Rab Yom Tob Tsahalón (1559-1619) y el mejor regalo que un padre puede recibir de su hijo

VIDA TEMPRANA

El rabino Yom Tob ben Moshe Tsahalón (1559-1619), también conocido por su acrónimo מהריטץ, fue alumno del rabino Moshé de Tirani (el Mabbit) y Moshé Alshej haQadosh. Es posible que también haya estudiado ocasionalmente con el Rab Yosef Caro, autor del Shulján ‘Aruj. Fue un niño prodigio. Desde muy temprana edad combinó su avanzada inteligencia con la pasión por el estudio de la Torá. Refiriéndose a su aprendizaje de adolescente con el Mabbit y el rabino Alshej, él mismo escribe: “Me dediqué a estudiar día, tarde y noche, sin interrupción… aferrándome al polvo de los pies de las dos grandes luminarias [sus dos maestros] y bebiendo con sed sus palabras y enseñanzas… [Durante todo este tiempo] no descansé ni me distraje: únicamente me dediqué a aprender los Juicios Divinos [las Leyes de la Torá]…. Sufrí la burla de mis amigos cuando vieron que me conducía tan estrictamente por estos buenos caminos, me despreciaron porque no hice lo que hacían todos los jóvenes de mi edad… pero aún así no me distraje de mis estudios… ya que mi mayor deleite siempre fue aprender las Leyes Divinas…”

UN RABINO MUY JOVEN

El esfuerzo dio sus frutos. Cuando tenía 20 años, el joven Rab Tsahalón comenzó a escribir sus primeros Pesaqim, es decir, su Responsa Rabínica, algo reservado para rabinos muy experimentados. Tenemos constancia de que a la edad de 25 años algunos de los rabinos más importantes de la época, como el rabino Shemuel Yafe de Constantinopla (1525-1595) consultaron con el joven Tsahalón en todo tipo de casos de jurisprudencia rabínica. Algunas de esas respuestas fueron publicadas en el libro más famoso del rabino Tsahalon “She-elot Utshubot Maharitats”. El libro fue impreso en Venecia, Italia, en 1694 (ver enlace aquí). Y es una colección de preguntas y respuestas rabínicas, sobre temas de rituales judíos y cuestiones legales.

EL MEJOR REGALO DE PURIM

Uno de los libros menos conocidos del rabino Tsahalón, pero quizás el más fascinante, es un comentario sobre Meguilat Ester, el Libro de Ester. El nombre del libro es “Leqaj Tob”.

Y se me ocurren al menos tres razones para afirmar que este es un libro excepcional.

1. Este libro se publicó en el año 1577. Teniendo en cuenta que nació en 1559, cuando publicó su libro solo tenía 18 años, lo que significa que escribió este libro ¡en su adolescencia!

2. El rabino Tsahalón basa su comentario en dos elementos fundamentales: 1. El Talmud y las ideas del Midrash. 2. Y un análisis agudo y minucioso del lenguaje bíblico, donde muchas veces des-cubre un nuevo significado al releer el mismo texto con un “microscopio mental”, analizando los detalles casi imperceptibles de las palabras hebreas. Este tipo de análisis lingüístico fue siempre característico de los rabinos sefaradíes.

3.  Leqaj Tob fue también ¡el primer libro impreso en la tierra de Israel! Hasta el año 1577 no había imprentas en Israel. Los libros judíos se publicaban principalmente en Italia (Venecia, Roma, Ferrara) o Turquía. La primera imprenta en la historia de Israel fue establecida en la ciudad de Tsefat (Safed) por el rabino Eliezer ben Ytshaq Ashkenazi, que trajo su propia imprenta desde Lublin (Polonia). De todos modos, esta imprenta no duró mucho, solo diez años, y se imprimieron únicamente seis libros (para saber más sobre la fascinante historia de la primera imprenta en Israel, consulte el artículo: “Early Hebrew Printing from Lublin to Safed: The Journeys of Eliezer ben Isaac Ashkenazi” de Marvin Heller). En un hermoso gesto de amor y respecto hacia sus progenitores, el rabino Tsahalón dedicó este libro a su padre como parte de su «mishloaj manot»: su regalo para la festividad de Purim.

Veamos ahora un par de ejemplos de su comentario.

 

1. EXCEPCIÓN RELIGIOSA

Una de las preguntas más famosas de la Meguilá es ¿por qué Mordejai se negó a inclinarse al saludar a Hamán? El Midrash explica que Hamán portaba un ídolo alrededor de su cuello, lo que lo convertía en un representante (virtualmente: una encarnación humana) de un dios y, por lo tanto, arrodillarse ante Hamán equivaldría a practicar idolatría. La siguiente pregunta entonces es: ¿Por qué Mordejai permaneció en la corte del Rey? ¡Si no se arrodillaba ante Hamán, como aparentemente el rey lo había indicado, debería haber renunciado a su puesto en la corte, retirarse y no poner en peligro la vida de los judíos del imperio persa! El rabino Tsahalón observó que las palabras que describen la negativa de Mordejai a arrodillarse están escritas en tiempo futuro, y aunque en muchos casos, este tipo de conjugación debe entenderse como refiriéndose a algo que va ocurriendo , en este caso particular debemos entenderlo en el original «tiempo futuro». Por lo tanto, el texto (3:2) estaría diciendo, que “mientras todos los oficiales que estaban en la corte del rey se arrodillaban y se postraban ante Hamán, porque el rey así lo había ordenado… Mordejai no debía arrodillarse, y no debía postrarse [ante Hamán, porque el rey así lo había ordenado ] “.  El rabino Tsahalón explica brillantemente que el rey en realidad le había otorgado a Mordejai un permiso especial, una excepción religiosa por ser judío. El monarca, que obviamente estaba familiarizado con la observancia judía, excusó a Mordejai de arrodillarse ante Hamán. Pero Hamán no estaba contento de ver a Mordejai de pie mientras todos se arrodillaban ante él. Hamán, por su extrema vanidad, se sintió humillado y conspiró para matar a todo el pueblo judío como una mega-venganza personal contra Mordejai. Hamán seguramente sabía que el Rey le había concedido la excepción a Mordejai, y es por eso que cuando le presenta al Rey su plan para exterminar a «una nación desobediente», nunca menciona nada sobre la negativa de Mordejai de arrodillarse ante él.  

Esta explicación, hasta donde yo sé, es original del rabino Tsahalón.

2. 70 DÍAS DE TERROR

Al leer la Meguilá, podríamos pasar por alto lo que vivieron los judíos una vez que la noticia del edicto llegó a sus lugares de residencia. En ese edicto había instrucciones explícitas de que en una fecha determinada, el 13 de Adar, todos los judíos iban a ser asesinados. No había lugar para apelaciones ni excepciones. Esta terrible carta fue enviada desde Shushán el 13 de Nisán (11 meses antes del “día de la ejecución”) y debió llegar a las ciudades del imperio al cabo de unos días o semanas . Ahora bien, ¿qué pasó una vez que llegó la carta? ¿Podían los judíos continuar con sus vidas normalmente? ¿Podían escapar? Parte del siniestro plan de Hamán era que los ejecutores voluntarios podían quedarse con los bienes de las víctimas que mataran, por lo que todos los voluntarios potenciales (que no escaseaban) querían asegurarse de que ningún judío escapara hasta el día del genocidio. Los Midrashim cuentan que muchos de los vecinos gentiles mostraban sus afilados cuchillos a las horrorizadas madres judías, burlándose de ellas y diciendo que con esos cuchillos matarían a sus pequeños hijos. El Midrash también explica que los futuros perpetradores celebraban con anticipación la masacre y planeaban entre ellos cómo distribuir los bienes y posesiones de los judíos. El rabino Tsahalón añade lo siguiente: que una vez oficializado el edicto, los judíos fueron “detenidos” o “encarcelados” (משועבדים), probablemente con la colaboración del ejército imperial, para evitar que escaparan con sus bienes o que salvaran la vida. Pensando en la Europa de 1940-1945, podemos visualizar que fueron llevados a “campos de detención» o «concentración” donde decenas de miles de judíos esperaban como reos de muerte el día de su ejecución. Los judíos no podían hacer nada para defenderse. Solo orar, ayunar y esperar un milagro. Que B»H finalmente sucedió. Fueron 70 días de terror lo que tuvieron que sufrir hasta que la segunda carta fue enviada desde Shushán, revocando el edicto y con órdenes de «castigar a todos aquellos que planeaban ejecutar a los judíos». 

 Para leer el libro Leqaj Tob ver este link  (hebrewbooks.org).




El Rab Isaac Aboab Fonseca (1605-1693), primer rabino de las Américas

El Rab Isaac Aboab de Fonseca nació en 1605 en la localidad  de Castro Daire, Portugal. Su nombre original era Simão da Fonseca. Sus padres eran «marranos», judíos que habían sido convertidos por la fuerza al cristianismo. Cuando Isaac tenía siete años, su familia se trasladó a Amsterdam. Muchos judíos que durante más de un siglo habían practicado el judaísmo en secreto para escapar de la inquisición, emigraron a los Países Bajos donde en 1596 se había declarado la libertad de culto, algo inconcebible hasta ese entonces en la Europa cristiana. Allí crearon una comunidad que fue muy próspera en todo sentido y pudieron finalmente practicar su religión abiertamente. Simão pasó a llamarse Isaac, con su antiguo apellido judío: Aboab (también se escribe «Abohab»). En Amsterdam el Rab Aboab estudió con uno de los pocos rabinos que en ese entonces estaban en la ciudad: el rab Isaac Uziel, oriundo de Fez, en Marruecos. A los dieciocho años fue nombrado rabino (jajam) de la comunidad Beth Israel, una de las tres comunidades sefaradíes que existían en ese momento en Amsterdam. En 1638 fue asignado como uno de los cuatro rabinos (Jajamim) de la comunidad principal de Amsterdam llamada  «Talmud Torá».

En esos años los Holandeses colonizaron Brasil. Y muchos judíos de la comunidad de Amsterdam, que eran grandes empresarios del comercio internacional, se mudaron a la ciudad de Recife, en la zona de Pernambuco.  En 1641, el Rab Isaac Aboab de Fonseca fue enviado a Recife como rabino de la flamante comunidad «Kehal Zur Israel» en esa ciudad , que fue la primera comunidad judía en el continente Americano. El Rab Aboab fue entonces el primer rabino oficial que ejerció en el continente americano. La mayoría de los habitantes de esta ciudad eran judíos de Amsterdam. En Recife el Rab Aboab desarrolló una congregación modelo, inspirada en la comunidad judía de Amsterdam: «Kehal Zur» , que se estima que tenía como 5.000 miembros, contaba con una Sinagoga, un Mikvé y una Yeshibá donde el rab Aboab impartía clases de Torá, particularmente de Talmud.

