El Rabino Sabato Morais y la obligación de agradecer al país de residencia

«… Busca el bienestar de la ciudad donde te envié en el exilio, y reza a Dios por ella, porque en su bienestar encontrarás tu bienestar». Jeremías 29:7
«… Busca el bienestar de la ciudad donde te envié en el exilio, y reza a Dios por ella, porque en su bienestar encontrarás tu bienestar». Jeremías 29:7
PRIMER RABINO DE CANADA
El rabino Abraham de Sola fue también un famoso orientalista y destacado científico. Fue reconocido como uno de los líderes más influyentes del judaísmo sefardí y ortodoxo en Canadá y Estados Unidos durante la segunda mitad del siglo XIX, en un momento en que la lucha entre la ortodoxia y la reforma estaba en su clímax. Su padre fue David Aaron de Sola, un famoso rabino de la comunidad Sefaradí de Londres. Su madre era hija del rabino Raphael Meldola. En 1847, a la edad de 21 años, de Sola llegó a Montreal, Canadá desde Londres y allí se desempeñó como rabino de She-earit Israel, la comunidad española y portuguesa. En 1852 se casó con Esther Joseph, cuyo padre fue uno de los primeros colonos judíos en Montreal.
TORA UMADA
El rabino de Sola pronto formó parte de la comunidad intelectual de Montreal. Era un conferencista elocuente, muy popular, un prolífico escritor y un hombre de amplios intereses. Con frecuencia visitaba la Asociación de Bibliotecas Mercantiles de Montreal, el Club Literario de Montreal, la Sociedad Numismática y la Anticuaria de Montreal, el Instituto de Mecánica de Montreal y la Sociedad de Historia Natural (de la que se desempeñó como presidente en 1867-68). En 1848, fue nombrado profesor de literatura hebrea y oriental en la Universidad Mac Gill de Montreal (la universidad más prestigiosa de Canadá), y finalmente se convirtió en profesor principal de su Facultad de Artes. En 1858, en reconocimiento a sus extraordinarios logros académicos, McGill le confirió el grado de LL.D. (Legum Doctor, un doctorado honoris causa). En 1873, por invitación del presidente Ulysses S. Grant, el rabino De Sola recitó la oración inaugural en el Congreso de los Estados Unidos. Se convirtió en el primer súbdito británico en abrir así la sesión de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos. Fue el pionero en lo que hoy se conoce como Tora uMada, la forma de estudiar y combinar armónicamente la ciencia y el judaísmo.
El rabino de Sola murió en Nueva York, en 1882 y fue enterrado en Montreal. Hay una calle que lleva su nombre: Rue Abraham-De Sola, en Côte-Saint-Luc, Montreal.
SUS OBRAS
Fue un escritor muy prolífico y autor de decenas de libros, artículos y ensayos.
Entre ellos:
“Behemoth haTemeoth: la identificación y clasificación de los animales prohibidos ene Leviticus, Montreal, 1853.
“Biografía de David Aaron de Sola”, un libro sobre su padre, el difunto rabino principal de la comunidad judía portuguesa en Londres, Filadelfia, 1864.
“El Día de la Expiación: un sermón pronunciado en Yom Kippur en la sinagoga She-erith Yisrael, Montreal”, publicado en Occident, and American Jewish Advocate Philadelphia, 1848.
«Algunos puntos de interés en el estudio de la historia natural», Canadian Naturalist and Geologist, .1868.
“Los juicios de Dios en la tierra: un sermón pronunciado en la sinagoga ‘Sheerith Yisrael’ de Montreal, durante la pandemia del cólera asiático.
“Autores hebreos y sus oponentes”, Jewish Chronicle London, 1849.
“Historia de los judíos de Polonia”, Jewish Messenger, Nueva York, 1870.
“Historia de los judíos de Francia”, Jewish Messenger New York, 1871.
“Una investigación sobre el primer asentamiento de los judíos en Inglaterra”
“Vida y escritos de Saadia Gaon”, Cincinnati, Ohio, 1881
“La cosmogonía Mosaica,” (creación del universo) Mensajero Judío, Marzo 1870.
“Notas sobre los judíos de Persia bajo Mohammed Shah” Occidente y American Jewish Advocate, 1850.
«Observaciones sobre las instituciones sanatorias de los hebreos en relación con las regulaciones sanatorias modernas», Canada Medical Journal and Monthly Record of Medical and Surgical Science, Montreal, 1852.
“La revelación en Sinaí; su posibilidad y necesidad: un sermón pronunciado en la sinagoga, Sheerith Yisrael, Montreal,
“El hombre justo: un sermón que conmemora la concesión de honores públicos a Sir Moses Montefiore, por parte de la ciudad de Londres; predicado en Montreal, en Shabbat Noah 5625, Montreal, 1865.
“Vida de Shabetai Tsevi, el pseudo-Mesías”, Jewish Messenger, marzo. 1869.
“Yehuda Alcharizi y el libro Tachkemoni”, Jewish Record Philadelphia, 1879.
“Examen crítico de Génesis III:16, en referencia al empleo de anestésicos en casos de parto”, publicado en el British American Journal of Medical and Physical Science, Montreal 1849.
El Rabino Abraham de Sola, apoyó la anestesia obstétrica en desafío a los tradicionalistas cristianos de esa época que opinaban que el uso de la anestesia en el parto contradecía el versículo bíblico en el cual Dios le dice a Eva que «tendrá hijos con dolor’ » . El rabino de Sola, basado en comentarios bíblicos judíos, reinterpretó el texto clave de Génesis 3:16 y explicó que el texto dice que la mujer daría a luz con «duro esfuerzo» no con «dolor».
SUS PRIMEROS AÑOS
El rabino Obadiá ben Abraham de Bertinoro, conocido popularmente como “Bartenura”, nació en el año 1455. Fue alumno del famoso Rabino Yosef Colón, מהרי”ק, y ejerció como rabino de su propia ciudad, Bertinoro, en la provincia de Cesena, Italia. Allí se desempeñó también como banquero. Su nombre se menciona en la parte superior de la lista de banqueros autorizados para otorgar préstamos a los residentes cristianos en un documento oficial del Papa Inocencio VIII, fechado el 12 de febrero de 1485. Al cumplir sus 30 años decidió establecerse en la tierra de Israel, y específicamente en Yerushalayim, Jerusalem. Tenemos detalles muy minuciosos de su viaje a Israel –que en esos tiempos no era ni fácil ni corto– ya que muchas de las cartas que describen esta travesía fueron encontradas y publicadas, como lo mencionaremos más adelante.
DE ITALIA A JERUSALEM
A finales de 1486 abandonó su ciudad natal. Pasó por Roma y Nápoles y finalmente llegó a Palermo, Sicilia, donde permaneció tres meses, y cada Shabbat prounicaba el sermón, en la sinagoga local. En Palermo, la ciudad principal de Sicilia, vivían alrededor de 850 familias judías, todas en una mismo barrio situado en una de las mejores areas de la ciudad. Los judíos de allí eran artesanos, herreros o estibadores. Y trataron de convencerlo para que se quedara como Rabino de esa comunidad, pero rehusó el ofrecimiento porque su mayor deseo era establecerse en Yerushalayim. Viajó a través de Rodas, Grecia, hacia Alejandría, Egipto, donde llegó a principios de 1488. De Alejandría procedió a El Cairo, donde el Rab Natan ha-Kohen Shoulal, dirigente principal de la comunidad local (naggid), lo recibió con grandes honores. También allí le ofrecieron permanecer como rabino, indicándole entre otras cosas que la situación de los judíos en Jerusalem era muy precaria, pero nuevamente se negó. Continuó su viaje a través de Gaza —que en ese entonces era la cuarta ciudad con mayor población judía de Israel (luego de Jerusalem, Safed y Hebron) y de allí se trasladó a Hebrón. Finalmente llegó a Yerushalayim en la víspera de Pésaj de 1488. A su llegada fue recibido por el rabino de la ciudad, y se hospedó en su casa por el resto de la festividad.
