La carta de Maimónides a los judíos conversos

Aparte de sus libros sobre el Talmud (Pirush haMishnayiot) , la Halajá (Mishné Torá), la filosofía judía (More Nebujim)  y la medicina, diez tratados sobre temas médicos, Maimónides también escribió centenares de respuestas rabínicas sobre preguntas que le llegaban de todos lados del mundo. Y también compuso unas famosas cartas, Iguerot HaRambam, que a diferencia de las preguntas y respuestas son más extensas y podrían considerarse como monografías o pequeños libros sobre ciertos temas interesantísimos.  

Una de estas cartas se llama Igueret haShmad, la carta sobre “Las conversiones forzadas”. 

LOS YIHADISTAS ALMOHADES

En ese entonces los judíos estaban sufriendo la persecución religiosa de un grupo extremista musulmán, los Almohades, que aparte de luchar contra otros grupos islámicos también trataban de imponer su religión a los cristianos y judíos.  Este grupo se hizo muy poderoso a partir de 1147, cuando Maimónides tenía 12 años. Como sabemos, Maimónides y su familia escaparon de Córdoba y luego de España,  hacia el norte de Africa y al final llegaron a Egipto. Pero la persecución dejó sus cicatrices en Maimónides y entre otras cosas su experiencia le fue muy útil cuando tuvo que escribir a los judíos que como él, habían sido víctimas de la persecución.  

ISIS EN EL SIGLO 13

Cuando llegaban los Almohades a las juderías,  amenazaban de muerte a los judíos, hombres mujeres y niños, y muchos optaban por convertirse al Islam. Estas  conversiones no eran sinceras sino forzadas y todos esperaban que en poco tiempo la presión cediera y la vida volviera a la normalidad.  Una vez convertidos los judíos vivían exteriormente como musulmanes pero hacían todo lo posible, a veces arriesgando sus vidas para observar el judaísmo de la mejor manera posible. 

CÓMO EQUIVOCARSE DE RABINO

Los líderes de las comunidades judías le escribieron una misiva a un rabino (presumiblemente de Europa y que vivía entre cristianos) y le preguntaban cómo debían proceder y  qué podían hacer para reparar lo hecho.  Este Rabino tuvo palabras muy duras para ellos y les dijo que habían hecho muy mal en convertirse, que era imperdonable y que tenían que haber sacrificado sus vidas en lugar de haber pretendido aceptar el islam. Este rabino ya no los consideraba judíos. 

Los líderes religiosos quedaron profundamente amargados con esta respuesta y estaban desesperados porque muchos judíos que habían arriesgado sus vidas para mantener algo de su judaísmo en lo oculto habían perdido ahora toda su motivación y decían: “si de todas maneras ya no somos considerados judíos, convirtámonos completamente al islam”. Los lideres religiosos se dirigieron en onces a Maimonides, explicándoles las circunstancias que estaban viviendo y copiando la respuesta que dio el primer rabino.     

CARTAS QUE CURAN

La carta que Maimónides le escribe a estos judíos es conocida como “Igueret haShmad”, la carta acerca de las conversiones forzadas.  

En primer lugar Maimónides critica muy duramente al primer rabino y lo trata de insensible e ignorante. 

Maimónides explica por ejemplo que a diferencia de la conversion al cristianismo que implicaba la ceremonia del bautismo y la adoración a ídolos, los que se convertían al islam solo tenían que hacer una declaración verbal en la que decían que “Mahoma era el enviado de Dios”. Y que se justificaban que hayan pronunciado esas palabra para salvar sus vidas y las de sus hijos. 

Incluso en el caso de un judío que se vio forzado a adorar ídolos no se lo puede condenar y alejar sino que cuando quiere regresar al judaísmo hay que ayudarlo a integrarse nuevamente en la comunidad y mostrarle el camino de regreso con amor y atención.   

¿RABINO JUEZ O RABINO MEDICO?

Maimónides les dio mucho aliento a todos los que se tuvieron. que convertir por la fuerza y los motivó a seguir cumpliendo con la Torá secretamente hasta que las cosas volvieran a la normalidad.    

La crisis espiritual no hay que verla como un delito sino como una enfermedad. No necesita de un juez que la venga a sentenciar, sino de un médico que la venga a curar. Y ese médico fue Maimónides. 




Maimónides, el médico

LOS ÚLTIMOS AÑOS DE MAIMÓNIDES  

Hay una carta interesantísima que Maimónides escribe para uno de sus alumnos, Shemuel Ibn Tibón, que estaba traduciendo “La Guía de los Perplejos” del árabe al hebreo.  Ibn Tibón vivía en Provenza, Francia, y le escribió a Maimónides en 1199 manifestándole su intención de viajar a Egipto para visitarlo, estudiar con él por unos días y consultarle algunos temas de su guía. Maimonides le respondió con una famosa carta donde deja entrever su compleja vida y su extraordinaria bondad. 

“Vivo en Fostat y el sultán reside en el El Cairo; estos dos lugares están alejados uno del otro [3 o 4 kilómetros]. Mis obligaciones con el Sultán son muchas. Lo visito todos los días, temprano por la mañana; y cuando él o alguno de sus hijos, o cualquiera de las mujeres de su harén están indispuestos … permanezco en el palacio la mayor parte del día. También sucede con frecuencia que uno o dos oficiales de la corte se enferman, y yo los debo atender y curar.  Por lo tanto, por lo general llegó a El Cairo muy temprano por la mañana y no regreso a Fostat hasta avanzada la tarde.

En nuestro último artículo hablamos sobre este aspecto de la vida diaria de Maimonides, su trabajo como médico de la corte del famoso Sultán Saladino. 

MEDICO SIN FRONTERAS

Lo que sigue es menos conocido. Maimónides relata en esta carta lo que él hacia una vez que regresaba a su casa, y después de haber trabajado todo ese día; hoy diríamos:  “en su tiempo libre”.    

[Al llegar a mi casa en Fostat ] casi muerto de hambre … encuentro los pasillos de mi casa llenos de pacientes, tanto judíos como gentiles, nobles y gente común, jueces y alguaciles, amigos y enemigos, una multitud mixta que espera el momento de mi regreso. Desmonto de mi animal, me lavo las manos, me acerco a mis pacientes y les suplico que tengan paciencia conmigo mientras tomo un ligero refrigerio, la única comida que consumo en veinticuatro horas. Luego salgo para atender a mis pacientes y escribo recetas e instrucciones para sus diversas dolencias. Los pacientes entran y salen hasta el anochecer y, a veces, te aseguro solemnemente, hasta dos horas o más una vez entrada la noche. Converso con ellos [sobre sus dolencias] y les prescribo sus medicinas mientras me recuesto por el cansancio y cuando cae la noche, estoy tan agotado que apenas puedo hablar. 

Maimónides estableció en su casa una clínica médica “gratuita” donde atendía a todo tipo de pacientes: judíos, gentiles, amigos y enemigos, pobres y ricos.  

UNA OBRA SIN TERMINAR

Maimónides no contaba con mucho tiempo extra. En realidad su obra literaria –intelectual– estaba aún inconclusa. Entre sus planes estaba dedicarse, por ejemplo, a escribir un comentario sobre el Talmud de Babilonia.   

También quería escribir un libro sobre los Midrashim y las Hagadot del Talmud, donde explicaría la lógica detrás de las metáforas rabínicas y las historias Talmúdicas que parecen irreales (algo que su hijo, Rabbenu Abraham, hizo brevemente en su Ma-amar al Hagadot Jazal) 

Pero lo más urgente era resguardar la credibilidad su obra magna, Mishné Torá, el libro que detalla exhaustivamente toda la ley judía. Algunos rabinos contemporáneos de Europa criticaban esta obra porque si bien formulaba la ley final no hacía referencia a las fuentes específicas de las cuales Maimónides había extraído sus Halajot.   Y aunque dejar las fuentes afuera y formular la ley era la deliberada intención de el libro que el había escrito como un código cuya intención es prestar el verdecito final de la ley, Maimónides pensaba que la aceptación de su libro en Europa dependía de que él escribiera las fuentes de su libro y tenía la intención de hacerlo. 

Ahora podemos apreciar mejor la pregunta anterior: ¿cómo es que con tanto trabajo que le quedaba por hacer, Maimónides dedicó su tiempo libre a curar a los enfermos en lugar escribir sus libros? Porque Maimónides decidió que era hora de poner en práctica todo lo que él había enseñado en sus innumerables escritos.   Su preciosísimo tiempo estaría dedicado ahora a algo que él podía hacer mejor que ningún otro hombre de su época: curar a los enfermos.

¿COMO MURIO MAIMONIDES? 

Maimónides dejó su vida en esta monumental obra de bien. La mayoría de los biógrafos de Maimónides no se extienden demasiado explicar qué causó la muerte de Maimónides y se limitan a indicar la fecha exacta de su partida: el 13 de Diciembre de 1204.  Aunque un historiador de principios del siglo XX , De Goeje, señala que Maimónides murió de “agotamiento físico” (exhaustion). 

El Jajam Yosef Faur z”l en su clase sobre “Los cuatro gigantes de Sefarad» cuenta un detalle muy importante, y que hoy, en tiempos del COVID19, podemos apreciar mejor que nunca: Está documentado que Maimónides falleció como consecuencia de una epidemia. Ya que se negó a dejar de atender a sus pacientes y así se contagió y luego de un tiempo murió por este motivo (escuchar aquí, 1.17m)

Los Jajamim explican que la Torá comienza con Jésed (benevolencia) y termina con Jésed. Y los ejemplos de benevolencia que traen los Sabios no son actos de bondad realizados por seres humanos, sino por el mismo Creador. En su comienzo la Torá nos relata que HaShem proveyó de vestimenta a Adam y Eva, y vestir a los que no tiene lo que ponerse es un acto de Jesed) y la Torá termina contándonos que el Todopoderoso enterró a Moshé Rabbenu, otro acto de beneficencia. 

