HAGOMEL, tradiciones y costumbres

Bircat haGomel es una Berajá que decimos esencialmente como una expresión pública de gratitud a HaShem (Bircat hashébaj).

Cada comunidad tiene sus propias tradiciones en los detalles de este berajá.

Veamos algunos ejemplos.

MENORES: En muchas comunidades los niños menores de 13 años o las niñas menores de 12 años no recitan haGomel. En algunas comunidades, sí (ver Halajá Berura p. 164 en el nombre del Rab Obadia Yosef z «l, a diferencia de lo que dice en Yalqut Yosef).

MUJERES: Las mujeres también dicen Bircat haGomel, ya sea en la Sinagoga, desde el palco de las mujeres (‘azrat nashim, Halajá Berurá p.166)  o en sus casas, cuando hay diez hombres presentes. Según Mishná Berurá (tradición Ashkenazí) el marido puede decir haGomel en lugar de su esposa. De acuerdo al Bet Yosef (tradición sefaradí)  haGomel no es transferible, por lo que una mujer tiene que decir haGomel para sí misma.

DOS ESTUDIOSOS DE TORA: En principio y basados en el Salmo de Tehilim del cual se aprende esta berajá, haGomel debe recitarse en presencia de diez hombres dos de los cuales tienen que ser estudiosos de Torá (= que estudian Halajot). Pero si esto no es posible, se podrá recitar haGomel si se cuenta con un Minián. La tradición es recitar haGomel durante o después de la lectura de la Torá, lo que obviamente requiere la presencia de diez hombres.

TIEMPO: El momento ideal para recitar haGomel es dentro de los tres días del evento por el cual uno está diciendo haGomel. La «regla de los 3 días» tiene prioridad sobre otras consideraciones. Ilustración: Si una persona se recuperó de una enfermedad el Domingo y va a la Sinagoga el Lunes deberá decir haGomel el Lunes aunque no se lo llame a la Torá, y aunque sepa que va a ser llamado a la Torá el Jueves.

VENCIMIENTO: Si haGomel no se recitó durante los 3 primeros días,  se podrá decir más adelante. El Shulján ‘aruj (219: 6) es muy indulgente y dice que si uno no dijo haGomel durante los 3 primeros días, lo podrá decir en cualquier otro momento (kol zeman sheyirtze). Algunos rabinos son de la opinión de que cuando no se recita en su tiempo (3 días), haGomel podría decirse sólo durante los próximos 30 días. Algunos dicen que durante un año y otros dicen, apoyándose en el Shulján ‘aruj, que incluso se podría recitar después de un año. Lo ideal, sin embargo, es decir haGomel tan pronto como sea posible, mientras el recuerdo del evento por el cual agradecemos a HaShem está aún fresco en nuestra memoria (Penine Halajá).

DECIR HAGOMEL POR OTRA PERSONA: Si bien explicamos que HaGomel no es transferible, como en el caso de cualquier otra bendición, un individuo puede ser incluido en la recitación de otra persona, con la condición de que aquel que dice haGomel lo tenga en su mente cuando recita la bendición. Ilustración, si dos, tres o más individuos tienen que decir haGomel, uno de ellos podría decir haGomel por todos ellos, si cuando recita su berajá los tiene en su mente. Los que quieren estar incluidos, deben mantenerse de pie mientras escuchan y, en principio, tienen que responder Amén.

Debido a que hay muchas tradiciones en los detalles de esta berajá, en caso de duda se debe consultar con su propio Rabino y seguir la costumbre local.