SI ME OLVIDARE DE TI, OH JERUSALEM…
En esos años Jerusalem estaba bajo el control de los mamelucos, un grupo musulmán que dominó la ciudad hasta 1517. En Jerusalem vivían unas 4.000 familias gentiles, musulmanes y cristianos. La comunidad judía local contaba con aproximadamente 70 familias. Muchos judíos habían muerto de hambre, literalmente. Los más pudientes habían escapado de la ciudad santa por los exorbitantes impuestos que les demandaban los mamelucos. Los pobres no tenían donde ir y su vida se hacía insostenible. Según escribe el Rab Obadiá: “en la ciudad había muchas viudas y ancianos pobres… los que tienen un poco de pan para comer…se consideran ricos… “. El rab Obadiá también cuenta que quien lo recibió al llegar era un rabino italiano, Ya’aqob de Colombano. Este rabino era tan pobre que únicamente se permitía comer un pedazo de pan durante Shabbat, mientras que durante la semana se alimentaba de las vainas secas de algarrobo que los productores desechaban después de producir la famosa “miel de algarrobo” o algarrobina (ver aquí https://es.wikipedia.org/wiki/Algarrobina).
LAS SINAGOGAS
El Rab Obadiá también escribe que unos años antes de su llegada había en Jerusalem unos 300 Sifré Torá—rollos de Torá rituales que se leen en la Sinagoga. Pero ahora virtualmente ya no quedaban más. Los “me’ilim» , es decir, las fundas decoradas hechas de telas finas que envuelven a estos rollos, y sus adornos que muchas veces se hacen de metales preciosos, habían desparecido ya que las sinagogas eran frecuentemente saqueadas. La única Sinagoga que funcionaba en Jerusalem era muy precaria, estrecha y oscura. Sin embargo, el Rab nota que había algo muy especial en Jerusalem: las plegarias. Que no eran comparables en su belleza con ningún otro lugar en el cual él había orado. Los sábados por la mañana, escribe el rabino, «los hombres se levantan una o dos horas antes del amanecer a cantar las dulces plegarias ” conocidas como “baqashot”. Luego recitaban el Kaddish, y entonces dos oficiantes (jazanim) comenzaban las plegarias con la recitación del Shemá Israel, al salir los primeros rayos del sol (vatiquin).
CORRUPCION
El Rab Bartenura se queja de la corrupción generalizada en Jerusalem. Cuenta como ejemplo que un hombre musulmán mató a su propia madre, degollándola con un cuchillo, en un ataque de ira. Cuando lo trajeron ante el tribunal local, el asesino se justificó diciendo que estaba borracho. Como sabemos, los musulmanes tienen prohibido en su religión beber alcohol, y por lo tanto, no producen ni venden bebidas alcohólicas. ¿Cuál fue entonces el veredicto de los jueces? El tribunal culpó a la comunidad judía por haber producido el vino que provocó a este hombre emborracharse y asesinar a su madre. Los jueces, que siempre buscaban obtener algún beneficio económico, impusieron a la comunidad judía pagar una multa de 6 monedas de oro «por el crimen cometido», y el asesino quedó libre.
DESDE TUS RUINAS TE CONSTRUIRÉ
Al principio el Rab Obadiá tuvo que hacerse cargo personalmente de todas las necesidades materiales de la comunidad. Incluyendo cavar las tumbas en el cementerio judío y enterrar a los muertos, ya que nadie más podía dedicarse a este deber religioso. El Rab Obadiea decidió abocar todos sus esfuerzos a recaudar fondos para ayudar a la población judía de Yerushalayim y evitar que esta ciudad quedara sin poblacion judía. Sus amigos y conocidos en Italia le proporcionaron generosamente el dinero necesario para asistir a los pobres. Con el tiempo y gracias a la solidaridad de los judíos italianos y de otros países pudo establecer instituciones de beneficencia y asistencia médica para los enfermos. Emanuel Hai Camerino de Florencia, a quien el rabino Obadiá le había confiado la administración de sus propiedades en Cesena, le enviaba 100 ducados (monedas de oro) al año, a lo que él añadía otros 25 ducados de su propio bolsillo para la caridad, junto con otros donativos de parte de los familiares y amigos del Rab Obadiá. Así la comunidad judía fue creciendo y también el nombre de su principal benefactor: el Rab de Bertinoro, que desde que llegó a Jerusalem, trajo su bendición. Al cabo de unos años, gracias a la excelente reputación de integridad que tenía el Rab Obadiá en Jerusalem, los mismos musulmanes acudían a él para que resolviera disputas legales y conflictos comerciales, ya que sabían de su honestidad.
DE CASTILLA A JERUSALEM
En 1492 el mundo judía fue sacudido con la notica de la expulsion de los judíos de España. Los refugiados no tardaron en llegar a Turquía, Egipto, Safed y también a Jerusalem. El rabino Obadiá se convirtió en el líder espiritual de estos refugiados y los ayudó a sostenerse materialmente, ya que llegaban sin dinero, y para quedarse en la ciudad debían pagar un impuesto a los mamelucos, el yiziá, que se cobraba por cabeza. Lo que significaba que con el aumento de la población judía los pesados impuestos se incrementaban cda vez más. Sin embargo, luego de unos pocos años, estos judíos que habían llegado de España sin nada, pero que tenían oficios y estaban entrenados en el comercio internacional, comenzaron a crecer económicamente, y la comunidad judía de Yerushalayim comenzó a florecer. Como muestra de su enorme gratitud, los exiliados de España le hicieron al Rab Obadiá de Bertinoro el mejor regalo que él podía haber soñado: le construyeron su propia Yeshibá (academia rabínica) en Yerushalayim. ¡Esta fue la primera Yeshibá en Jerusalem luego de 1200 años!
El Rab Obadiá fue declarado como “abi hayishub”, patrón o benefactor máximo de la ciudad de Jerusalem.
Murió en 1515 y su cuerpo descansa en el Har HaZetim (Monte de los Olivos) el cementerio más famoso de Yerushalayim y del mundo judío.
REVIVIENDO EL IDIOMA HEBREO
El Rab Obadiá de Bertinoro es conocido principalmente por su comentario a la Mishná. La Mishná comprende las tradiciones orales rabínicas, es decir, la aplicación y los detalles de todas los preceptos de la Torá. La Mishná se estudia por lo general junto con la Guemará, o Talmud, que la explica, la expande y elabora sus detalles. Maimónides fue el primer rabino que escribió un comentario independiente sobre la Mishná, basado obviamente en las explicaciones de la Guemará. El rabino Obadiá siguió su ejemplo y escribió su propio comentario sobre la Mishná, que se convirtió en el más popular durante siglos. Al punto que es difícil encontrar una edición de la Mishná que no contenga su comentario. ¿Por qué razón el libro del Rab de Bertinoro fue más aceptado que el comentario de Maimonides? Porque a diferencia de Maimónides que escribió originalmente en árabe, el comentario del rabino Obadiá fue escrito en hebreo.
Aparte de este comentario, el Rab Obadiá escribió tres famosas cartas que describen su travesía y que contienen invaluables descripciones de la gente y las costumbres de las comunidades judías que visitó en el camino, desde Italia hasta Jerusalem. Estas cartas fueron escritas a su padre y a su hermano y se publicaron con el nombre «Darjé Ẓión» y «HaMasa le-Eres Yisrael”.
