SUCOT: Firewalls, Clouds y Iron Dome
“…para que vuestras generaciones sepan que Yo hice habitar en sukkot a los hijos de Israel cuando los saqué de la tierra de Egipto. Yo soy HaShem vuestro Dios”.
Levítico 23:42
Esta noche, miércoles 16 de octubre, comenzaremos la celebración de la fiesta de Sucot, que nos recuerda nuestra travesía de 40 años en el desierto, desde Egipto hasta la tierra prometida: Israel.
La Torá dice claramente que la razón por la cual celebramos Sucot es para recordar “que Dios nos estableció en sucot” cuando nos sacó de Egipto.
Pero, ¿qué eran en realidad esas sucot? ¿De qué estaban hechas?
CABAÑAS
De acuerdo con Ribbí Aquibá, las sucot eran simplemente «chozas», cabañas con un techo de ramas, que no protegían de las inclemencias climáticas como un techo normal, pero servían para protegerse del sol, algo muy necesario en el desierto. Según esta opinión, al construir las sucot y habitar en ellas, rememoramos nuestra travesía en el desierto.
Hay por lo menos dos objeciones a esta interpretación “literal”:
- La Torá, cuando se refiere a los lugares de residencia de los judíos en el desierto, menciona la palabra hebrea ohel, esto es, carpas hechas probablemente de piel de animales, no menciona chozas ni cabañas.
- La segunda objeción es más aguda: ¿Por qué dice la Torá que “Dios» estableció a los israelitas en cabañas? Las chozas a las que se refería Ribbí Aquibá debieron haber sido construidas por los mismos judíos, no por Dios.
NUBES DE GLORIA
Ribbí Eliezer disiente con Ribbí Aquibá y sostiene que en este versículo “sucot” no se refiere a cabañas o chozas. Sin importar si las viviendas de los judíos eran de madera o pieles, lo que debemos recordar es que durante los 40 años de travesía en el desierto, el pueblo judío fue protegido por Dios. A esta Protección Divina, Ribbí Eliezer la llamó “nubes de gloria”. Siete “nubes” con las que HaShem protegió a Israel: cuatro nubes alrededor, una nube por encima, una por debajo y la séptima nube, que iba al frente, a tres días de distancia, para indicarles el camino.
¿Por qué eran necesarias estas nubes protectoras? Porque cruzar un desierto es arriesgado. El agua y la comida no son suficientes. Hay al menos cuatro desafíos serios al atravesar un desierto:
- Clima: El calor abrasador durante el día y el frío de la noche, junto con los vientos impredecibles y tormentas de arena. Recuerdo lo que ocurrió con el ejército de Cambises en Egipto. En el año 525 a.e.c., Cambises envió un ejército de 50,000 soldados para destruir el Templo de Amón en Siwa, Egipto. Tras siete días en el desierto, desaparecieron, probablemente enterrados bajo una tormenta de arena. ¿No es fascinante —milagroso— que ningún fenómeno climático afectara a los judíos durante 40 años en el desierto?
- Ataques: En el desierto hay bandidos y ladrones. En el caso del pueblo judío, después de la guerra con Amalek, no se registraron más ataques.
- Animales: En el desierto abundan serpientes venenosas y escorpiones. Es fácil pisar a uno de estos animales y ser atacado.
- Dirección: Moshé pidió a su suegro Yitró que los acompañara, pues conocía bien el desierto. Sin embargo, Yitró se negó. La séptima nube, el “amud esh ve’anan” (columna de fuego y nube), guió al pueblo como un GPS moderno.
¿NUBES INVISIBLES?
Ahora podemos comprender mejor la opinión de Ribbí Eliezer. La palabra «nube» en hebreo, ‘anan, no debe entenderse como las nubes blancas del cielo. Aquí «nube» se usa metafóricamente, refiriéndose a un mecanismo Divino que protegía al pueblo judío. Estas nubes invisibles, que protegían desde todos los lados, pueden compararse hoy a firewalls (barreras protectoras) que protegían de posibles ataques enemigos. La nube de arriba protegía de las inclemencias del clima, y la de abajo, de los animales venenosos. Finalmente, la séptima nube, la columna, guiaba al pueblo, indicando el camino.
Nuestros Sabios debatieron ambas opiniones y finalmente se pronunciaron a favor de la opinión de Ribbí Eliezer.
Cuando entramos a la Sucá, debemos recordar que HaShem protegió a nuestros antepasados de todos los peligros del desierto.
Este año podemos entender mucho mejor la protección de las Nubes de Gloria que protegieron a Israel en el desierto.
Sin las “nubes” que hoy protegen a Medinat Israel, como el sistema de defensa antimisiles Iron Dome que ha interceptado más de 500 misiles lanzados desde Irán, evitando víctimas judías, la situación sería trágica.
Que HaShem siga protegiendo a Israel como lo hizo con nuestros antepasados en el desierto.
SUCOT: Residir en la Sucá
La Torá dice: “En las Sucot habitaréis por siete días … para que vuestras generaciones sepan que Yo hice habitar [y así protegí] a los hijos de Israel en Sucot, cuando los saqué de la tierra de Egipto …” (Levítico 23).
Durante siete días dejamos nuestras casas y nos instalamos en la Sucá. Comemos, estudiamos y, si el clima y la salud lo permiten, dormimos allí. Este acto conmemora la travesía de cuarenta años desde Egipto hasta la Tierra Prometida, cuando Dios cubrió todas nuestras necesidades y nos protegió de los peligros del desierto.
Al residir en la Sucá, recreamos esa experiencia de confianza en la Protección Divina, que es lo que realmente nos debe importar.