En los últimos años de su vida, Maimónides se reinventó. Y del estudio pasó a la práctica: a la imitación de Dios.

Presento a continuación la “ORACION PARA UN MEDICO” atribuida a Maimónides (mi traducción). Miles de doctores, judíos y gentiles,  en Israel, Estados Unidos y el resto del mundo , recitan esta oración  todos los días, antes de comenzar su trabajo medico.  

Señor del mundo, antes de comenzar la sagrada tarea de curar a Tus criaturas,  expreso mi ruego delante de Ti, para que me concedas el valor y las fuerzas para hacer mi trabajo médico con integridad, y que el deseo de acumular riquezas o ganar fama no sea lo que guíe mi tarea o enceguezca mis ojos.

Señor del Mundo, es sabido por todos Tus súbditos que Tú eres quien envía el sufrimiento a quienes lo merecen y Tú eres Quien se apiada de los que sufren. Y con Tu infinita Sabiduría, Tú quisiste que yo, Tu humilde servidor de carne y hueso, hecho de polvo y ceniza, con mi limitado saber y mi pobre intelecto, haya aprendido acerca del cuerpo y la mente del ser humano que Tu creaste en este mundo material. 

Y he aquí que yo, siguiendo Tus ordenes y Tus mandamiento y contando con Tu ayuda me preparo a curar, de acuerdo al alcance de mi conocimiento y sabiendo que  en última instancia la vida, la muerte y la curación de las enfermedades están en Tus manos y que eres Tú quien  determina el éxito o el fracaso de mi curación. 

Señor de los Cielos, Rey Eterno, que sea Tu voluntad conceder a Tu servidor la fuerza y la capacidad de seguir aprendiendo el arte de la curación durante el resto de mi vida de boca de aquellos que saben más que yo. 

Concédeme el mérito para que nunca deje de sentir compasión por todos lo que sufren, y concédeme la sabiduría para asistir a quienes vienen a consultar mi consejo, sin diferenciar entre el rico y el pobre, el amigo o el enemigo, el hombre bueno y el hombre malo, para que así, cuando alguien necesita mi ayuda, que yo solo vea al ser humano que sufre la enfermedad y el dolor.   

Que mi amor por el arte de curar me dé el valor para que la verdad sea la luz que me guíe, porque soy consciente que mi negligencia en mi trabajo médico puede resultar en el sufrimiento o en la muerte de la obra de Tus manos. 

Te ruego, Dios, Tú que eres compasivo y misericordioso, que concedas fuerza a mi cuerpo y valor a mi mente, e implantes en mí un espíritu de integridad. 

Bendito eres Tú, Amo de todas las obras, Creador de todos los seres vivos.     

AMEN  

אֵל עֶלְיוֹן, טֶרֶם שֶׁאֲנִי מַתְחִיל בַּעֲבוֹדָתִי הַקְדוֹשָׁה 

לְרַפֵּא אֶת יְצוּרֵי כַּפֶּיךָ, אֲנִי מַפִּיל אֶת תְּחִינָתִי

לִפְנֵי כִּסֵא כְּבוֹדְךָ, שֶתִּתֵּן לִי אֹמֶץ רוּחַ וּמֶרֶץ רַב

לַעֲשׂוֹת אֶת עֲבוֹדָתִי בֶּאֱמוּנָה, וְשְׁהַשְׁאִיפָה לִצְבֹר הוֹן אוֹ

לְשֵׁם טוֹב לֹא תְּעַוִּר אֶת עֵינַי מִלִּרְאוֹת נְכוֹחָה.

אָדוֹן הֲעוֹלָמִים, גֲלוּי וְיָדוּעַ לכֹל בְּנֵי בְּרִיתֶךָ שְׁרָק אָתָה לֶבָד

הוּא מָעָנִישׁ וְמְחַנֶן, מָכֶּה וְמְרָפֶּא. בְּרָם בֶּחֹכְמָתְךָ אֵין

סוֹף רַצִיתָ שְׁאָנִי, עַבְדֶךָ הָאָבְיוֹן, בָּשָׂר וָדָם, עָפָר

וָאֶפֶר בִּיכֹלְתִי הָצָנוֹעַה וּבֶשִׂכְלִי הָקָטָן צָבָרְתִי יֶדָע עָל

גוּף הָאָדָם ועָל רוּחוֹ, שְׁאָתָה בְּרַחֲמֵיךָ הָגָדוֹלִים גִילִיתָ

בֶּעוֹלָמְךָ הָגָשְׁמִי. וְהִנֶה, אָנִי בְּפְּקֻדָתְךָ, בְּמִצְוָתְךָ

וּבְעֶזְרָתֶךָ מַתְחִיל לֶרָפֶּא יְצוּרֵי כַּפֶּיךָ בְּהָבָנָתִי

הָמְלֵיאָה שְׁרָק בִּימִינְךָ הָרָמָה וְהָנִשְׂאֶת הָהָחְלָטוֹת עָל

חָיִים וְעָל מָוֶת, עָל הָבְרָאָה וְעָל חוֹלִי, עָל הָצְלָחָתִי

בְּרִפּוּי הָחוֹלֶה וְעָל כִּשְׁלוֹנִי בְּעָבוֹדָתִי.

שוֹכֵן בִּמְרוֹמָיו, מֶלֶך חַי וְקַיָם, יְהִי רָצוֹן מִלֶפָנֵיךָ שֶתִתֶן לִי,

לֶעַבְדְךָ, לֶבֶּן אֲמָתֶךָ חֶפֶץ, כֹּח וֶיָכוֹלֶת שִׂכְלִית

לֶהַמְשִׁיךְ לִלְמוֹד רַפוּאָה בַּאֵין הָפְסָקָה לֶאוֹרֶךְ כֹּל חָיָי

מִפִי רוֹפְאִים נֶבוּנִים מִמֶנִי.

תְזַכֵּנִי לְהַבִּיט עַל כֹּל סוֹבֵל, הַבָּא לִשְׁאֹל בַּעֲצָתִי, כְּעַל אָדָם,

בְּלִי הֶבְדֵּל בֵּין עָשִׁיר וְעָנִי, יְדִיד וְשׂוֹנֵא, אִישׁ טוֹב

וְרַע, בַּצַר לוֹ הַרְאֵנִי רַק אֶת הָאָדָם, אַהֲבָתִי לְתּוֹרַת

הָרְפוּאָה תְּחַזֵּק אֶת רוּחִי, רַק הָאֶמֶת תִּהְיֶה נֵר לְרַגְלַי,

כִּי כֹל רִפְיוֹן בַּעֲבוֹדָתִי יָכוֹל לְהָבִיא כִּלָּיוֹן וּמַחֲלָה

לִיְצִיר כַּפֶּיךָ. אָנָא ה’ רַחוּם וְחַנוּן, חַזְּקֵנִי וְאַמְּצֵּנִי

בְּגוּפִי וּבְנַפְשִׁי, וְרוּחַ שָלֵם תִּטַּע בְּקִרְבִּי.

בָּרוּך אַתָה, אָדוֹן כֹּל הֲמָעָשִׁים וּבוֹרֵא כֹּל הֲהָבְרָאוֹת




Maimónides (1135 -1204), médico del Sultán Saladino

Aparte de ser uno de los Talmudistas y juristas más importantes en la historia del pueblo judío Maimónides fue también un famoso médico.  Su padre, Ribbí Maimón, fue quien seguramente le inició en la medicina, que era una profesión muy común entre los judíos españoles hasta la época de la expulsión en 1492.  A una edad temprana Maimónides tuvo que abandonar Córdoba, España, debido a las persecuciones  religiosas  de un grupo musulmán fundamentalista: los almohades.  La familia de Maimónides llegó a la ciudad de Fez, Marruecos y permaneció allí durante 7 años. Es en Fez donde se presume que Maimónides tuvo la oportunidad de profundizar sus estudios de medicina asistiendo a médicos judíos muy conocidos Abu Yusef ben Muhalem.  En 1165 llegó a Egipto.  Maimónides siempre se opuso a ejercer profesionalmente el rabinato, y por muchos años se mantuvo de una sociedad comercial que tenía con su hermano David, quien se dedicaba a viajar por el mundo para este propósito. Pero luego de que su hermano falleciera trágicamente cuando su barco se hundió, Maimónides  se dedicó a ejercer la medicina profesionalmente.  

En Egipto fue llamado a ejercer como el médico de la corte del Sultán Saladino el Grande (1138-1193), famoso por su lucha contra los cruzados y por haber reconquistado Jerusalem.  Esta era una difícil profesión ya que además de examinar y curar al Sultán también tenía que ocuparse de toda su familia -sus esposas y sus hijos- y los funcionarios de la corte real.    

Maimónides era el médico más respetado de todo Egipto. Y eso le costó los celos y la rivalidad de los otros sabios y consejeros de la corte de Saladino quienes siempre conspiraban para tratar de desprestigiarlo. Recuerdo que cuando yo era chico mi tío Jajam Yosef Faur z”l, me contaba historias de Maimónides y el permanente acoso que sufría de parte de los envidiosos sabios de la corte. Recuerdo 5 cuentos. Uno de ellos es el siguiente: “En sus libros de medicina Maimónides afirmaba que la ceguera de nacimiento no podía ser curada. Los sabios de la corte lo desafiaron y dijeron que ellos habían desarrollado una operación quirúrgica que podía devolver la vista a los ciegos y que estaban dispuestos a hacer una demostración en una sesión especial donde estuvieran presentes el Sultán y Maimónides. Llegado el día los sabios de la corte trajeron a un paciente con la cara y los ojos vendados y lo presentaron como un individuo ciego de nacimiento que recién habían operado. Le sacaron el vendaje y el hombre comenzó a gritar: “¡Puedo ver, puedo ver! Estos sabios me han curado!”  Acto seguido los sabios le demandaron al rey que expulsara a Maimónides de la corte por su ignorancia y tozudez. Maimónides le pidió al Sultán permiso para examinar al paciente. Y le preguntó: “¿Es verdad que eres ciego de nacimiento?”. Y el hombre contestó: “¡Sí! Nunca pude ver, desde que nací hasta este momento que los sabios me han curado “. Entonces Maimónides tomó un pañuelo rojo que traía en su bolsillo y le preguntó: “Si realmente puedes ver, ¿me podrías decir de qué color es este paño?” .  “¡Rojo!” dijo el paciente con mucho entusiasmo. “¡Este pañuelo es rojo!”. Maimónides se dirigió al Sultán y le dijo: “Su Señoría, una persona que ve por primera vez, no conoce los colores, no los puede describir. Este hombre es un impostor.”    