SU INFANCIA Y EDUCACION
El rabino Ben-Zion Cuenca nació en la ciudad vieja de Jerusalem en 1867. Su apellido, Cuenca, corresponde a una provincia de España en la zona de Castilla-La Mancha. La familia fue parte de los “Expulsados de Castilla” de Castilla y Aragón en 1492. Luego se instalaron en Salónica (Grecia) y vivieron allí durante 3 siglos. El padre, Abraham Cuenca, emigró a Erets Israel alrededor de 1850. Antes de cumplir los diez años, los rabinos y maestros de Jerusalem consideraban al joven Ben-Zion como un ‘iluy (un niño prodigio) y le permitieron vestir los Tefilín a esa edad dado sus conocimientos y su madurez. Consciente de la capacidad de su hijo, su padre dedicó todos sus recursos para contratar los mejores maestros y mentores que también le proporcionaron a su hijo una vasta educación secular, especialmente en los campos de historia judía e idiomas europeos.
MAESTRO DE MAESTROS
Se casó a los 15 años, algo que no era poco común en aquellos tiempos, con Esther, una prima segunda, y vivieron en la ciudad vieja de Jerusalem. Luego se mudaron a Yemín Moshé, el primer barrio judío construido fuera de la ciudad amurallada, obra del famoso filántropo Moisés Montefiore. A los 30 años, el rabino Cuenca estableció una Yeshibá “Tiferet Yerushalaim”. En este Yeshibá, que también incluía estudios generales, fueron educados entre otros el que llegó a ser rabino principal de Israel Ben-Zion Meir Hay Uziel, el famoso escritor hebreo sefardí Yehuda Bourla, y el rabino Moshe Nissim, que fue el padre de otro rabino principal de Israel, rab Isaac Nissim. El rab Cuenca también fue muy activo en el movimiento Sionista religioso Mizraji. Fue el Jefe del Tribunal Rabínico de Jerusalem (ver sello) y en su vocación como líder comunitario fundó y dirigió el primer Hogar de Ancianos Sefaradí de la Jerusalem moderna.
LA MASACRE DE 1929
La segunda ciudad más sagrada de Israel es Hebrón, que fue adquirida por Abraham Abinu 4.000 años atrás y es el lugar de sepultura de nuestros patriarcas y matriarcas. En los años 1920’s vivían en Hebrón unos 800 judíos y unos 20.000 árabes. En agosto de 1929 los árabes difundieron falsos rumores y difamaciones en sus comunidades, diciendo que los judíos estaban llevando a cabo «matanzas masivas de árabes». Hasta ese momento judíos y árabes habían convivido en relativa paz. Los Sefaradim vivieron allí por siglos (ver el testimonio de esta sobreviviente). Y los judíos Ashkenazim habían llegado recientemente y establecieron la famosa Yeshibá de Slabodka, también conocida como Yeshibat Hebrón. El 23 de agosto de 1929, un viernes a la noche, comenzó una masacre contra los judíos que duró por tres días. Al grito de “Muerte a los judíos” miles de árabes armados con garrotes, cuchillos y hachas saquearon las casas judías, destruyeron los templos y torturaron y asesinaron a sangre fría a 67 judíos: mujeres hombres y niños. Esto incluyó el asesinato de los líderes y los rabinos de las 2 comunidades. Los sobrevivientes fueron trasladados a Jerusalem y Hebrón quedó sin judíos por primera vez en cientos de años.
VOLVER A EMPEZAR
Nueve meses después de la masacre, el rabino principal Ashkenazí Abraham Kook y el rabino principal Sefaradí Yaakov Meir firmaron una declaración pidiendo por voluntarios que regresen a Hebrón: Llamamos «… a todo el pueblo de Israel para apoyar nuestro pedido y reconstruir la gran comunidad judía de Hebrón … Por la santidad de nuestra nación y por nuestro establecimiento en esta tierra, se nos exige no dejar que la sangre de nuestros hermanos haya sido derrama en vano: tenemos el deber como pueblo de Israel de satisfacer este reclamo mediante la reconstrucción y el restablecimiento de la ciudad de los patriarcas». En 1931 se reanudó el asentamiento judío de Hebrón y el rabino que con gran valentía se ofreció a liderar esa comunidad fue el Rab Ben-Zion Cuenca. Vivió en Hebrón hasta 1936. En ese año se renovaron los violentos conflictos y los Yehudim regresamos a Hebrón B»H 31 años después, luego de la guerra de los Seis Días.
SU OBRA LITERARIA
Una de las contribuciones más importantes del rabino Cuenca fue la creación del extraordinario Jornal de Halajá llamado “haMeasef”, una colección de artículos de estudios halájicos realizados por cientos de rabinos, Sefaradim y Ashquenazim de Israel y de la diáspora. Presentar a tantos rabinos de diferentes orígenes unidos en un mismo jornal era en ese momento una innovación positiva muy importante. El Rab Cuenca se encargaba de todas las etapas de esta publicación que salió a la luz durante 19 años. La primera revista apareció en 1897. El rabino Cuenca fue, por supuesto, uno de los principales contribuyentes. Dos temas resaltan en HaMeasef. El primero, todo lo que se relaciona con los preceptos asociados al trabajo agrícola. Estos mandamientos solo se aplican en la tierra de Israel (terumot, ma’aserot, shemita, etc.) y por lo tanto, este tema permaneció «dormido» durante siglos. Pero ahora, a medida que el establecimiento de los Yehudim en el Yeshub de Israel tomaba fuerza, estas leyes debían ser aplicadas nuevamente. El segundo tema que le interesaba al rab Cuenca era dar una respuesta rabínica a los nuevos inventos (la electricidad, los medios de transporte, etc.) . Un ejemplo que se puede ver en este link es la respuesta del Rabino al uso del tren en Shabbat o Yom Tob. Al principio de cada artículo el Rabino Cuenca introduce una breve biografía de los escritores, que dada la tremenda falta de información de la que sufrimos, especialmente sobre los rabinos sefardíes de fines del siglo XIX, constituye una contribución invaluable a la historia judía moderna.
PALABRAS FINALES
El Rab Yehudá Fishman Maimón escribió sobre él: «El rabino Cuenca era un sionista ferviente, un extraordinario rabino y hombre de fe …un iluminado en Torá y Sabiduría y alquilen que profesó un tremendo amor por el Creador y por la humanidad. Y creo que no sería una exageración afirmar que no queda nadie que lo pueda reemplazar o imitar… «.
El rab Cuenca falleció en Yerushalayim en 1937 y está enterrado en el cementerio judío del monte de los Olivos, Har HaZetim.
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Ver AQUI el primer volumen del Jornal halájico HAMEASEF del Rab Ben-Zion Cuenca
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Entrevista a Miriam Sasson , una sobreviviente de la masacre de Hebrón
Aparte de sus libros sobre el Talmud (Pirush haMishnayiot) , la Halajá (Mishné Torá), la filosofía judía (More Nebujim) y la medicina, diez tratados sobre temas médicos, Maimónides también escribió centenares de respuestas rabínicas sobre preguntas que le llegaban de todos lados del mundo. Y también compuso unas famosas cartas, Iguerot HaRambam, que a diferencia de las preguntas y respuestas son más extensas y podrían considerarse como monografías o pequeños libros sobre ciertos temas interesantísimos.
Una de estas cartas se llama Igueret haShmad, la carta sobre “Las conversiones forzadas”.
LOS YIHADISTAS ALMOHADES
En ese entonces los judíos estaban sufriendo la persecución religiosa de un grupo extremista musulmán, los Almohades, que aparte de luchar contra otros grupos islámicos también trataban de imponer su religión a los cristianos y judíos. Este grupo se hizo muy poderoso a partir de 1147, cuando Maimónides tenía 12 años. Como sabemos, Maimónides y su familia escaparon de Córdoba y luego de España, hacia el norte de Africa y al final llegaron a Egipto. Pero la persecución dejó sus cicatrices en Maimónides y entre otras cosas su experiencia le fue muy útil cuando tuvo que escribir a los judíos que como él, habían sido víctimas de la persecución.
