Leá, Bilha y Zilpa le dan varios hijos a Jacob. Rajel era estéril, pero al final dio a luz a un hijo llamado Yosef. Jacob ahora tiene once hijos , Rubén, Shimón, Levi, Yehudá, Yissajar, Zebulún, Dan, Naftalí, Gad, Asher, Yosef, y una hija: Diná. El nacimiento de su duodécimo hijo, Binyamín, se mencionará recién en la Parasha de la próxima semana. Cada uno de sus hijos establecerá una de las tribus de Israel. Hay una diferencia muy importante entre los hijos de Yishmael y los hijos de Jacob: leímos un poco antes que Yishmael también tuvo 12 hijos,  cada uno de esos hijos creó una nación aparte (shenem asar nesiim lumotam). Jacob sin embargo, logró que todos sus hijos formaran 12 tribus de un mismo pueblo.

Después de trabajar para Labán durante muchos años, Jacob expresa su deseo de regresar a la tierra de sus padres, Erets Israel. Pero Labán lo convence de quedarse más tiempo y le ofrece pagarle con parte del rebaño para que Jacob pudiera tener su patrimonio propio. Después de unos años, el rebaño de Jacob aumenta de manera milagrosa, y nuestro patriarca decide regresar a su tierra natal sin buscar el consentimiento de Labán: Reúne a su familia y les dice que Dios se le reveló en un sueño y le anunció que era hora de irse.

Jacob y su familia prácticamente huyen sin el conocimiento de Labán. Y cuando Labán se entera, va tras Jacob con las peores intenciones. Dios se revela a Labán y le advierte que no le haga daño a Jacob. Labán reprime a Jacob por haberle quitado a sus hijas y nietos. Jacob y Labán finalmente se reconcilian y hacen un tratado de paz en Gal’ed. Jacob continúa su camino, con destino a la tierra de Canaán, y llega a la ciudad de Majanayim. El próximo desafío de Jacob será enfrentar a su hermano Esav, que 20 años atrás había decidido matarlo.




RESUMEN DE PARASHAT TOLEDOT

TENER UN HIJO…. O DOS…

La parashá Toledot nos cuenta que nuestro segundo patriarca Isaac rezó para que su esposa Ribká, que era estéril, pudiera concebir. Las oraciones de Isaac son respondidas por Dios y Ribká concibe. Se entera proféticamente que está embarazada de mellizos y que sus hijos se convertirán en fundadores de dos naciones: «uno se impondrá al otro, y  el mayor servirá al menor”. Cuando da a luz, el primer bebé que emerge está cubierto de cabello. Lo llamaron Esav. El segundo nace agarrado al talón de su hermano (‘equeb) y por eso lo llaman Ya’aqob.

¡VIVA LA DIFERENCIA!

Los niños se hacen adultos y sus vidas siguen diferentes caminos: Esav se convierte en un cazador y Jacob “habita en la tienda”, es decir, pasaba más tiempo en su casa que en el campo. Las personalidades de estos mellizos era muy diferente. Estas diferencias entre Jacob y Esav nos recuerda un punto importante en la crianza de los hijos: a veces los niños tienen el mismo padre, la misma madre, la misma carga genética, la misma educación, y aún así pueden tener un carácter completamente diferente –o a veces opuesto– uno del otro.  Nos dice también la Torá que Isaac quería más a Esav, mientras que Ribká amaba a Jacob.

¿PRESENTE O FUTURO?

Un día, Esav regresa de cazar y está exhausto. Encuentra a Jacob haciendo un guiso de lentejas y le pide que se lo dé. Jacob se lo ofrece a cambio de la primogenitura de Esav. Esav acepta. Antes de que le diera su plato de lentejas, Jacob le da a Esav pan. ¿Para qué? Para que una vez que Esav estuviese satisfecho con el pan tuviese la oportunidad de reconsiderarlo y no vender su primogenitura. Pero a Esav no le importaba el mañana y estaba dispuesto a sacrificar su futuro para disfrutar un poco más el presente. A diferencia de Esav, Jacob representa la idea de hacer sacrificios en el presente –estudiar, ahorrar, esforzarse– para asegurarse un futuro mejor.

ISAAC EN GUERAR

Una hambruna azota la tierra de Canaan e Isaac traslada a su familia a la tierra de Guerar, que estaba gobernada por el rey de los Pelishtim Abimelej. Dios le da instrucciones estrictas a Isaac de que no vaya a la tierra de Egipto. Isaac es el único de nuestros patriarcas que nunca abandonó la tierra de Israel. Isaac se establece en Guerar. Cuando los hombres del lugar le preguntan por su bella esposa Ribká, Isaac les dice que es su hermana. Esto lo hizo por miedo a que lo asesinen para quedarse con su esposa. A diferencia de lo que ocurrió con Abraham, Abimelej descubre que Ribká es la esposa de Isaac, y critica a Isaac por haberlo engañado.    Una vez que este tema se soluciona, Isaac prospera económicamente en Guerar, pero los filisteos  envidian su éxito y Abimelej le pide a Isaac que se vaya. Isaac se muda y cava varios pozos en un área cercana y encuentra agua. Los pastores Pelishtim reclaman esos pozos y los destruyen.  Finalmente, Isaac se establece en Be’er Sheba, y él y Abimelej hacen un tratado de no agresión.