Los rabinos explicaron que para cumplir con esta Mitsvá debemos transformar la Sucá en nuestra residencia principal durante los siete días de Sucot, y nuestra casa en una residencia temporal. Esto implica realizar en la Sucá las actividades cotidianas que normalmente hacemos en casa.
Algunos ejemplos:
COMIDAS: Excepto cuando llueve, debemos comer en la Sucá, especialmente las comidas formales que incluyen pan (hamotzi y birkat hamazon), para lo cual recitamos la bendición: “…asher quiddeshanu bemitzvotav vetzivanu liysheb basukká.”
MEZONOT: Alimentos como pasteles y galletas (mezonot) también deben consumirse dentro de la Sucá. Sin embargo, si se comen como un snack entre comidas, no se dice la bendición de la Sucá.
SNACKS: Alimentos ligeros como fruta o café pueden consumirse fuera de la Sucá, aunque es elogiable no comer ni beber nada fuera de ella durante Sucot.
DORMIR: Dormir en la Sucá es parte de la Mitsvá, pero depende del clima, la salud y otros factores como la seguridad o la presencia de animales .
¿Era judío Cristobal Colón?
ESTE ARTICULO FUE PUBLICADO EN HALAJA OF THE DAY EN OCTUBRE DE 2015
EL APELLIDO
El apellido Colón o Colombo era típicamente judío. Viene del nombre o apellido hebreo Yoná (como «Rabbenu Yoná») que significa «paloma» o en italiano, «colomba». Recordemos tambien que uno de los rabinos más famosos de esa época, y el más importante jurista (poseq) rabínico italiano de todos los tiempos, se llamaba Rabbí Yosef Colón (mahariq, 1420-1480). En España, en uno de los más tempranos autos de fe (1461), fue quemado vivo Tomás Colón, junto con su esposa y su hijo, por cometer el delito de «judaizar» (=realizar alguna práctica judía, como encender velas o cambiarse la ropa un viernes por la tarde, o estar parado silenciosamente frente a una pared –recitando la ‘amidá, etc).
IDENTIDAD SECRETA
Por supuesto que, si Colón era judío, era de esperar que lo ocultara, especialmente si su intención era obtener el apoyo político de la corona de España para sus expediciones. En los tiempos de los reyes católicos Isabel y Fernando, ser judío no era un título que otorgara muchos privilegios en la corte española…. todo lo contrario. Muchos judíos, probablemente más de 200,000, vivían una doble vida. Ellos o sus padres se habían convertido por la fuerza desde que comenzaron los «progroms» en 1391 y vivían exteriormente como católicos, pero en sus casas, en el seno de sus familias, vivían como judíos, muchas veces arriesgando sus vidas. A estos judíos se los llamaba de muchas maneras diferentes: «marranos», en el lenguaje popular, «conversos», «cristianos nuevos», «cripto-judíos» (judíos en secreto) o «chuetas» en el sur de España.
CERTIFICADO DE JUDEIDAD
Hay muchas evidencias que indican la judeidad de Colón, como su firma, etc.
Otras menos conocidas son:
1. En su testamento Colón dejaba el 10% de todos sus ingresos a los pobres y a las doncellas que estén por casarse. Estos gestos corresponden a dos preceptos muy importantes en el judaísmo, ma’aser kesafim, apartar un 10% de nuestros ingresos para caridad. Y dentro de la Mitsva de Tsedaqa, como dice el Shulján Aruj, el acto más meritorio y que tiene prioridad sobre cualquier otra noble caridad, es apoyar a las jóvenes que se van a casar y no tienen medios suficientes para hacerlo (hajnasat kalá, yore de’a 249:15).
2. Colón debía partir del puerto de Palos el 2 de Agosto de 1492. Ese año, el 2 de Agosto era el día de Tisha beAb, el día de duelo nacional del pueblo judío. Colón, por razones que nunca pudieron ser explicadas en términos climáticos, etc. embarcó a sus 90 hombres el 2 de Agosto, pero no partió del puerto hasta el día siguiente, el viernes 3 de agosto, media hora antes de que cayera el sol (comenzara Shabbat). «Casualmente» el 3 de Agosto era también el último día que el infame Edicto de Expulsión establecía para que los judíos eligieran entre convertirse o abandonar España…
3. Todos los financieros que apoyaban a Colon eran judíos practicantes o secretos. Los fondos para la expedición de Colón no venían, como dice la leyenda, «del dinero de las joyas que vendió la reina Isabel». Colón necesitaba el apoyo político y legal de la reina para conquistar legalmente nuevas tierras, pero el financiamiento tenía que llegar de otro lado. Entre los judíos que apoyaban a Colón estaban por ejemplo, el célebre Rab Don Isaac Abarbanel, uno de los hombres más pudientes de España; el Rab Abraham Zacuto, el astrónomo más famoso de España en esos tiempos, que fue quien le entrego a Colón su astrolabio y su calendario Perpetuo, ambas herramientas nuevas y esenciales para la navegación. Otros donantes de Colón fueron los judíos conversos. Entre muchos otros Luis de Santangel y Gabriel Sanchez. Cuando Colón llega de su primera expedición escribe dos cartas de agradecimiento por el apoyo brindado: una a Sanchez y otra a Santanagel. Colón no escribió ninguna carta de agradecimiento a los Reyes.
Pero , ¿por qué los judíos y conversos españoles apoyaban a Colón?