ISIS EN EL SIGLO 13
Cuando llegaban los Almohades a las juderías, amenazaban de muerte a los judíos, hombres mujeres y niños, y muchos optaban por convertirse al Islam. Estas conversiones no eran sinceras sino forzadas y todos esperaban que en poco tiempo la presión cediera y la vida volviera a la normalidad. Una vez convertidos los judíos vivían exteriormente como musulmanes pero hacían todo lo posible, a veces arriesgando sus vidas para observar el judaísmo de la mejor manera posible.
CÓMO EQUIVOCARSE DE RABINO
Los líderes de las comunidades judías le escribieron una misiva a un rabino (presumiblemente de Europa y que vivía entre cristianos) y le preguntaban cómo debían proceder y qué podían hacer para reparar lo hecho. Este Rabino tuvo palabras muy duras para ellos y les dijo que habían hecho muy mal en convertirse, que era imperdonable y que tenían que haber sacrificado sus vidas en lugar de haber pretendido aceptar el islam. Este rabino ya no los consideraba judíos.
Los líderes religiosos quedaron profundamente amargados con esta respuesta y estaban desesperados porque muchos judíos que habían arriesgado sus vidas para mantener algo de su judaísmo en lo oculto habían perdido ahora toda su motivación y decían: “si de todas maneras ya no somos considerados judíos, convirtámonos completamente al islam”. Los lideres religiosos se dirigieron en onces a Maimonides, explicándoles las circunstancias que estaban viviendo y copiando la respuesta que dio el primer rabino.
CARTAS QUE CURAN
La carta que Maimónides le escribe a estos judíos es conocida como “Igueret haShmad”, la carta acerca de las conversiones forzadas.
En primer lugar Maimónides critica muy duramente al primer rabino y lo trata de insensible e ignorante.
Maimónides explica por ejemplo que a diferencia de la conversion al cristianismo que implicaba la ceremonia del bautismo y la adoración a ídolos, los que se convertían al islam solo tenían que hacer una declaración verbal en la que decían que “Mahoma era el enviado de Dios”. Y que se justificaban que hayan pronunciado esas palabra para salvar sus vidas y las de sus hijos.
Incluso en el caso de un judío que se vio forzado a adorar ídolos no se lo puede condenar y alejar sino que cuando quiere regresar al judaísmo hay que ayudarlo a integrarse nuevamente en la comunidad y mostrarle el camino de regreso con amor y atención.
¿RABINO JUEZ O RABINO MEDICO?
Maimónides les dio mucho aliento a todos los que se tuvieron. que convertir por la fuerza y los motivó a seguir cumpliendo con la Torá secretamente hasta que las cosas volvieran a la normalidad.
La crisis espiritual no hay que verla como un delito sino como una enfermedad. No necesita de un juez que la venga a sentenciar, sino de un médico que la venga a curar. Y ese médico fue Maimónides.
LOS ÚLTIMOS AÑOS DE MAIMÓNIDES
Hay una carta interesantísima que Maimónides escribe para uno de sus alumnos, Shemuel Ibn Tibón, que estaba traduciendo “La Guía de los Perplejos” del árabe al hebreo. Ibn Tibón vivía en Provenza, Francia, y le escribió a Maimónides en 1199 manifestándole su intención de viajar a Egipto para visitarlo, estudiar con él por unos días y consultarle algunos temas de su guía. Maimonides le respondió con una famosa carta donde deja entrever su compleja vida y su extraordinaria bondad.
“Vivo en Fostat y el sultán reside en el El Cairo; estos dos lugares están alejados uno del otro [3 o 4 kilómetros]. Mis obligaciones con el Sultán son muchas. Lo visito todos los días, temprano por la mañana; y cuando él o alguno de sus hijos, o cualquiera de las mujeres de su harén están indispuestos … permanezco en el palacio la mayor parte del día. También sucede con frecuencia que uno o dos oficiales de la corte se enferman, y yo los debo atender y curar. Por lo tanto, por lo general llegó a El Cairo muy temprano por la mañana y no regreso a Fostat hasta avanzada la tarde.
En nuestro último artículo hablamos sobre este aspecto de la vida diaria de Maimonides, su trabajo como médico de la corte del famoso Sultán Saladino.
MEDICO SIN FRONTERAS
Lo que sigue es menos conocido. Maimónides relata en esta carta lo que él hacia una vez que regresaba a su casa, y después de haber trabajado todo ese día; hoy diríamos: “en su tiempo libre”.
[Al llegar a mi casa en Fostat ] casi muerto de hambre … encuentro los pasillos de mi casa llenos de pacientes, tanto judíos como gentiles, nobles y gente común, jueces y alguaciles, amigos y enemigos, una multitud mixta que espera el momento de mi regreso. Desmonto de mi animal, me lavo las manos, me acerco a mis pacientes y les suplico que tengan paciencia conmigo mientras tomo un ligero refrigerio, la única comida que consumo en veinticuatro horas. Luego salgo para atender a mis pacientes y escribo recetas e instrucciones para sus diversas dolencias. Los pacientes entran y salen hasta el anochecer y, a veces, te aseguro solemnemente, hasta dos horas o más una vez entrada la noche. Converso con ellos [sobre sus dolencias] y les prescribo sus medicinas mientras me recuesto por el cansancio y cuando cae la noche, estoy tan agotado que apenas puedo hablar.
Maimónides estableció en su casa una clínica médica “gratuita” donde atendía a todo tipo de pacientes: judíos, gentiles, amigos y enemigos, pobres y ricos.
UNA OBRA SIN TERMINAR
Maimónides no contaba con mucho tiempo extra. En realidad su obra literaria –intelectual– estaba aún inconclusa. Entre sus planes estaba dedicarse, por ejemplo, a escribir un comentario sobre el Talmud de Babilonia.
También quería escribir un libro sobre los Midrashim y las Hagadot del Talmud, donde explicaría la lógica detrás de las metáforas rabínicas y las historias Talmúdicas que parecen irreales (algo que su hijo, Rabbenu Abraham, hizo brevemente en su Ma-amar al Hagadot Jazal)
Pero lo más urgente era resguardar la credibilidad su obra magna, Mishné Torá, el libro que detalla exhaustivamente toda la ley judía. Algunos rabinos contemporáneos de Europa criticaban esta obra porque si bien formulaba la ley final no hacía referencia a las fuentes específicas de las cuales Maimónides había extraído sus Halajot. Y aunque dejar las fuentes afuera y formular la ley era la deliberada intención de el libro que el había escrito como un código cuya intención es prestar el verdecito final de la ley, Maimónides pensaba que la aceptación de su libro en Europa dependía de que él escribiera las fuentes de su libro y tenía la intención de hacerlo.
Ahora podemos apreciar mejor la pregunta anterior: ¿cómo es que con tanto trabajo que le quedaba por hacer, Maimónides dedicó su tiempo libre a curar a los enfermos en lugar escribir sus libros? Porque Maimónides decidió que era hora de poner en práctica todo lo que él había enseñado en sus innumerables escritos. Su preciosísimo tiempo estaría dedicado ahora a algo que él podía hacer mejor que ningún otro hombre de su época: curar a los enfermos.
¿COMO MURIO MAIMONIDES?
Maimónides dejó su vida en esta monumental obra de bien. La mayoría de los biógrafos de Maimónides no se extienden demasiado explicar qué causó la muerte de Maimónides y se limitan a indicar la fecha exacta de su partida: el 13 de Diciembre de 1204. Aunque un historiador de principios del siglo XX , De Goeje, señala que Maimónides murió de “agotamiento físico” (exhaustion).
El Jajam Yosef Faur z”l en su clase sobre “Los cuatro gigantes de Sefarad» cuenta un detalle muy importante, y que hoy, en tiempos del COVID19, podemos apreciar mejor que nunca: Está documentado que Maimónides falleció como consecuencia de una epidemia. Ya que se negó a dejar de atender a sus pacientes y así se contagió y luego de un tiempo murió por este motivo (escuchar aquí, 1.17m)
Los Jajamim explican que la Torá comienza con Jésed (benevolencia) y termina con Jésed. Y los ejemplos de benevolencia que traen los Sabios no son actos de bondad realizados por seres humanos, sino por el mismo Creador. En su comienzo la Torá nos relata que HaShem proveyó de vestimenta a Adam y Eva, y vestir a los que no tiene lo que ponerse es un acto de Jesed) y la Torá termina contándonos que el Todopoderoso enterró a Moshé Rabbenu, otro acto de beneficencia.