DIME CON QUIEN TE CASAS Y TE DIRÉ…. QUIÉN SERÁS…

Volvemos a los hijos de Isaac y Ribká. Esav, yendo contra  todo lo que sus padres y abuelos querían, se casa con dos mujeres Hititas, que sería el equivalente de casarse con una mujer no judía en nuestros días. Sus padres sufren enormemente por esta decisión de Esav. 

Cuando Isaac ya es anciano llega el momento de bendecir a sus hijos, que en esos tiempos era también la forma de asignar quién iba a ser el líder espiritual para continuar el camino de Abraham.   Isaac llama a Esav y le pide que vaya a cazar y le prepare una comida, para que Isaac pueda otorgarle esta bendición y privilegio antes de morir. Ribká escucha esta conversación y establece un plan para que Jacob obtenga esta bendición: ella preparará la comida y Jacob se la lleva a Isaac y recibe la bendición en su lugar. Jacob se vistió con la ropa de Esav y logró así que su padre, Isaac, que estaba ya ciego, no pudiera identificarlo. Cuando Esav regresa descubre que su hermano ha recibido su bendición, jura matarlo. Ribká elabora un nuevo plan para salvar a Jacob: su hijo se trasladará a la casa de su familia en Harán, Siria,  hasta que el enojo de Esav se calme. 

Isaac despide a Jacob y esta vez, lo bendice conscientemente con la bendición de la tierra de Israel y la continuidad del legado de Abraham.




RESUMEN DE JAYE SARA

Nuestra Parashá comienza contándonos que Sará muere a la edad de 127 años, y su esposo Abraham identifica una parcela de tierra en la ciudad de Hebrón para usarla como cementerio familiar. Este terreno, que contiene una cueva situada en el campo de Majpelá, una tierra que pertenecía a Efrón el Hitita (los Hititas eran una civilización muy poderosa en ese tiempo). Abraham fue a ver a los Hititas y les pidió que le vendieran esa tierra. Originalmente, Efrón le ofrece a Abraham enterrar allí a su esposa gratuitamente, pero Abraham rechaza la generosa oferta e insiste en que quiere comprar todo ese terreno y pagar su precio total. La venta de esta tierra y sus alrededores se realiza por la suma de 400 piezas de plata por parte de Abraham.

Luego de enterrar a su Sará, Abraham encomienda a su sirviente Eliezer encontrar una esposa adecuada para su hijo Isaac en la tierra de Jarán, que queda en Siria, y evitar así que su hijo tome una mujer de la tierra de Canaán y se asimile a los pueblos locales .

Después de una larga travesía, Eliezer llega a Jarán y le reza a Dios por el éxito de su misión. Le pide al Creador una señal celestial para confirmar su elección de la futura esposa de Isaac. Esta señal será que, cuando le pida a una de las jóvenes mujeres que van al pozo por agua, que le sirva agua, ella responda positivamente y ofrezca agua también para los camellos. En respuesta al pedido de Eliezer, una joven ofrece dar de beber a los camellos y resulta ser la sobrina nieta de Abraham, Ribká, o Rebeca. Al enterarse de quiénes eran estos ilustres viajeros que habían llegado a su pueblo, Ribká corre a contarle a su familia. Su hermano, Labán, actúa de anfitrión e invita a la delegación que llega con Eliezer a pasar la noche en su hacienda. Eliezer le dice a la familia de Rebeca cuál era el propósito de su misión y les cuenta la señal providencial que designó a Rebeca como la futura esposa del hijo de su amo. La familia está de acuerdo en que el matrimonio fue destinado por Dios y consiente en la propuesta. La familia de Ribká celebra el compromiso. Eliezer, representa a la familia de Abraham. A la mañana siguiente, Eliezer pide que no lo demoren en regresar a su tierra y, luego de una emotiva despedida, la delegación parte de regreso a la tierra de Abraham.

Isaac toma a Ribká como su esposa y su presencia lo consuela por la pérdida de su madre. Abraham se vuelve a casar y a su vejez, tiene varios hijos más. Sin embargo, y para evitar reclamos territoriales o hereditarios por parte de sus otros hijos, antes de su muerte, Abraham les concede una generosa herencia a sus otros hijos, y abandonan la tierra de Israel. Y así lega todas sus posesiones y sus tierra a Isaac.

Abraham muere a la edad de 175 años y es enterrado por Isaac e Ishmael en la cueva de Majpelá junto a su querida esposa Sará.