EL PLAN SECRETO
En su «Diario del Primer Viaje» de 1492, Colón revela su increíble plan maestro. Allí Colón escribe que «con las ganancias de su empresa liberaría Hierusalem y construiría allí la Casa Sancta». Esto lo dice Colón repetidas veces en sus diarios (ver aquí pag. 294). Lo que movía a Colón a conseguir oro y riquezas, según sus propias palabras, era su deseo de financiar un gran ejército de más de 100.000 soldados, liberar Jerusalem de mano de los moros y «construir allí la casa santa». Para los cristianos, la conquista de Jerusalén se justificaba con el fin de liberar el santo sepulcro. En términos cristianos, la expresión «construir una casa santa en Jerusalem» no tiene ningún sentido… Evidentemente, como los judíos muy bien sabemos, la construcción de la «Casa Sancta en Hierusalem» no puede ser otra cosa que la construcción del Bet haMiqdash. La intención de Colón, y de los judíos que lo apoyaron con tanto entusiasmo era que con los fondos obtenidos se conquistara Jerusalem y los judíos, incluyendo a los 800,000 judíos que abandonaron España el mismo día que Colón partió del puerto de Palos, pudieran finalmente tener su propia tierra, volver a su hogar, Israel, y ver reconstruida allí su «Casa Sancta» (בבי»א). Esta fue y sigue siendo, la mayor aspiración del pueblo judío, y por la cual , hasta hoy seguimos rezando.
Rab Yosef Bittón |
Todo esto, hasta donde yo sé, y por razones que sospecho van más allá de lo académico, no es muy sabido y no se enseña en las escuelas.
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NEILA, 5785: El Veredicto Final
Es el final de Yom Kippur, 5785, el momento de la Tefilá Neila. En los cielos, el juicio está a punto de comenzar. El Todopoderoso está sentado en Su trono, listo para evaluar a Su pueblo Israel y emitir el veredicto final. En el centro de la Corte Celestial está la balanza que pesa los méritos (zekhuyot) y las transgresiones (jobot) de Israel. Que definirá si este año que está comenzando merece ser bueno o difícil para Israel. Hay demasiado en juego. 5785 es un año decisivo para el futuro del pueblo judío. Se siente un tenso silencio en los cielos y en la tierra.
Primero se le concede permiso al fiscal para presentar sus argumentos. Se levanta y comienza a cargar la balanza en el lado izquierdo con las transgresiones que cometió el pueblo de Israel del año pasado. Pecado tras pecado, apila ofensas pequeñas y grandes en la balanza. Cuando termina, se aparta. El plato está muy pesado, la balanza se inclina demasiado a la izquierda, y un incómodo silencio llena el aire de la Corte.
Acto seguido, se concede permiso a los ángeles Mijael, Eliyahu y Gabriel, los defensores de Israel, para presentar los méritos de Israel durante el año que pasó.
Los ángeles llaman al estrado a siete líderes, siete patriarcas para testificar y presentar su caso ante el Todopoderoso.
Primero, llega Abraham representando el jesed, la bondad. Abraham da un paso adelante y les recuerda a todos que el año que pasó fue un año de guerra, impuesta desde Simjat Torá. El primer patriarca trae con él todos los actos de bondad del pueblo de Israel que estuvo a la altura de las circunstancias: los médicos y enfermeras de los hospitales que pasaron largas noches sin dormir salvando vidas de los soldados heridos; el personal de seguridad que arriesga sus vidas para impedir atentados en centros civiles; los psicólogos, los trabajadores sociales, los maestros y los consejeros juveniles que atienden a las familias que sufren las perores pérdidas. Luego introduce a los cientos de miles de voluntarios de todo el mundo judío que se hicieron presente durante la guerra. Las mujeres de Naharia que dejaron todo lo que estaban haciendo y se pusieron a cocinar durante meses para que los soldados siempre encontraran algo para comer. Los hombres que se transformaron en choferes voluntarios para transportar día y noche a soldados y reservistas. Los voluntarios que organizaron asados y deliciosas comidas para agasajar a los combatientes que llegaban desde Gaza. Los que apoyaron a los soldados heridos, visitándolos, acompañándolos, y cantando para ellos. El personal voluntario de ZAKA, que, desde las escenas de un horror inimaginable, rescataban los últimos restos de cuerpos judíos deliberadamente quemados y mutilados. La solidaridad de los judíos de la diáspora que se pusieron a la altura de las circunstancias que juntaron y enviaron decenas de aviones con toneladas de equipo y ropa para el ejército. Los que organizaron y participaron de viajes de solidaridad. Los que donaron cientos de millones de dólares al Estado de Israel y a su ejército.
Luego se presentó Isaac, olá temimá, el joven que estuvo dispuesto a sacrificarse y dar su vida por Kiddush Hashem. Isaac colocó en el lado derecho de la balanza las 750 almas puras de los soldados y combatientes judíos caídos en combate desde el 7 de octubre. Los soldados que ese fatídico día murieron defendiendo con sus últimas balas sus bases militares, o aquellos que, como Eljanan Kalmenzon, llegaron desde el otro lado de Israel, en Judea y Samaria, hasta el Kibutz Be’eri al escuchar las noticias del ataque en la mañana, y que no esperaron recibir órdenes, sino que actuaron para salvar a inocentes a costa de sus propias vidas. Los jóvenes soldados que, en las sangrientas batallas de Gaza, se ofrecieron como voluntarios para ir al frente y entrar en esas casas llenas de explosivos. Y los combatientes que se lanzaron sobre granadas vivas para salvar las vidas de sus hermanos en armas. Y aquellos que, como el comandante Arnon Zamora, dieron su vida para rescatar a los rehenes de Hamás. Y los paramédicos que corrieron en medio de una lluvia de balas para rescatar a los soldados hermanos heridos del campo de batalla. La balanza comienza a inclinarse fuertemente hacia el lado derecho.