En los últimos años de su vida, Maimónides se reinventó. Y del estudio pasó a la práctica: a la imitación de Dios.
Presento a continuación la “ORACION PARA UN MEDICO” atribuida a Maimónides (mi traducción). Miles de doctores, judíos y gentiles, en Israel, Estados Unidos y el resto del mundo , recitan esta oración todos los días, antes de comenzar su trabajo medico.
Señor del mundo, antes de comenzar la sagrada tarea de curar a Tus criaturas, expreso mi ruego delante de Ti, para que me concedas el valor y las fuerzas para hacer mi trabajo médico con integridad, y que el deseo de acumular riquezas o ganar fama no sea lo que guíe mi tarea o enceguezca mis ojos.
Señor del Mundo, es sabido por todos Tus súbditos que Tú eres quien envía el sufrimiento a quienes lo merecen y Tú eres Quien se apiada de los que sufren. Y con Tu infinita Sabiduría, Tú quisiste que yo, Tu humilde servidor de carne y hueso, hecho de polvo y ceniza, con mi limitado saber y mi pobre intelecto, haya aprendido acerca del cuerpo y la mente del ser humano que Tu creaste en este mundo material.
Y he aquí que yo, siguiendo Tus ordenes y Tus mandamiento y contando con Tu ayuda me preparo a curar, de acuerdo al alcance de mi conocimiento y sabiendo que en última instancia la vida, la muerte y la curación de las enfermedades están en Tus manos y que eres Tú quien determina el éxito o el fracaso de mi curación.
Señor de los Cielos, Rey Eterno, que sea Tu voluntad conceder a Tu servidor la fuerza y la capacidad de seguir aprendiendo el arte de la curación durante el resto de mi vida de boca de aquellos que saben más que yo.
Concédeme el mérito para que nunca deje de sentir compasión por todos lo que sufren, y concédeme la sabiduría para asistir a quienes vienen a consultar mi consejo, sin diferenciar entre el rico y el pobre, el amigo o el enemigo, el hombre bueno y el hombre malo, para que así, cuando alguien necesita mi ayuda, que yo solo vea al ser humano que sufre la enfermedad y el dolor.
Que mi amor por el arte de curar me dé el valor para que la verdad sea la luz que me guíe, porque soy consciente que mi negligencia en mi trabajo médico puede resultar en el sufrimiento o en la muerte de la obra de Tus manos.
Te ruego, Dios, Tú que eres compasivo y misericordioso, que concedas fuerza a mi cuerpo y valor a mi mente, e implantes en mí un espíritu de integridad.
Bendito eres Tú, Amo de todas las obras, Creador de todos los seres vivos.
AMEN
אֵל עֶלְיוֹן, טֶרֶם שֶׁאֲנִי מַתְחִיל בַּעֲבוֹדָתִי הַקְדוֹשָׁה
לְרַפֵּא אֶת יְצוּרֵי כַּפֶּיךָ, אֲנִי מַפִּיל אֶת תְּחִינָתִי
לִפְנֵי כִּסֵא כְּבוֹדְךָ, שֶתִּתֵּן לִי אֹמֶץ רוּחַ וּמֶרֶץ רַב
לַעֲשׂוֹת אֶת עֲבוֹדָתִי בֶּאֱמוּנָה, וְשְׁהַשְׁאִיפָה לִצְבֹר הוֹן אוֹ
לְשֵׁם טוֹב לֹא תְּעַוִּר אֶת עֵינַי מִלִּרְאוֹת נְכוֹחָה.
אָדוֹן הֲעוֹלָמִים, גֲלוּי וְיָדוּעַ לכֹל בְּנֵי בְּרִיתֶךָ שְׁרָק אָתָה לֶבָד
הוּא מָעָנִישׁ וְמְחַנֶן, מָכֶּה וְמְרָפֶּא. בְּרָם בֶּחֹכְמָתְךָ אֵין
סוֹף רַצִיתָ שְׁאָנִי, עַבְדֶךָ הָאָבְיוֹן, בָּשָׂר וָדָם, עָפָר
וָאֶפֶר בִּיכֹלְתִי הָצָנוֹעַה וּבֶשִׂכְלִי הָקָטָן צָבָרְתִי יֶדָע עָל
גוּף הָאָדָם ועָל רוּחוֹ, שְׁאָתָה בְּרַחֲמֵיךָ הָגָדוֹלִים גִילִיתָ
בֶּעוֹלָמְךָ הָגָשְׁמִי. וְהִנֶה, אָנִי בְּפְּקֻדָתְךָ, בְּמִצְוָתְךָ
וּבְעֶזְרָתֶךָ מַתְחִיל לֶרָפֶּא יְצוּרֵי כַּפֶּיךָ בְּהָבָנָתִי
הָמְלֵיאָה שְׁרָק בִּימִינְךָ הָרָמָה וְהָנִשְׂאֶת הָהָחְלָטוֹת עָל
חָיִים וְעָל מָוֶת, עָל הָבְרָאָה וְעָל חוֹלִי, עָל הָצְלָחָתִי
בְּרִפּוּי הָחוֹלֶה וְעָל כִּשְׁלוֹנִי בְּעָבוֹדָתִי.
שוֹכֵן בִּמְרוֹמָיו, מֶלֶך חַי וְקַיָם, יְהִי רָצוֹן מִלֶפָנֵיךָ שֶתִתֶן לִי,
לֶעַבְדְךָ, לֶבֶּן אֲמָתֶךָ חֶפֶץ, כֹּח וֶיָכוֹלֶת שִׂכְלִית
לֶהַמְשִׁיךְ לִלְמוֹד רַפוּאָה בַּאֵין הָפְסָקָה לֶאוֹרֶךְ כֹּל חָיָי
מִפִי רוֹפְאִים נֶבוּנִים מִמֶנִי.
תְזַכֵּנִי לְהַבִּיט עַל כֹּל סוֹבֵל, הַבָּא לִשְׁאֹל בַּעֲצָתִי, כְּעַל אָדָם,
בְּלִי הֶבְדֵּל בֵּין עָשִׁיר וְעָנִי, יְדִיד וְשׂוֹנֵא, אִישׁ טוֹב
וְרַע, בַּצַר לוֹ הַרְאֵנִי רַק אֶת הָאָדָם, אַהֲבָתִי לְתּוֹרַת
הָרְפוּאָה תְּחַזֵּק אֶת רוּחִי, רַק הָאֶמֶת תִּהְיֶה נֵר לְרַגְלַי,
כִּי כֹל רִפְיוֹן בַּעֲבוֹדָתִי יָכוֹל לְהָבִיא כִּלָּיוֹן וּמַחֲלָה
לִיְצִיר כַּפֶּיךָ. אָנָא ה’ רַחוּם וְחַנוּן, חַזְּקֵנִי וְאַמְּצֵּנִי
בְּגוּפִי וּבְנַפְשִׁי, וְרוּחַ שָלֵם תִּטַּע בְּקִרְבִּי.