Fueron pocos los años de prosperidad para los judíos de Recife. En 1645, un jesuita portugués, Joam Fernandes Vieyra, convenció al rey de Portugal de recuperar Recife porque «esa ciudad está habitada principalmente por judíos, la mayoría de los cuales son originalmente fugitivos de Portugal… tienen sus sinagogas abiertas allí, para escándalo de la cristiandad. Por el honor de la fe, por lo tanto, los portugueses deberían arriesgar sus vidas y sus propiedades para sofocar tal abominación». En 1646, Vieyra y su ejército atacaron Recife.  Vieyra ofreció protección a los judíos de la ciudad con la condición de que no participaran en la batalla. La comunidad judía rechazó por unanimidad su oferta y tomó las armas junto con sus camaradas holandeses.La batalla continuó por nueve años y durante este prolongado tiempo, los judíos de Recife sacrificaron su comida, sus bienes y sus vidas en defensa de su libertad religiosa. En un poema que escribió más tarde, el rabino Aboab registra la terrible experiencia de su congregación: «Muchos de los inmigrantes judíos fueron asesinados por el enemigo; muchos murieron de hambre. Los que estaban acostumbrados a las delicias se regocijaban de poder saciar su hambre con pan seco; pero pronto no pudieron obtener ni siquiera esto. Les faltaba todo y sus vidas se preservaron por  milagro «. Es el texto hebreo más antiguo conocido escrito en América que ha sobrevivido hasta nuestros días.

Los Portugueses, al alcanzar la victoria, permitieron una rendición honrosa a todos los holandeses, pero no a los judíos, a quienes se les ordenó convertirse al cristianismo.   Varios judíos pudieron escapar a tiempo para evitar la conversión forzosa, entre ellos los 24 judíos que luego de una increíble travesía, llegaron en 1654 a la ciudad de New Amsterdam, conocida hoy como New York, y fundaron la primera comunidad judía en Norte América.  El Rab Aboab también logró escapar sano y salvo y regresó a Amsterdam, donde fue nombrado gran rabino de la comunidad sefaradí de esa ciudad. En 1656, fue uno de los rabinos que excomulgaron a Baruj Spinoza.

Los problemas en la comunidad de Amsterdam no terminaron. Durante los años 1664-1666 comenzó un movimiento mesiánico alrededor de Shabetai Zevi. La historia de este falso Mashiaj es también muy complicada y larga de contar, pero digamos que en ese entonces  la mayoría de los rabinos del mundo, Sefaradim y Ashkenazim, creían que Shabetai Zevi era el verdadero Mesías. Y aunque no fue militante, el Rab Aboab tampoco fue una excepción.  En 1666 cuando el Sultán turco le dio a elegir a Shabetai Zevi entre la muerte y la conversión al Islam, éste decidió convertirse. Recién entonces,  finalmente, los judíos entendieron que habían sido víctimas de un gigantesco engaño. Las consecuencias para la comunidad judía mundial fueron devastadoras. Pero a pesar de todos estos problemas la comunidad judía de Amsterdam floreció, creció y produjo, entre otras cosas, cientos de Talmidé Jajamim que sirvieron la comunidad y escribieron literalmente miles de libros en español y en portugués.
El rab Aboab escribió un libro de gramática hebrea que aún no se ha publicado «Melejet ha-Diqduq. También tradujo del español al hebreo (sic.) el libro de Qabbalá escrito por el rabino Abraham HaCohen Herrera, llamado «La Puerta del Cielo», en hebreo «Shaar haShamayim».
Murió en Amsterdam el 4 de abril de 1693, a la edad de 88 años.



El Rab Shemuel Laniado (1530-1605) y las perlas escondidas debajo del pescado.

La familia Laniado es oriunda de España.  El Rabino Shemuel Laniado, escapó de España en la expulsión de 1492 y luego de una larga travesía llena de peligros, llegó a la ciudad de Adrianópolis (hoy en día Edirne) en Turquía. De Adrianópolis la familia Laniado se trasladó a Alepo (Aram Tsobá), la segunda ciudad más importante de Siria, que contaba con una población judía local my significativa.  A estos judíos locales se iban agregando cada vez más judíos que llegaban de España. Tenemos un curioso testimonio de un famoso viajero español, el capitán Domingo de Toral (1598-1640), que escribió en sus memorias «Relación de la vida del capitán Domingo de Toral y Valdés» que visitó Alepo, Siria,  en el año 1634 y que para su sorpresa había encontrado allí «más de 800 familias de judíos que hablaban el castellano» .
El nieto del Rab Laniado, que siguiendo la costumbre Sefaradí fue llamado Shemuel como su abuelo nació en Alepo, alrededor del año 1530. Su padre fue Abraham Laniado que ya era conocido en Alepo como un gran estudioso de la Toró y líder religioso.
En el año 1537 la familia del Rab Shemuel emigró a Yerushalayim, pero la situación de los Yehudim que habían allí en ese entonces era dificilísima. De Yerushalayim llegaron a Tsefat, donde se había establecido una comunidad Rabínica muy prestigiosa, bajo el liderazgo del famoso Rab Ya’aqob Berab.  Fue en este privilegiado entorno donde el Rab Laniado floreció. Estudió con los mejores maestros: en primer lugar, con el mismísimo Rabenu Yosef Caro, autor del Shulján Aruj. También estudió allí, según él mismo cuenta, con el Rab Moshé Cordobero,  un gran Qabbalista, filósofo, y director de la Yeshibá Portuguesa (sic) de Tsefat.  En Tsefat, también estudio con otros gigantes de la Torá y la Qabbalá como el Rab Moshé Alshej haQadosh y el Rab Jayim Vital.
Cerca del año 1570 los judíos de la ciudad de Alepo le enviaron una carta a Rabbi Yosef Caro, solicitándoles que les enviara a un Rabino que pudiera servir en la congregación. Necesitaban un rabino que comprendiera a los judíos locales y también a los refugiados que seguían llegando de España, y que tuviera el conocimiento suficiente para ser respetado por ambos lados.  El Rab Yosef Caro no lo dudó y les envió a decir que les mandaría איש אשר כמוני «Un hombre igual que yo». Lo que quiso decir es que enviaría a un rabino de «su misma categoría y autoridad». Esta difícil pero prestigiosa misión le fue encomendada al Rab Shemuel Laniado, quien se convirtió en el Rab principal de la comunidad judía de Aleppo, cuando falleció el Rab anterior, Rab Shemuel ben Yosef haCohen.
El Rab Laniado escribió numerosos libros, todos ellos comentarios Bíblicos. Muchos de esos libros nunca fueron publicados y permanecen todavía en manuscritos.
Hay 3 libros publicados del Rab Laniado: el más famoso se llama Kelí Jemdá, que es un comentario sobre los 5 libros de la Torá.  Para una demostración de su estilo y profundidad  presento aquí un breve pero innovador comentario sobre el famoso versículo  en Vayiqrá (Levítico 18:19): «Y amarás a tu prójimo como a ti mismo, Yo soy HaShem».
Así dice el Rab Laniado.
Este versículo nos enseña dos cosas.  En primer lugar, que todas las almas son como  «parte» de Dios [en cuanto a su origen], y siendo que el alma de un hombre y el alma de su prójimo surgen ambas del mismo Trono Celestial,  «amar a tu prójimo como a ti mismo» significa literalmente, que debes considerar que el otro es idéntico a ti. Dios «dio luz» a  tu alma y al alma de tu prójimo, él es como tú …y así como dos personas que nacen de la misma madre son «hermanos de sangre», desde el punto de vista espiritual los seres humanos somos «hermanos de alma». Y, en segundo lugar el versículo dice, «Yo soy HaShem»: si el amor por tu prójimo se asemeja al amor que tienes por ti mismo, …tu amor por el prójimo será considerado entonces como un reflejo de tu amor por Mí. Como si Yo, Dios, lo hubiera recibido.»
Otro de sus libros es «Kelí Yaqar», este es un comentario sobre los primero libros proféticos (Yehoshua, Shofetim, Shemuel, Melajim). Y en tercer lugar el libro «Kelí Faz», un comentario sobre el libro de Yesha’ayahu.
Muchos se preguntan por qué sus libros, los que se publicaron y los que no se llegaron a publicar (Kelí Golá, Kelim miKelim shonim, etc.), se llaman «Kelí…» que significa «recipientes» o «barriles». Los autores rabínicos, por lo general,  eligen títulos para sus libros que se relacionan con su nombre o con el acrostico del mismo, pero en el caso del Rab Laniado, fue un evento especial lo que justificó que llamara a sus libros «kelí» (y que a él mismo se lo conozca como «ba’al hakelim»).
Cuando el Rab Laniado viajaba en barco desde Israel para servir como Rab en Alepo, se hizo amigo de un desconocido, un comerciante europeo que llevaba varios «barriles» de pescado en salmuera, para venderlos en Siria. El comerciante, inesperadamente, murió durante la travesía.  El capitán del barco, siguiendo la costumbre de aquellos tiempos, ofreció vender al mejor postor los barriles de pescado para pagar los gastos del pasajero fallecido. El Rab Laniado los compró.  Una vez en Alepo,  llevó los barriles a su nueva residencia con la intención de venderlos en el mercado local. Pero cuando abrió los barriles descubrió que debajo del pescado había una gran cantidad de perlas.  Era una fortuna que le serviría para mantenerse dignamente por toda su vida. Y fue así que el Rab Laniado no sólo que rehusó recibir una compensación económica de la comunidad de Alepo sino que se mantuvo por sus propios medios y ayudó económicamente a muchos de sus hermanos judíos que necesitaban asistencia.  Para inmortalizar este providencial evento y agradecer a Dios por su fortuna decidió llamar a todos sus libros con el nombre de «kelim», «barriles». Como una manera de expresar:  «estos libros los pude escribir y publicar gracias a esos barriles de pescado que me permiten mantenerme con dignidad y disponer del tiempo para escribirlos».
También se puede interpretar este nombre como un hermoso gesto de reciprocidad: «Dios me regaló esos barriles (kelim) llenos de perlas, y yo le dedico a Él estos libros «kelim», que contienen ‘perlas’ de Torá» (peninim).
Desde ese entonces, y también  para diferenciarlo de su abuelo que también se llamaba Shemuel, se lo conoce como «Ribbí Shemuel Laniado baal hakelim (el autor de los libros que comienzan con palabra «keli»)
El Rab Laniado falleció en 1610 (o 1605) y muchos de sus descendientes fueron distinguidos rabinos de la comunidad de Alepo, Siria.