Lista de las obras médicas de Maimónides

1. “Extractos de Galeno o el arte de la curación”, un resumen de los extensos escritos del famoso médico griego.

2. “Comentario de los Aforismos de Hipócrates”,que Maimónides combina con sus propios puntos de vista.

3. “Aforismos Médicos de Moisés”, 1.500 instrucciones en los que se describen varias condiciones médicas.

4. “Tratado sobre las hemorroides”, discute también el mecanismo de la digestión.

5. “Tratado sobre la cohabitación”, contiene recomendaciones para una vida sexual sana.

6. “Tratado sobre el asma”, discute los diversos climas y dietas y su efecto sobre el asma. Hace hincapié en la necesidad de aire limpio.

7. “Tratado sobre los venenos y sus antídotos”, este libro de toxicología siguió siendo popular durante siglos.

8. “Régimen de la salud” , es un discurso sobre la vida sana y la conexión mente-cuerpo.

9. “Discurso y explicación de la moderación”, aboga por una vida saludable y enseña que uno de los principios fundamentales de la medicina preventiva es evitar los excesos.

10. “Glosario de nombres de medicamentos”, presenta una farmacopea con los nombres de un gran número de medicamentos en árabe, griego, sirio, persa, bereber (dialecto marroquí) y español.




¿Era Maimónides (1135 -1204) racionalista?

Como muchos de mis lectores habrán notado, en estos últimos días estoy escribiendo en honor a mi tío el Jajam Yosef Faur haLevi z”l refriéndome a una de sus clases sobre “4 gigantes de Sefarad”. Hasta ahora mencionamos al rab Ibn Paquda, al Rab Yehuda haLevi y al Rab Abraham Eben Ezra. Y ahora, en esta última presentación, nos referiremos al “gigante de los gigantes”: Maimónides.

Ribbí Moshé ben Maimón, también conocido como HaRambam o Maimónides, nació en la ciudad de Cordoba, España , en 1135 y falleció en Egipto en 1204.   

Es imposible y absolutamente injusto dedicar un simple email para describir la vida y obra de uno de los rabinos más importantes de todos los tiempos.   Aparte de ser un gran Rabino y líder comunitario, Maimónides fue también un eximio filosofo, un gran médico -el precursor de la  medicina preventiva –  y un gran conocedor de la matemática y la astronomía. Pero el tema que nos va ocupar hoy es Maimonides como jurista, legislador.  

No es posible apreciar la monumentalidad de la obra de Maimónides si uno no tiene una idea clara de lo que es el Talmud (y viceversa). 

EL OCEANO TALMUDICO

El Talmud, sus 60 tratados y 2.711 paginas, cubre la tradición oral judía y es la base de la jurisprudencia bíblica y rabínica. El Talmud o Guemará, cita a la Mishna, las mas antigua edición de la ley oral judía, y luego registra un gran número de debates en los cuales esa Mishná se analiza exhaustivamente, en términos de su autoría , su lenguaje, su alcance, su aplicación, sus excepciones, etc..  Hace falta una forma especial de razonar (que se va adquiriendo en la medida que uno se adentra en el Talmud) parea comprender el Talmud. Y si bien. hoy tenemos una gran cantidad de traducciones y explicaciones, hace falta mucho entrenamiento para seguir el ritmo de la discusión talmúdica.    Aparte de eso, un tema que tiene que ver, por ejemplo, con Shabbat, puede encontrarse o redefinirse cuando el Talmud analiza una Mishná que trata sobre daños y perjuicios (neziquín). Y para determinar la ley o Halajá uno no solo tiene que comprender el Talmud sino conocerlo en forma exhaustiva, porque como explicamos, las referencias son cruzadas.  Maimonides, que tenia un condimento total del talmud ( y del Yerushalmí, Toseftá, Baraytot, Midrashé Halajá, Geonim, etc.) identificó todas las leyes, las formuló en un perfecto y clarísimo hebreo y las reorganizó en 14 tratados, con 1.000 capítulos con un promedio de 16 Halajot, or artículos de ley cada uno.     

¿MAIMONIDES ELITISTA? 

En mis propias palabras, el Talmud es como un vasto mar con decenas de miles de perlas muy difíciles de recoger . Las perlas, que están en el fondo del mar, se encuentran diseminadas a muchos kilómetros de distancia una de otra.   Maimónides hizo lo imposible e inimaginable. Dedicó su vida a bucear en el fondo del vastísimo océano del Talmud y fue recogiendo una por una “todas las perlas del mar talmúdico”. Las subió a la superficie, las depuró, las examinó y las clasificó con exquisitez por colores, tamaño, forma, peso, etc. Y finalmente nos presentó un perfecto catalogo con 1.000 categorías de perlas y más de 16.000 especimeins de perlas preciosas.  (he hecho un esfuerzo por describir el Talmud y la monumentalidad de la obra de Maimonides, pero releo lo que escribí y creo que no es suficiente para apreciar el talmud o el Mishné Torá…) .

Uno de los aspectos que discute el Jajam Faur es el supuesto “elitismo” de Maimónides. Cuando en realidad fue todo lo contrario.   Por siglos el judío común no tenia acceso a la ley judía. No había forma que supiera la ley que tanto quería cumplir porque no tenia acceso al Talmud! De hecho, la ley, era determinada por los Rabinos,  en base a lo que comprendían del Talmud.  Lejos de perpetrar lo que se podría percibir como elitismo, Maimónides presentó la ley en un estilo y en un lenguaje que era accesible para el pueblo, para el judío promedio.  Esta fue su gran genialidad.  

¿QUE ES EL RACIONALISMO?

El Jajam Faur también demuestra la verdad sobre el supuesto “racionalismo” de Maimónides.   

¡Nada más lejos de la verdad!. En su libro “Homo Mysticus”, donde el Jajam Faur expone las ideas de su “Guía para los perplejos”,  explica esta tema a la perfección. 

Hay 3 niveles de intelectualidad. 

1. La gran mayoría del mundo se deja llevar por su imaginación. impresiones, sentimientos, impulsos, opiniones populares, lo que hacen los demás. Muy pocas personas se detienen a pensar y se rigen estrictamente por su intelecto.  ¿Cuánta gente, por ejemplo, come y consume solo aquello qule hace bien y deja de comer lo que no le favorece? 

2. En un segundo nivel, superior la primero,  están las personas inteligentes, racionales, que solo hace, dicen, consumen, y llevan a la práctica lo que está bien. Y no solo saben lo que está bien: también adquieren la disciplina para perfeccionar su carácter, controlar sus impulsos, y guiarse por su razonamiento.  Una persona que se guía por la razón es un “racionalista”. 

3. Pero para Maimónides si bien la razón es un nivel superior al de la imaginación, no es la maxima aspiración de un ser humano. Hay algo más allá de la razón:  la Revelación. La Sabiduría Divina revelada en la Torá. La Sabiduría divina no esta limitada a la razón. Prueba de ello es que los judíos nos guiamos por preceptos que entendemos y también por preceptos que están más allá de nuestro limitado razonamiento.  Maimonides no era racionalista, era revelacionista (¡acabo de inventar una palabra!) o “Toraní”  

Es muy posible que quienes imaginan a Maimónides como racionalista se basan en que Maimónides rechazaba enérgicamente todo tipo de “supersticiones”  incluyendo supersticiones religiosas muy de moda en su tiempo (algunas de las cuales, increíblemente, persisten en nuestros días). Para Maimonides, la astrología, la necromancia, la adivinación, por ejemplo,  eran vestigios de ‘abodá Zara (idolatría) y representaban al entorno del hombre primitivo, pre-racional.




Ribbí Abraham Eben Ezra (1089 -1164), Torá y Matemáticas

Continuamos con la presentación de la clase «4 Gigantes de Sefarad» sobre 4 rabinos nacidos en España que impactaron profundamente en el carácter y el contenido de la tradición Sefaradí.

SU VIDA

Ribbí Abraham Eben Ezra nació en la ciudad de Tudela, en Navarro, al norte de España, en 1089.   Ibn Ezra era un muy cercano a Ribbí Yehuda Halevi, que era unos 14 años mayor que él, y su hijo Isaac se casó con la hija de Yehudá haLevi  (o según otros, el propio Ribbí Abraham fue quien se casó con su hija). Ibn Ezra se mudó a Córdoba cuando era joven y siempre fue materialmente muy pobre. Se negaba a aceptar dinero de otros. Trató de dedicarse al comercio pero nunca tuvo éxito en sus negocios. Una vez escuché (pero no pude encontrar la fuente) que él dijo de sei mismo que era tan desafortunado en sus negocios que si “comenzará a vender mortajas, la gente dejaría de morirse” . El Rab Eben Ezra viajó por todo el mundo durante más de tres décadas. Primero visitó el norte de África: Marruecos, Algeria, Tunes. Luego visitó Europa: Italia, Francia e Inglaterra. Luego el medio oriente, Egipto, Persia, Baghdad. Durante sus múltiples viajes siempre visitaba y se alojaba en las comunidades judías locales, que cuando reconocían su gran conocimiento de Torá, lo atendían con mucha estima. Ribbí Abraham escribía especialmente durante sus viajes, y más de una vez dedicó sus obras a las comunidades locales o a sus mecenas.   Dicen que en Francia se encontró con Rabbenu tam (1100 – 1171) y en Egipto con Maimónides (1135 -1204).  Falleció en 1164 y según el rab Abraham Zakuto en su Sefer haYojasín fue enterrado en la tierra de Israel. 