בָּרוּך אַתָה, אָדוֹן כֹּל הֲמָעָשִׁים וּבוֹרֵא כֹּל הֲהָבְרָאוֹת
Aparte de ser uno de los Talmudistas y juristas más importantes en la historia del pueblo judío Maimónides fue también un famoso médico. Su padre, Ribbí Maimón, fue quien seguramente le inició en la medicina, que era una profesión muy común entre los judíos españoles hasta la época de la expulsión en 1492. A una edad temprana Maimónides tuvo que abandonar Córdoba, España, debido a las persecuciones religiosas de un grupo musulmán fundamentalista: los almohades. La familia de Maimónides llegó a la ciudad de Fez, Marruecos y permaneció allí durante 7 años. Es en Fez donde se presume que Maimónides tuvo la oportunidad de profundizar sus estudios de medicina asistiendo a médicos judíos muy conocidos Abu Yusef ben Muhalem. En 1165 llegó a Egipto. Maimónides siempre se opuso a ejercer profesionalmente el rabinato, y por muchos años se mantuvo de una sociedad comercial que tenía con su hermano David, quien se dedicaba a viajar por el mundo para este propósito. Pero luego de que su hermano falleciera trágicamente cuando su barco se hundió, Maimónides se dedicó a ejercer la medicina profesionalmente.
En Egipto fue llamado a ejercer como el médico de la corte del Sultán Saladino el Grande (1138-1193), famoso por su lucha contra los cruzados y por haber reconquistado Jerusalem. Esta era una difícil profesión ya que además de examinar y curar al Sultán también tenía que ocuparse de toda su familia -sus esposas y sus hijos- y los funcionarios de la corte real.
Maimónides era el médico más respetado de todo Egipto. Y eso le costó los celos y la rivalidad de los otros sabios y consejeros de la corte de Saladino quienes siempre conspiraban para tratar de desprestigiarlo. Recuerdo que cuando yo era chico mi tío Jajam Yosef Faur z”l, me contaba historias de Maimónides y el permanente acoso que sufría de parte de los envidiosos sabios de la corte. Recuerdo 5 cuentos. Uno de ellos es el siguiente: “En sus libros de medicina Maimónides afirmaba que la ceguera de nacimiento no podía ser curada. Los sabios de la corte lo desafiaron y dijeron que ellos habían desarrollado una operación quirúrgica que podía devolver la vista a los ciegos y que estaban dispuestos a hacer una demostración en una sesión especial donde estuvieran presentes el Sultán y Maimónides. Llegado el día los sabios de la corte trajeron a un paciente con la cara y los ojos vendados y lo presentaron como un individuo ciego de nacimiento que recién habían operado. Le sacaron el vendaje y el hombre comenzó a gritar: “¡Puedo ver, puedo ver! Estos sabios me han curado!” Acto seguido los sabios le demandaron al rey que expulsara a Maimónides de la corte por su ignorancia y tozudez. Maimónides le pidió al Sultán permiso para examinar al paciente. Y le preguntó: “¿Es verdad que eres ciego de nacimiento?”. Y el hombre contestó: “¡Sí! Nunca pude ver, desde que nací hasta este momento que los sabios me han curado “. Entonces Maimónides tomó un pañuelo rojo que traía en su bolsillo y le preguntó: “Si realmente puedes ver, ¿me podrías decir de qué color es este paño?” . “¡Rojo!” dijo el paciente con mucho entusiasmo. “¡Este pañuelo es rojo!”. Maimónides se dirigió al Sultán y le dijo: “Su Señoría, una persona que ve por primera vez, no conoce los colores, no los puede describir. Este hombre es un impostor.”
Lista de las obras médicas de Maimónides
1. “Extractos de Galeno o el arte de la curación”, un resumen de los extensos escritos del famoso médico griego.
2. “Comentario de los Aforismos de Hipócrates”,que Maimónides combina con sus propios puntos de vista.
3. “Aforismos Médicos de Moisés”, 1.500 instrucciones en los que se describen varias condiciones médicas.
4. “Tratado sobre las hemorroides”, discute también el mecanismo de la digestión.
5. “Tratado sobre la cohabitación”, contiene recomendaciones para una vida sexual sana.
6. “Tratado sobre el asma”, discute los diversos climas y dietas y su efecto sobre el asma. Hace hincapié en la necesidad de aire limpio.
7. “Tratado sobre los venenos y sus antídotos”, este libro de toxicología siguió siendo popular durante siglos.
8. “Régimen de la salud” , es un discurso sobre la vida sana y la conexión mente-cuerpo.
9. “Discurso y explicación de la moderación”, aboga por una vida saludable y enseña que uno de los principios fundamentales de la medicina preventiva es evitar los excesos.
10. “Glosario de nombres de medicamentos”, presenta una farmacopea con los nombres de un gran número de medicamentos en árabe, griego, sirio, persa, bereber (dialecto marroquí) y español.
Como muchos de mis lectores habrán notado, en estos últimos días estoy escribiendo en honor a mi tío el Jajam Yosef Faur haLevi z”l refriéndome a una de sus clases sobre “4 gigantes de Sefarad”. Hasta ahora mencionamos al rab Ibn Paquda, al Rab Yehuda haLevi y al Rab Abraham Eben Ezra. Y ahora, en esta última presentación, nos referiremos al “gigante de los gigantes”: Maimónides.
Ribbí Moshé ben Maimón, también conocido como HaRambam o Maimónides, nació en la ciudad de Cordoba, España , en 1135 y falleció en Egipto en 1204.
Es imposible y absolutamente injusto dedicar un simple email para describir la vida y obra de uno de los rabinos más importantes de todos los tiempos. Aparte de ser un gran Rabino y líder comunitario, Maimónides fue también un eximio filosofo, un gran médico -el precursor de la medicina preventiva – y un gran conocedor de la matemática y la astronomía. Pero el tema que nos va ocupar hoy es Maimonides como jurista, legislador.
No es posible apreciar la monumentalidad de la obra de Maimónides si uno no tiene una idea clara de lo que es el Talmud (y viceversa).
EL OCEANO TALMUDICO
El Talmud, sus 60 tratados y 2.711 paginas, cubre la tradición oral judía y es la base de la jurisprudencia bíblica y rabínica. El Talmud o Guemará, cita a la Mishna, las mas antigua edición de la ley oral judía, y luego registra un gran número de debates en los cuales esa Mishná se analiza exhaustivamente, en términos de su autoría , su lenguaje, su alcance, su aplicación, sus excepciones, etc.. Hace falta una forma especial de razonar (que se va adquiriendo en la medida que uno se adentra en el Talmud) parea comprender el Talmud. Y si bien. hoy tenemos una gran cantidad de traducciones y explicaciones, hace falta mucho entrenamiento para seguir el ritmo de la discusión talmúdica. Aparte de eso, un tema que tiene que ver, por ejemplo, con Shabbat, puede encontrarse o redefinirse cuando el Talmud analiza una Mishná que trata sobre daños y perjuicios (neziquín). Y para determinar la ley o Halajá uno no solo tiene que comprender el Talmud sino conocerlo en forma exhaustiva, porque como explicamos, las referencias son cruzadas. Maimonides, que tenia un condimento total del talmud ( y del Yerushalmí, Toseftá, Baraytot, Midrashé Halajá, Geonim, etc.) identificó todas las leyes, las formuló en un perfecto y clarísimo hebreo y las reorganizó en 14 tratados, con 1.000 capítulos con un promedio de 16 Halajot, or artículos de ley cada uno.
¿MAIMONIDES ELITISTA?
En mis propias palabras, el Talmud es como un vasto mar con decenas de miles de perlas muy difíciles de recoger . Las perlas, que están en el fondo del mar, se encuentran diseminadas a muchos kilómetros de distancia una de otra. Maimónides hizo lo imposible e inimaginable. Dedicó su vida a bucear en el fondo del vastísimo océano del Talmud y fue recogiendo una por una “todas las perlas del mar talmúdico”. Las subió a la superficie, las depuró, las examinó y las clasificó con exquisitez por colores, tamaño, forma, peso, etc. Y finalmente nos presentó un perfecto catalogo con 1.000 categorías de perlas y más de 16.000 especimeins de perlas preciosas. (he hecho un esfuerzo por describir el Talmud y la monumentalidad de la obra de Maimonides, pero releo lo que escribí y creo que no es suficiente para apreciar el talmud o el Mishné Torá…) .