RESUMEN DE LA PARASHA VAYERA

Dios se revela a Abraham en una visión, cuando él estaba sentado a la entrada de su tienda. Abraham nota que tres viajeros pasan cerca de él y como era su costumbre, corre a invitarlos a su casa. Los hombres aceptan la invitación y Abraham les prepara un banquete suntuoso. Estos hombres, enviados por Dios, le revelan a Abraham que  Sará dará a luz a un niño en el término de un año. Sara que ya tenía casi 90 años, escuchó esto y se puso a reír.  Dios se enoja con Sará y le hace saber a Abraham que para Él nada es imposible.
Los hombres / ángeles parten y se dirigen a Sodoma para destruir las cinco ciudades de esa región por su tremenda corrupción.  Dios le informa a Abraham de Su intención de destruir Sodoma y en otra muestra de su bondad sin límites, Abraham trata de disuadir a Dios y le pide que no destruya la ciudad si viven allí cincuenta personas justas. Dios acepta pero como parece que no habían muchos hombres justos, Abraham «negocia» con Dios y finalmente le pide que perdonase a Sodoma aunque hubiesen allí solo diez personas justas.
Los hombres llegaron a Sodom. Lot, siguiendo el ejemplo que aprendió de Abraham,  los invita a su casa para descansar y comer. Pero la noticia de que hay extranjeros en la casa de Lot se extiende por toda la ciudad, y la gente reacciona mal. Acostumbrados a abusar de los extranjeros, los indignados residentes de Sodoma rodearon la casa de Lot con la intención de asaltar a sus huéspedes. Lot trata de protegerlos pero los sodomitas intentan derribar la puerta. Los ángeles ciegan a todos los que rodeaban la casa y apresuran a Lot para huir de Sodoma con su esposa y sus hijas.
 
Dios hizo caer del cielo fuego y azufre sobre Sodoma, que destruyó toda la región . La mujer de Lot miró hacia atrás y se quedó petrificada, como una escultura de sal. Lot y sus hijas se refugian en una cueva y piensan que el mundo entero fue destruido y que ellos y son los últimos sobrevivientes. Las hijas embriagan a su padre con vino y lo seducen para repoblar el mundo. Las dos dieron a luz y cada una tuvo un niño que con el tiempo fueron los patriarcas de los amonitas y los moabitas.
Abraham se muda a la ciudad filistea de Gerar por la hambruna. Abimelej, el rey de los filisteos, captura a Sará, que fue presentada como hermana de Abraham. Pero Dios castigó a Abimelej y los miembros de su palacio. Dios se le aparece a Abimelej en un sueño advirtiéndole que Sara es la esposa de Abraham. Abimelej obedece a Dios, libera a Sará y colma de regalos a Abraham como indemnización por los daños causados.
Tal como lo habían anticipado los ángeles que visitaron a Abraham, Sara concibe y da a luz un hijo a la edad de noventa años. El niño se llama Isaac, «el que reirá» (o el que hará reír de felicidad a sus padres). Abraham circuncidó a Isaac a los ocho días.
Isaac crece y Sará se da cuenta que Ishmael, el medio hermano mayor de Isaac, ejerce una influencia negativa en su pequeño hijo y le exige a Abraham que expulse de su casa a Ismael, junto con su madre Hagar.  Dios le indica a Abraham que debe escuchar a Sará . Hagar e Ishmael se quedan sin agua en el desierto y estuvieron a punto de morir de sed. Pero un ángel «abre los ojos de Hagar» y le ayuda a ver un pozo de agua. Ishmael se cría en el desierto y se convirtió en un hábil cazador.
Abimelej viendo que Abraham es el elegido de Dios le pide hacer un pacto de no agresión con él: ninguno de los dos trataría de conquistar al otro por tres generaciones. Abraham estuvo de acuerdo, pero le indicó a Abimelej que sus hombre le habían robado a Abraham un pozo de agua que sus hombres habían cavado. Abraham tomó siete ovejas y se las dio a Abimelej que las tomara como testimonio de que él, Abraham, había cavado el pozo. Abraham se establece en la ciudad de Beer Sheba y proclama el nombre de Dios a todos los que encuentra
En la última Aliyá Dios le ordena a Abraham que tome a su hijo único Isaac y lo ofrezca como sacrificio en una montaña. Abraham parte hacia la montaña con Isaac y dos de sus sirvientes. Cuando llega a la montaña, Abraham sube con Isaac y construye allí un altar. Ata a Isaac de pies y manos y se dispone a cumplir la inexplicable orden Divina. En ese momento oye a un ángel de Dios que le ordena detenerse. Abraham ve un carnero atrapado en un matorral por sus cuernos. Lo toma y lo ofrece como sacrificio a Dios. Dios bendice a Abraham y a sus descendientes por su lealtad y obediencia. 
Abraham escucha que su cuñada Milka había dado a luz. Uno de sus hijos, Betuel, fue el padre de Rivká, la futura esposa de su hijo Isaac.