SHABBAT, un regalo para nuestros hijos por Rabbanit Coty Bittón

Nosotros, los padres, sabemos muy bien cuál es la base adecuada para una relación positiva y afectiva con nuestros hijos. La atención personalizada. Escuchar lo que nuestros hijos tienen para decir. Estar presente. Demostrarles que ellos son nuestro interés más importante. Debemos dar a nuestros hijos lo que tanto necesitan: nuestra atención total.  Pero, qué difícil es aplicar esta idea. Con frecuencia nos vamos a dormir sabiendo que nos comportamos durante el día de manera que, lejos de acercarnos a nuestros hijos, hemos creados más distancia entre nosotros…
¿Por qué es tan difícil?
Nuestros horarios agitados hacen que una relación sólida con ellos sea muy difícil. Incluso cuando estamos con nuestros hijos, nos es casi imposible desconectarnos de nuestras preocupaciones y conectarnos con ellos tranquilamente. Transmitiéndoles el mensaje: «Aquí estoy, soy toda tuya». Nuestros hijos perciben que aún cuando estamos fisícamante con ellos, mentalmente estamos distraídos.  Hoy tenemos tanta riqueza material, que podemos darle todo lo que necesitan, menos lo que más necesitan: nuestro tiempo.
Hay más: en esta generación ambiciosa y ultra laboriosa, el calendario de nuestros hijos es también muy cargado.   La tarea escolar, los tutores, las clases de karate, los partidos de fútbol, las fiestas de cumpleaños…. Ellos tienen que hacer tantas actividades en tan poco tiempo!
Nuestro papel como padres es cada vez más difícil: no hay tiempo para cultivar una buena relación con nuestros hijos. Operamos como si nuestro única misión como padres fuera conseguir que nuestros niños estén vestidos, alimentados y fuera de la puerta a tiempo para la próxima actividad ….
Y sabemos muy bien cuál es la solución: Desacelerar.  Atesorar los momentos que estamos con nuestros hijos y disfrutar … y hacerles disfrutar de la cercanía de un padre o una madre feliz, relajada.
Es más fácil decirlo que hacerlo. Tratamos, y a veces  conseguimos por algunos momentos estar juntos, pero nuestros cerebros aún siguen conectados a las obligaciones pendientes. Nuestras vidas son demasiado complicadas y nos encontramos siempre corriendo contra el reloj.
Pero HaShem realmente nos quiere. Él es nuestro «Padre». Él nos ama, por lo menos tanto como nosotros amamos a nuestros hijos. Él nos dio la Torá y las Mitsvot que son un sistema de leyes que más allá de regular nuestro comportamiento son también bendiciones para nuestras vidas.
Piensen en el regalo de Shabbat.
Nuestros Sabios describen el Shabbat como el «regalo que Hashem nos dio de Sus tesoros». Hay muchos detalles que hacen a la observancia del Shabbat. Uno de ellos es que creamos un «espacio» especial de descanso. Un «Shabbat mode» (pienso en el «Airplane Mode» de nuestros celulares,  no hay asuntos entrantes  ni negocios salientes). Desacelerar nuestras vidas en Shabbat no es una opción. Estar presente es el «modus operandi» de Shabbat. El regalo de Shabbat es hoy más necesario que nunca. Caminamos con nuestros hijos a la sinagoga con nuestros oídos libres de auriculares.  En casa, no se nos permite ni siquiera hablar de nuestros negocios diarios. Hay que sentarse a la mesa y sentir como si ya se hubieran pagado todas nuestras facturas, como si todo nuestro trabajo estuviera ya completado, y toda la tarea del hogar ya concluida. Estamos libres de ocupaciones y también de preocupaciones.
Shabbat es el espacio  ideal para restablecer y nutrir la conexión con nuestros hijos. En la mesa de Shabbat, nuestro altar familiar, nos comunicamos, compartimos nuestras respectivas semanas, cantamos juntos, y más que nada, tenemos tiempo de escucharnos. Todo esto tiene lugar en un ambiente tranquilo y agradable, donde los texts, los iPhones y los X-Box no están permitidos.
El Shabbat es uno de los más importantes regalos que HaShem nos dio. Y hoy en día, es más necesario que nunca.