Uno de los aspectos que discute el Jajam Faur es el supuesto “elitismo” de Maimónides. Cuando en realidad fue todo lo contrario. Por siglos el judío común no tenia acceso a la ley judía. No había forma que supiera la ley que tanto quería cumplir porque no tenia acceso al Talmud! De hecho, la ley, era determinada por los Rabinos, en base a lo que comprendían del Talmud. Lejos de perpetrar lo que se podría percibir como elitismo, Maimónides presentó la ley en un estilo y en un lenguaje que era accesible para el pueblo, para el judío promedio. Esta fue su gran genialidad.
¿QUE ES EL RACIONALISMO?
El Jajam Faur también demuestra la verdad sobre el supuesto “racionalismo” de Maimónides.
¡Nada más lejos de la verdad!. En su libro “Homo Mysticus”, donde el Jajam Faur expone las ideas de su “Guía para los perplejos”, explica esta tema a la perfección.
Hay 3 niveles de intelectualidad.
1. La gran mayoría del mundo se deja llevar por su imaginación. impresiones, sentimientos, impulsos, opiniones populares, lo que hacen los demás. Muy pocas personas se detienen a pensar y se rigen estrictamente por su intelecto. ¿Cuánta gente, por ejemplo, come y consume solo aquello qule hace bien y deja de comer lo que no le favorece?
2. En un segundo nivel, superior la primero, están las personas inteligentes, racionales, que solo hace, dicen, consumen, y llevan a la práctica lo que está bien. Y no solo saben lo que está bien: también adquieren la disciplina para perfeccionar su carácter, controlar sus impulsos, y guiarse por su razonamiento. Una persona que se guía por la razón es un “racionalista”.
3. Pero para Maimónides si bien la razón es un nivel superior al de la imaginación, no es la maxima aspiración de un ser humano. Hay algo más allá de la razón: la Revelación. La Sabiduría Divina revelada en la Torá. La Sabiduría divina no esta limitada a la razón. Prueba de ello es que los judíos nos guiamos por preceptos que entendemos y también por preceptos que están más allá de nuestro limitado razonamiento. Maimonides no era racionalista, era revelacionista (¡acabo de inventar una palabra!) o “Toraní”
Es muy posible que quienes imaginan a Maimónides como racionalista se basan en que Maimónides rechazaba enérgicamente todo tipo de “supersticiones” incluyendo supersticiones religiosas muy de moda en su tiempo (algunas de las cuales, increíblemente, persisten en nuestros días). Para Maimonides, la astrología, la necromancia, la adivinación, por ejemplo, eran vestigios de ‘abodá Zara (idolatría) y representaban al entorno del hombre primitivo, pre-racional.
Continuamos con la presentación de la clase «4 Gigantes de Sefarad» sobre 4 rabinos nacidos en España que impactaron profundamente en el carácter y el contenido de la tradición Sefaradí.
SU VIDA
Ribbí Abraham Eben Ezra nació en la ciudad de Tudela, en Navarro, al norte de España, en 1089. Ibn Ezra era un muy cercano a Ribbí Yehuda Halevi, que era unos 14 años mayor que él, y su hijo Isaac se casó con la hija de Yehudá haLevi (o según otros, el propio Ribbí Abraham fue quien se casó con su hija). Ibn Ezra se mudó a Córdoba cuando era joven y siempre fue materialmente muy pobre. Se negaba a aceptar dinero de otros. Trató de dedicarse al comercio pero nunca tuvo éxito en sus negocios. Una vez escuché (pero no pude encontrar la fuente) que él dijo de sei mismo que era tan desafortunado en sus negocios que si “comenzará a vender mortajas, la gente dejaría de morirse” . El Rab Eben Ezra viajó por todo el mundo durante más de tres décadas. Primero visitó el norte de África: Marruecos, Algeria, Tunes. Luego visitó Europa: Italia, Francia e Inglaterra. Luego el medio oriente, Egipto, Persia, Baghdad. Durante sus múltiples viajes siempre visitaba y se alojaba en las comunidades judías locales, que cuando reconocían su gran conocimiento de Torá, lo atendían con mucha estima. Ribbí Abraham escribía especialmente durante sus viajes, y más de una vez dedicó sus obras a las comunidades locales o a sus mecenas. Dicen que en Francia se encontró con Rabbenu tam (1100 – 1171) y en Egipto con Maimónides (1135 -1204). Falleció en 1164 y según el rab Abraham Zakuto en su Sefer haYojasín fue enterrado en la tierra de Israel.
COMENTARIO A LA TORA
El Rab Eben Ezra escribió más de 60 libros sobre muy diversos temas. Su obra más conocida es su comentario a la Torá (el Pentateuco). Esta obra fue innovadora por su metodología: analizar el “peshat», es decir, el sentido literal, del texto basándose en un riguroso análisis lingüístico de las palabras. El Rab Eben Ezra evitaba la permanente referencia a los Midrashim en sus explicaciones, como hace Rashí cuando explica la Torá, ya que consideraba que no hacía falta repetir lo que el lector puede encontrar en el Midrash. También criticaba algunos comentarios alegóricos que según su opinión “dan vueltas en círculos alrededor del punto en lugar de enfocarse en el punto», esto es, en el sentido literal y gramatical de cada palabra. Este sentido debe considerarse cuidadosamente y debe ser examinado no solo analizando la raíz de la palabra sino también el contexto, la ubicación del término en el versículo y las otras instancias en las que esa palabra aparece en la Biblia. Esta interpretación literal era una innovación, pero para no dejar dudas el Rab aclaró que su metodología no se aplicaba a las palabras de la Torá que aluden a algún precepto o mandamiento, ya que la interpretación en estos casos es «exclusivamente» aquella que recibimos en la Torá oral y que está registrada en el Talmud.
ASTRONOMIA
Lo que es menos conocido es que el rab Eben Ezra también escribió decenas de libros sobre temas científicos. Por ejemplo, “El libro de los fundamentos de las tablas astronómicas” una obra que el Rab Abraham redactó originalmente en Latín. Lo que nos indica que tenía conocimiento muy profundo de este idioma en el cual se transmitían los conocimientos científicos en esa época. El Rab Eben Ezra era un rabino que tambien pertenecía a la comunidad científica de su época.
NAVEGACION
También escribió un tratado sobre el astrolabio, un instrumento que permite usar la posición de las estrellas para la orientación , y que era esencial para la navegación. El astrolabio era en la edad media lo que el GPS es en nuestros días. La foto que publicamos arriba es una ilustración en la que se lo ve al Rab Eben Ezra (en el medio) con un astrolabio en sus manos. El libro se llamó en hebreo: Keli HaNejoshet, “el instrumento de cobre”, que era el metal utilizado para construir el astrolabio.
MATEMATICA.
También escribió varios libros sobre matemática, como por ejemplo, “El libro de los números”, que trata de aritmética. En esta obra presenta el sistema decimal y la forma en que se usa, adelantándose por varias décadas al famoso matemático italiano Fibonacci (1170 -1240). Cabe destacar que gracias a sus numerosos viajes por el mundo el rab Eben Ezra se transformó en uno de los principales contribuyentes a la popularización del sistema decimal en las comunidades judías y en el mundo occidental. También fue uno de los primeros en presentar y explicar el número “cero”, al que lo dibujaba con un circulo y lo llamó en hebreo “galgal” (círculo o rueda).
En su clase sobre los gigantes de Sefarad el Jajam Faur z”l explicó que para Eben Ezra la Torá y el conocimiento científico no se contradicen: todo lo contrario, se complementan y «se necesitan uno a otro» para observar y valorar la Sabiduría del Creador. El hecho que el universo puede ser entendido y explicado matemáticamente con fórmulas y leyes predecibles e inalterables revela la existencia del Creador Inteligente del Cosmos (Maimonides exploró esta idea en profundidad en Yesodé HaTorá, capítulo 2. Para más información sobre este tema sugiero leer con atención el libro “Seis números nada más» de Martin Rees, uno de los astrofísicos más reconocidos del mundo).