Isaac se retira y entonces llega Jacob, el patriarca que luchó contra Saro Shel Esav y lo venció, pero quedó herido por el resto de su vida. Jacob trae con él los nombres de los 11,000 soldados de Israel heridos desde el 7 de octubre. Coloca sobre la balanza las sillas de ruedas, las muletas, las prótesis, las lágrimas y las cicatrices del dolor de las heridas. Luego acumula las discapacidades físicas o mentales que estos héroes jóvenes cargarán de por vida.
El peso en el lado derecho ya es insoportable.
Luego ingresa a la corte Yosef, y les recuerda a todos que él fue cautivo. Fue tirado en un pozo y estuvo rodeado de escorpiones y serpientes venenosas. Y luego estuvo en un calabozo por dos años, y pensó que nunca saldría con vida. Yosef trae los nombres de los 101 jatufim que todavía siguen cautivos en Gaza. Las jóvenes mujeres, los hombres y los niños que sobreviven en túneles oscuros o que están escondidos en apartamentos húmedos. Hambrientos, cansados, maltratados, torturados física y emocionalmente, desesperados por ser rescatados y orando por una salvación milagrosa como la de Yosef.
En ese momento todos dan un paso atrás e ingresa al recinto Moshé Rabbenu, que llega con la Torá que lleva su nombre. Y demuestra que desde el 7 de octubre, el estudio y la observancia de la Torá ha revivido como nunca antes en la historia. Coloca en la balanza derecha cientos de nuevos Sifre Torá que se han dedicado a la memoria de los soldados caídos en batallas. Presenta cientos de miles de Tefilin y Tzitzit que todo soldado judío lleva en la batalla. Y los millones de libros de Tehillim. Y las sinagogas improvisadas en Gaza, y las nuevas cabañas en el sur del Líbano, listas para celebrar la fiesta de Succot. Añade el increíble resurgimiento del judaísmo en la diáspora, en América, y coloca una foto del multibillonario Bill Ackman que hace menos de una semana se puso su Tefilin, por primera vez en su vida.
Moshé introduce a su hermano, Aharón HaCohén, que nos enseñó a estar unidos y practicar el amor incondicional de un Yehudí por el otro. Coloca en la balanza la solidaridad y el espíritu de unidad que los judíos redescubrimos después del 7 de octubre. La nueva conciencia de que no solo somos un pueblo, sino una familia. En el campo de batalla, los soldados descubrieron que ya no hay ashkenazim ni sefaradim, ni de izquierda ni de derecha—solo hermanos judíos luchando hombro con hombro, uno por el otro y todos por el pueblo de Israel, Keish Ejad Belev Echad, como una sola persona con un mismo corazón. También coloca en la balanza el nuevo entendimiento de que las comunidades de la diáspora y los judíos de Israel somos una sola familia. La balanza se inclina más y está a punto de romperse. Aharón demuestra que la unidad es nuestra fuerza más grande. Hay un silencio tenso en la sala.
Entonces suenan las trompetas e ingresa a la corte David HaMelej: el rey poeta y guerrero invencible. David presenta a la noble generación de jóvenes soldados, algunos de los cuales recién acaban de terminar la secundaria, y que se abalanzan contra el enemigo como leones. Y que repiten: “¡LUCHAR, LUCHAR, LUCHAR!”, no tres sino siete veces: haciendo la guerra contra siete frentes—Hamás, Hezbolá, los Hutíes, Irak, Siria, Judea y Samaria, y, por supuesto, Irán. Son fuertes, muy valientes, y determinados a derrotar a un enemigo despiadado. Luchan para proteger nuestra tierra y restaurar la gloria del pueblo judío. Luchan Bayabasha, Ba’avir, Ubayam—en tierra, en el aire y en el mar—para eliminar a Amaleq y proclamar: “¡Am Yisrael Jai!”.
El Rey David termina su exposición y, de repente, las puertas se abren de par en par y ellas irrumpen en la Corte. Se escuchan los pasos afuera y todos se ponen de pie al ver a las cuatro matriarcas de nuestra nación. Sará, Rivká, Rajel y Leá ingresan al recinto, se acercan a la balanza y colocan en el plato los nombres de las 750 madres, Imaot Shekulot, que han perdido a un hijo en la guerra y cuyos llantos de dolor nunca cesarán. Y las cientos de jóvenes viudas, que ahora deben criar a sus tres, cuatro o cinco hijos solas, sin sus amados esposos a su lado. Y las oraciones y lágrimas que las madres judías rezan por sus hijos que están en la guerra. Y los interminables capítulos de Tehillim que recitan al lado de las camas de hospital de sus hijos heridos. Las oraciones de las mujeres de los yishuvim , los asentamientos de Judea y Samaria, cuyos maridos están de miluim en Gaza tres, cuatro o cinco meses. Y serán llamados de nuevo a pelear en el Líbano. Rezan por la noche, cuando los niños ya duermen, y le ruegan a Dios que no se conviertan en viudas. O durante el día, mientras atienden a sus hijos, fingiendo que todo está bien para que sus familias preserven la normalidad y no sufran el trauma del 7 de octubre.
El plato derecho de la balanza colapsa bajo el peso de las virtudes, los méritos y los rezos del pueblo de Israel.
Mijael, Eliyahu y Gabriel dan por concluida su presentación.
