5. YONA 1: 6-7: Yoná y los dados cargados

וַיִּקְרַ֤ב אֵלָיו֙ רַ֣ב הַחֹבֵ֔ל וַיֹּ֥אמֶר ל֖וֹ מַה־לְּךָ֣ נִרְדָּ֑ם ק֚וּם קְרָ֣א אֶל־אֱלֹהֶ֔יךָ אוּלַ֞י יִתְעַשֵּׁ֧ת הָאֱלֹהִ֛ים לָ֖נוּ וְלֹ֥א נֹאבֵֽד׃

El barco de Yoná está atrapado en una terrible tormenta  y a punto de colapsar.  Toda la tripulación está tratando de sacar el agua y rezando. Excepto Yoná, que descendió a la bodega del barco y se quedó profundamente dormido. El capitán del barco descubre a Yoná y lo increpa: 

VERSO 6: “¿Qué haces durmiendo?” —le dice— “Levántate y clama a tu Dios. Quizás  Dios nos preste atención y escapemos an la muerte.”

Yoná está sumido profundamente en su negación. Pero no lo sabe. Muchas veces necesitamos que alguien desde afuera nos “rescate”. La Guemará describe este tipo de situaciones con las siguientes palabras:  אין חבוש מתיר עצמו מבית האסורים    “Un individuo no puede liberarse de la prisión por sus propios medios”.  Los Sabios usan esta expresión de forma metafórica. Así dijo Ribbí Yojanán cuando explicó por qué pidió la ayuda, física y emocional, de Ribbí Janiná Bar Jamá para recuperarse del grave deterioro de su salud. Para entender la belleza y la precision de esta expresión recordemos que en la antigüedad las prisiones no eran como las cárceles modernas. En el caso de Yosef, por ejemplo, vemos que las prisiones eran “pozos” (בית הבור) y sólo se puede salir de un pozo con la ayuda de alguien que está afuera del pozo.  Imaginemos una persona que sufre, por ejemplo, de alguna adicción emocional o narcótica. Es como que cae en un pozo (o en inglés: to hit rock bottom = tocar fondo) del cual uno no puede salir por su propia cuenta. Necesita que otra persona lo jale desde afuera para liberarlo de su prisión (adicción, depresión, escapismo, etc.).  

Volviendo a Yoná el capitán del barco despierta a Yoná literal y psicológicamente. Lo despierta de su sueño y lo concientiza del peligro que corre él y toda la tripulación.  Y también, es irónicamente el capitán de un barco —un hombre no judío y con una profesión no muy intelectual—  el que “despierta” y alienta al profeta de Israel a rezar Dios (¿es posible que ahora Yoná empiece a cambiar su opinión respecto a los gentiles  de Nínive, cuyas vidas fue llamado a salvar?). 

¿Y qué hace Yoná una vez que se despierta? 

 וַיֹּאמְר֞וּ אִ֣ישׁ אֶל־רֵעֵ֗הוּ לְכוּ֙ וְנַפִּ֣ילָה גֽוֹרָל֔וֹת וְנֵ֣דְעָ֔ה בְּשֶׁלְּמִ֛י הָרָעָ֥ה הַזֹּ֖את לָ֑נוּ וַיַּפִּ֙לוּ֙ גּֽוֹרָל֔וֹת וַיִּפֹּ֥ל הַגּוֹרָ֖ל עַל־יוֹנָֽה׃

VERSO 7: “Y cada uno dijo a su compañero: Venid, echemos suertes para saber por causa de quién nos ha venido esta calamidad. Y echaron suertes, y cayó la suerte sobre Yoná”

A Yoná todavía no lo escuchamos. Por lo que vemos en este versículo y en el siguiente entendemos que Yoná ya no está en la bodega del barco sino arriba en la superficie con los demás tripulantes. Pero misteriosamente (o no), el texto permanece en silencio respecto a la reacción de Yoná. ¿Quiere decir esto que Yoná no estaba rezando? ¿Que seguía  escapando del llamado Divino, y ahora también ignorando Sus llamados de atención (la tormenta)?  