POESIA
Finalmente, digamos que el rab Eben Ezra también se destacó como un gran poeta. Algunos de los poemas que compuso hace 800 años atrás son muy conocidos y los seguimos cantando hasta el día de hoy. Por ejemplo, AGADELJA ELOQUE KOL NESHAMA, KI ESHMERA SHABBAT y el profundísimo poema con el cual inauguramos el servicio litúrgico de Yom Kippur: LEJA ELI TESHUKATI.
Continúo compartiendo uno de los shiurim (clases) de mi querido tío, el Jajam Yosef Faur, z”l, recientemente fallecido. El Rab Faur era un apasionado por la historia y particularmente por la historia de los judíos de España. En esta clase se refirió a “Cuatro gigantes de Sefarad”. Ayer vimos al primero, Rabbenu Bajiyá. Hoy hablaremos de Ribbí Yehudá haLeví, nacido en Toledo (o Tudela) España en 1075.
EL CUZARI
Ribbí Yehudá fue un prominente filósofo y su libro más famoso es el Cuzarí. Una obra escrita en forma de diálogo, preguntas y respuestas, entre el Rey Bulán, del imperio de los Jazares y un rabino, Rab Isaac haSangari. El rey Bulán, que no practicaba ninguna religión, convocó a un imán, a un sacerdote cristiano, a un rabino y a un filosofo (lo que hoy sería: un individuo ateo) y le pidió a cada uno que presentara sus argumentos. Al final, el Rey Bulán decidió que los argumentos del rabino eran los más convincentes y decidió convertirse y convertir a todos los habitantes de su gran imperio al judaísmo. Todos los principios básicos, históricos y filosóficos judíos que el Sabio judío transmitió al rey Bulán constituyen el contenido de el libro de “El Cuzarí”. Este evento, ampliamente documentado, ocurrió en el siglo VIII de la era común. Y el imperio de los Jázaros o Jazares (el primer “estado judío independiente” luego de la destrucción del segundo Bet haMiqdash. ¡sic.!) continuó por alrededor de 200 años después de este evento (ver aquí ).
POESIA Y TEOLOGIA
Aparte de su obra filosófica, Ribbí Yehudá haLeví se destacó también por su obra poética. Para comprender la importancia de la poesía en la España del siglo XI necesitamos una breve introducción. Para los árabes el Qorán es el libro más venerado. Y para ellos, la prueba de la superioridad del Qorán (y del islam sobre otras religiones) es la perfección del idioma árabe. “No hay árabe más perfecto que el árabe del Qorán, y no hay lengua más perfecta que la lengua árabe”. Pero ¿cómo se puede demostrar que una lengua es superior a otra? En la edad media la respuesta era “la poesía”. El idioma árabe tiene cierta plasticidad, que no tienen, por ejemplo, las lenguas occidentales. Esto permite crear un tipo de poesía “métrica”, donde los versos se escriben de una manera especial, organizados con precisión matemática.
Un verso de este tipo puede estar escrito, por ejemplo , así:
PRIMERA PALABRA (dos sílabas): 1. Media vocal, sílaba abierta. 2. Vocal larga, terminando en consonante.
SEGUNDA PALABRA (dos sílabas): 1. Sílaba abierta, vocal larga. 2. Sílaba cerrada, vocal larga.
TERCERA PALABRA (dos sílabas): 1. Media vocal, sílaba abierta. 2. Vocal corta, sílaba cerrada.
CUARTA PALABRA (dos sílabas). 1. Vocal larga, sílaba abierta. 2. Vocal corta, sílaba cerrada.
En la poesía árabe, TODOS LOS VERSOS de un determinado poema van a conservar la misma estructura matemática. Pero para preservar esta sofisticada estructura métrica, que entre otras cosas facilita la adaptación de esos poemas a una gran variedad de melodías, había que sacrificar algo: el contenido de la poesía. De cualquier manera, esta métrica, imposible en otras lenguas como español, latín o griego, demostraba la superioridad teológica del islam.
DUELO DE POETAS
El Rab Faur explica que los Rabinos de España, en ese entonces bajo el dominio musulmán, no podían no hacer nada frente a este desafío que representaba una amenaza a la continuidad de muchos judíos. Los famosos sabios Yoná Ibn J’annaj, Jasday Ibn Shaprut, y muchos otros gramáticos de la escuela Hebrea de Córdoba (siglo X y XI), comenzaron por formular, por primera, vez las reglas gramaticales del hebreo bíblico, haciendo posible entonces componer poesía en hebreo, algo que hasta ese momento no era muy común. Los Sabios judíos compusieron poemas «métricos» que eran tan elaborados como los poemas en árabe. Pero con una ventaja: la poesía árabe sonaba muy bien, pero no decía nada, ya que era extremadamente difícil forzar contenido en esas estructuras tan cerradas. La poesía hebrea, sin embargo, además de preservar la sofisticada estructura métrica, era extremadamente rica en contenido. De hecho, el ejemplo de poesía métrica que mencioné más arriba corresponde a la primera estrofa de “A-don o-lam a-sher ma-laj,” un poema absolutamente «métrico», adaptable a una gran variedad de melodías, con un contenido teológico profundísimo (fue compuesto, según algunas opiniones por el famoso poeta Ribbí Shelomó Ibn Gabirol 1028 -1051) .
VIAJE AL CORAZON DE RIBBI YEHUDA HALEVI
El rab Faur termina su exposición sobre Yehudá haLevi explicando que desarrolló un nuevo genero de poesía que en español se llama: el género sionida, esto es, la poesía que expresa el amor del pueblo judío por Sión, y el anhelo de regresar a Yerushalayim. El Rab Faur dice que de esta manera Ribbí Yehudá haLeví fue también el precursor del sionismo moderno.
Uno de los poemas más celebrados de Ribbí Yehudá haLevi es “Mi corazón está en el oriente”
Veamos una estrofa de este hermoso poema.
לִבִּי בְמִזְרָח וְאָנֹכִי בְּסוֹף מַעֲרָב אֵיךְ אֶטְעֲמָה אֵת אֲשֶׁר אֹכַל וְאֵיךְ יֶעֱרָב אֵיכָה אֲשַׁלֵּם נְדָרַי וֶאֱסָרַי, בְּעוֹד צִיּוֹן בְּחֶבֶל אֱדוֹם וַאֲנִי בְּכֶבֶל עֲרָב יֵקַל בְּעֵינַי עֲזֹב כָּל טוּב סְפָרַד, כְּמוֹ יֵקַר בְּעֵינַי רְאוֹת עַפְרוֹת דְּבִיר נֶחֱרָב
«Mi corazón está en el oriente [Israel]; mientras yo me encuentro en el fin de occidente [España].
¿Cómo habré de encontrarle gusto a lo que como, cómo habré de disfrutar la dulzura [en mi paladar mientras no estoy en la Tierra de Israel]?
¿Cómo habré de cumplir mis promesas y votos [en el Bet haMiqdash], mientras Sión se encuentra bajo el yugo de Edom [=la cristiandad, durante la primera cruzada en 1099 los cristianos conquistaron Jerusalem], y yo estoy aquí, atrapado en las ataduras de Arabia?
¡Con cuánta facilidad abandonaría todos los placeres de España, para que mis ojos se deleiten viendo el polvo de las ruinas del Santuario destruido…”.
Al final de sus días, y luego de una complicadísima travesía, el Rab Yehudá haLevi cumplió su sueño llegó a Jerusalem. Dicen que cuando por fin sus ojos vieron las ruinas del Bet haMiqdash, murió atacado por un jinete árabe, cerca del Muro de los lamentos. Es por esta razón que las escaleras que bajan desde la ciudad vieja hacia el Kotel se llaman en su honor “ Ma’alot Ribbí Yehudá haLeví” (Las escaleras donde murió Rabbí Yehudá haLevi, z»l).