Rab Yehudá Moscato (1530-1593) y la veracidad del Cuzarí

Ribbí Yehuda Moscato nació en Osimo, Italia, en 1530. Fue rabino poeta y filósofo. Dejó Osimo en 1555 y se estableció en la ciudad de Mantova cuando la situación de los judíos empeoró bajo el Papa Pablo IV, uno de los prelados más antisemitas de la historia.  En Mantova obtuvo la instrucción de los más destacados rabinos de su tiempo: los hermanos Moshe, David, y Yehuda Provenzal y Azaria De Rossi. En 1587 se convirtió en el rabino principal de Montova.
El Rab Moscato fue educado en todas las áreas del conocimiento. Como muchos de sus contemporáneos, creía que los judíos deben aprender las artes y las ciencias, porque todo conocimiento humano deriva del conocimiento de la Torá y como dijo Maimónides, nos acerca más a la apreciación y el amor a Dios. En términos de su pensamiento,  siguió las ideas de los grandes filósofos judíos, Yehudá HaLevi y Maimónides.
El Rab Moscato también escribió poesía, especialmente «elegías» (poesía funeraria) en ocasión del deceso de amigos y académicos. Uno de sus poemas más famosos fue el que escribió  cuando murió Ribbí Iosef Caro (1585), el autor del Shuljan Aruj.
Aunque se estima que publicó una gran cantidad de obras, sabemos de dos libros publicados por el rabino Moscato. El primero de ellos es Nefutsot Yehudá. Este libro fue compuesto en Mantova y publicado en Venecia en 1589. Se trata de una colección de 52 sermones que parten del tema de las festividades judías como plataforma para abordar temas de filosofía, teología, ética, historia y otros temas que eran relevantes para el orador y para su audiencia. Estos sermones fueron pronunciados en hebreo y en italiano.
Una ilustración: El sermón número 11 se titula: «¿Qué debe hacer el hombre para vivir correctamente en este mundo y heredar su parte en el mundo por venir?» (מה יעשה האדם ויחיה בזה ובבא). Este sermón lo construyó alrededor del Salmo 15 del libro de Tehilim y explica que este salmo se puede dividir temáticamente en tres temas: las obligaciones del hombre hacia Dios, las obligaciones del hombre hacia los hombres, y las obligaciones del hombre hacia sí mismo. Y obviamente, cuando una persona se destaca en estas tres áreas, tendrá una vida digna en este mundo y accederá al mundo por venir.    El Rabino demuestra que también los Diez Mandamientos están divididos en estas tres categorías, según se expresa en: las acciones, las palabras y los pensamientos del hombre.El libro Nefutsot Yehuda fue traducido al Inglés por Gianfraco Milet y Giusepe Veltri y se puede encontrar en los libros de Google, ver aquí.
El segundo libro que conocemos del rabino Moscato es Qol Yehuda, el primer y más popular comentario del famoso libro «El Cuzari», del rabino Yehuda haLevi.
Un punto interesante abordado por el Rab Moscato es la historicidad, la veracidad histórica,  de lo que se relata en el Cuzari, en otras palabras, la afirmación de que los diálogos y debates entre un sabio judío, el «Jaber» Rabí Yitsjak haSangari, y el rey de los Kazares fue un evento real e histórico,  y no una ficción literaria del rabino Yehuda haLevi.
«¿No debería ser creído que la gran e impresionante historia que es la base y la esencia de este libro [El Cuzari] es verdadera y que realmente sucedió? Si no fuera así, ¿por qué el autor inventaría esta historia en su libro ? ¿Por qué escribiría en el comienzo de su libro:» Como ya se ha registrado y conocido de obras históricas, esto es lo que pasó con respecto a los Kuzarim, como se le conoce en los libros de Khazaria «? 
Hoy en día es aceptado, incluso por los historiadores más liberales, que los acontecimientos narrados en el Cuzarí tuvieron lugar en el siglo ocho, en los tiempos del Rey Khazar Bulán. Y que los Kazares se convirtieron al judaísmo en masa. Esto ha sido verificado en gran parte gracias a la correspondencia entre el rey de los Kazares , Yosef, y el Sabio judío y estadista Jasdai Ibn Shaprut ( 915-970) Para más datos sobre estos y otros fascinantes documentos que evidencian la conversión de los kazares (o jazares) al judaísmo ver este importante artículo en español escrito por Juan Pedro Pascal Labajos: 
Rabí Yehuda Moscato murió en Mantova, Italia, en 1593.
Para leer el libro Nefutsot Yehuda vea este link



Rab Menashé Ben Israel (1604-1657), el judío más famoso del mundo

Ribbí Menashe nació en la isla de Madeira, Portugal, en 1604, bajo el nombre de Manoel Dias Soeiro. Su familia se trasladó a Holanda, en los Países Bajos, en 1610. En aquel entonces, Ámsterdam era un importante centro de la vida judía en Europa. Allí, como muchos otros judíos que llegaban de Portugal, la familia de Ribbí Menashé retornó abiertamente al judaísmo.

El joven Menashé tuvo la mejor educación posible dentro de la tradición sefardí, que mantiene que los estudios seculares deben complementar los estudios religiosos. Sobresalió en sus estudios talmúdicos y en su conocimiento profundo del Tanaj. Dominaba todo el espectro del pensamiento judío, desde la escuela de Maimónides hasta los escritos de los más recientes cabalistas.

En el área secular, se destacó en las lenguas: hablaba diez idiomas y además poseía amplios conocimientos de medicina, matemáticas y astronomía. También estaba muy versado en la literatura clásica y en los escritos de los filósofos y teólogos gentiles. Este conocimiento le facilitó debatir con intelectuales gentiles y refutar sus ideas cuando eran contrarias al judaísmo.

En 1620, a la sorprendentemente temprana edad de 18 años, fue nombrado rabino de la comunidad sefardí y pronto se convirtió en uno de los predicadores más famosos de esa prestigiosa comunidad. Poco después de asumir este cargo, contrajo matrimonio con Raquel Soeiro, descendiente directa del rabino Don Yitzchak Abarbanel, con quien tuvo tres hijos. En 1626, estableció la primera prensa hebrea en Ámsterdam y, de hecho, en toda Holanda, llamada «Emet MeErets Titsmaj». En su imprenta utilizó un nuevo tipo de letra que más tarde sería copiado por muchas imprentas europeas.

En esos años, los holandeses colonizaron Brasil y muchos judíos de la comunidad de Ámsterdam, que eran grandes empresarios del comercio internacional, se mudaron a la ciudad de Recife, en la zona de Pernambuco. 

En 1638, Ribbí Menashé decidió visitar Recife y fue probablemente el primer rabino que visitó el suelo americano, pero al poco tiempo de estar allí regresó a Ámsterdam. Habían llegado a esa ciudad dos empresarios judíos portugueses muy importantes, los hermanos Abraham e Isaac Pereyra, que ofrecieron contratar al rabino Menashé para dirigir un Talmud Torá, un colegio judío, que ellos habían fundado en la ciudad.

Uno de los primeros libros de Ribbí Menashé fue «El Conciliador», escrito en español y luego traducido al inglés por Hayim Lindo. Este extraordinario libro (que yo cito varias veces en mi libro «Creación») tiene como objetivo conciliar todos los textos del Tanaj que parecen contradecirse entre sí. Uno de los primeros puntos que analiza, por ejemplo, es la aparente contradicción entre lo que la Torá describe durante los 3 primeros días de la Creación, «y fue la tarde y fue la mañana», y la aparente creación del sol en el cuarto día. Ribbí Menashé presenta 8 posibles respuestas para resolver este tema (los Sabios judíos, dicho sea de paso, explican que el sol y la luna fueron creados el primer día, en el primer acto de la Creación). En este libro, el rabino portugués refuta los argumentos de los autodenominados críticos de la Biblia. Fue una de las primeras obras escritas por un judío en un idioma moderno que despertó un gran interés en los lectores cristianos. Esto le valió a Ribbí Menashé una gran reputación en el mundo académico no judío. Con el tiempo, su fama como erudito y experto en todos los asuntos de aprendizaje y ciencia se extendió más allá de Holanda. Algunas de las personalidades más destacadas del mundo buscaron su amistad y consejo. Entre sus corresponsales y amigos no judíos se encontraban la reina Cristina de Suecia, el pintor Rembrandt, quien pintó su retrato, y el estadista y filósofo Hugo Grotius.

En 1644, Ribbí Menashé conoció a Antonio de Montezinos, un judío converso portugués que había viajado al Nuevo Mundo y se había adentrado en las entonces exóticas tierras y había conocido a los pobladores nativos de las Américas. Montezinos le contó que los indígenas de los Andes sudamericanos practicaban ciertos ritos y tenían ciertos símbolos que eran similares a los judíos y que en su opinión eran descendientes de las 10 tribus perdidas de Israel. Los coloridos relatos de Montezinos y la teoría de Ribbí Menashé respecto a lo que significa este descubrimiento en función de la llegada del Mesías quedaron registrados en uno de sus libros más famosos, que escribió en español: «MIKVE ISRAEL: La esperanza de Israel o el origen de los americanos». Este es el título original de este libro, que no sé por qué no se reimprime. Este descubrimiento impulsó las esperanzas de Ribbí Menashé, ya que el asentamiento de los judíos en todo el mundo se entendía como un signo de que el Mesías estaba llegando.

Unos años más tarde, escribió un extraordinario tratado histórico y filosófico dirigido a las autoridades de Inglaterra, exponiendo los argumentos a favor de la readmisión de los judíos en Inglaterra. Su carta a Cromwell, escrita en perfecto inglés, se puede leer aquí en este enlace de Hebrew books (https://hebrewbooks.org/52715), de donde habían sido expulsados en 1290. En 1653, Ribbí Menashé viajó a Inglaterra para solicitar formalmente la readmisión de los judíos. Allí fue recibido nada menos que por Oliver Cromwell. Sin embargo, se enfrentó con muchísimas dificultades, entre otras la exigencia de que para la readmisión, los judíos debían convertirse en masa al cristianismo.