Los marineros de alguna manera entienden que la tormenta no es fortuita, y deciden echar la suerte (goral) para asignar al responsable de la tragedia.  Este tipo de práctica, la adivinación por intermedio de oráculos, era muy común entre los pueblos paganos. La Torá, sin embargo, lo prohibe. Lo voy a explicar.  Pensemos en tirar una moneda. 1. Cuando la intención es revelar la voluntad  Divina por intermedio de la moneda, la Torá lo considera como una forma de Abodá Zará llamado en hebreo nijush, adivinación.   Pensar, por ejemplo, que si Dios es Todopoderoso y Omnipresente, el azar no existe. Y si el azar no existe es Él quien decide de qué cara caerá la moneda. Y si Dios interviene en la forma que cae la moneda, lo puedo hacer revelar Su voluntad. “Si sale cara quiere decir que Dios quiere que yo haga X,  y si sale seca, quiere decir que Dios quiere Y”. Este es un razonamiento esencialmente idolatra (לנסות את ה): el mecanismo a través del cual los pueblos paganos “forzaban a los dioses a expresar su voluntad”. (Para más ver Maimónides , Abodá Zará, capitulo 11)

2. Ahora bien, el azar está permitido como una forma de resolver, y especialmente evitar, conflictos. Por ejemplo, cuando tirar la moneda es convenido por las dos partes como una forma objetiva de asignar algo, como cuando tiran la moneda en un partido de futbol para decidir quien comienza. Aquí las partes están de acuerdo en dejarlo librado a las probabilidades estadísticas, y no existe la intención de forzar la revelación de la voluntad Divina. Este tipo de resolución tiene una larguísima historia en la tradición judía (división de tierras, asignación de las funciones de los Cohanim, etc.) .   Y el Rey Salomón la mencionó positivamente en Mishlé 18:18 “מִדְיָנִים יַשְׁבִּית הַגּוֹרָל, וּבֵין עֲצוּמִים יַפְרִיד”. Con mis propias palabras “El goral, [=tirar una moneda, p.e.] resuelve conflictos y separa [pacíficamente] a los contendientes”. 

Pero lo más interesante es que en el caso de Yoná,  HaShem, «rompe las reglas del juego»  y «carga» los dados de los marineros para asignar la responsabilidad a Yoná….

Continuará….  

     




3. YONA 1:3: ¿Por qué se escapa Yoná?

וַיֵּ֨רֶד יָפ֜וֹ וַיִּמְצָ֥א אָנִיָּ֣ה ׀ בָּאָ֣ה תַרְשִׁ֗ישׁ וַיִּתֵּ֨ן שְׂכָרָ֜הּ וַיֵּ֤רֶד בָּהּ֙ לָב֤וֹא עִמָּהֶם֙ תַּרְשִׁ֔ישָׁה מִלִּפְנֵ֖י ה‘