VAYERA: Educando a nuestros hijos a dar

Este viernes se puede sentir una sensación de emoción en nuestra casa. Mi marido me aviso que estamos recibiendo un grupo de jóvenes adolescentes de Sudamérica, que no conocemos, y necesitan un lugar para pasar Shabbat. Además de nuestros preparativos habituales para Shabbat, hay mucho trabajo extra. Preparar más comida, y por las dudas añadir una mesa extra en el comedor. Se necesitan más compras. Queremos que el menú de este Shabbat sea especial en honor a nuestros huéspedes.El viernes es mi momento mágico de Shabbat. Mi hija está cantando mientras pone la mesa. Mi hijo, que tuvo que dejar su habitación para nuestros huéspedes, ya fue dos veces al supermercado, pero no se quejó ni una vez. Todo el mundo está dispuesto a ayudar, y con entusiasmo.  La mitsva de hajnasat orjim (recibir huéspedes) es parte de nuestra misión familiar.
Pero también hay un poco de preocupación …. No sabemos cuántos jóvenes están llegando … «¿Y si son demasiados, mamá? ¿Qué pasa si no hay lugar en la mesa para todos nosotros» , mi hija menor me pregunta. La Mishná describe a los habitantes de Yerushalayim como muy hospitalarios. Durante las tres fiestas -Pesaj, Shabu’ot, Sukkot-  abrían sus hogares para recibir a sus hermanos que venían de todos los rincones de la tierra de Israel. Y «ninguna persona jamás dijo en Yerushalayim, el lugar es demasiado pequeño para mí». Creo que esto describe no sólo los sentimientos de los huéspedes, sino también lo que sentían los anfitriones. Le explico a mi hija que ningún lugar podría ser demasiado pequeño, porque la bondad expande tu mente, y te permite ver que tu casa es tan grande como tu quieres que sea.
«Pero, ima, ¿conocemos a estos chicos o a sus familias?». No, le dije. Pero ¿no crees que  es una gran oportunidad para conocer Yehudim que nunca antes conocimos?  ¿Recuerdas en la Parashá de esta semana la historia de Ribka? ¿Conocía Ribka a Eliezer? Y a pesar de que no lo conocía actuó hacia él con toda amabilidad.
En nuestra mesa de Shabbat nuestra tarea esta noche es hacer que nuestros invitados se sientan cómodos. Darles la sensación de que son bienvenidos. Debemos traer temas de conversación que sean interesantes para ellos, no sólo para nosotros. El foco de esta noche pasará de nuestra propia satisfacción al bienestar de nuestros huéspedes. Vamos a permitirles que vean la intimidad de nuestra familia. Y al mismo tiempo vamos a estar expuestos a sus vidas y experiencias.
Y yo pienso para mí misma: la razón de esta mitsva es hacer Jesed (= bondad) con nuestros invitados. Ayudar a los demás, que tengan comida y un lugar para dormir. Pero la verdad es que hajnasat orjim es una experiencia que transforma a toda mi familia!  El verdadero jesed lo estamos haciendo con mis propios hijos!  Uno de los regalos más hermosos que puedo darle a mis hijos es que se sientan útiles y necesarios. Especialmente hoy, cuando la sensación de que «YO lo merezco todo»  es epidémica. Esta hermosa mitsva permite que cada uno de mis hijos se desconecte del «yo» y se reconcentre desinteresadamente en el otro. Recibir invitados es una oportunidad invaluable para abrir las puertas de nuestras casas y las ventanas a nuestras vidas a nuestros hermanos e hijos de Am Israel.
Cuando Eliezer pidió un lugar para quedarse, Ribka generosamente le ofreció a él, a sus hombres y sus camellos descansar en la casa de sus padres. Allí Eliezer se dio cuenta de que ella era la mujer indicada para mantener la tienda de Sara abierta de par en par.  Ribqa va a ser la mujer capaz de llenar el espacio vacío que quedó después de la partida de Sara de este mundo. Ella va a continuar el camino iniciado por Abraham y Sara. Y eso es lo que yo quiero que sepan mis hijos. Que para ser un buen Yehudí hay que practicar la bondad y el Jesed con los demás.



HAGOMEL: Resumen de los 4 casos

Como explicamos la semana pasada, hay una diferencia fundamental entre Sefaradim y Ashkenazim en relación a la recitación de haGomel. Para la tradición Ashkenazí haGomel se recita sólo cuando uno se ha recuperado o salvado de una situación de peligro. Para la costumbre Sefaradí, haGomel se recita cuando alguién experimentó alguna de las siguientes cuatro situaciones: encarcelamiento, enfermedad, travesía marítima y viaje de por lo menos 72 minutos de duración en auto o en avión, aun cuando uno no haya corrido ningún peligro. En otras palabras, para la tradición Sefaradí estos cuatro escenarios representan la lista exhaustiva de los casos en los que se recita haGomel, mientras que para la tradición Ashkenazí estos cuatro casos son «ejemplos» de situaciones de peligro de vida, y haGomel debe recitarse en cualquier otro caso de peligro que uno haya experimentado: por ejemplo, un accidente automovilístico, un robo a mano armada, o si alguien ha sido atacado por un animal salvaje, etc. (Esta diferencia se expone explícitamente en el shulján ‘aruj 219: 9).
Veamos ahora un resumen de las reglas de haGomel según la tradición Sefaradí.
Prisión. Si una persona fue encarcelada, secuestrada o privada de su libertad física, cuando sale en libertad, tiene que recitar haGomel.
Enfermedad: Como ya lo hemos explicado, se recita haGomel al recuperarse de una enfermedad que requirió reposo en cama, aunque la vida de uno no haya estado en peligro (Shulján ‘aruj 219:8). Una mujer que dio a luz, yoledet, pertenece a esta categoría. Para Ben Ish Jay haGomel debe recitarse solamente cuando el reposo en cama duró tres o más días.
Viaje en el mar: Cuando uno va en un crucero o un barco o un incluso un bote de pesca, y se adentra en el mar abierto durante 72 minutos o más, tiene que recitar haGomel cuando regresa de esa travesía («mar abierto» a estos efectos se considera cuando uno no puede ver más la costa o tierra firme, Halajá Berurá, V11, p 208).
Viaje en auto o avión: La regla básica es que cuando uno viaja de una ciudad a otra y el viaje dura 72 minutos o más fuera la ciudad, se recita haGomel, ya sea que el viaje haya sido en auto o en avión.  La aplicación de esta halajá, especialmente en el caso de un viaje en automovil,  es de alguna manera sencilla en lugares como Israel, donde la delimitación de las ciudades es clara. En las grandes ciudades como Los Angeles o Nueva York es más difícil  definir cuando se ha dejado «la ciudad» a los efectos de esta Halajá. Si por ejemplo uno viaja de Manhattan Beach, NY  a Deal, NJ ¿es Manhattan Beach considerada «ciudad » para los efectos de esta berajá o lo es Brooklyn, o la municipalidad de Kings, o el estado de New York?
En éste y en otros casos similares, cuando no estamos seguros si las características de nuestro viaje se enmarcan en las categorías antes mencionadas, la mejor sugerencia es consultar con los Rabanim sobre el Minhag (precedentes halájicos) de cada comunidad. O, si esto no es posible, uno debería  participar (latset yedé jobá) de la recitación de haGomel de alguien que sin duda tiene que decirla.