Dejó Inglaterra triste por no haber logrado su objetivo y materialmente empobrecido, y regresó a Holanda en 1655. 

Entre sus obras más destacadas se encuentran:

  • Nishmat Jayim: Un tratado en hebreo sobre la resurrección de los muertos y la inmortalidad del alma. Es una obra fundamental en el pensamiento judío sobre la vida después de la muerte.
  • De Termino Vitae (1639): Un estudio en latín sobre la duración de la vida humana, que más tarde fue traducido al inglés en 1709.
  • De Creatione Problemata XXX (1635): Un análisis en latín sobre la creación, recientemente traducido al inglés y francés.
  • De Resurrectione Mortuorum (1636): Originalmente escrito en español y luego traducido al latín, trata sobre la resurrección de los muertos desde una perspectiva judía.
  • De la Fragilidad Humana (1642): Una reflexión filosófica y teológica sobre la naturaleza humana y sus limitaciones.
  • Piedra Gloriosa: Una obra acompañada de grabados realizados por Rembrandt, quien era su contemporáneo y conocido.
  • La Esperanza de Israel (1650): Escrita en español y latín, esta obra fue un esfuerzo por defender la idea de que las tribus indígenas de América del Sur podrían ser descendientes de las diez tribus perdidas de Israel, conectando este descubrimiento con la llegada del Mesías.
  • Vindiciae Judaeorum (1656): Una defensa apasionada de los judíos ante las acusaciones y prejuicios de la época, publicada en Londres.

También produjo un compendio ritual titulado Thesouros dos dinim, que ofrecía una guía práctica para las leyes y costumbres judías. Su obra se extendió más allá de las comunidades judías, influyendo en intelectuales cristianos y fortaleciendo los lazos entre diferentes tradiciones religiosas.

Nunca llegó a enterarse de que fue gracias a sus esfuerzos que Oliver Cromwell finalmente readmitió a los judíos en Inglaterra y les permitió practicar libremente su religión, ya que falleció en Ámsterdam ese mismo año, 1657. 

En el siglo XVII,  el Rabino Menashé ben Israel fue el judío más famoso del mundo.

Ribbí Menashe nació en la isla de Madeira, Portugal, en 1604, bajo el nombre de Manoel Dias Soeiro. Su familia se trasladó a Holanda, los Países Bajos, en 1610. En aquel entonces, Ámsterdam era un importante centro de la vida judía en Europa. Allí, como muchos otros judíos que llegaban de Portugal, la familia del Rab Menashe retornó abiertamente al judaísmo. Menashé tuvo la mejor educación posible dentro de la tradición sefardí, qu



El Rab Obadiá de Bertinoro (1455-1515) y la pobreza en Yerushalayim

SUS PRIMEROS AÑOS

El rabino Obadiá ben Abraham de Bertinoro, conocido popularmente como “Bartenura”, nació en el año 1455. Fue alumno del famoso Rabino Yosef Colón, מהריק, y ejerció como rabino de su propia ciudad, Bertinoro, en la provincia de Cesena, Italia. Allí se desempeñó también como banquero. Su nombre se menciona en la parte superior de la lista de banqueros autorizados para otorgar préstamos a los residentes cristianos en un documento oficial del Papa Inocencio VIII, fechado el 12 de febrero de 1485. Al cumplir sus 30 años decidió establecerse en la tierra de Israel, y específicamente en Yerushalayim, Jerusalem. Tenemos detalles muy minuciosos de su viaje a Israel –que en esos tiempos no era ni fácil ni corto– ya que muchas de las cartas que describen esta travesía fueron encontradas y publicadas, como lo mencionaremos más adelante.

DE ITALIA A JERUSALEM

A finales de 1486 abandonó su ciudad natal. Pasó por Roma y Nápoles y finalmente llegó a Palermo, Sicilia, donde permaneció tres meses, y cada Shabbat prounicaba el sermón,  en la sinagoga local. En Palermo, la ciudad principal de Sicilia,  vivían alrededor de 850 familias judías, todas en una mismo barrio situado en una de las mejores areas de la ciudad. Los judíos de allí eran artesanos, herreros o estibadores. Y trataron de convencerlo para que se quedara como Rabino de esa comunidad, pero rehusó el ofrecimiento porque su mayor deseo era establecerse en Yerushalayim. Viajó a través de Rodas, Grecia,  hacia Alejandría, Egipto, donde llegó a principios de 1488. De Alejandría procedió a El Cairo, donde el Rab Natan ha-Kohen Shoulal, dirigente principal de la comunidad local (naggid), lo recibió con grandes honores. También allí le ofrecieron permanecer como rabino, indicándole entre otras cosas que la situación de los judíos en Jerusalem era muy precaria,  pero nuevamente se negó. Continuó su viaje a través de Gaza —que en ese entonces era la cuarta ciudad con mayor población judía de Israel (luego de Jerusalem, Safed y Hebron) y de allí se trasladó a Hebrón. Finalmente llegó a Yerushalayim en la víspera de Pésaj de 1488. A su  llegada fue recibido por el rabino de la ciudad,   y se hospedó en su casa por el resto de la festividad. 

SI ME OLVIDARE DE TI, OH JERUSALEM…

En esos años Jerusalem estaba bajo el control de los mamelucos, un grupo musulmán que dominó la ciudad hasta 1517.  En Jerusalem vivían unas 4.000 familias gentiles, musulmanes y cristianos. La comunidad judía local contaba con aproximadamente 70 familias. Muchos judíos habían muerto de hambre, literalmente.  Los más pudientes habían escapado de la ciudad santa por los exorbitantes impuestos que les demandaban los mamelucos. Los pobres no tenían donde ir y su vida se hacía  insostenible.    Según escribe el Rab Obadiá: “en la ciudad había muchas viudas y ancianos pobres…  los que tienen un poco de pan para comer…se consideran ricos… “.   El rab Obadiá también cuenta  que quien lo recibió al llegar era un rabino italiano, Ya’aqob de Colombano. Este rabino era tan pobre que únicamente se permitía comer un pedazo de pan durante Shabbat, mientras que durante la semana se alimentaba de las vainas secas de algarrobo que los productores desechaban después de producir la famosa “miel de algarrobo” o algarrobina (ver aquí https://es.wikipedia.org/wiki/Algarrobina). 

LAS SINAGOGAS

El Rab Obadiá también escribe que unos años antes de su llegada había en Jerusalem unos 300 Sifré Torá—rollos de Torá rituales que se leen en la Sinagoga. Pero ahora virtualmente ya no quedaban más. Los “me’ilim» , es decir, las fundas decoradas hechas de telas finas que envuelven a estos rollos, y sus adornos que muchas veces se hacen de metales preciosos,  habían desparecido ya que las sinagogas eran frecuentemente saqueadas. La única Sinagoga que funcionaba en Jerusalem era muy precaria, estrecha y oscura.   Sin embargo, el Rab nota que había algo muy especial en Jerusalem: las plegarias. Que no eran comparables en su belleza con ningún otro lugar en el cual él había orado. Los sábados por la mañana, escribe el rabino, «los hombres se levantan una o dos horas antes del amanecer a cantar las dulces plegarias ” conocidas como “baqashot”. Luego recitaban el Kaddish, y entonces dos oficiantes (jazanim) comenzaban las plegarias con la recitación del Shemá Israel, al salir los primeros rayos del sol (vatiquin).

CORRUPCION

El Rab Bartenura se queja de la corrupción generalizada en Jerusalem. Cuenta como ejemplo que un hombre musulmán mató a su propia madre, degollándola con un cuchillo, en un ataque de ira. Cuando lo trajeron ante el tribunal local, el asesino se justificó diciendo que estaba borracho. Como sabemos, los musulmanes tienen prohibido en su religión beber alcohol, y por lo tanto,  no producen ni venden bebidas alcohólicas. ¿Cuál fue entonces el veredicto de los jueces? El tribunal culpó a la comunidad judía por haber producido el vino que provocó a este hombre emborracharse y asesinar a su madre. Los jueces, que siempre buscaban obtener algún beneficio económico,  impusieron a la comunidad judía pagar una multa de 6 monedas de oro «por el crimen cometido», y el asesino quedó libre.

DESDE TUS RUINAS TE CONSTRUIRÉ

Al principio el Rab Obadiá tuvo que hacerse cargo personalmente de todas las necesidades materiales de la comunidad. Incluyendo cavar las tumbas en el cementerio judío y enterrar a los muertos, ya que nadie más podía dedicarse a este deber religioso. El Rab Obadiea decidió abocar todos sus esfuerzos a recaudar fondos para ayudar a la población judía de Yerushalayim y evitar que esta ciudad quedara sin poblacion judía. Sus amigos y conocidos en Italia le proporcionaron generosamente el dinero necesario para asistir a los pobres. Con el tiempo y gracias a la solidaridad de los judíos italianos y de otros países pudo establecer instituciones de beneficencia y asistencia médica para los enfermos. Emanuel Hai Camerino de Florencia, a quien el rabino Obadiá le había confiado la administración de sus propiedades en Cesena, le enviaba 100 ducados (monedas de oro) al año, a lo que él añadía otros 25 ducados de su propio bolsillo para la caridad, junto con otros donativos de parte de los familiares y amigos del Rab Obadiá.  Así la comunidad judía fue creciendo y también el nombre de su principal benefactor:  el Rab de Bertinoro, que desde que llegó a Jerusalem, trajo su bendición.   Al cabo de unos años, gracias a la excelente reputación de integridad que tenía el Rab Obadiá en Jerusalem, los mismos musulmanes acudían a él para que resolviera disputas legales y conflictos comerciales, ya que sabían de su honestidad.

DE CASTILLA A JERUSALEM

En 1492 el mundo judía fue sacudido con la notica de la expulsion de los judíos de España. Los refugiados no tardaron en llegar a Turquía, Egipto, Safed  y también a Jerusalem. El rabino Obadiá se convirtió en el líder espiritual de estos refugiados y los ayudó a sostenerse materialmente, ya que llegaban sin dinero, y para quedarse en la ciudad debían pagar un impuesto a los mamelucos, el yiziá, que se cobraba por cabeza. Lo que significaba que con el aumento de la población judía los pesados impuestos se incrementaban cda vez más. Sin embargo, luego de unos pocos años, estos judíos que habían llegado de España sin nada, pero que tenían oficios y estaban entrenados en el comercio internacional, comenzaron a crecer económicamente, y la comunidad judía de Yerushalayim comenzó a florecer. Como muestra de su enorme gratitud, los exiliados de España le hicieron al Rab Obadiá de Bertinoro el mejor regalo que él podía haber soñado: le construyeron su propia Yeshibá (academia rabínica) en Yerushalayim. ¡Esta fue la primera Yeshibá en Jerusalem luego de 1200 años! 