Y Yoná descendió [al puerto de] Yafó; y encontró [allí] un barco que iba a Tarshish. Pagó por el barco y descendió a él para ir con ellos a Tarshish, y alejarse de la presencia de HaShem.
Explicamos anteriormente que Yoná rechazó la misión Divina de anunciar la destrucción de Ninevé, y planeó escaparse a Tarshish, una ciudad portuaria en la península ibérica, probablemente el destino más lejano que pudo encontrar. Hoy vamos a continuar con la descripción del escape de Yoná. Y también comenzaremos a analizar por qué Yoná quiere huir de la misión que Dios le encomendó: salvar a Ninevé.
YONA EN TEL-AVIV
Yoná llegó hasta el puerto de Yafó (en hebreo moderno “Yafo”, perteneciente hoy al municipio de Tel-Aviv). Yafo fue por siglos el puerto más importante de Israel. Todo el comercio marítimo pasaba por Yafó. El Rey Shelomó, por ejemplo, trajo via Yafo la madera del Líbano que se usó para la construcción del Bet haMiqdash (Dibré Hayamim II, 2:15). En el moderno Yafo hay algunas cosas que nos recuerdan la historia de Yoná. Por ejemplo, una calle (ver ilustración arriba), que desciende hacia el puerto y se llama “Yoná haNabí”, “el profeta Yoná”.     Una vez en el puerto, el profeta Yoná encontró una embarcación que se dirigía a Tarshish, probablemente un barco fenicio, ya que ellos eran los grandes navegantes de la época. El texto nos indica que Yoná pagó por «la embarcación», en lugar de decir que pagó por su propio pasaje. Los Sabios observaron que en su prisa por escapar, Yoná desembolsó una exhorbitante suma de dinero y contrató a la embarcación de forma privada.
Este detalle nos invita a preguntarnos una vez más ¿por qué Yoná quiso escapar de su misión?
Dejemos en claro que, como es habitual, el texto bíblico NO revela la razón de la conducta de sus protagonistas. El texto deja ese tema para que lo exploremos por nuestra cuenta, y aprendamos las lecciones correspondientes.
Conozco (¡por ahora!) 4 posibles respuestas. Todas tiene algo en común. Yoná trató equivocadamente de escapar, y al final, Dios le enseñó una importante lección .  Las primeras 3 respuestas que yo conozco presentan –cada una– una posible razón por la cual Yoná escapó. Pero creo que para entender, por ejemplo, por qué el libro de Yoná se lee en Yom Kippur, es decir, por qué nuestros Sabios eligieron la historia de Yoná como el texto que nos debe inspirar al arrepentimiento en el Día del Perdón, necesitamos más.   La última respuesta, que tiene que ver con la dinámica entre el arrepentimiento y la impunidad, creo que resuelve plenamente este interrogante y algunos más. Pero esta respuesta, por la cual me inclino, tendrá que quedar en lista de espera, ya que primero tenemos que conocer un poco más y mejor el libro de Yoná e ir descubriendo de a poco la forma de pensar de este profeta.
Hoy veremos 3 posibles respuestas, basadas en los Sabios, que presentaré brevemente, y con mis propias palabras.