¿Cómo diseñar 7.275.650.514 rostros diferentes?

La semana pasada explicamos lo que significa la palabra TSUR (צור) cuando se utiliza para referirnos a HaShem. Dijimos que TSUR quiere decir «Roca», y a veces se usa para dirigirnos a HaShem como nuestro Protector, como la roca que protege al soldado de las flechas de sus enemigos.
También dijimos que de acuerdo al sentido metafórico original, según lo explica Maimónides, TSUR es la montaña rocosa, la Roca Madre, de la cual provienen todas las piedras.  En este sentido, cuando nos referimos a HaShem como TSUR queremos decir que Él es nuestro origen, nuestro Creador. Así, por ejemplo, en la Amidá usamos la hermosa expresión TSURENU, TSUR JAYENU, para decir que «HaShem es nuestro Creador, y Quien dio origen a nuestras vidas».
Hay una tercera explicación de TSUR, basada en el hecho que la palabra hebrea TSUR también está asociada con TSURA, diseño y TSAYAR, diseñador o artista.
La Gemará en Berajot analiza el versículo en Shemuel (I 2:2) en el que Janá alaba a haShem y dice  אין צור כאלקינו «No hay TSUR como nuestro Dios».  Aquí quizás se podría entender TSUR como origen: Janá le está agradeciendo al Creador que le dio a ella un hijo, Shemuel.  Sin embargo los Jajamim formularon una derashá, o sea, una interpretación no literal (o literaria) de la palabra TSUR y dijeron:  Aquí deberíamos entender TSUR (=Creador) como TSAYAR (=diseñador o Artesano). Janá se refería a que «No hay un artesano como nuestro Dios». La Gemará explica que las obras de HaShem son incomparables.  Janá observaba que un ser humano puede diseñar figuras o relieves, pero sólo HaShem puede diseñar figuras y relieves con vida, algo tan perfecto como el cuerpo humano, que respira y piensa (como su bebé recién nacido, Shemuel). Janá, que por muchos años no pudo tener hijos,  también alabó a HaShem por el milagro del embarazo: Sólo HaShem posee la sabiduría (y el arte) de poder crear a un ser humano que respira dentro de otro ser humano!
Todo esto llevó a Janá a expresar: אין צור כאלקינו HaShem es el Supremo e incomparable Diseñador.
En Masejet Sanhedrín (38a) los Jajamim, formularon una idea muy parecida, inspirada en el mismo pasuq. Dijeron que «cuando un ser humano acuña monedas usando el mismo molde, todas las monedas son idénticas. Pero cuando HaShem diseña a los seres humanos, utilizando el mismo molde, todos se ven diferentes. » HaShem utiliza el mismo molde: una nariz, dos ojos y una boca, y con esos pocos elementos puede diseñar mas de 7 mil millones de rostros diferentes.
Cuando decimos TSUR refiriéndonos a HaShem, debemos recordar que Él es el Supremo Creador, el incomparable Diseñador del mundo, que creó a cada una de Sus criaturas con el mismo molde pero con un diseño único.