El Rab Obadiá fue declarado como “abi hayishub”, patrón o benefactor máximo de la ciudad de Jerusalem.

Murió en 1515 y su cuerpo descansa en el Har HaZetim (Monte de los Olivos)  el cementerio más famoso de Yerushalayim y del mundo judío.

REVIVIENDO EL IDIOMA HEBREO

El Rab Obadiá de Bertinoro es conocido principalmente por su comentario a la Mishná. La Mishná comprende las tradiciones orales rabínicas, es decir, la aplicación y los detalles de todas los preceptos de la Torá. La Mishná se estudia por lo general junto con la Guemará,  o Talmud, que la explica, la expande y elabora sus detalles.  Maimónides fue el primer rabino que escribió un comentario independiente sobre la Mishná, basado obviamente en las explicaciones de la Guemará. El rabino Obadiá siguió su ejemplo y escribió su propio comentario sobre la Mishná, que se convirtió en el más popular durante siglos. Al punto que es difícil encontrar una edición de la Mishná que no contenga su comentario.  ¿Por qué razón el libro del Rab de Bertinoro fue más aceptado que el comentario de Maimonides?  Porque a diferencia de Maimónides que escribió originalmente en árabe, el comentario del rabino Obadiá fue escrito en hebreo.

Aparte de este comentario, el Rab Obadiá escribió tres famosas cartas que describen su travesía y que contienen invaluables descripciones de la gente y las costumbres de las comunidades judías que visitó en el camino, desde Italia hasta Jerusalem. Estas cartas fueron escritas a su padre y a su hermano y se publicaron con el nombre «Darjé ión» y «HaMasa le-Eres Yisrael”. 




El Rab Moshé Miterani (1500 -1580) y qué hacer en tiempos de epidemia  

LA VIDA DEL RAB MOSHE

El Rab Yosef de Tirani escapó de España en la época de la expulsion, 1492, y llegó hasta Salónica, Grecia. Allí, en el año 1500, nació su hijo Ribbí Moshé.  A los 18 años Ribbí Moshé logró viajar a Israel y se instaló en la ciudad de Tsefat, (Safed) donde se estaba desarrollando una pequeña colonia judía, liderada por el famoso Rab Ya’aqob Berab.  Tsefat llegó a ser el centro judío más importante del mundo en el siglo XVI. Y la influencia de los Rabinos que allí se formaron continúa hasta hoy en día.   El Rab Miterani, también conocido como Mabbit (מבי»ט) fue uno de ellos.  Alrededor del año 1530 el Rab Miterani recibió su Semijá, junto con Ribbí Yosef Caro, el famosísimo autor del Shulján Aruj.  El rab Yosef Caro y el Rab Miterani fueron compañeros inseparables y sirvieron juntos en la Corte Rabínica, Bet Din de Tsefat, este último por 54 años. El rab Miterani sucedió al rab Yosef Caro como jefe del Bet Din cuando éste falleció en 1575.  El Rab Miterani vivió hasta los 80 años.  Dejó hijos que siguieron su vocación rabínica y escribió varios libros. Sus más famosos libro de Halajá fueron Quiriat Sefer y Sheelot UtShubot Hamabit. También escribió un libro muy importnate llamado BET ELOQUIM, del cual les quiero contar hoy. 

BET ELOQUIM

El libro está dividido en 3 partes: la primera habla sobre Tefilá la plegaria. La segunda parte sobre la Teshubá, el arrepentimiento. Y la tercera parte, Yesodot, sobre las ideas, las creencias y los fundamentos filosóficos del judaísmo. En la primera parte, capítulo 16 el rab Miterani se refiere al «déber», es decir las epidemias mortales que de vez en cuando se presentan en el mundo y azotan ciudades, pueblos, países, o en tiempos de globalización, al mundo entero.  Primero describe las epidemias más famosas mencionadas en el Tanaj. El evento de Pinejás, cuando en un día murieron 24.000 personas.  El de Qoraj, donde fallecieron 14.700. Y finalmente la epidemia que azotó a Israel en los tiempos del rey David, donde fallecieron 70.000 personas. 

ADULTOS O NIÑOS ?
El Rab Miterani menciona las epidemias que afectaban al mundo en su propio tiempo y señala las diferencias con las bíblicas. Según leemos en el texto, afectaban más que nada a los adultos, particularmente hombres. Un castigo divino para aquellos que obraron mal.  La muerte en esas plagas era inmediata, súbita y la plaga era de corto alcance. Podía terminar en un día.  Las plagas en los tiempos del Rab Miterani no eran súbitas, sino que como en nuestros días, podían prolongarse por semanas o meses. Se cobraban víctimas diariamente y algunos de los que se enferman, se recuperaban.   Lo más dramático que escribe el Rab Miterani es que las plagas y epidemias de su tiempo afectaban en su mayoría: “a los niños y niñas inocentes תינוקות של בן רבן.  Algo similar ocurría en los tiempos de la influenza en 1918, que afectaba a jóvenes adultos y mujeres embarazadas.    Cuando leí esto me puse a pensar que dentro de toda la locura que estamos viviendo tenemos que apreciar que Baruj Hashem este virus no está afectando a niños y adolescentes, es decir, los niños pueden contraer  el virus y tener síntomas de un resfrío común, pero a diferencia de lo que ocurre con los más ancianos, el joven sistema inmunológico de los niños y adolescentes es efectivo y logra superar al virus.  

NO ARRIESGARSE INNECESARIAMENTE

El Rab Miterani dice que a diferencia de las plagas divinas citadas en la Torá, las epidemias  contemporáneas  pueden parecernos un fenómeno “natural” . El Rab cita a los doctores de su época que explicaban que “el aire enrarecido que uno respira lo hace morir”. De todas maneras, explica el rab, en nuestros tiempos el Creador actúa «undercover», y el veredicto final es el veredicto Divino.  Él decide en última instancia y por vías misteriosas quién vive y quién no, como decimos en las Tefilot de Rosh haShana. Pero el rab menciona una excepción: aquellos individuos que se arriesgan innecesariamente y se exponen negligentemente al contagio. וקצתם שאינם מחויבים אז בעונש ההוא אלא שהם מסתכנים בעצמם לעמוד במקום הסכנה ואינם ראויים לשיעשה להם נס ונדבק  בהם החולי ההוא במדינה, ואם טבעם מוכן להסתכן בחולי ההוא הם מסתכנים, והוא יתברך יודע בחירתם וחותמם למיתה  “Incluso si alguien no estaba destinado a morir, pero se expuso y fue o se quedo en un lugar peligroso, donde no debería estar,  es posible que eso lo condene a morir.”  Debemos tener en cuenta las palabras del Rab Miterani y no arriesgarnos. Y recordar además que si bien los mas jóvenes no corren peligro de muerte al estar infectados, pueden ser portadores de este virus y contagiar a los mayores al estar en contacto con ellos o con alguien que esté en contacto con ellos.  TODOS PODEMOS CONVERTIRNOS EN PORTADORES INVOLUNTARIOS. Y los abuelos son los que más expuestos están a esta pandemia. ¡Debemos protegernos para protegerlos a ellos!.

¿QUE HACER AHORA?

Si bien el Rab deja abierta la difícil pregunta de por qué le pasan cosas malas a la gente buena o inocente, nos explica cómo reaccionamos los Yehudim en tiempos de tragedias. 

 וירבה בתפילה וצדקה ותחנונים לפני הא-ל יתברך בתשובה ומעשים טובים  

Tefila, rezándole a Dios,  pidiendo que sane a los que están enfermos y rogándole que proteja a los que están sanos.  

Tsedaqa, ayudando y asistiendo con recursos a los que están siendo más afectados por esta epidemia. 

Teshubá, arrepintiéndonos de nuestras malas acciones. Tratando de mejorar la observancia de Su Torá. 

Ma’asim Tobim, convirtiéndonos en mejores personas. Mejores padres, mejores hijos, mejores esposos.   

Rezamos para que pronto, B’H,  esta epidemia termine y volvamos a la normalidad, que seguramente ahora valoraremos más que nunca! 

TEFILA COMPANION

estos son algunos audios de Tefilot, plegarias diarias, para los que están en sus casas y tienen que rezar por sí mismos.

https://halakhaoftheday.org/2020/03/16/tefila-companion/

P.D. Tengo muchos pedidos ara hacer clases por Facebook Live. Seguramente pronto lo voy a intentar.  Pueden seguir mi página en español aquí.   https://www.facebook.com/HALAJAOFTHEDAY5778/




El Rab Yehudá Benattar (1655-1733) y la ostentación en las fiestas comunitarias

LA COMUNIDAD JUDIA DE FEZ

Los primeros datos que tenemos acerca de la comunidad judía de la ciudad de Fez son del siglo VIII. En ese entonces se dice que ya vivían allí unos 15.000 judíos. 

Fez fue famosa por ser la ciudad donde una de las más grandes luminaria rabínicas de todos los tiempos, el Rab Isaac Alfasi (1013–1103, el apellido “Alfasi” significa: oriundo de Fez) instaló y operó su famosa Yeshibá, academia de estudios rabínicos.

Por Fez también pasó nada menos que Maimónides, quien vivió allí por unos años antes de instalarse en Egipto.

Fez fue también el primer destino de muchos de los refugiados judíos que fueron expulsados de España y Portugal en 1492 y 1497. 

La comunidad judía de Fez también sufrió hambre, sequías, incendios, persecuciones y matanzas. La primera matanza ocurrió en el año 1033 cuando un numeroso grupo de extremistas musulmanes invadió el barrio judío y asesinó a los más de 6.000 judíos que residían en ese entonces en Fez. Solo sobrevivieron 4 hombres y 5 mujeres. Alo similar ocurrió a mediados del siglo XV. 

En el año 1947 vivían en Fez más de 22.000 judíos, de un total de 250.000 judíos residían en Marruecos.  A partir de 1948 la mayoría de los judíos de Marruecos emigró a Israel, Francia, Canadá, Venezuela, etc. Hoy todavía viven en Fez alrededor de 100 judíos. 