YONA TEMIA POR SU VIDA
Los profetas en general se sentían en un callejón sin salida.  Tenían que advertir al pueblo, generalmente al pueblo judío, que una tragedia se avecinaba. Pero si Dios decidía perdonar al pueblo, el profeta quedaría expuesto como un profeta falso. Los Jajamim explican que esto ya le había ocurrido a Yoná cuando profetizó en el reinado de Israel. Ahora, Yoná supone que algo similar ocurrirá en Nínive (Tanjuma Vayqrá 8), pero allí, en una ciudad donde él es extranjero, podría costarle la vida.  Según esta opinión, HaShem al final le enseña a Yoná que salvar la vida de los habitantes de Ninevé es más importante que su propia vida.
YONA NO QUERIA SALVAR A LOS ENEMIGOS DE ISRAEL
Don Ytsjaq Abarbanel (1437-1508) explica que Yoná no quería salvar a los Asirios, que al final terminaron arrasando la ciudad de Shomrón, matando a miles de judíos, destruyendo el reinado de Israel (año 722 aec) y exiliando a las 10 tribus.  Tratar de salvar Nínive, la capital de Asiria, sería como si un judío hoy ayudara a preservar el regimen extremista iraní, que ha declarado públicamente su intención de borrar del mapa al Estado de Israel.
YONA TEMIA POR LA REPUTACION DE SU PUEBLO
El Talmud de Jerusalem (Sanh. 11, 5) explica que Yoná sabía que los pueblos idolatras eran influenciables y fáciles de convencer (קרובי תשובה). Y que seguramente rectificarían sus malas acciones de inmediato. Esta facilidad para transformar la conducta de un día para otro puede ser el resultado de la naturaleza de la cultura pagana. Los pueblos idolatras estaban acostumbrados a seguir los dictados cambiantes de sus «magos» y «brujos», quienes usaban la intimidación y la ignorancia de la gente para manipular a las masas con facilidad. Un pueblo–o un individuo– vulnerable a la «superstición» está listo para hacer lo que sea necesario por miedo a un presagio.  Yoná estaba convencido que en Ninevé, su anuncio acerca de la destrucción de la ciudad sería procesado via-superstición y sería aceptado inmediatamente por sus habitantes, lo que al final ocurrió. Y Yoná pensó que el arrepentimiento de los habitantes de Ninevé sería un terrible precedente para los judíos del Reino de Israel. En ese entonces los Yehudim se encontraban en un estado espiritual muy bajo. Practicaban la idolatría, transgredían la Torá y no era fácil convencerlos. No eran supersticiosos y volubles como otros pueblos. Los Yehudim, para mal y para bien, somos un pueblo «de dura cerviz». Las advertencias de los profetas eran vistas más como «presagios» que como profecías, y por lo tanto eran ignoradas por los Yehudim. Los profetas no lograban ser escuchados… Los Sabios opinaron que ésta pudo haber sido la razón por la cual Yoná escapó a la misión Divina: para que el inminente arrepentimiento de Ninevé no dejará en evidencia el rechazo del pueblo judío a escuchar a sus profetas y a cambiar sus malos hábitos.
Continuará