El Rab Imanuel Abohab (1555-1628) y la Ley Mental

El Rab Imanuel Abohab nació en la ciudad de Porto, en Portugal, en 1555.  Fue el bisnieto del famoso rabino Isaac Abohab, también conocido como el Gaón de Castilla (f. 1493).
El Rab Abohab perdió a sus padres a una temprana edad y fue criado por su abuelo, Abraham Abohab. Recordemos que en Portugal los judíos debían vivir como anusim, cripto-judíos, o marranos, no pudiendo practicar su judaísmo. En 1585 el Rab Abohab se trasladó a Italia y desde entonces dedicó su vida a alentar a los anusim que vivían como gentiles a escapar de Portugal y España y abrazar el judaísmo en Italia, o, a partir de 1596, en Amsterdam, Holanda.
Pasó por varias ciudades de Italia como Pisa y Spoleto.  Su carrera como escritor comenzó de una forma inusual. En 1608 escribió todo un tratado sobre la la famosa frase en Latin,«Humanum est peccare, angelicum se emendare, diabolicum perseverare». «Errar es humano, enmendar [nuestros errores] es angelical y perseverar [en el mismo pecado] es perverso». En este breve tratado, el Rab Abohab analizaba esta frase desde el  ángulo de la Teshubá. Y lo hacia especialmente para convencer a los cripto-judíos, quienes conocían mejor el idioma latín y su cultura que el hebreo, a regresar a la práctica judía.
En 1615 se estableció en Venecia, un importante centro de vida judía en esos tiempos, donde fue invitado a servir como rabino de la comunidad judeo-portuguesa de aquella ciudad. Ese año comenzó su libro más importante: «Nomología o Discursos legales».
Hacia el final de sus días el Rab Abohab encabezó un grupo de Yehudim que hicieron Alia a Erets Israel y se estableció finalmente en Yerushalayim. Allí también continuó con su trabajo de alentar a los anusim a volver a sus orígenes.Falleció en 1628.
NOMOLOGIA O DISCURSOS LEGALES
Este libro fue escrito originalmente en Español y se publicó por primera vez en Amsterdam en 1629, un año después de la muerte del autor.
El libro «Nomología» trata principalmente sobre la Tora she be’al pe, normalmente conocida como la «Ley oral» ,  a la cual el rab Abohab, con excelente criterio, llama la «Ley Mental», la explicación, exposición y aplicación de las Mitsvot, según lo enseñaron nuestros Sabios, que es parte integral de la forma de pensar de los Yehudim.
Este tema era muy crítico para los anusim, ya que muchos de ellos habían sido educados en conventos, y si bien conocían muy bien el texto Bíblico, todo lo que habían aprendido era la explicación no-judía del mismo. No poseían la estructura mental judía que les permitiera comprender la Torá en su marco original. Un ejemplo: En su libro el Rab Abohab consagra dos Capítulos (Seccion 2, Cap. 18 y 19) a explicar cómo las traducciones cristianas contemporáneas se desviaban deliberadamente del sentido literal del texto Bíblico para acomodarlo a sus dogmas de fe.
El libro «Nomología» está divido en dos secciones. La primera sección contiene 25 capítulos y la segunda sección 30 capítulos.
Ilustraciones:
Sección 1
1:9 (en el idioma original del libro): «En el qual se prueva como es impossible entenderse el perfecto modo de la observancia de los preceptos divinos sin la doctrina de los Sabios» 
Desde el capitulo 15 al 21 de esta sección se explica cómo la Ley Mental es necesaria para la observancia de las Mitsvot y como ejemplo trae el cálculo del complejo calendario hebreo, que combina los ciclos del sol y de la luna.
En los capítulos 22, 23 y 24 el Rab Abohab expone los 13 principios de interpretación halájica (hermenéutica) de Rabbi Yshma’el.
Sección 2
En esta sección se explica cómo le fue entregada la Torá escrita y la «Ley Mental» a Israel; cómo se alcanza el nivel de la profecía; el nivel profético superior de Moshé Rabbenu y la historia de la transmisión ininterrumpida de la Ley Mental desde Moshé hasta sus propios días.  Uno de los últimos rabbanim que menciona es Rabbi Yosef Caro (1488-1575).
Capitulo 14. «En el que se trata el principio y institucion del Supremo magistrado de los setenta y un Senadores [Sanhedrín] y de la obediencia que le devia todo el pueblo de Israel».
Capítulo 26: «En el que se cuenta el destierro de los iudios de los reynos de Castilla en el año de cinco mil y dozientos y cinquenta y dos, y el de Portugal que sucedió de alli a seis años,las causas que movieron a aquellos Reyes a desterrarlos etc.»
Para descargar el libro Nomología , haga click aquí
NOTA: Al leer este libro, el lector debe saber que en Español antiguo la letra «S» al principio o en la mitad de la palabra, se solía escribir alargada, y da la sensación de ser una F.