ESTUDIAR Y TRABAJAR

El rabino sobre el cual escribiremos hoy se llamaba Yehudá Benattar (o Ben Attar). Nació en Fez en el año 1655. Sus maestros pertenecían las grandes dinastías rabínicas de esta ciudad.  El Rab Vidal Sarfatti y el rab Menajem Seriro (o Serilio).  Desde una temprana edad el rab Benattar se destacó como una gran luminaria rabínica. A los 23 años perdió a su padre, que hasta ese entonces lo mantenía para que pudiera estudiar. A partir de ese momento se dedicó a la orfebrería de oro. Trabajaba para judíos y musulmanes . Y como era un gran artesano y muy honesto se hizo famoso en su oficio.  Cuentan que hasta el día de hoy algunos residentes musulmanes de Fez dicen que poseen anillos hechos por el Rab Benattar, y lo consideran de un valor incalculable, y lo usan como un talismán. 

Su trabajo no lo prevenía del estudio de la Torá. Cada día, luego del rezo de la mañana (shajarit) el rab Benattar se dirigía a su taller y una vez que había ganado el dinero necesario para mantenerse en esa jornada cerraba su negocio y se dirigía a su Yeshibá a estudiar, enseñar y escribir. 

RABINO Y MAESTRO 

Los grandes conocimientos y la formación del rab Benattar fueron reconocidos por todas las personalidades rabínicas de Fez. Y en 1698 el Rab benattar fue elegido por todos los rabinos locales como el Ab Bet Din, Jefe de la Corte Rabínica de la comunidad, el cargo más alto que un rabino podia tener allí.

El famoso rab Jidá (Jayim Yosef David Azulay, que escribió una breve historia  de los rabinos sefardíes, cuenta que a pesar de su alto cargo y su completa dedicación a la comunidad, el rab Benattar decidió no recibir compensación por su trabajo comunitario y continuó durante toda su vida en su trabajo de orfebre. 

El Rab Benattar tuvo muchísimos alumnos. Prácticamente todos los estudiantes rabínicos de Fez se consideraban sus discípulos. Implementó un sistema de enseñanza que no era muy común en esa época. Para que sus alumnos aprendieran oratoria y estuvieran preparados para dar sermones en público, los hacía hablar en público cada Shabbat a la hora de Minjá. El Rab supervisaba la preparación de los sermones y los editaba y luego, muchos de estos sermones junto sus propios discursos, fueron puestos por escrito en uno de sus famosos libros: Minjat Yehudá, una colección de discursos (derashot) sobre la Perashá de la semana.  Este libro permaneció en manuscrito por siglos. Fue impreso por primera vez en la ciudad de Maknez (en español Mequinez), en el año 1940, ver aquí. El rab escribió otros libros, algunos de los cuales todavía permanecen en manuscrito. Otros se han perdido o sabemos de ellos porque han sido citados por otros autores. Uno de sus libros mas famosos se llama Shir Mijtam, un libro muy original ya que contiene las leyes de Kashrut (específicamente, shejitá y terefot) en forma de poesía, con los comentarios de su hijo, el rab Obed Benattar (Ver aquí, edición de Varsovia 1880). 

RABINO y LIDER COMUNITARIO 

El Rab Benattar no solo fue un erudito en materia de Torá sino que también fue un gran líder comunitario. Entre otras cosas estableció ciertas taqanot, esto es, decretos o regulaciones que los rabinos establecen para corregir algunos hábitos perjudiciales para la vida comunitaria.  

Una de estas taqanot se implementó para limitar el exceso en la celebración de fiestas religiosas. Resulta que las familias más acaudaladas de la ciudad gastaban excesivamente en la celebración de las bodas, y la clase media no se quería quedar atrás. Esto hacia que muchos judíos tomaran prestamos y se endeudaran para no pasar vergüenza frente a los que tenían más. El Rab Benattar estableció limites para el número de celebraciones a realizar (compromisos, apalabramientos, boda, sheba berajot, etc.) , para la cantidad de invitados, y hasta para el menú y la calidad de la  comida que se debía servir.  Las bodas debían celebrarse con moderación, sin ostentar y de una manera  accesible para la mayoría parte de la comunidad.

Para la sorpresa de muchos, este decreto fue bien recibido y finalmente adoptado por la comunidad. 

¿Por qué?

El secreto del éxito del Rab Benattar como líder rabínico es que no era solamente respetado por su comunidad, el Rab Benattar era amado por su comunidad. De manera  que cuando él emitía un juicio crítico hacia la comunidad lo hacia desde un lugar positivo, paternal, para corregir y no para criticar, y así eran sus palabras recibidas también por su comunidad.  

El Rab Benattar falleció en 1733 a la edad de 77 años. 

Fue uno de los rabinos más influyentes en la historia de la comunidad judía marroquí. Al punto tal que sus veredictos rabínicos, sus taqanot y sus opiniones halájicas son hasta el día de hoy la base de la práctica de los judíos marroquíes, que hoy en día BH suman más de medio millón de almas.    




El Rab Yosef de Terani (1569-1639) y los mecenas de Constantinopla

LA VIDA EN ERETS ISRAEL
El Rabino Yosef de Terani (o “Miterani” רבי יוסף מטראני) nació en Safed, Israel, en 1569 y es considerado uno de los principales talmudistas de su generación. También es más conocido por las iniciales de su nombre “Maharit” (hebreo: מהרי»ט). Su padre fue el famoso rabino Moshé de Terani , autor de Bet Eloqim, que murió cuando Yosef tenía 12 años. Desde esa corta edad el Rab Yosef fue adoptado, y se transformó en el alumno predilecto del gran Sabio Ribbí Shelomó Sagis.  El Rab Yosef se casó en 1586. Ese mismo año se desató una gran plaga en Safed que cobró la vida de miles de Yehudim y entre ellos la de su maestro y padre adoptivo el Rab Sagis.  El Rab Yosef tuvo que abandonar la tierra de Israel y escapó a Egipto, donde vivió con su hermano Shelomó –que era rabino allí– por 15 años.  Durante todo ese tiempo se dedicó al estudio intensivo del Talmud. Cuando regresó a la tierra de Israel vivió en Safed y luego en Yerushalayim donde escribió el libro “Tsurat haBayit”, que describe el diseño y los detalles de la arquitectura del Bet haMiqdash. Este libro, lamentablemente, se ha perdido y solo nos llegaron algunas citas del mismo que fueron copiadas en el libro de uno de sus alumnos, el Rab Jayim Alfandari.  El Rab Yosef en esta época ya era famoso y le llegaban preguntas de todas las comunidades judías del mundo.  Pero la vida en Erets Israel era muy difícil y el Rab Yosef y su familia sufrieron pobreza, enfermedad y persecuciones.
DE SAFED A CONSTANTINOPLA
Al cabo de uno años,  luego de haber servido como Rabino principal de Safed, el rab Yosef se trasladó a la ciudad de Constantinopla, en Turquía, donde había una gran comunidad judía fundada por los judíos expulsados de España, Sefaradim. En Constantinopla el rab Yosef fue recibido con mucho entusiasmo por los hermanos Ben Ya’ish, que eran importantes benefactores y mecenas judíos.  Los hermanos Ben Ya’ish alojaron al Rab Yosef en su hacienda y le ofrecieron mantenerlo a él y a su familia con dignidad mientras se dedicaba a enseñar Torá y escribir sus libros. En la hacienda de los hermanos Ben Ya’ish el Rab estableció su propia Yeshibá o academia rabínica a la cual llamó “Qahal Qadosh Gerush”, la santa congregación de los refugiados de España.  A partir de este momento las penurias el Rab Yosef terminaron y ya sin preocupaciones materiales el rab Yosef se dedicó plenamente a enseñar Torá. Su Yeshibá se convirtió en un semillero de jóvenes rabinos que llegaban de todas partes del mundo a estudiar con el Rab Yosef. Sus hijos cuentan que la Yeshibá tenía más de 80 alumnos que estudiaban directamente con el rab Yosef.
RABINO DE TURQUIA
Luego de 20 años de haber llegado a Turquía el Rab Yosef fue elegido también como el rabino principal de Constantinopla, lo que confería el titulo de Jajam Bashi, rabino principal de Turquía, que en ese entonces era la comunidad judía más próspera del mundo judío. Aparte de seguir al frente de la enseñanza, el Rab Yosef se dedicó a mejorar todo el aspecto de asistencia social comunitaria y entrenó a sus propios alumnos para esta importante tarea. Sus alumnos se ocupaban personalmente de ir a visitar enfermos, consolar a los dolientes, alegrar a los novios y por supuesto, distribuir comida, ropa y todo lo que fuera necesario para los pobres, las viudas y los huérfanos. Entre sus estudiantes se destacan por ejemplo:  Ribbí Aharón DeLapapa, Ribbí Jayim Benveniste, Ribbí Jayim Algazi, y muchos más.
SUS ULTIMOS DESEOS
El Rab Yosef tuvo varios hijos, todos ellos grandes Sabios en Torá.
Antes de morir le encomendó dos cosas a sus hijos. 1. Que publicaran sus libros, que estaban en manuscritos. Y 2. que llevaran sus restos a la tierra de Israel para que pudiera ser enterrado cerca de su padre.  Al poco tiempo de fallecer, en 1639, sus hijos cumplieron fielmente con sus dos deseos.
SUS LIBROS
Entre los libros del Rab Yosef Miterani se destaca su colección de 152 preguntas y respuestas que fueron publicadas en Constantinopla en 1641.
En este link se puede obtener otro libro del Rab Yosef , Tsafnat Pa’aneaj, (Frankfurt, 1694) un comentario sobre la Torá. En las primeras páginas de este libro, por ejemplo, el Rab Yosef explica desde 15 ángulos diferentes cuál fue el pecado del primer hombre, cómo es que este pecado hizo que el hombre descubriera su desnudez, y por qué el Creador lo vistió con una vestimenta de cuero (o “luz”, de acuerdo a Ribbí Meir).
SU TUMBA
Sus hijos llevaron sus restos a Safed y enterraron allí a su padre. Por alguna razón (que desconozco) el lugar de su tumba no se conoció por siglos. Pero fue identificada en  2008 por el Rabino Shelomó Epsteinen en el viejo cementerio de Tsefat, al lado del tumba del rab Moshé Alshej .