El Todopoderoso sella el veredicto del pueblo judío y establece que a Israel le será otorgado un veredicto celestial positivo. Y que el año 5785 será un mejor año. Un año de yeshu’ot, victorias, y de gueulá, redención.
Nos espera—nos merecemos— el mejor año de nuestra larga historia.
AMEN.
VISPERA DE YOM KIPPUR
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Viduy, confesión, para nuestros días
Una de las Mitsvot esenciales del día de Yom Kippur es el Viduy, un texto que menciona las transgresiones que cometimos o pudimos haber cometido, especialmente durante el pasado año. El Viduy nos ayuda a identificar nuestros malos hábitos y las malas acciones que quizás hemos olvidado, borrado o suprimido inconscientemente de nuestra memoria, y nos permite arrepentirnos por ellas en Yom Kippur, el día del perdón.
«Viduy», que literalmente significa «confesión» o «admisión», es el paso central del proceso de Teshubá, que consta de tres etapas: 1. identificar nuestras transgresiones (hakarat hajet), 2. la articulación y confesión de las mismas (viduy), y 3. la decisión de abandonar nuestras malas acciones y hábitos negativos (‘azibat hajet ).
Si bien el Viduy lo decimos en voz baja, para nosotros mismos, no debemos leer el Viduy mentalmente, sino que tenemos que pronunciar cada palabra, articulando lo que leemos. ¿Por qué? Porque solo cuando verbalizamos nuestras transgresiones (como una forma de catarsis), realmente hemos admitido nuestra culpa y entonces HaShem acepta nuestro arrepentimiento y nos perdona.
Decimos el Viduy en plural, confesando también transgresiones que posiblemente no hayamos cometido. Esto nos enseña que nuestra responsabilidad moral va más allá de nuestra responsabilidad personal. Pensemos por ejemplo en una persona sobre la cual ejercemos cierta influencia: un hijo, un familiar, un amigo, etc. Cuando este individuo actúa equivocadamente debemos advertirle sobre lo que está haciendo mal. Y si no lo hacemos, somos parcialmente responsables de esa acción equivocada. Y extendiendo esta idea un poco más, el pueblo judío se considera una gran familia en la que todos debemos sentirnos responsables unos por otros.
El texto original del Viduy de Yom Kippur está escrito en hebreo y se presenta en orden alfabético. Es importante aclarar que si leemos la versión hebrea del Viduy y no entendemos lo que estamos diciendo, entonces, la admisión, la confesión, el arrepentimiento y la contrición ¡NO han tenido lugar! Es por eso que, a diferencia de otras oraciones, es imperativo entender claramente las palabras del Viduy. Por lo tanto, no sólo está permitido sino que es necesario leer el Viduy en un lenguaje que uno entienda.
Hay excelentes traducciones del Viduy en muchos Majzorim modernos de Yom Kippur. Aquí presento una versión del Viduy que preparé en base al texto que los Sefaradim recitamos en las Selijot.
La traducción NO es literal y deliberadamente he extendido el significado del texto original tratando de expresar en este Viduy algunos conceptos que considero relevantes para nuestros días. La idea es que al comprender las palabras del Viduy identifiquemos nuestras faltas y se facilite nuestro sincero arrepentimiento.
Esta versión no pretende reemplazar a otros textos de Viduy, sino complementarlos. Recomiendo imprimir este Viduy, tenerlo junto al Majzor y recitarlo en algún momento de Yom Kippur.
(Obtener AQUI la versión de este Viduy en PDF)
TEXTO DEL VIDUY EN ESPAÑOL
ANA HASHEM ELOKENU…
Por favor, Oh HaShem, nuestro Dios y Dios de nuestros padres, ¡que nuestra oración llegue a Ti! Por favor, nuestro Rey, ¡no ignores nuestra súplica! Porque no somos tan insolentes ni tan necios para decir [falsamente] delante de Ti: «HaShem, nuestro Dios y Dios de nuestros antepasados, somos justos y no hemos pecado». [Nos presentamos frente a Ti reconociendo] que hemos cometido transgresiones, iniquidades, y pecados, tanto nosotros como nuestros antepasados y los miembros de nuestra familia.
JATATI HODI’AJA
«Mi pecado reconozco ante Ti, [HaShem], no niego mis transgresiones, me digo a mí mismo: ‘confesaré mis pecados a HaShem’ y espero que así Tú perdones mis faltas.»
(Ahora comenzamos a leer una larga lista de las transgresiones que pudimos haber cometido)
ASHAMNU: Hemos pecado a sabiendas; plenamente conscientes de que estábamos haciendo algo mal.
AJALNU MAAJALOT ASUROT: Hemos comido alimentos prohibidos.
BAGADNU: Hemos traicionado nuestro pacto contigo. Tú confiaste en nosotros y nos encomendaste Tu Torá, pero nosotros no hemos cumplido lo que prometimos en el Monte Sinai: mantener Tu Torá y observar plenamente Tus mandamientos.
BITALNU TALMUD TORATEJA: Hemos perdido nuestro tiempo en vanidades, frivolidades y asuntos banales, en lugar de dedicarnos a estudiar y profundizar las palabras de Tu Torá, que nos acercan más a Ti.
GAZALNU: Hemos hurtado. Hemos tomado, usado o gastado lo que no nos pertenece.
GANABNU: Hemos robado bienes materiales. Hemos robado a mucha gente, de maneras diferentes. Hemos robado el tiempo de nuestros empleadores, y no hemos hecho nuestro trabajo con honestidad.
GAINU: Hemos sido arrogantes. Hemos actuado de manera altiva con nuestros amigos, familiares y colegas.