¿De dónde salen las piedras?

Uno de los nombres con los que llamamos a HaShem es TSUR (צור). Este nombre de HaShem aparece muchas veces en la Tora y en el Tanakh, particularmente en Tehilim, y lo utilizamos comúnmente en nuestra Tefilá, por ejemplo al final de la Amida (  ה’ צורי וגואלי).
En hebreo la palabra TSUR significa «roca». Cuando HaShem le ordena a Moshe extraer agua de la roca, la Tora utiliza dos palabras indistintamente: una es sela’ (סלע, o «piedra» BeMidbar 20:8 ) y la otra es TSUR (o roca, Shemot 17:6).Pero ¿Por qué la Torá llama a HaShem «roca» ?
Hay tres explicaciones. No posibles sino complementarias.
La primera explicación, que parece ser el peshat (el significado literal) la trae Maimónides en el Moré nebujim (1:16). HaRambam explica que la palabra TSUR es utilizada metafóricamente para referirnos a HaShem como «nuestro origen». Como todos sabemos los Yehudim en el tiempo del Tanaj eran expertos en extraer, transportar y trabajar la piedra.  La tierra de Israel es árida y montañosa y la extracción de la piedra era una de las industrias más comunes.   Hasta el día de hoy existe una piedra famosa en todo el mundo que se llama en hebreo EBEN YERUSHALMI, la piedra típica de Yerushalayim, las piedras del Kotel y la única piedra que se permite utilizar para construir en la ciudad vieja de Jerusalem.
Todas las piedras tenían un mismo origen.  La montaña rocosa o «Roca madre».   De acuerdo a esta hermosa metáfora Bíblica, nosotros somos a HaShem lo que las piedras son a la «Roca madre» o a la «cantera». Así dijo Yesha’ayahu (51:1) al pueblo de Israel, exhortándolos a volver a Dios:  «Escuchen, ustedes,  los que persiguen la justicia y buscan HaShem, observen La Roca (צור חוצבתם) de la cual fuisteis extraídos….» .
De acuerdo a esta explicación, cuando decimos TSUR refiriéndonos a HaShem debemos pensar que Él es el origen de todo lo que existe. La Tora usa la palabra TSUR para referirse a HaShem como YOTSER, el Creador de todo y de todos (la palabra TSURI es : «Mi Creador»).
La segunda explicación (o aplicación) de la palabra TSUR refiriéndose a HaShem la aprendemos de David HaMelej. Por ejemplo, Tehilim 144, el Salmo en el cual David reza (o, le habla) a HaShem en el campo de batalla. En el primer pasuq David  llama a HaShem TSURI. Allí no se refiere a HaShem (solamente?)  como creador sino como su Protector. En el campo de batalla, la roca ayuda al soldado a esconderse y a protegerse de las flechas del enemigo. David haMelej sabía que Quién lo protegía de las armas del enemigo y Quién lo hacia invisible a los ojos del enemigo, no era una piedra sino HaShem, su Protector.
En este sentido TSUR se utiliza para decir que HaShem, más allá de ser mi Creador,  es también mi Protector.
(continuará…).