COMENTARIO A LA TORA 

El Rab Eben Ezra escribió más de 60 libros sobre muy diversos temas. Su obra más conocida es su comentario a la Torá (el Pentateuco). Esta obra fue innovadora por su metodología: analizar el “peshat», es decir, el sentido literal, del texto basándose en un riguroso análisis lingüístico de las palabras. El Rab Eben Ezra evitaba la permanente referencia a los Midrashim en sus explicaciones, como hace Rashí cuando explica la Torá, ya que consideraba que no hacía falta repetir lo que el lector puede encontrar en el Midrash.  También criticaba algunos comentarios alegóricos que según su opinión “dan vueltas en círculos alrededor del punto en lugar de enfocarse en el punto», esto es, en el sentido literal y gramatical de cada palabra. Este sentido debe considerarse cuidadosamente y debe ser examinado no solo analizando la raíz de la palabra sino también el contexto, la ubicación del término en el versículo y las otras instancias en las que esa palabra aparece en la Biblia.  Esta interpretación literal era una innovación, pero para no dejar dudas el Rab aclaró que su metodología no se aplicaba a las palabras de la Torá que aluden a algún precepto o mandamiento, ya que la interpretación en estos casos es «exclusivamente» aquella que recibimos en la Torá oral y que está registrada en el Talmud. 

ASTRONOMIA

Lo que es menos conocido es que el rab Eben Ezra también escribió decenas de libros sobre temas científicos. Por ejemplo,  “El libro de los fundamentos de las tablas astronómicas” una obra que el Rab Abraham redactó originalmente en Latín. Lo que nos indica que tenía conocimiento muy profundo de este idioma en el cual se transmitían los conocimientos científicos en esa época.  El Rab Eben Ezra era un rabino que tambien pertenecía a la comunidad científica de su época.

NAVEGACION

También escribió un tratado sobre el astrolabio, un instrumento que permite usar la posición de las estrellas para la orientación , y que era esencial para la navegación. El astrolabio era en la edad media lo que el GPS es en nuestros días. La foto que publicamos arriba es una ilustración en la que se lo ve al Rab Eben Ezra (en el medio) con un astrolabio en sus manos. El libro se llamó en hebreo: Keli HaNejoshet, “el instrumento de cobre”, que era el metal utilizado para construir el astrolabio.  

MATEMATICA.

También escribió varios libros sobre matemática, como por ejemplo, “El libro de los números”, que trata de aritmética. En esta obra presenta el sistema decimal y la forma en que se usa, adelantándose por varias décadas al famoso matemático italiano Fibonacci (1170 -1240). Cabe destacar que gracias a sus numerosos viajes por el mundo el rab Eben Ezra se transformó en uno de los principales contribuyentes a la popularización del sistema decimal en las comunidades judías y en el mundo occidental. También fue uno de los primeros en presentar y explicar el número “cero”, al que lo dibujaba con un circulo y lo llamó en hebreo “galgal” (círculo o rueda).

En su clase sobre los gigantes de Sefarad el Jajam Faur z”l explicó que para Eben Ezra la Torá y el conocimiento científico no se contradicen: todo lo contrario, se complementan y «se necesitan uno a otro» para observar y valorar la Sabiduría del Creador. El hecho que el universo puede ser entendido y explicado matemáticamente con fórmulas y leyes predecibles e inalterables revela la existencia del Creador Inteligente del Cosmos (Maimonides exploró esta idea en profundidad en Yesodé HaTorá, capítulo 2. Para más información sobre este tema sugiero leer con atención el libro “Seis números nada más» de Martin Rees, uno de los astrofísicos más reconocidos del mundo). 

POESIA
Finalmente, digamos que el rab Eben Ezra también se destacó como un gran poeta. Algunos de los poemas que compuso hace 800 años atrás son muy conocidos y los seguimos cantando hasta el día de hoy. Por ejemplo, AGADELJA ELOQUE KOL NESHAMA, KI ESHMERA SHABBAT y el profundísimo poema con el cual inauguramos el servicio litúrgico de Yom Kippur: LEJA ELI TESHUKATI. 




Ribbí Yehudá haLeví (1075 -1141) filósofo, poeta y pionero del sionismo

Continúo compartiendo uno de los shiurim (clases) de mi querido tío, el Jajam Yosef Faur, z”l, recientemente fallecido. El Rab Faur era un apasionado por la historia y particularmente por la historia de los judíos de España. En esta clase se refirió a “Cuatro gigantes de Sefarad”. Ayer vimos al primero, Rabbenu Bajiyá. Hoy hablaremos de Ribbí Yehudá haLeví, nacido en Toledo (o Tudela) España en 1075. 

EL CUZARI

Ribbí Yehudá fue un prominente filósofo y su libro más famoso es el Cuzarí. Una obra escrita en forma de diálogo, preguntas y respuestas, entre el Rey Bulán, del imperio de los Jazares y un rabino, Rab Isaac haSangari. El rey Bulán, que no practicaba ninguna religión, convocó a un imán, a un sacerdote cristiano, a un rabino y a un filosofo (lo que hoy sería: un individuo ateo) y le pidió a cada uno que presentara sus argumentos. Al final, el Rey Bulán decidió que los argumentos del rabino eran los más convincentes y decidió convertirse y convertir a todos los habitantes de su gran imperio al judaísmo. Todos los principios básicos, históricos y filosóficos judíos que el Sabio judío transmitió al rey Bulán constituyen el contenido de el libro de “El Cuzarí”. Este evento,  ampliamente documentado, ocurrió en el siglo VIII de la era común. Y el imperio de los Jázaros o Jazares (el primer “estado judío independiente” luego de la destrucción del segundo Bet haMiqdash. ¡sic.!) continuó por alrededor de 200 años después de este evento (ver aquí ).

 POESIA Y TEOLOGIA 

Aparte de su obra filosófica, Ribbí Yehudá haLeví se destacó también por su obra poética. Para comprender la importancia de la poesía en la España del siglo XI necesitamos una breve introducción. Para los árabes el Qorán es el libro más venerado. Y para ellos, la prueba de la superioridad del Qorán (y del islam sobre otras religiones) es la perfección del idioma árabe.  “No hay árabe más perfecto que el árabe del Qorán, y no hay lengua más perfecta que la lengua árabe”. Pero ¿cómo se puede demostrar que una lengua es superior a otra? En la edad media la respuesta era “la poesía”. El idioma árabe tiene cierta plasticidad, que no tienen, por ejemplo, las lenguas occidentales. Esto permite crear un tipo de poesía “métrica”, donde los versos se escriben de una manera especial, organizados con precisión matemática. 

Un verso de este tipo puede estar escrito, por ejemplo , así: 

PRIMERA PALABRA (dos sílabas):  1. Media vocal, sílaba abierta. 2. Vocal larga, terminando en consonante.

SEGUNDA PALABRA  (dos sílabas): 1. Sílaba abierta, vocal larga. 2. Sílaba cerrada, vocal larga.    

TERCERA PALABRA  (dos sílabas): 1. Media vocal, sílaba abierta. 2. Vocal corta, sílaba cerrada.

CUARTA PALABRA  (dos sílabas).  1. Vocal larga, sílaba abierta. 2. Vocal corta, sílaba cerrada. 

En la poesía árabe, TODOS LOS VERSOS de un determinado poema van a conservar la misma estructura matemática. Pero para preservar esta sofisticada estructura métrica, que entre otras cosas facilita la adaptación de esos poemas a una gran variedad de melodías, había que sacrificar algo: el contenido de la poesía. De cualquier manera, esta métrica, imposible en otras lenguas como español, latín o griego, demostraba la superioridad teológica del islam.  

DUELO DE POETAS

El Rab Faur explica que los Rabinos de España, en ese entonces bajo el dominio musulmán, no podían no hacer nada frente a este desafío que representaba una amenaza a la continuidad de muchos judíos. Los famosos sabios Yoná Ibn J’annaj, Jasday Ibn Shaprut, y muchos otros gramáticos de la escuela Hebrea de Córdoba (siglo X y XI), comenzaron por formular, por primera, vez las reglas gramaticales del hebreo bíblico, haciendo posible entonces componer poesía en hebreo, algo que hasta ese momento no era muy común. Los Sabios judíos compusieron poemas «métricos» que eran tan elaborados como los poemas en árabe.    Pero con una ventaja: la poesía árabe sonaba muy bien, pero no decía nada, ya que era extremadamente difícil forzar contenido en esas estructuras tan cerradas. La poesía hebrea, sin embargo, además de preservar la sofisticada estructura métrica, era extremadamente rica en contenido. De hecho, el ejemplo de poesía métrica que mencioné más arriba corresponde a la primera estrofa de “A-don o-lam a-sher ma-laj,” un poema absolutamente «métrico», adaptable a una gran variedad de melodías, con un contenido teológico profundísimo (fue compuesto, según algunas opiniones por el famoso poeta Ribbí Shelomó Ibn Gabirol 1028 -1051) .

VIAJE AL CORAZON DE RIBBI YEHUDA HALEVI

El rab Faur termina su exposición sobre Yehudá haLevi explicando que desarrolló un nuevo genero de poesía que en español se llama: el género sionida, esto es,  la poesía que expresa el amor del pueblo judío por Sión, y el anhelo de regresar a Yerushalayim.  El Rab Faur dice que de esta manera Ribbí Yehudá haLeví fue también el precursor del sionismo moderno.   

Uno de los poemas más celebrados de Ribbí Yehudá haLevi es “Mi corazón está en el oriente”   

Veamos una estrofa de este hermoso poema. 