 




6. YONA 1:8-9. ¿Soy judío o soy hebreo?

עברי אנוכי ואת ה‘ אלקי השמים אני ירא
Previamente explicamos que la ley judía rechaza la noción de la intervención divina en el azar, con fines de adivinación. Esta práctica, conocida técnicamente como “cleromancia” es considerada una forma de idolatría.  En la historia de Yoná, sin embargo, Dios “cambia las leyes del juego”, interviene en las suertes (una especie de “dados”) que tiran los marineros para encontrar al culpable, y señala a Yoná. El profeta ahora no tiene escapatoria. HaShem lo ha des-cubierto, porque la misión que Yoná tiene que llevar a cabo, salvar Ninevé, es urgente.
Versículo 8: Entonces le dijeron [los marineros a Yoná]:— Dinos por qué nos ha sobrevenido esta tragedia. ¿Cuál es tu ocupación? ¿De dónde vienes? ¿Cuál es tu país? ¿De qué pueblo eres?
Los marineros lo desbordan con preguntas. Y ahora, por primera vez en el libro, escuchamos directamente a Yoná.
Versículo 9: Yoná les respondió: Soy hebreo.Y temo a HaShem, Dios del cielo, que hizo el mar y la tierra firme.
SOY HEBREO, O ISRAELITA
Algunos comentaristas bíblicos explican que la respuesta de Yoná, “Soy hebreo”, contesta a todas las preguntas de la vez. Veamos.
Los judíos en esos tiempos, nos dedicábamos a trabajar la tierra (los grandes comerciantes internacionales ¡eran los Fenicios!) Un judío tenia fama de ser un agricultor que pasaba una gran parte de su día dedicado a servir a Dios (rezar, estudiar Torá, hacer obras de bien). Se podría releer este versículo así: “¿Quién eres? A qué te dedicas?»-le preguntaron a Yoná- «Soy hebreo, y mi ocupación principal es servir (=temer) a HaShem…”.
“Soy hebreo” también responde a las preguntas “de dónde vienes”,“cuál es tu tierra” y “ a que pueblo perteneces” . La respuesta a estas 3 preguntas es una sola palabra: “Israel” , que está implícita en “Soy hebreo”, ya que hasta 722 a.e.c. todos los judíos/hebreos del mundo vivíamos exclusivamente en Israel.
Ahora bien: ¿Por qué Yoná dice: “Soy hebreo” y no dice “Soy judío”?
En ese tiempo, siglo 8 de la era común, el pueblo judío estaba dividido en el Reinado de Israel (las 10 tribus) y el reinado de Yehudá (Judea), que incluía Jerusalem, el Bet haMiqdash, etc. Los habitantes de Yehudá eran conocidos como Yehudim, o judíos, como se ve en libro de Ester. Pero Yoná pertenencia al reinado de Israel. Algunos comentaristas explican que “Hebreo” era la palabra (el patronímico) que los no-judíos usaban para referirse a los judíos, en oposición a «israelita» bené Israel. La Torá menciona varias veces la palabra “hebreo” cuando los egipcios se refieren a algún miembro de los hijos de Israel (Yosef, Moshé, las parteras, etc.).  Es muy interesante también que en los documentos de Amarna, cartas del Faraón Amenhotep IV (1350-1330 antes de la era común, periodo en el cual los judíos éramos esclavos en Egipto), y que representan el documento no-bíblico más antiguo donde se menciona a los judíos, encontrado hasta el momento, los egipcios también se refieren a los judíos como “hebreos” (habiru o habriu).
BREVE HISTORIA DEL ANTISEMITISMO
Mirando un poco más adelante, uno de los primeros síntomas de la separación definitiva entre los primeros cristianos y el pueblo de Israel es cuando los primeros comienzan a referirse a los judíos “hebreos” (como “Epístola a los Hebreos), manifestando así su alienación final. Aunque luego la iglesia prefirió referirse a nosotros como “judíos”, por la asociación despreciativa entre el patronímico “judío” y “Judas”, el gran traidor. En algunos lugares de España—por ejemplo Melilla, el lugar de nacimiento de mi esposa—los judíos se llamaban a sí mismos “hebreos”. Pero creo que a diferencia de Yoná lo hacían para protegerse, y tratar de minimizar la connotación alérgica y demonizante que el término “judío” inspiraba (¿inspira?) en la mente de muchos hispano-parlantes que cargan con 15 siglos de antisemitismo sistematizado en sus subconscientes.  En este contexto vale la pena recordar que los diccionarios españoles definía la palabra “judío” como avaro y usurero, y “judiada” como “traición”. Hoy, la Real Academia Española trata de eufemizarlo un poco (ver aquí) “judiada” 1. Mala pasada o acción que perjudica a alguien.
Después de esta larga nota, volvamos a Yoná.
El profeta de Israel se presenta a los marineros usando el patronímico que los no-judíos usaban para identificar a los israelitas: “¡Soy hebreo!”.
Continuará
שבת שלום



2. YONA 1:3. ¿Cómo huir de Dios?

Dios ordenó a Yoná que fuera a Nínive, la capital de Asiria, y la ciudad más grande del mundo en ese entonces (siglo VIII aec). Allí, Yoná tenía que advertir a la gente que HaShem destruiría la ciudad si continuaban con su corrupción y abusos. Ahora analizaremos el tercer pasuq del libro de Yoná, que describe la reacción del profeta a la petición de Dios:

‘ויקם יונה לברח תרשישה מלפני ה

Pero Yoná [no obedeció la orden Divina] y se aprestó a escapar a Tarshish, huyendo de la presencia de Dios.

Sorprendentemente, el profeta desobedece la orden directa de Dios y trata de escapar. Antes de abordar la pregunta principal de este extraordinario libro —por qué razón Yoná rechaza la misión que Dios le encomienda— reflexionemos un momento acerca del acto de desobediencia de Yoná.