El significado del nombre de HaShem

La semana pasada explicamos que el Shem haMeforash, el nombre principal de HaShem, está escrito de una manera pero se pronuncia de una forma diferente. El significado del nombre de Dios, así como está escrito, significa «El Eterno», Aquel que fue, es y será. Cuando leemos este nombre recordamos que HaShem está más allá de nuestra capacidad de conocerlo o entenderlo. Cuando leemos Su Nombre, debemos sentirnos en un estado de humildad y sumisión (yr’at HaShem) ya que nos damos cuenta de que HaShem es trascendente, y está mucho más allá de nuestra pobre comprensión.
No obstante,  aunque de acuerdo a su escritura entendemos que hay una distancia insalvable entre Él y nosotros, cuando pronunciamos Su nombre, entendemos que HaShem es accesible para nosotros.  Su nombre se lee AMONAY (D por la M) que proviene de la palabra ADON, Señor o Dueño. Al pronunciar Su nombre pensamos en HaShem como el Creador del mundo. Él es accesible. Escucha nuestra Tefilá.  Nos quiere y se interesa por nosotros.  Podemos relacionarnos con Él (ahabat Hashem). Él está cerca.
Estos dos significados del nombre de HaShem se complementan entre sí. Cuando leemos Su nombre pensamos que Él es infinito, inimaginable, más allá de nosotros.   Cuando pronunciamos ADON pensamos que, a la vez, Él está muy cerca de nosotros, accesible, presente.De acuerdo al Shuljan Aruj ‘(OJ, 5:1), cada vez que decimos el nombre de HaShem debemos pensar en estos dos significados.
En la misma Halajá  el Shulján ‘aruj explica también el segundo nombre más común con el cual nos referimos a Dios: Eloqim. Este nombre de HaShem significa que Él es Todopoderoso y Omnipotente. Cuando decimos Eloqim tenemos que pensar y recordar que no hay nada que esté más allá de las posibilidades de HaShem,  o de Su conocimiento. Él sabe lo que hacemos, incluso en nuestra vida íntima, y Él sabe lo que pensamos y lo que sentimos. «Eloqim» nos recuerda que vivimos (o deberíamos vivir…) permanentemente bajo Su mirada. Si recordamos que HaShem nos está viendo, nos será mucho más fácil hacer siempre lo que es correcto a Sus ojos, y sobre todo, evitar lo que está mal a Sus ojos.
El Shulján ‘aruj  hace hincapié en la importancia de pensar en todo esto cuando decimos los nombres de HaShem.
El Midrash dice que HaShem le dijo Yesha’ayahu Hanabi que algunos de sus hijos oraban con sus labios pero no con sus corazones ( מצות אנשים מלומדה). En otras palabras, ellos recitaban las plegarias pero no estaban pensando en el significado de esas oraciones. De esta manera, no se permitían que las palabras de la Tefilá pudieran inspirarlos. Inspirarlos a darse cuenta, por ejemplo,  que HaShem, aunque Infinito y Recóndito, está muy cerca de nosotros, Él sabe lo que hacemos, lo que decimos y hasta lo que pensamos.
HaShem, en ladino
En español, se llama al Todopoderoso «Dios». Pero los judíos sefardíes que hablaban ladino nunca decían «Dios» sino «Dió» (Buena semana mos de el Dió …). ¿Por qué? Debido a que en español la adición de la letra «s» al final de la palabra indica el plural, especialmente cuando la palabra termina con una vocal (Casa / Casas, Hombre / Hombres) . Los Yehudim eran tan cuidadosos que llamaban a HaShem «Dió» sin la «s» final, haciendo hincapié en la singularidad de Dios, y para alejarse de la idea que HaShem ח»ו puede ser más que Uno.



HAGOMEL, diferencias entre la tradición Sefaradí y Ashkenazí.

Como explicamos anteriormente, la berajá haGomel se dice como una expresión de agradecimiento a Dios en público.

La berajá haGomel por lo tanto, debe ser dicha en presencia de un Minyán (10 hombres). Y aunque técnicamente se puede decir en cualquier instancia en que un Minyán esté presente, la costumbre es recitar la berajá haGomel cuando se lee el Sefer Torá.

Vamos a explicar ahora en qué circunstancias se amerita o justifica decir haGomel.

Hay una diferencia fundamental entre Sefaradim y Ashkenazim respecto a la recitación de haGomel. Para la costumbre Ashkenazí, sólo se recita haGomel cuando uno se ha resuperado o salvado de una situación de riesgo. Para la costumbre Sefaradi, se recita la bendicon de haGomel en cuatro escenarios (privación de libertad, enfermedad, viaje, travesía marítima) aunque la vida de uno no haya estado en peligro.

Ejemplos:

De acuerdo a la costumbre Sefaradí se debe recitar haGomel por cualquier enfermedad que haya requerido reposo en cama. El Shulján ‘aruj (219:8) explica que aunque nuestra vida no haya corrido ningún riesgo, si la enfermedad requirió reposo o internación, se debe recitar haGomel. De acuerdo a esta costumbre si uno estuvo enfermo de gripe o de un virus estomacal, etc. y tuvo que guardar aunque sea un día de reposo, debería decir haGomel.  Muchos Yehudim Sefaradim siguen la costumbre del   Ben Ish Jay que disiente ligeramente con el shulján ‘aruj y dice que para que se justifique la recitación de haGomel, uno tiene que haber estado en reposo por lo menos durante tres días.