DIBBARNU DOFI VELESHON HARA’: Hemos diseminado chismes y comentarios destructivos sobre otras personas. Hemos escuchado y repetido críticas hacia otros individuos, y ni siquiera nos ha importado si esas críticas eran ciertas o falsas. Hemos multiplicado rumores negativos sobre otros. Rumores, que si se dijeran sobre nosotros, nos harían sentir avergonzados y heridos.
DIBBARNU EJAD BAPE VEEJAD BALEB: Fuimos cínicos e hipócritas. Hemos dicho algo con nuestra boca, mientras sentíamos otra cosa en nuestros corazones.
HE’EVINU: Hemos practicado la corrupción, la injusticia y la iniquidad.
HIRHARNU HIRHURIM RA’IM BAYOM…: Hemos buscado deliberadamente pensamientos promiscuos durante el día, provocando la impureza durante la noche.
VEHIRSHA’NU: Hemos procedido con maldad, y hemos causado que otros imiten nuestro mal comportamiento.
VIADNU ATSMENU LIDBAR ABERA: Visitamos lugares inapropiados. Nos hemos reunido con amigos o conocidos para propósitos indecentes.
ZADNU: Hemos pecado deliberadamente. No con inocencia, sino con plena conciencia.
ZANINU AJAR LIBENU…: Nos dejamos llevar por nuestros ojos y por nuestros impulsos para practicar la promiscuidad.
JAMASNU: Hemos explotado a otras personas. Hemos abusado de nuestros empleados, deudores o acreedores. Hemos tomado lo que no nos pertenece.
JAMADNU: Hemos tenido envidia de los demás. No supimos sentirnos felices, satisfechos y agradecidos con todo lo que Tú, HaShem, nos has dado.
TAFALNU SHEQER UMIRMA: Hemos mentido premeditadamente. Hemos inventado historias engañosas para cubrir nuestras mentiras previas. Engañamos a nuestros amigos y colegas, y mentimos a nuestros clientes para ganar dinero deshonestamente.
YA’ATSNU ‘ETSOT RA’OT…: Hemos dado malos consejos deliberadamente. Hemos aconsejado a los demás hacer lo que era bueno para nosotros, en lugar de aconsejarles hacer lo que era bueno para ellos. Traicionamos la confianza de aquellos que confiaron en nosotros buscando nuestra opinion de buena fe. Sacrificamos nuestra integridad para obtener un beneficio personal.
KIZABNU: Hemos dicho mentiras. Mentimos a nuestros amigos y a los miembros de nuestra familia.
KA’ASNU: Hemos perdido la paciencia y hemos reaccionado con ira y enojo. Sabiendo que la ira es un pecado que se compara con la idolatría, por su irracionalidad y su destructividad. Hemos actuado sin paciencia con nuestros hijos, con nuestro esposo o esposa, enojándonos con ellos injustamente.
LATSNU: Hemos actuado con frivolidad, sin pensar en las consecuencias de lo que hemos hecho o dicho. Hemos perdido la conciencia de nuestra mortalidad y de la brevedad de nuestra vida, desperdiciando nuestro tiempo en vanidades, sin tener en cuenta la irrecuperabilidad del tiempo perdido.
LOTSATSNU: Nos hemos burlado de otras personas. Hemos abusado de los más débiles. Hemos avergonzado a amigos y parientes, privadamente o en público. Hemos llamado a otras personas con apodos embarazosos (bullying).
MARADNU: Hemos actuado con rebeldía hacia Ti. Y sabiendo claramente qué es lo que Tú consideras incorrecto, igual lo hicimos… Actuamos con arrogancia y con vanidad.
MARINU DEBAREJA: Hemos desobedecido Tus palabras. No tuvimos la voluntad ni el deseo de estudiar, aprender y entender lo que Tú nos has ordenado.
NI’ATSNU: Te hemos faltado el respeto, volviendo a hacer expresamente aquellas transgresiones por las cuales nos habíamos arrepentido, te habíamos pedido perdón y habíamos resuelto no volver a repetir.
NIAFNU: Hemos actuado con deslealtad hacia nuestro esposo o esposa. Nos hemos comportado de forma inapropiada con otros hombres o mujeres casados.
NISHBA’NU LASHAV VELASHEQER: Hemos jurado en vano y en falso.
NADARNU VELO SHILAMNU: Hemos prometido y no hemos cumplido nuestras promesas. No hemos mantenido nuestra palabra con honor. Hemos prometido colaborar con obras de bien o Tsedaqá y no lo hemos cumplido.
SARARNU: Nos hemos desviado de Tu camino, de la senda de rectitud y honestidad.
SORERIN UMORIM HAYNU: Hemos sido irrespetuosos con nuestros mayores, con los ancianos, con nuestros maestros, con los estudiosos de la Torá.
‘AVINU: Hemos practicado la injusticia. Hemos sido insensibles ante el sufrimiento de los demás. No hemos prestado atención a las necesidades de los pobres. No hemos sido sensibles con los huérfanos ni con las viudas.
‘ABARNU AL MITSVOT ASE… Hemos fallado en el cumplimiento de Tus mandamientos. Hemos transgredido Tus prohibiciones. Hemos violado los mandamientos que merecen la sentencia capital celestial (Karet).
‘ABARNU AL JILUL HASHEM: Hemos profanado Tu nombre. Hemos usado nuestra identidad religiosa para ganar la confianza de aquellos a quienes terminamos engañando. Hemos malrepresentado a tu Pueblo Israel y a Tu Ley. Nuestro mal comportamiento, nuestras malas acciones y nuestra deshonestidad han hecho que otros, judíos o gentiles, juzguen negativamente Tu Ley, y así Tu Nombre ha sido profanado.