El Rab Abraham Azulai (1570-1643) y la espada del Sultán

De FEZ a HEBRÓN
El Rab Abraham Azulai nació en la ciudad de Fez, Marruecos, en 1570. La ciudad de Fez fue un centro judío muy importante desde la época de los Gueonim. Tenemos referencias de Rab Sherira Gaón (906–1006), que escribió dictámenes rabínicos para la comunidad de Fez. La figura rabínica más ilustre de Fez fue Rabí Itzjak Alfasi (Rif, 1013–1103), uno de los rabinos más importantes de la Edad Media y uno de los pilares halájicos en los que se basan las decisiones del Shulján Aruj. La comunidad judía de Fez atravesó épocas de esplendor y decadencia. Cuando comenzó la Inquisición y las expulsiones en España, muchos refugiados judíos sefaradíes se refugiaron en Fez, especialmente tras la expulsión de 1492. La familia del Rab Azulai provenía de Castilla, España. Aunque por mucho tiempo Fez fue un centro vital de estudios de Torá, en los tiempos del Rab Azulai la ciudad estaba lejos de ser un paraíso. Aparte de las constantes persecuciones por parte de extremistas musulmanes, la región sufría de pobreza, sequías e incendios frecuentes. El Rab Shaul Serero cuenta que en la comunidad judía de Fez morían de hambre entre 10 y 20 personas por día. Tras una sequía que duró más de tres años, el Rab Azulai decidió abandonar Fez y dirigirse a la tierra de Israel. Esto ocurrió alrededor del año 1615. Los viajes en barco eran muy peligrosos. Cuando el barco en el que viajaba el Rab llegó cerca del puerto de Capotakia (Port Said), una gran tormenta destruyó su embarcación y todas sus pertenencias se hundieron. Milagrosamente, logró salvar su vida y llegar a la costa (se presume que nadando). Este milagro marcó profundamente al rabino, quien en señal de agradecimiento eterno a Dios por haberlo salvado, diseñó su firma con la forma de una embarcación.

De HEBRÓN a GAZA
Una vez que llegó a Israel, el Rab Abraham Azulai se estableció en la ciudad de Hebrón (Kiryat Arba), donde se relacionó con grandes rabinos de su generación, como el Rab Eliezer Arja. Sin embargo, en el año 1619, una epidemia devastadora lo obligó a abandonar Hebrón y trasladarse a Yerushalayim. Poco después, la plaga también alcanzó Jerusalén, por lo que el Rab Azulai decidió establecerse en la ciudad de Gaza, donde vivió durante varios años. En aquel tiempo, Gaza era una ciudad próspera y estratégicamente ubicada en el centro de la ruta comercial entre Siria y Egipto. Alrededor de 70 familias judías residían allí, dedicadas en su mayoría al comercio y a la agricultura. Durante el dominio otomano —Gaza formaba parte del distrito administrativo de Damasco desde 1517— la ciudad gozó de una relativa estabilidad. Esto permitió el florecimiento de una pequeña pero significativa comunidad judía, compuesta mayoritariamente por sefardíes descendientes de los expulsados de España y Portugal. La vida judía en Gaza se centraba en el estudio, la enseñanza y la práctica religiosa. El ambiente espiritual de la ciudad estaba fuertemente influenciado por la mística judía, y Gaza se convirtió en un centro de resonancia cabalística vinculado a la escuela del Arí z»l de Tsfat. La figura rabínica más destacada de ese período fue Ribbí Israel Najara —originario de la ciudad española de Nájera—, rabino principal de Gaza entre 1620 y 1625 y célebre poeta litúrgico. Su tumba fue venerada y cuidada durante generaciones. La importancia espiritual de Gaza también fue reconocida por viajeros judíos. Ribbí Moshe Basola, un visitante italiano que recorrió la región en 1522, dio testimonio de la vitalidad de su comunidad judía. Algunos describían a Gaza como un lugar dotado de ruaj kedoshá, un espíritu de santidad. No obstante, a partir del siglo XVIII, la presencia judía en la ciudad comenzó a declinar paulatinamente. Durante su estadía en Gaza, el Rab Azulai escribió dos de sus obras más significativas. La primera, un comentario al Zohar titulado Jesed LeAbraham (“La bondad que Dios hizo con Abraham”), fue concebida como una expresión de gratitud a HaShem por haberlo salvado de dos epidemias mortales. La segunda obra, Ba’ale Berit Abraham, es un comentario místico sobre la Torá, profundamente influenciado por la espiritualidad de su tiempo.

COMENTARIO SOBRE LA MISHNÁ
Uno de los libros menos conocidos del Rab Azulai es “Ahavá Bata’anuguim”, un hermoso y extenso comentario sobre la Mishná. Que lamentablemente no es tan conocido como sus libros de misticismo. En este libro el Rab Azulai explica el significado elemental de la Mishná, siguiendo los pasos de Maimónides, e incorporando los comentarios del Talmud, los midrashim y otros famosos libros, incluyendo el mismo Shulján Aruj. Este libro fue publicado en Israel recientemente (1985) en forma parcial (Seder Neziquín). Y la introducción de esta nueva edición fue escrita nada menos que por el Rab Obadiá Yosef (ver https://tablet.otzar.org/#/book/147034/p/15/t/1/fs/0/start/0/end/0/c). Cuando la plaga terminó, el Rab Azulai regresó a Hebrón, donde vivió hasta el final de sus días.

La obra de Ribbí Abraham Azulai sobre la Mishná representa una contribución excepcional dentro del estudio rabínico clásico, no solo por su profundidad sino por el espíritu con el que fue escrita. Su comentario se caracteriza por un enfoque claro, conciso y profundamente respetuoso hacia los sabios anteriores. A pesar de su vasto conocimiento, Ribbí Abraham rehusaba reinterpretar lo que ya había sido explicado por los grandes rishonim y ajaronim. Más bien, buscaba transmitir la Mishná con una mirada renovada, pero sin quebrar la cadena de la tradición. En sus propias palabras, declaró que no saldría de lo que fue recibido “si no es por completo”, y afirmó con humildad: “Nunca se me ocurrió algo que no estuviera ya insinuado por nuestros sabios anteriores”. Este equilibrio entre reverencia y renovación se expresa con fuerza en su descripción del estudio como “Ahavá Bata’anuguim” —un amor espiritual y placentero por la Torá—, concepto que impregna todo su comentario. Su intención no era únicamente aclarar la letra de la Mishná, sino despertar en el lector un deleite interior por las enseñanzas éticas, místicas y morales que encierra. El estilo de Ribbí Abraham es dulce y penetrante, cargado de sensibilidad espiritual, y su objetivo no era dictaminar halajá, sino guiar el alma del lector hacia un vínculo emocional con la Torá. Esta dimensión lo distingue radicalmente de muchos de sus contemporáneos y lo coloca en una categoría única: la de aquellos que enseñan no solo con sabiduría, sino con amor. Su influencia alcanzó a alumnos notables, como Ribbí Shlomó Solomon de Tzfat y Ribbí Nissim ben Malka, autor de Be’er Sheva, prolongando así su legado más allá del tiempo y del lugar en que vivió.  Presentamos en este link (https://www.dropbox.com/scl/fi/7p5g30uhv3qwsl0i8xvdv/Hebrewbooks_org_5281.pdf?rlkey=snwfo2yq07ses2706nq7cscfb&e=1&dl=0 ) el comentario del Rab Azulai sobre la Mishná de Pirqué Abot

LA ESPADA EN LA CUEVA DE MAJPELA
Cuentan que cuando el Sultán del Imperio Otomano, Mohamed IV —el hombre más poderoso de la tierra en su tiempo— visitó la tierra de Israel en 1643, llegó hasta Hebrón. Un viernes, siguiendo la tradición musulmana, fue a rezar a Me’arat HaMajpelá, la cueva donde están enterrados Abraham, Itzjak y Ya’akob. En ese entonces, existía un pozo profundo en el recinto dedicado a Itzjak Abinu, por el cual se podía acceder al interior de la cueva. Nadie descendía allí, ya que se consideraba extremadamente peligroso (posiblemente por falta de oxígeno o la presencia de gases o elementos tóxicos). Cuando el Sultán se inclinó sobre el pozo para observar, su valiosa espada cayó dentro. Envió a varios soldados atados con sogas para recuperarla, pero todos murieron en el intento. Los líderes locales decidieron no arriesgar más vidas de musulmanes y exigieron que fueran los judíos quienes la rescataran, bajo amenaza de exterminio. Fue entonces que el Rab Azulai, ya anciano, se ofreció para la peligrosísima misión. Tras una experiencia extraordinaria, logró recuperar la espada del Sultán. (Puedes leer el relato completo en el sitio oficial de Hebrón: https://en.hebron.org.il/history/228).

SU MUERTE
El Rab Abraham Azulai falleció al día siguiente de haber salido de la cueva de Majpelá, un viernes, justo antes de la parashá Jayé Sará. Está enterrado en el antiguo cementerio de Hebrón. Como era costumbre en esa ciudad, su tumba no lleva inscripción alguna, ni siquiera su nombre —posiblemente como gesto de deferencia a los Patriarcas que descansan allí. Uno de sus bisnietos fue el célebre rabino Jayim Yosef David Azulai, conocido como el Jidá (1724–1806).

 




El Rab Jayim haCohen (1585-1655) y los piratas que leen

El Rabino Jayim haCohen nació en Egipto en el año 1585.  Su padre Ribbí Abraham haCohen pertenecía a una distinguida familia de Cohanim, descendientes de Don Yosef haCohen, de España.  

Desde su niñez se notaba que tenía un talento notable. No solamente por su tremendo amor por el estudio de la Torá sino también por sus elevadas cualidades humanas.  Se cuenta que de niño, mientras sus compañeros de clase pasaban su tiempo libre jugando, Jayim se encaminaba a la sinagoga para estudiar Torá y aprender cómo servir a Dios. 

En su adolescencia cuando las personas se reunían en la sinagoga durante Shabbat él subía al púlpito y daba clases acerca de la sección semanal de la Torá, leyes correspondientes a las festividades que se aproximaban y palabras de musar (ética judía) que atraían el corazón de sus oyentes.

Más tarde, el Rab Jayim HaCohen \se mudó a la ciudad de Tsefat (Safed) , en Israel. Allí estudio con el rab Jayim Vital (ver aquí) durante unos tres años.

De Safed el rab Jayim haCohen se mudó a la ciudad de Aleppo, Siria, donde se estableció definitivamente. Allí fue elegido como rabino de la comunidad para reemplazar al fallecido Rab Mordejai haCohen, yerno del famoso Rab Shemuel Laniado, ba’al hakelim.  