לִבִּי בְמִזְרָח וְאָנֹכִי בְּסוֹף מַעֲרָב אֵיךְ אֶטְעֲמָה אֵת אֲשֶׁר אֹכַל וְאֵיךְ יֶעֱרָב אֵיכָה אֲשַׁלֵּם נְדָרַי וֶאֱסָרַי, בְּעוֹד צִיּוֹן בְּחֶבֶל אֱדוֹם וַאֲנִי בְּכֶבֶל עֲרָב יֵקַל בְּעֵינַי עֲזֹב כָּל טוּב סְפָרַד, כְּמוֹ יֵקַר בְּעֵינַי רְאוֹת עַפְרוֹת דְּבִיר נֶחֱרָב

«Mi corazón está en el oriente [Israel]; mientras yo me encuentro en el fin de occidente [España].

¿Cómo habré de encontrarle gusto a lo que como, cómo habré de disfrutar la dulzura [en mi paladar mientras no estoy en la Tierra de Israel]?

¿Cómo habré de cumplir mis promesas y votos [en el Bet haMiqdash], mientras Sión se encuentra bajo el yugo de Edom [=la cristiandad, durante la primera cruzada en 1099 los cristianos conquistaron Jerusalem], y yo estoy aquí, atrapado en las ataduras de Arabia?

¡Con cuánta facilidad abandonaría todos los placeres de España, para que mis ojos se deleiten viendo el polvo de las ruinas del Santuario destruido…”. 

Al final de sus días, y luego de una complicadísima travesía, el Rab Yehudá haLevi cumplió su sueño llegó a Jerusalem.  Dicen que cuando por fin sus ojos vieron las ruinas del Bet haMiqdash, murió atacado por un jinete árabe, cerca del Muro de los lamentos.  Es por esta razón que las escaleras que bajan desde la ciudad vieja hacia el Kotel se llaman en su honor “ Ma’alot Ribbí Yehudá haLeví” (Las escaleras donde murió Rabbí Yehudá haLevi, z»l). 




Rabbenu Bajiyá (1045 – 1120) y los deberes del corazón

Quiero compartir con ustedes una clase del Jajam Yosef Faur z”l que escuché recientemente titulada “4 gigantes de Sefarad”. La clase fue dictada en inglés, en Miami, 1998. El Rab Faur menciona en orden cronológico a 4 rabinos que vivieron en la era de oro del judaísmo Sefaradí, entre los siglos IX y XIII de la era común.  Cada uno de estos rabinos introdujo una innovación que forjó la milenaria tradición de los judíos de España y sus descendientes. .  

El primer Jajam que menciona es Rabbenu Bajiyá Ibn Paquda.  Nació en Zaragoza, España, alrededor del año 1045.  No tenemos mucha información sobre su vida, pero sí sabemos que fue Dayán, un juez en la corte rabínica comunitaria; cargo que en esos tiempos se ejercía voluntariamente.

Su obra principal es el libro Jobot haLebabot, “Los deberes del corazón”, en el cual formula sistemáticamente los principios de la ética judía. El libro fue escrito en árabe y traducido al hebreo por el famoso Rab Yehudá Ibn Tibón.  

¿De qué se trata este libro? 

Como sabemos, la Torá contiene 613 mandamientos. 

El Rab Ibn Paquda divide los mandamientos en dos categorías: 1. Los preceptos que realizamos de una manera física, con nuestro cuerpo, nuestros bienes, etc (חובות האברים). 

 2. Los mandamientos que realizamos con nuestro corazón ( חובות הלבבות). 

Era la primera vez que un rabino hacía notar esta diferenciación 

Comenzaremos por la segunda categoría . 

LOS DEBERES DEL CORAZON 

El autor afirma que los mandamientos más importantes de la Torá se cumplen con “el corazón”, esto es, nuestro aparato psicológico, emocional e intelectual ( hoy diríamos “cerebro ” o “mente”). 

Algunos ejemplos. 

SHEMA ISRAEL: “Escucha Israel, el Eterno es nuestro Dios (y) es único”. 
Este versículo nos demanda “saber” que Dios existe y que solo Él existe.  Este mandamiento no nos ordena nada especifico que debemos hacer. Sin embargo, es un mandamiento absolutamente transformativo.  

Veamos. El hombre antiguo percibía que las fuerzas naturales eran independientes una de otra y se enfrentaban una con la otra: la oscuridad se enfrentaba a la luz; la enfermedad a la salud; el mal al bien, la guerra a la paz, la muerte al nacimiento.   Para el hombre pagano era absolutamente evidente que estas fuerzas provenían de orígenes diferentes. Imaginaban que los “dioses”  estaban enfrentados en un conflicto cósmico eterno. En este universo politeísta los seres humanos son meros espectadores, involuntarios, de estas guerras mitológicas, sobre las cuales no tienen control.   El mundo no fue creado, sino que apareció accidentalmente, producto de las batallas entre los dioses. La vida del hombre pagano no tenía ningún sentido trascendental. El objetivo era satisfacer los bajos instintos y evitar que los dioses desaten su ira contra los humanos. 

El monoteísmo de la Torá es contra-intuitivo. Para el hombre antiguo era imposible percibir el poder de UN CREADOR único que también está a cargo de este mundo. El saber que hay un sólo Dios Creador lleva al individuo a un nivel diferente de comprensión: el Creador estableció un diseño inteligente, donde (deliberadamente) opera un patrón de fuerzas opuestas que mantienen al mundo en un permanente equilibrio.  Saber que un Creador inteligente nos creó, le da propósito a la vida. Y nos empuja a encontrarlo y tratar de alcanzarlo.  El monoteísmo es evolución. O revolución. El “Shema Israel” como mandamiento exige una transformación total de nuestro “corazón”, de nuestro pensamiento.

VEAHABTA ET HASHEM ELOQEJA: “Y amaras al Eterno tu Dios”.

Uno no puede amar a Dios si vive amargado. Si no valora todo lo que tiene. El Rab Faur explica que  esta Mitzvá, “amar a Dios”,  no se puede cumplir a menos que uno sea feliz.  Y ser feliz requiere una transformación existencial. Ser feliz no consiste en tener todo lo que quiero sino en apreciar todo lo que tengo. Hay personas que tienen dinero, familia, salud y son infelices, porque no han desarrollado la inteligencia necesaria para apreciar.  Este mandamiento no se cumple de una manera física, pero al igual que el anterior, es absolutamente transformativo. Más que los mandamientos que cumplimos con nuestro cuerpo.

VEHAHABTA LEREAJA CAMOJA, “Amarás a tu prójimo como te amas a ti mismo”.  Amar en este sentido es aceptar.  Este mandamiento me dice que así como yo me amo a mí mismo a pesar de mis múltiples defectos, debo aprender amar al prójimo, a pesar de sus defectos. 

LOS DEBERES DEL CUERPO

En la primera parte del libro, la que se refiere a los mandamientos “físicos”, el autor señala que también estos preceptos tienen como objetivo, directo o indirecto, la transformación del corazón. Uno no puede observar los preceptos de la Torá de una forma mecánica y fría. Debe hacerlo con su mente y su corazón abierto. Como explicaron los sabios: “el corazón crece y se nutre de nuestras buenas acciones”.    



Quiero terminar presentando mi texto favorito del libro Jobot HaLebabot. Es una breve Tefilá, una plegaria, muy original. Normalmente, cuando uno reza le pide a Dios que cumpla sus deseos. Por ejemplo, si yo voy a tener una entrevista de trabajo, cuando rezo le pediré a Dios  que me ayude para que me acepten en ese trabajo, porque pienso que es para mí es beneficioso. Uno asume que sabe qué es bueno y qué es malo para uno mismo.  Esta plegaria, que solía estar impresa en los Sidurim Sefaradim como “Bet ‘Obed”  y (creo que) Tefilat haJodesh, nos enseña que la forma correcta de rezar es pedirle a HaShem que “por nuestro propio bien” Él tome la última decisión. Que si por ejemplo, yo le pido a Dios que me ayude a ser aceptado en ese trabajo, soy consciente que uno no siempre que es lo mejor para uno. Y entonces en esta oración le pedimos a Dios que sólo escuche mi ruego si lo que pido será beneficioso y que ignore mi solicitud si lo que le estoy pidiendo no me va a beneficiar. Y termina declarando: Tú me conoces mejor de lo que yo me conozco a mí mismo. Tu decision, HaShem, es mejor que la mía. Lo que Tú decidas yo con humildad aceptaré. 

“Dios mío, me presento ante de Ti sin ignorar mi pequeñez y mi conocimiento insuficiente de Tu grandeza y Tu trascendencia. Sé que Tú eres infinito y exaltado, y yo una criatura de muy poca importancia. Soy demasiado insignificante para alabarte y cantar o bendecir Tu Nombre,  que es santificado por los ángeles más altos y elevados. Lo único que me da el valor para dirigirme a Ti, es que Tú me has ordenado rezar, y así me has permitido alabar Tu exaltado nombre de acuerdo con mi limitada comprensión de Ti y de Tu gloria. Y por eso aclaro que me dirijo a Ti con toda humildad.