PASHA’NU: Hemos pecado intencionalmente, con rebeldía, desafiando abiertamente y sin vergüenza Tu palabra, Tus mandamientos y Tu voluntad.
PAGAMNU BE-OT BERIT QODESH: Hemos profanado el signo de nuestro pacto, el Berit Milá, con nuestro comportamiento sexual inapropiado y promiscuo.
TSARARNU: Hemos oprimido a otros seres humanos, judíos y gentiles. Hemos maltratado a nuestros empleados y a los que trabajan con nosotros o para nosotros. Hemos humillado y herido a aquellos que merecen nuestra paciencia, respeto y amabilidad.
TSI’ARNU AB VAEM: Hemos provocado el sufrimiento de nuestros padres, al desobedecerles o al faltarles el respeto. No los hemos honrado suficientemente, sabiendo que la Torá nos demanda cuidarlos y atenderlos cuando ellos necesitan de nosotros, como está escrito en el quinto de los Diez Mandamientos.
QISHINU ‘OREF: Hemos sido obstinados. Hemos actuado con arrogancia y vanidad. No fuimos capaces de pedir perdón a nuestros amigos y familiares por haberlos ofendido o herido. Hemos sido tercos y necios, al ser incapaces de cambiar nuestra opinión o dictamen, aun cuando nos dimos cuenta de que estábamos equivocados.
QILQALNU TSINOROT HASHEFA‘…: Nos hemos privado a nosotros mismos de recibir Tus bendiciones, destruyendo con nuestras malas acciones, con nuestra envidia y con nuestro resentimiento, los canales de bendición a través de los cuales nos concedes Tu abundancia. Hemos optado por quejarnos de todo lo que nos falta, en lugar de estar agradecidos por todo lo que nos has dado.
RISHA’NU: Hemos actuado con maldad. A través de nuestras malas acciones hemos causado dolor a nuestros amigos, hijos, familiares y seres queridos.
RA’IM LASHAMAYIM…: Hemos actuado incorrectamente hacia Ti y hacia nuestros compañeros. Actuamos de acuerdo a nuestro limitado juicio, ignorando deliberadamente Tu infinito Juicio.
SHIJATNU: Hemos practicado la corrupción. Hemos engañado y mentido tantas veces que el engaño y la mentira ya se han convertido en parte de nuestra personalidad.
SHIQARNU: Hemos hablado falsamente y con engaño.
SHIJATNU ZERA QODESH…: Hemos desperdiciado y destruido nuestra simiente sagrada. No hemos mantenido nuestros ojos con pureza y alejados de la promiscuidad. Hemos procurado deliberadamente exponernos a imágenes inapropiadas, provocando que las semillas de la vida sean desperdiciadas y destruidas.
TI’AVNU: Hemos cometido abominaciones. Hemos practicado lo que Tú aborreces y lo que nos has exhortado a rechazar: la injusticia, la opresión y el engaño.
TA’INU VETI’ATANU: Hemos tomado las decisiones equivocadas. Hemos arrastrado a otras personas a unirse a nosotros en malos caminos. Influimos en otros, directa o indirectamente, llevándolos a cometer los mismos pecados que nosotros cometimos, para así sentirnos menos incómodos. Hemos dado un mal ejemplo a nuestros hijos e hijas, que observan e imitan lo que hacemos. No hemos enseñado a nuestros hijos, esas almas puras que Tú confiaste en nuestras manos, a practicar el bien y evitar hacer todo lo que es incorrecto a Tus ojos.
VESARNU: Nos hemos apartado de Tus mandamientos y de Tus preceptos. ¿Y de qué nos ha servido?
Ahora nos presentamos humildemente ante Ti, Tú que eres justo y recto en Tu juicio y en Tu veredicto.
Reconocemos que todo lo malo que nos rodea es fruto de nuestra propia responsabilidad. Tú nos has enseñado a buscar la verdad, la justicia y el bien, y nosotros hemos causado nuestro propio mal
Audio en ingles: UNDERSTANDING THE PRAYERS OF YOM KIPPUR
YOM KIPPUR ¿En qué casos no se ayuna?
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Para reducir el riesgo de deshidratación, uno debe hidratar su cuerpo con suficientes líquidos. Pero hay que hacerlo de la manera correcta. Beber una gran cantidad de agua justo antes del ayuno es un beneficio menor, ya que la mayor parte de esos líquidos son rápidamente eliminados, generalmente la misma noche de Yom Kipur . En lugar de beber mucha agua de una vez, uno debe beber pequeñas cantidades de agua durante las 48 horas previas al ayuno. La cantidad recomendada es beber un vaso de agua mediano ( 160-200 ml.) aproximadamente cada hora durante los dos días previos al ayuno, para que todas las células del cuerpo se hidraten. Esta recomendación también se les da a los atletas antes de correr un maratón.
Siempre consulte con su médico de cabecera .
¿Cómo desaprovechar Yom Kippur?
Yom Kippur es el día más importante del año judío. El día que confesamos nuestros errores y malas acciones a Dios, y resolvemos mejorar nuestra conducta durante el año entrante, esperando que HaShem acepte nuestras disculpas, y nos inscriba y nos selle en el libro de la vida. Ahora bien, a pesar de lo importante que es Yom Kippur, si no hacemos nuestros deberes antes de Yom Kippur, el día más importante del año podría convertirse en la oportunidad desperdiciada más importante del año.