Cuando el rab Jayim haCohen comenzó a servir como Rab de la comunidad el estudio de la Torá floreció aún más en Aleppo. Se abrieron nuevas escuelas (ketab) y academias rabínicas (baté midrashot)  y tuvieron que agregar más bancos en la sinagoga. 

El Rab Jayim haCohen sirvió a la comunidad de Aleppo como rabino y jefe del tribunal rabínico por décadas.  

Su conocimiento era tan grande que le llegaban consultas sobre temas rabínicos muy difíciles desde las más lejanas comunidades del mundo. 

Finalmente, decidió organizar todos sus escritos y publicar sus libros, especialmente sus comentarios sobre el Shulján Aruj, el código de ley que había sido escrito por el maestro de su maestro, el rab Yosef Caro. 

Además de su comentario sobre el Shulján Aruj, el rab haCohen había compuesto muchos otros libros.  Entre ellos un comentario sobre el Cantar de los cantares (Shir haShirim); un comentario sobre Ejá (Lamentaciones) otro sobre de Rut; un comentario sobre Daniel y muchos libros más. Todos estos libros estaban manuscritos. Pero publicar libros en Aleppo o en Medio Oriente era imposible, porque allí no había llegado la imprenta. La única posibilidad era imprimir los libros en Europa. Y las mejores imprentas estaban en Venecia, Italia, la ciudad donde se publicaron la mitad de los libros de Europa en el siglo XVI. Allí vieron la luz, por ejemplo, la primera edición del Talmud y la primera edición del Shulján Aruj.

Primero, el Rab haCohen envió a Venecia su comentario sobre el libro de Ester. Pero pasaba el tiempo y el libro no salía a la luz.  El rab Cohen decidió entonces viajar a Venecia y ocuparse personalmente de imprimir su libro.  Junto con su hijo tomaron un barco llevando con ellos todos los manuscritos del Rab (calculo que eran más de 20) para imprimirlos también allí. Pero el barco fue atacado por piratas de la isla de Malta, que abordaron el barco para robar el cargo y matar a los pasajeros, o secuestrarlos y venderlos como esclavos. El Rab haCohen y su hijo saltaron al mar y milagrosamente lograron salvar sus vidas. Pero los libros quedaron en el barco…

El Rab rezó a Dios y le pidió su ayuda para recuperar sus invaluables libros, o para que pudiera escribirlos nuevamente desde su memoria. Dios le concedió lo segundo. El Rab haCohen pasó varios años en Italia  reescribiendo de memoria sus preciosos libros perdidos.    

El primer libro que el rab haCohen pudo imprimir, con la inestimable ayuda del Rab Moshé Zacuto, se llama “Torat Jajam” (La enseñanza del Sabio) . Este libro es una colección de los sermones del Rab sobre las secciones semanales de la Torá.   El libro salió a la luz en Venecia, 1654. 

El  próximo libro que imprimió el rab haCohen con la asistencia del rab Shemuel Abohab fue “Meqor Jayim“ (Fuente de vida).  Este libro es un comentario sobre el Shulján Aruj y su primera parte salió a la luz en Venecia, también en 1654.  

Para imprimir la segunda parte de este libro el rab viajo a Livorno (ver ilustración arriba).  Y fue en esa ciudad, en Perashat Quedoshim, año 1655, que el rab haCohen falleció y allí fue enterrado. 

Luego del fallecimiento del rab haCohen, se encontraron algunos de los libros que habían quedado en el barco secuestrado por los piratas. El rab Jida, en su libro de crónicas Shem haGuedolim,  dice haber encontrado el comentario de Meguilat Ester, Ateret Zahab, escrito por el puño y letra del Rab Jayim haCohen. 

Otro de sus libros Migdal David, un comentario sobre Meguilat Rut, también fue encontrado. Este libro fue impreso en Amsterdam en 1680 por un autor que falsamente se atribuyó la autoría del libro del Rab Jayim haCohen.

Recientemente fueron publicados otros manuscritos del Rab sobre los comentarios talmúdicos (agadot) del tratado de Berajot.  Estos manuscritos vieron la luz por primera vez en 1983, en la publicación israelí mensual qobets bet aharon veIsrael.  

Algunos libros y comentarios del rab haCohen aun permanecen manuscritos, y esperan algún día ser publicados.  

Hacer click AQUI para bajar el libro Torat Jajam.  




El Rab Jayim Vital (1543-1620) y el dilema de los verdaderos Cabalistas

SU FAMILIA
El Rabino Jayim Vital nació en la ciudad de Tsefat (Safed, Israel) en 1543. Su padre fue Ribbí Yosef Vital, un experto escriba (sofer). Los Tefilín escritos por Ribbí Yosef eran muy apreciados por el mismísimo Ribbí Yosef Caro, autor del Shulján Aruj y principal rabino de Safed en esos tiempos, no solo por la santidad y pureza de aquel gran Jajam sino también por haber sido escritos siguiendo algunas tradiciones muy antiguas, por ejemplo, el diseño de la letra kaf sofit (o peshutá, extendida) que era escrita por Ribbí Yosef con la parte superior redondeada y no rectangular (ך).  El Rab Moshe Galante cuenta que más de mil pares de Tefilín habían llegado a la comunidad judía de Egipto desde Safed, escritos por el famoso “rab Yosef el Calabrés”. La familia Vital era originaria de Calabria, así que al rab Yosef y a su hijo el rab Jayim se los conocía como los rabinos “calabreses”.
SAFED (צפת)
La ciudad de Safed se había transformado en uno de los destinos más importantes para muchos judíos que llegaban desde la península ibérica luego de la expulsión de España (1492) y Portugal (1497) . En el año 1540 había 5.000 judíos en la ciudad de Safed, 719 familias.
El maestro del rab Vital fue el famoso rabino Moshé Alshej, también de Safed. Cuando el rab Yosef Caro falleció lo sucedió el rab Alshej, quien heredó de Ribbí Yosef Caro la autoridad para ordenar nuevos rabinos. El rab Alshej le concedió su ordenación solamente a un Rabino: el Rab Jayim Vital. Si bien el Rab Jayim Vital es conocido principalmente por sus escritos sobre la Qabbalá, sus estudios iniciales fueron estudios rabínicos convencionales. Su hijo, el rabino Shemuel Vital, cuenta en su libro “Fuente de aguas de Vida” (be-er mayim jayim) que su padre solo se permitió a sí mismo iniciarse en el estudio de la Qabbalá cuando ya había completado sus estudios rabínicos avanzados, lo cual incluye un conocimiento total de las obras Talmúdicas y Halájicas, lo que normalmente lleva décadas de estudios intensivos.
LOS GRANDES MAESTROS
En Safed el Rab Jayim también estudió con el célebre rabino cabalista (mequbbal) Moshé Cordobero (Ramak) hasta el año 1570, cuando el rabino Itzjak Luria, conocido como el Ari haQadosh, llegó a la ciudad de Safed proveniente de Egipto. El Arí haQadosh es considerado como uno de los más famosos cabalistas de la historia. Según el rab Vital, mientras que las obras de los primeros cabalistas —desde Najmánides (1270) hasta el propio Arí— se formularon en base al intelecto humano, las enseñanzas de su maestro, el Ari, fueron reveladas por inspiración divina. En el año 1572 la población de la ciudad de Safed fue diezmada por una terrible plaga que también cobró la vida del Ari haQadosh a la corta edad de 38 años. Luego de la muerte del Arí, el Rab Jayim Vital fue reconocido como su principal alumno y su sucesor.
DE JERUSALEM A DAMASCO
En el año 1578 el Rab Vital dejó Safed y se estableció en Yerushalayim (Jerusalem). Allí fundó su propia academia y ayudó a la comunidad local junto con otras grandes luminarias Talmúdicas como el Rab Betsalel Ashkenazi, de Egipto, autor de Shitá Mequbetset y maestro del Arí haQadosh.
En 1597 el Rab Jayim Vital se trasladó a la ciudad de Damasco, Siria y ejerció allí como el rabino de la comunidad de judíos sefaradim que habían llegado recientemente de Sicilia, Italia. Su principal función en esa comunidad era educativa: enseñar las bases de la Torá a las familias judías, muchas de las cuales estaban regresando al judaísmo luego de haber vivido aterradas por la inquisición española por una, dos o más generaciones.
El Rab Vital falleció en Damasco en 1620, a la edad de setenta y siete años.
SUS OBRAS
El Ari haQadosh no escribía sus enseñanzas sino que las impartía oral y privadamente a un pequeño grupo selecto de alumnos. Con la autorización de su maestro el Rab Vital tomó notas que luego del fallecimiento del Ari organizó, redactó y editó, pero por expresa voluntad del Arí, no las publicó. Por muchos años el libro principal del rab Vital “Ets HaJayim” permaneció “enterrado” (גנוז), y el rab Vital no permitió que fuera publicado.  El Rab Tsemaj cuenta en su libro que una persona muy acaudalada obtuvo de manera indebida libros del Rab Vital y los hizo copiar sin su permiso.
Uno de los temas más controversiales en esta area hasta el día de hoy es la publicación de los libros y estudios de Qabbalá. La propia palabra hebrea “qabbalá”, que significa “recepción”, indica que el conocimiento cabalístico debe ser recibido por el alumno directamente de su maestro, y no a través de un texto escrito (o un video en Youtube…).
La popularización del conocimiento esotérico conlleva a un grave riesgo: que el conocimiento místico sea banalizado, o peor aún, explotado por individuos sin escrúpulos para fines materiales, personales, beneficios, etc. Esto ocurrió lamentablemente más de una vez. Por ejemplo, en los tiempos del falso mesías, el impostor Shabetay Tseví (1666), quien utilizó conceptos de la Qabbalá para justificar y promover su falso mensaje.
La Qabbalá popularizada puede ser explotada por charlatanes y personas sin escrúpulos, como ocurre incluso en nuestros días, porque la mayoría de la gente no sabe de qué se trata la Qabbalá, y no tiene entonces la posibilidad de diferenciar entre el maestro y el impostor. Aunque uno de mis maestros me enseñó lo siguiente que puede ser de mucha ayuda en este tema: “El que la sabe no la dice, y el que la dice no la sabe”

 

Ver aquí uno de sus principales pero mas desconocidos libros.  Este es un libro de Musar completamente accesible para quien lee hebreo básico. Este libro inspira al lector practicar el amor y la dedicación a Dios, estudiando Su Torá y profundizando en las plegarias que a Él le dedicamos.  

LIBRO SHAARE QUEDUSHA

https://beta.nli.org.il/he/books/NNL_ALEPH001896079/NLI