Y reconozco que cuando rezo y Te ruego que escuches mis pedidos, yo sé que Tú sabes mejor que yo lo qué es mejor para mí y cuáles son los caminos adecuados para mi vida. Por lo tanto, cuando expresó mis necesidades, no lo hago para que Tú las conozcas, ya que todo es sabido por Ti,  sino para que yo tome conciencia de mi permanente necesidad de Tu asistencia y de mi confianza en Ti.  Entonces, declaro que si por ignorancia, solicito algo que no es bueno para mí o que no me beneficia, acepto Tu elección en lugar de mi elección. Y dejo en Tus manos la decisión de escuchar (o ignorar) lo que mi corazón te pide. Porque Tu determinación es (sabia,) duradera y suprema . Como dijo David: «Dios, mi corazón no es arrogante, mi mirada no se eleva en altanería, no pretendo comprender las cosas que son demasiado grandes y misteriosas para mí”. Por lo tanto, me he entregado a ti, “como un bebé que amamanta y depende completamente de su madre … «(Tehillim 131: 1-2)»




El Rab Moshé Miterani (1500 -1580) y qué hacer en tiempos de epidemia  

LA VIDA DEL RAB MOSHE

El Rab Yosef de Tirani escapó de España en la época de la expulsion, 1492, y llegó hasta Salónica, Grecia. Allí, en el año 1500, nació su hijo Ribbí Moshé.  A los 18 años Ribbí Moshé logró viajar a Israel y se instaló en la ciudad de Tsefat, (Safed) donde se estaba desarrollando una pequeña colonia judía, liderada por el famoso Rab Ya’aqob Berab.  Tsefat llegó a ser el centro judío más importante del mundo en el siglo XVI. Y la influencia de los Rabinos que allí se formaron continúa hasta hoy en día.   El Rab Miterani, también conocido como Mabbit (מבי»ט) fue uno de ellos.  Alrededor del año 1530 el Rab Miterani recibió su Semijá, junto con Ribbí Yosef Caro, el famosísimo autor del Shulján Aruj.  El rab Yosef Caro y el Rab Miterani fueron compañeros inseparables y sirvieron juntos en la Corte Rabínica, Bet Din de Tsefat, este último por 54 años. El rab Miterani sucedió al rab Yosef Caro como jefe del Bet Din cuando éste falleció en 1575.  El Rab Miterani vivió hasta los 80 años.  Dejó hijos que siguieron su vocación rabínica y escribió varios libros. Sus más famosos libro de Halajá fueron Quiriat Sefer y Sheelot UtShubot Hamabit. También escribió un libro muy importnate llamado BET ELOQUIM, del cual les quiero contar hoy. 

BET ELOQUIM

El libro está dividido en 3 partes: la primera habla sobre Tefilá la plegaria. La segunda parte sobre la Teshubá, el arrepentimiento. Y la tercera parte, Yesodot, sobre las ideas, las creencias y los fundamentos filosóficos del judaísmo. En la primera parte, capítulo 16 el rab Miterani se refiere al «déber», es decir las epidemias mortales que de vez en cuando se presentan en el mundo y azotan ciudades, pueblos, países, o en tiempos de globalización, al mundo entero.  Primero describe las epidemias más famosas mencionadas en el Tanaj. El evento de Pinejás, cuando en un día murieron 24.000 personas.  El de Qoraj, donde fallecieron 14.700. Y finalmente la epidemia que azotó a Israel en los tiempos del rey David, donde fallecieron 70.000 personas. 

ADULTOS O NIÑOS ?
El Rab Miterani menciona las epidemias que afectaban al mundo en su propio tiempo y señala las diferencias con las bíblicas. Según leemos en el texto, afectaban más que nada a los adultos, particularmente hombres. Un castigo divino para aquellos que obraron mal.  La muerte en esas plagas era inmediata, súbita y la plaga era de corto alcance. Podía terminar en un día.  Las plagas en los tiempos del Rab Miterani no eran súbitas, sino que como en nuestros días, podían prolongarse por semanas o meses. Se cobraban víctimas diariamente y algunos de los que se enferman, se recuperaban.   Lo más dramático que escribe el Rab Miterani es que las plagas y epidemias de su tiempo afectaban en su mayoría: “a los niños y niñas inocentes תינוקות של בן רבן.  Algo similar ocurría en los tiempos de la influenza en 1918, que afectaba a jóvenes adultos y mujeres embarazadas.    Cuando leí esto me puse a pensar que dentro de toda la locura que estamos viviendo tenemos que apreciar que Baruj Hashem este virus no está afectando a niños y adolescentes, es decir, los niños pueden contraer  el virus y tener síntomas de un resfrío común, pero a diferencia de lo que ocurre con los más ancianos, el joven sistema inmunológico de los niños y adolescentes es efectivo y logra superar al virus.  

NO ARRIESGARSE INNECESARIAMENTE

El Rab Miterani dice que a diferencia de las plagas divinas citadas en la Torá, las epidemias  contemporáneas  pueden parecernos un fenómeno “natural” . El Rab cita a los doctores de su época que explicaban que “el aire enrarecido que uno respira lo hace morir”. De todas maneras, explica el rab, en nuestros tiempos el Creador actúa «undercover», y el veredicto final es el veredicto Divino.  Él decide en última instancia y por vías misteriosas quién vive y quién no, como decimos en las Tefilot de Rosh haShana. Pero el rab menciona una excepción: aquellos individuos que se arriesgan innecesariamente y se exponen negligentemente al contagio. וקצתם שאינם מחויבים אז בעונש ההוא אלא שהם מסתכנים בעצמם לעמוד במקום הסכנה ואינם ראויים לשיעשה להם נס ונדבק  בהם החולי ההוא במדינה, ואם טבעם מוכן להסתכן בחולי ההוא הם מסתכנים, והוא יתברך יודע בחירתם וחותמם למיתה  “Incluso si alguien no estaba destinado a morir, pero se expuso y fue o se quedo en un lugar peligroso, donde no debería estar,  es posible que eso lo condene a morir.”  Debemos tener en cuenta las palabras del Rab Miterani y no arriesgarnos. Y recordar además que si bien los mas jóvenes no corren peligro de muerte al estar infectados, pueden ser portadores de este virus y contagiar a los mayores al estar en contacto con ellos o con alguien que esté en contacto con ellos.  TODOS PODEMOS CONVERTIRNOS EN PORTADORES INVOLUNTARIOS. Y los abuelos son los que más expuestos están a esta pandemia. ¡Debemos protegernos para protegerlos a ellos!.

¿QUE HACER AHORA?

Si bien el Rab deja abierta la difícil pregunta de por qué le pasan cosas malas a la gente buena o inocente, nos explica cómo reaccionamos los Yehudim en tiempos de tragedias. 

 וירבה בתפילה וצדקה ותחנונים לפני הא-ל יתברך בתשובה ומעשים טובים  

Tefila, rezándole a Dios,  pidiendo que sane a los que están enfermos y rogándole que proteja a los que están sanos.  

Tsedaqa, ayudando y asistiendo con recursos a los que están siendo más afectados por esta epidemia. 

Teshubá, arrepintiéndonos de nuestras malas acciones. Tratando de mejorar la observancia de Su Torá. 

Ma’asim Tobim, convirtiéndonos en mejores personas. Mejores padres, mejores hijos, mejores esposos.   

Rezamos para que pronto, B’H,  esta epidemia termine y volvamos a la normalidad, que seguramente ahora valoraremos más que nunca! 

TEFILA COMPANION

estos son algunos audios de Tefilot, plegarias diarias, para los que están en sus casas y tienen que rezar por sí mismos.

https://halakhaoftheday.org/2020/03/16/tefila-companion/

P.D. Tengo muchos pedidos ara hacer clases por Facebook Live. Seguramente pronto lo voy a intentar.  Pueden seguir mi página en español aquí.   https://www.facebook.com/HALAJAOFTHEDAY5778/




El Rab Yehudá Benattar (1655-1733) y la ostentación en las fiestas comunitarias

LA COMUNIDAD JUDIA DE FEZ

Los primeros datos que tenemos acerca de la comunidad judía de la ciudad de Fez son del siglo VIII. En ese entonces se dice que ya vivían allí unos 15.000 judíos. 

Fez fue famosa por ser la ciudad donde una de las más grandes luminaria rabínicas de todos los tiempos, el Rab Isaac Alfasi (1013–1103, el apellido “Alfasi” significa: oriundo de Fez) instaló y operó su famosa Yeshibá, academia de estudios rabínicos.

Por Fez también pasó nada menos que Maimónides, quien vivió allí por unos años antes de instalarse en Egipto.

Fez fue también el primer destino de muchos de los refugiados judíos que fueron expulsados de España y Portugal en 1492 y 1497. 

La comunidad judía de Fez también sufrió hambre, sequías, incendios, persecuciones y matanzas. La primera matanza ocurrió en el año 1033 cuando un numeroso grupo de extremistas musulmanes invadió el barrio judío y asesinó a los más de 6.000 judíos que residían en ese entonces en Fez. Solo sobrevivieron 4 hombres y 5 mujeres. Alo similar ocurrió a mediados del siglo XV. 

En el año 1947 vivían en Fez más de 22.000 judíos, de un total de 250.000 judíos residían en Marruecos.  A partir de 1948 la mayoría de los judíos de Marruecos emigró a Israel, Francia, Canadá, Venezuela, etc. Hoy todavía viven en Fez alrededor de 100 judíos. 

ESTUDIAR Y TRABAJAR

El rabino sobre el cual escribiremos hoy se llamaba Yehudá Benattar (o Ben Attar). Nació en Fez en el año 1655. Sus maestros pertenecían las grandes dinastías rabínicas de esta ciudad.  El Rab Vidal Sarfatti y el rab Menajem Seriro (o Serilio).  Desde una temprana edad el rab Benattar se destacó como una gran luminaria rabínica. A los 23 años perdió a su padre, que hasta ese entonces lo mantenía para que pudiera estudiar. A partir de ese momento se dedicó a la orfebrería de oro. Trabajaba para judíos y musulmanes . Y como era un gran artesano y muy honesto se hizo famoso en su oficio.  Cuentan que hasta el día de hoy algunos residentes musulmanes de Fez dicen que poseen anillos hechos por el Rab Benattar, y lo consideran de un valor incalculable, y lo usan como un talismán. 

Su trabajo no lo prevenía del estudio de la Torá. Cada día, luego del rezo de la mañana (shajarit) el rab Benattar se dirigía a su taller y una vez que había ganado el dinero necesario para mantenerse en esa jornada cerraba su negocio y se dirigía a su Yeshibá a estudiar, enseñar y escribir. 