De acuerdo a la tradición Ashkenazí, se debe recitar HaGomel sólo cuando uno se ha recuperado de una enfermedad o una intervención que conlleva cierto riesgo de vida.   Por ejemplo, neumonía o alguna infección que si no hubiera sido tratado podría haber implicado un riesgo mayor.  El Rab Eliezer Melamed da una ilustración de la aplicación de la costumbre Ashkenazí. El dice que por una intervención quirúrgica que ha requerido anestesia local (=anestesia aplicada solamente en el área del cuerpo que se va a operar) no se debe decir haGomel.  Pero si la intervención quirúrgica demandó anestesia general, entonces al recuperarse se debe recitar haGomel, ya que, independientemente del riesgo de la enfermedad,  la anestesia general conlleva un riesgo quirúrgico.   También aclara que como regla general, para la costumbre Ashkenazí, se recita haGomel cuando uno se ha recuperado de una enfermedad por la cual se justificaría transgredir  el Shabbat.

Como el lector puede apreciar, abundan las costumbres respecto a los detalles de la recitación de haGomel. Por lo tanto se recomienda que cada individuo siga las tradiciones ya establecidas en su propia comunidad.



Rab Shelomo ibn Virga (1460 – 1554) y el sufrimiento de los judíos de España

El Rab Shelomo Ibn Virga fue rabino, historiador, astrónomo y un médico muy famoso. Nació en España (probablemente en Sevilla) en 1460. Era el sobrino del rabino Yehudá Ibn Virga y el padre del rabino Yosef Ibn Virga, autor del famoso libro sheerit-yosef  sobre la metodología del Talmud (el apellido sefardí «Ergas/z» viene de esta prestigiosa familia Virga o Vergas).

En 1492, el año de la expulsión de España, el Rab Virga fue uno de los muchos judíos (probablemente, más de 100 mil) que abandonaron España y escaparon a Portugal, donde el rey Joao les dio la bienvenida. Como sabemos, en 1496 el nuevo rey Manuel revirtió esta buena actitud hacia los judíos, los convirtió por la fuerza al cristianismo y estableció los tribunales de la Inquisición en Portugal para prohibir y sancionar toda forma de práctica judía.

Entre las muchas cosas importantes que hizo, el rabino Virga  fue en una misión a las comunidades españolas para recaudar fondos para el rescate de los prisioneros judíos de Málaga. Él también trató de salvar a los niños judíos que fueron secuestrados en Portugal por la orden del rey Manuel para ser enviados a la isla de Santo Tomé y convertirlos al cristianismo. El rabino Ibn Virga también fue testigo de la masacre de los judíos de Lisboa, en 1506. En ese mismo año, se escapó a Turquía donde completó su famoso libro Shebet Yehuda, «El cetro de Yehudá.»

EL LIBRO SHEBET YEHUDA

En este libro el autor describe las persecuciones, tribulaciones, expulsiones, masacres y matanzas que los judíos sufrieron desde los tiempos de Marco Antonio (1er siglo AEC) hasta sus propios días (el comienzo del siglo 16). El libro fue publicado por el hijo del autor, Rabí Yosef Ibn Virga, en Adrianópolis en 1554.

Shebet Yehuda contiene 64 capítulos. A excepción de dos capítulos (el capítulo 42 que describe la ceremonia de instalación del exilarca babilónico «resh galuta», y el capítulo 64, donde se describe el Bet-haMiqdash construido por Shelomó HaMélej) el libro trata de las persecuciones y matanzas de los judíos de España. Pero el autor también se refiere a los progroms y expulsiones de los judíos en Italia, Francia, Inglaterra, Alemania y  toda Europa, así como el norte de África y Oriente Medio.

Una parte importante del libro está dedicado al relato de los debates teológicos entre los judíos y los cristianos. El capítulo 40, por ejemplo, narra la historia de la disputa de Tortosa. En varios lugares, pero en particular en el capítulo 63, el rabino Ibn Virga se pregunta acerca de las causas de las persecuciones de los Yehudim, especialmente los judíos de España que, hasta sus días, «sufrieron de persecuciones más que cualquier otro pueblo». Para responder este interrogante el Rab Ibn Virga elabora muchos argumentos y razonamientos filosóficos, teológicos e históricos. Tampoco ocultó los defectos de los propios Yehudim.  De esta manera, como dijo en su introducción, el rab Virga trató de exhortar a su pueblo a volver a Dios (teshubá) con el fin de poner fin a las persecuciones y a su sufrimiento.

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