LIBERTAD DE ELECCIÓN

Yoná no es el único Profeta que no quiere asumir una misión Divina de esta naturaleza. Convertirse en un emisario Divino para comunicar al pueblo Su mensaje de advertencia —lo que se llama en hebreo nebuá o profecía— también Yrmiyahu o incluso Moises trataron de evitar ser designados como profetas. Pero sin dudas, el hecho que Yoná trata de huir “físicamente” de Dios representa el rechazo más intensa a llevar a cabo la misión Divina. A la vez, el accionar de Yoná nos demuestra una vez más la extensión del principio judío de “libertad de elección”. Los seres humanos tenemos la opción de obedecer o incluso desobedecer a HaShem. Dios, por su parte, nos manifiesta Su voluntad pero  no interviene en nuestras mentes convirtiéndonos en Sus robots. La inteligencia humana, a diferencia de la futura inteligencia artificial, nos permite el acto de “pensar”, evaluar y finalmente elegir.  Esto ocurre todos los días. En cierto sentido, cuando desobedecemos o ignoramos la Tora nos estamos comportando como Yoná, ejerciendo nuestra libertad de desobedecer, y “huir” de la orden Divina. Desobedecer a Dios es una consecuencia de nuestro libre albedrío. En estos días, previos a Yom Kippur, nos dedicamos a reflexionar y reconocer que al ignorar a HaShem nos hemos alejado de Él. Y ahora ejerciendo nuevamente nuestro libre albedrío, decidimos retornar (Teshubá) a Dios.  Una poderosa lección más que aprendemos de Yoná.

TARSHISH

Yoná se aleja de Dios e intenta escapar a Tarshish. ¿Dónde queda Tarshish y por qué Yoná quiere huir específicamente a Tarshish? Tarshish está en una dirección diferente a Nínive. Pero hay varias opiniones respecto a su ubicación. Una opinión es que Tarshish es Tarso, una ciudad en Turquía a 15 millas del mar Mediterráneo. Otros comentaristas dicen que podría ser Tiro, en la costa del Líbano. Sin embargo, el historiador romano Rufus Festo Avienus (siglo IV) identificó a Tarshish con Cádiz, una ciudad portuaria famosa en España. En la antigüedad, los griegos llamaban a la parte sur de la península ibérica (Cádiz, Sevilla, etc.) Tartasus, que era una región famosa por sus minerales y metales. El profeta Ezequiel (27:12) menciona el alquitrán, la plata, el hierro, el plomo y el estaño que importaban desde Tarshish. Ahora bien, si Tarshish está en España, en os tiempos de Yoná, huir a Tarshish equivaldría a huir“al fin del mundo”. Sabemos que para los griegos o incluso los fenicios las Columnas de Hércules, lo que conocemos hoy como el estrecho de Gibraltar, era literalmente el fin del mundo que conocían, antes del interminable océano Atlántico. Yoná intentó escapar lo mas lejos posible de Dios (ver más adelante), al lugar más lejano dude Israel que podía concebir.

TESHUBA

Pero ¿cómo es posible que Yoná haya pensado que se puede huir de Dios? Los judíos creemos que Dios es Omnipresente y está, existe, en todos lados (מלוא כל הארץ כבודו) Nuestros rabinos abordaron esta pregunta y formularon una bellísima respuesta (un poco vergonzosa para aquellos de nosotros que todavía no estamos donde deberíamos estar). La nebuá, la profecía, la comunicación directa entre Dios y un ser humano, sólo es posible en el tierra de Israel. Es por eso que Yoná no huye a pie o a caballo, sino que se hace a la mar: la forma más efectiva de alejarse de la tierra [de Israel]. El Dios de Israel “reside” en Israel, y allí es donde Su voz puede ser escuchada.  Escapando de Israel, Yoná intenta escapar de Dios…

 

REFLEXION

No puedo dejar recordar lo que escribió el rabino Yehudá Alqalay: que la palabra “Teshubá” en la Torá (Debarim, capítulo 30) significa literalmente «regresar a la tierra de Israel», porque es allí como el pueblo judío regresa colectivamente a HaShem.

Ver este texto de Goral laHaShem