RABINO Y MAESTRO 

Los grandes conocimientos y la formación del rab Benattar fueron reconocidos por todas las personalidades rabínicas de Fez. Y en 1698 el Rab benattar fue elegido por todos los rabinos locales como el Ab Bet Din, Jefe de la Corte Rabínica de la comunidad, el cargo más alto que un rabino podia tener allí.

El famoso rab Jidá (Jayim Yosef David Azulay, que escribió una breve historia  de los rabinos sefardíes, cuenta que a pesar de su alto cargo y su completa dedicación a la comunidad, el rab Benattar decidió no recibir compensación por su trabajo comunitario y continuó durante toda su vida en su trabajo de orfebre. 

El Rab Benattar tuvo muchísimos alumnos. Prácticamente todos los estudiantes rabínicos de Fez se consideraban sus discípulos. Implementó un sistema de enseñanza que no era muy común en esa época. Para que sus alumnos aprendieran oratoria y estuvieran preparados para dar sermones en público, los hacía hablar en público cada Shabbat a la hora de Minjá. El Rab supervisaba la preparación de los sermones y los editaba y luego, muchos de estos sermones junto sus propios discursos, fueron puestos por escrito en uno de sus famosos libros: Minjat Yehudá, una colección de discursos (derashot) sobre la Perashá de la semana.  Este libro permaneció en manuscrito por siglos. Fue impreso por primera vez en la ciudad de Maknez (en español Mequinez), en el año 1940, ver aquí. El rab escribió otros libros, algunos de los cuales todavía permanecen en manuscrito. Otros se han perdido o sabemos de ellos porque han sido citados por otros autores. Uno de sus libros mas famosos se llama Shir Mijtam, un libro muy original ya que contiene las leyes de Kashrut (específicamente, shejitá y terefot) en forma de poesía, con los comentarios de su hijo, el rab Obed Benattar (Ver aquí, edición de Varsovia 1880). 

RABINO y LIDER COMUNITARIO 

El Rab Benattar no solo fue un erudito en materia de Torá sino que también fue un gran líder comunitario. Entre otras cosas estableció ciertas taqanot, esto es, decretos o regulaciones que los rabinos establecen para corregir algunos hábitos perjudiciales para la vida comunitaria.  

Una de estas taqanot se implementó para limitar el exceso en la celebración de fiestas religiosas. Resulta que las familias más acaudaladas de la ciudad gastaban excesivamente en la celebración de las bodas, y la clase media no se quería quedar atrás. Esto hacia que muchos judíos tomaran prestamos y se endeudaran para no pasar vergüenza frente a los que tenían más. El Rab Benattar estableció limites para el número de celebraciones a realizar (compromisos, apalabramientos, boda, sheba berajot, etc.) , para la cantidad de invitados, y hasta para el menú y la calidad de la  comida que se debía servir.  Las bodas debían celebrarse con moderación, sin ostentar y de una manera  accesible para la mayoría parte de la comunidad.

Para la sorpresa de muchos, este decreto fue bien recibido y finalmente adoptado por la comunidad. 

¿Por qué?

El secreto del éxito del Rab Benattar como líder rabínico es que no era solamente respetado por su comunidad, el Rab Benattar era amado por su comunidad. De manera  que cuando él emitía un juicio crítico hacia la comunidad lo hacia desde un lugar positivo, paternal, para corregir y no para criticar, y así eran sus palabras recibidas también por su comunidad.  

El Rab Benattar falleció en 1733 a la edad de 77 años. 

Fue uno de los rabinos más influyentes en la historia de la comunidad judía marroquí. Al punto tal que sus veredictos rabínicos, sus taqanot y sus opiniones halájicas son hasta el día de hoy la base de la práctica de los judíos marroquíes, que hoy en día BH suman más de medio millón de almas.    




El Rab Yaaqob Castro (1525-1612) y la comunidad judía de Egipto

DE SEFARAD A EGIPTO  

El Rab Yaakob Castro fue un erudito en Torá, un juez rabínico y un importante legislador de la ley judía en la comunidad de El Cairo, en Egipto. La familia Castro o “de Castro”era originaria del sur de España. En la época de la expulsión escaparon a Portugal y desde allí, muchos miembros de esa familiallegaron a Turquía, al norte de África, Egipto, etc. El padre del Rab Castro (algunos historiadores dicen que fue su tío) fue el famoso Abraham de Castro (murió en 1520, ver aquí). Abraham de Castro fue uno de los judíos más prominentes de su época. Fue el gerente del tesoro real del Sultán turco Solimán el magnífico (1494-1566), el hombre más poderoso del mundo en esos años. En su honor, el Sultán accedió a reforzar las murallas de Jerusalem agregando a la muralla original varias hileras de roca solida. Esta refacción sigue allí hasta el día de hoy. 

SUS MAESTROS.

El Rab Yaaqob de Castro pertenencia a una familia adinerada. Aparte de su desempeño como rabino el Rab Castro también se dedicaba al comercio, algo que era común entre los rabinos que vivían en Egipto, como el Rab David ben Zimrá o el mismo Rabbi Isaac Luria (el Ari haQadosh) que se dedicaba a la importación y exportación de pimienta y granos.  El Rab Ya’aqob fue alumno de dos grandes luminarias: el ilustre rabino David ben Zimra (Radbaz), y el rab Levi ibn Habib (Ralbah) de Yerushalayim. Al Rab Ya’aqob se lo conoce también por sus siglas Mahariqash ( מהריק“ש), y se lo considera el último “Gran Rabino” de Egipto, es decir, la autoridad rabínica aceptada por todas las comunidades del país, incluyendo las dos más importantes: Cairo y Alejandría. En ese tiempo la mayoría de los judíos de Egipto eran musta’arabim, es decir, nativos de Egipto; mientras que la comunidad de los Sefaradim, esto es, los refugiados de la expulsión de España, recién estaba en sus comienzos.

EL RAB CASTRO Y EL RAB CARO.

En 1570, visitó la ciudad de Sefat en la tierra de Israel, donde fue invitado a la casa del Rab Yosef Caro (1488-1575), el autor del Shulján Aruj. En sus escritos el rabino Castro describe su encuentro con el rabino Caro y relata —me imagino que con mucha emoción— lo que sintió al ver con sus propios ojos al Rab Caro actuando de acuerdo las costumbres que él mismo había establecido en el Shulján Aruj. El rabino Castro escribió varios libros. Mencionaremos dos de ellos. “Erej Lejem”. Glosas y comentarios que el rab Castro escribió en los márgenes del libro Shulján Aruj, donde reflejaba su opinión, y a veces sus objeciones, a algunas determinaciones del rab Yosef Caro. Era tan alta la reputación del rabino Castro que en Egipto su opinión tenia más peso que la del mismo Shulján Aruj. 

LA VIDA EN LA COMUNIDAD JUDIA DE EGIPTO 

Otra de sus obras es «Ahole Ya’aqob«, un libro de responsa rabínica sobre casos reales que sucedieron en su comunidad. En este libro se presentan también los debates Halájicos entre el Rab Castro y algunos de sus contemporáneos, lo cual nos permite tener una mejor visión de su pensamiento jurídico. 
Cabe destacar también que este libro de preguntas y respuestas del Rab Castro es para los historiadores una valiosísima fuente de información para conocer un poco más en detalle la vida social, comunitaria, y las dificultades de la comunidad judía en el Egipto o del siglo 16.
Veamos algunos ejemplos:
Una de las Taqanot, decretos comunitarios, que el rab Castro menciona en una de sus respuestas se relaciona con la ética y la etiqueta que se debe guardar en la celebración de las fiestas de casamientos. Al parecer en algunos casamientos se contrataba bailarinas gentiles que danzaban, como parte de la celebración; esto hizo que más de una vez se produjeran algunos hechos indebidos en esas fiestas. El rab Castro junto con los otros rabinos de la ciudad prohibió este tipo de celebración y alentó a la comunidad a contratar únicamente a músicos, y no bailarinas. 
Otro tema controversial que aparece en las preguntas y respuestas de esa época era la legalidad del reclamo de una esposa que se negaba a vivir en la casa de sus suegros, en una situación donde no había maltrato. El rab Castro debatió con otro rabino muy famoso, el Rab Jayim Kafusi, acerca de la consideración de este reclamo como un causal legal de divorcio. 
Por último, mencionaré un tema un poco más delicado. Al Rab Castro le llegó el caso de dos jóvenes casados, miembros de su comunidad, que salieron en camello a un viaje de negocios y habían desaparecido. Dos hombres egipcios, padre e hijo, testificaron que estos comerciantes habían sido atacados y asesinados por una banda de 12 asaltantes. La pregunta Halájica era si este testimonio era suficiente para declarar a las esposas de estos comerciantes como viudas, y permitirles así que contrajeran nuevamente matrimonio. El rab Castro adoptó una opinión más estricta, ya que las pruebas eran ambiguas, y aparte consideró que los testigos podrían obtener un beneficio personal de su testimonio. El Rab Kafusi se enfrentó con el Rab Castro y presentó una opinión en extremo permisiva para que estas dos jóvenes mujeres no quedaran atrapadas (agunot) en una situación sin otra solución posible.




El Rab Yosef de Terani (1569-1639) y los mecenas de Constantinopla

LA VIDA EN ERETS ISRAEL
El Rabino Yosef de Terani (o “Miterani” רבי יוסף מטראני) nació en Safed, Israel, en 1569 y es considerado uno de los principales talmudistas de su generación. También es más conocido por las iniciales de su nombre “Maharit” (hebreo: מהרי»ט). Su padre fue el famoso rabino Moshé de Terani , autor de Bet Eloqim, que murió cuando Yosef tenía 12 años. Desde esa corta edad el Rab Yosef fue adoptado, y se transformó en el alumno predilecto del gran Sabio Ribbí Shelomó Sagis.  El Rab Yosef se casó en 1586. Ese mismo año se desató una gran plaga en Safed que cobró la vida de miles de Yehudim y entre ellos la de su maestro y padre adoptivo el Rab Sagis.  El Rab Yosef tuvo que abandonar la tierra de Israel y escapó a Egipto, donde vivió con su hermano Shelomó –que era rabino allí– por 15 años.  Durante todo ese tiempo se dedicó al estudio intensivo del Talmud. Cuando regresó a la tierra de Israel vivió en Safed y luego en Yerushalayim donde escribió el libro “Tsurat haBayit”, que describe el diseño y los detalles de la arquitectura del Bet haMiqdash. Este libro, lamentablemente, se ha perdido y solo nos llegaron algunas citas del mismo que fueron copiadas en el libro de uno de sus alumnos, el Rab Jayim Alfandari.  El Rab Yosef en esta época ya era famoso y le llegaban preguntas de todas las comunidades judías del mundo.  Pero la vida en Erets Israel era muy difícil y el Rab Yosef y su familia sufrieron pobreza, enfermedad y persecuciones.
DE SAFED A CONSTANTINOPLA
Al cabo de uno años,  luego de haber servido como Rabino principal de Safed, el rab Yosef se trasladó a la ciudad de Constantinopla, en Turquía, donde había una gran comunidad judía fundada por los judíos expulsados de España, Sefaradim. En Constantinopla el rab Yosef fue recibido con mucho entusiasmo por los hermanos Ben Ya’ish, que eran importantes benefactores y mecenas judíos.  Los hermanos Ben Ya’ish alojaron al Rab Yosef en su hacienda y le ofrecieron mantenerlo a él y a su familia con dignidad mientras se dedicaba a enseñar Torá y escribir sus libros. En la hacienda de los hermanos Ben Ya’ish el Rab estableció su propia Yeshibá o academia rabínica a la cual llamó “Qahal Qadosh Gerush”, la santa congregación de los refugiados de España.  A partir de este momento las penurias el Rab Yosef terminaron y ya sin preocupaciones materiales el rab Yosef se dedicó plenamente a enseñar Torá. Su Yeshibá se convirtió en un semillero de jóvenes rabinos que llegaban de todas partes del mundo a estudiar con el Rab Yosef. Sus hijos cuentan que la Yeshibá tenía más de 80 alumnos que estudiaban directamente con el rab Yosef.
RABINO DE TURQUIA
Luego de 20 años de haber llegado a Turquía el Rab Yosef fue elegido también como el rabino principal de Constantinopla, lo que confería el titulo de Jajam Bashi, rabino principal de Turquía, que en ese entonces era la comunidad judía más próspera del mundo judío. Aparte de seguir al frente de la enseñanza, el Rab Yosef se dedicó a mejorar todo el aspecto de asistencia social comunitaria y entrenó a sus propios alumnos para esta importante tarea. Sus alumnos se ocupaban personalmente de ir a visitar enfermos, consolar a los dolientes, alegrar a los novios y por supuesto, distribuir comida, ropa y todo lo que fuera necesario para los pobres, las viudas y los huérfanos. Entre sus estudiantes se destacan por ejemplo:  Ribbí Aharón DeLapapa, Ribbí Jayim Benveniste, Ribbí Jayim Algazi, y muchos más.
SUS ULTIMOS DESEOS
El Rab Yosef tuvo varios hijos, todos ellos grandes Sabios en Torá.
Antes de morir le encomendó dos cosas a sus hijos. 1. Que publicaran sus libros, que estaban en manuscritos. Y 2. que llevaran sus restos a la tierra de Israel para que pudiera ser enterrado cerca de su padre.  Al poco tiempo de fallecer, en 1639, sus hijos cumplieron fielmente con sus dos deseos.
SUS LIBROS
Entre los libros del Rab Yosef Miterani se destaca su colección de 152 preguntas y respuestas que fueron publicadas en Constantinopla en 1641.
En este link se puede obtener otro libro del Rab Yosef , Tsafnat Pa’aneaj, (Frankfurt, 1694) un comentario sobre la Torá. En las primeras páginas de este libro, por ejemplo, el Rab Yosef explica desde 15 ángulos diferentes cuál fue el pecado del primer hombre, cómo es que este pecado hizo que el hombre descubriera su desnudez, y por qué el Creador lo vistió con una vestimenta de cuero (o “luz”, de acuerdo a Ribbí Meir).
SU TUMBA
Sus hijos llevaron sus restos a Safed y enterraron allí a su padre. Por alguna razón (que desconozco) el lugar de su tumba no se conoció por siglos. Pero fue identificada en  2008 por el Rabino Shelomó Epsteinen en el viejo cementerio de Tsefat, al lado del tumba del rab Moshé Alshej .



El Rab Abraham Azulai (1570-1643) y la espada del Sultán

De FEZ a HEBRON
El Rab Abraham Azulai nació en la ciudad de Fez, Marruecos, en 1570. La ciudad de Fez fue un centro judío muy importante donde encontraron refugio muchos judíos cuando escaparon de la expulsión de España.
La familia del rab Azulai también provenía de España (Castilla). Fez estaba lejos de ser un paraíso.   Aparte de las constantes persecuciones de manos de extremistas musulmanes, la zona era muy pobre y sufría frecuentemente de sequías. El rab Shaul Serero cuenta que en la comunidad judía de Fez morían entre 10 y 20 personas por día… de hambre. Luego de una larga sequía que se extendió por mas de 3 años el rab Azulai abandonó Fez y se dirigió hacia la tierra de Israel. Los viajes en barco eran muy peligrosos. Cuando el rab Azulai llegó cerca del puerto de Capotakia (Port Said) una gran tormenta destruyó su barco y todas sus pertenencia se hundieron. Milagrosamente, el rab Azulai puedo salvarse y llegó (presumo que nadando) hasta la costa.  Este milagro nunca fue olvidado por el rab Azulai. Y en señal de su eterno agradecimiento a HaShem por este milagro, el Rab Azulai diseñó su firma con la forma de una embarcación (ver ilustración arriba).
De HEBRON a GAZA
Una vez que llegó a Israel se estableció en la ciudad de Hebrón (también conocida como Kiryat Arba) donde se encontró con los grandes rabinos de esa época como el rab Eliezer Arja y otros.  Pero una terrible epidemia hizo que en 1619 el rab Azulai tuviera que abandonar la ciudad de Hebron y de allí se dirigió a Yerushalayim. Pero la plaga también llegó a hasta Jerusalem, y el rab Azulai se mudó a la ciudad de Gaza donde vivió por algunos años.
En esa época en la ciudad de Gaza vivían 70 familias judías. Algunas familias se dedicaban a la agricultura y otras al comercio, ya que Gaza era parte de la ruta comercial entre Siria y Egipto.   En esos años , 1620-1625, el Rab de Gaza era el ilustre rab Israel Najara (oriundo de la ciudad española Nájera).  En Gaza el rab Azulai escribió dos de sus libros más famosos: un comentario sobre el libro del Zohar “Hesed LeAbraham” (“La bondad que Dios hizo con Abraham”, en referencia a que él mismo se salvó dos veces de la terrible epidemia que cobró tantas vidas). Y “Ba’ale Berit Abram”, un comentario místico sobre la Torá.
COMENTARIO SOBRE LA MISHNA
Uno de los libros menos conocidos del rab Azulai, es “ahabá bata’anuguim” , un hermoso y extenso comentario sobre la Mishná. Que lamentablemente no es tan conocido como sus libros de misticismo.  En este libro el rab Azulai explica el significado elemental de la Mishná, siguiendo los pasos de Maimónides, e incorporando los comentarios del Talmud, los midrashim y otros famosos libros, incluyendo el mismo Shulján Aruj. Este libro fue publicado en Israel recientemente (1985) en forma parcial (Seder Neziquín) . Y la introducción de esta nueva edición fue escrita nada menos que por el rab Obadiá Yosef (ver AQUI ).   También presentamos AQUI un link donde se puede descargar el comentario del Rab Azulai sobre la Mishná de Pirqué Abot, (gentileza de hebewbooks.org).
Cuando la plaga terminó el Rab Azulai regreso a Hebron, donde  vivió hasta el final de sus días.
LA ESPADA EN LA CUEVA de MAJPELA
Cuentan que cuando el Sultán del Imperio Otomano, Mohamed IV, el hombre más poderoso de la tierra en esos días, visitó la tierra de Israel en 1643 llegó hasta Hebrón y un viernes, siguiendo la tradición musulmana, fue a rezar a Me’arat HaMajpelá, la cueva donde están enterrados Abraham, Itsjaq y Ya’aqob.  Cuentan que en ese entonces había un pozo muy profundo en el suelo del recinto dedicado a Itsjaq Abinu, por el cual se podia acceder al interior de la cueva de la Majpelá. Pero nadie entraba allí, ya que se consideraba muy peligroso (posiblemente por la ausencia de oxigeno o la presencia de gases). El Sultán se acercó al pozo, y cuando se inclinó para observar de cerca su valiosa espada cayó allí.  El Sultán mandó a un par de soldados atados con sogas a traer la espada, pero ambos murieron.  Los lideres locales decidieron que no arriesgarían más las vidas de otros musulmanes y que exigieron a los judíos, bajo amenazas de exterminio, rescatar la espada del Sultán. El Rab Azulai, ya anciano, se ofreció para la arriesgadísima tarea y luego de una increíble experiencia pudo recuperar la espada del Sultán (ver la historia completa en el webpage de Hebrón, http://en.hebron.org.il/history/228).
SU MUERTE
El Rab Azulai falleció al otro día de haber emergido de la cueva de Majpelá, el viernes previo a la Parashá Jayé Sará (esto es: mañana).
El Rab Abraham Azulai está enterrado en el antiguo cementerio de la ciudad de Hebrón. Su tumba, como era la costumbre en Hebrón, no lleva ninguna inscripción, ni siquiera su nombre (creo que esto se hacia como un gesto de deferencia a nuestros Patriarcas, enterrados en esa ciudad).
Uno de sus bisnietos fue el famoso rab Jayim Yosef David Azulai, también conocido como el Jidá (1724-1806).