ANTES de que comience Yom Kipur, debemos pedir perdón a aquellos a quienes pudimos haber ofendido o causado algún daño, emocional o material. Durante Yom Kippur, las transgresiones entre nosotros y Dios (Shabbat, Kashrut, Tefilin, etc.) son inmediatamente perdonadas al confesarlas y decidir mejorar. Pero Dios no nos perdona aquellas ofensas hechas hacia otro ser humano: engañar, mentir, robar, avergonzar, hablar mal de alguien (lashon hara’), etc. Todas estas transgresiones NO son perdonadas en Yom Kipur a menos que primero nos acerquemos a los que lastimamos y les pedimos perdón.
Si tomamos esto con seriedad, debemos sentarnos durante unos minutos con lápiz, papel y un corazón humilde. Para repasar en nuestra memoria si pudimos haber causado dolor y daño a otras personas: amigos, compañeros o familiares, padres, pareja, etc.
Una vez que sabemos a quien ofendimos, deberíamos pensar en cuál es la forma más efectiva para disculparnos con cada individuo en particular. ¿Por teléfono o en persona? ¿Por un correo electrónico largo o por un corto mensaje de texto? ¿Deberíamos describir en detalle lo que hemos hecho mal, o deberíamos pedir perdón de una manera más general? Dado que cada persona es diferente y cada caso es único, no existe una fórmula absoluta para pedir perdón a cada individuo. Debemos usar nuestro sentido común y encontrar la manera de que nuestra disculpa sea sincera, creíble y efectiva.
Pedir perdón es probablemente una de las tareas más desafiantes que tenemos que hacer. Porque hay que admitir y decir: “ME EQUIVOQUE”. Se necesita mucha humildad y fuerza emocional para enfrentar a la víctima. Creo que ayuda si uno considera la humillación como una suerte de Kappara (expiación) dentro del proceso de nuestra propia Teshubá.
Una segunda lista que debemos escribir lo antes posible es la de nuestras deudas: dinero que debemos en nuestro negocio o a proveedores, a amigos o familiares, donaciones comunitarias no pagadas, Tzedaqa que prometimos dar, etc. Debemos priorizar aquellas deudas que han caducado o están a punto de caducar. Este es el momento adecuado para hacerlo: hoy o (literalmente) durante los dos próximos días.
¿Cuál es la mejor forma de hacer las Kapparot?
En muchas comunidades judías, existe la costumbre (Minhag) de hacer Kapparot en la víspera de Yom Kipur, ¿cuál es la mejor manera de hacer las Kapparot, con un pollo o con dinero que luego será dado para Tsedaqa (caridad?)
En primer lugar, hay que aclarar que no hay una mitsva en la Tora que indique la obligación de realizar las Kapparot o cualquier tipo de sacrificio animal en la víspera de Yom Kipur. En nuestros días, como Maimónides explica “en sham ela teshuba “no existe nada fuera de la Teshubá para expiar por nuestros pecados”. La Teshubá es un proceso de introspección mental, emocional y verbal muy serio que consiste en la admisión y la confesión de nuestros errores y nuestros malos hábitos, que en última instancia nos deben conducir a un cambio positivo en nuestro comportamiento.
Las Kapparot comenzaron como una práctica que fue iniciada por el pueblo —no por los Rabinos— en el tiempo de los Gueonim (años 800-1000). La Kappará se hace con un animal vivo, lo cual debe inspirar un sentimiento de Teshubá. ¿Cómo? Al ver la Shejitá (el sacrificio) de la gallina, debemos asumir la extrema fragilidad de la vida y concientizarnos en la importancia de hacer Teshubá, reflexionando sobre nuestra propia mortalidad. Esta es, por cierto, la explicación frecuente para el efecto que los qorbanot, sacrificios rituales, en los tiempos del Bet haMiqdash tenía sobre la conciencia del pecador.
Sin embargo, poco después de que la costumbre de Kapparot se hizo más popular, algunos rabinos muy prominentes como el Rambán (Najmánides) elevaron sus voces en contra de esta práctica. El Rabino más importante de aquella época, Marán Rabbí Yosef Caro (1488-1575) el autor del Shuljan Aruj, el Código de la Ley oficial de todos los judíos, desaprobó la práctica de Kapparot en la víspera de Yom Kippur de forma explícita y usando palabras muy duras. En la primera edición de la ‘Aruj Shulján (Venecia 1565) está escrito en el título del Siman 605, donde el rabino Yosef Caro desaprueba la costumbre de las Kapparot מנהג כפרות בערב יום כפור מנהג של שטות הוא. «La costumbre de Kapparot en la víspera de Yom Kippur es una costumbre tonta» (eufemismo por “superstición”)“. Increíblemente, en las ediciones posteriores los editores borraron esta última línea. (Véase la edición original del Shulján ‘Aruj con esta cita aquí, ver también en este texto que el Rab Rama (Mura»m), que registra la costumbre Ashkenazí, sí recomienda hacer las Kapparot con un pollo o una gallina. Pero menciona también la alternativa de Tsedaqá y el problema de los Qorbanot).
Pero, ¿por qué la oposición de tan grades rabinos a las Kapparot con animales?
En primer lugar, como Najmánides dice: mishum darke haemori «porque es similar a la práctica de los adoradores de ídolos». Incluso hoy en día, muchos cultos como Macumba, Vudu, etc. utilizan un pequeño pollo como sacrificio a sus ídolos (haga Google por ejemplo con la palabra «Eshu» o “Eleggua”, grandes ídolos guerreros de la santería, a quienes sus seguidores “adoran” sacrificando a ellos un pequeño pollo).
En segundo lugar, el hecho de que la realización de la Kappará es similar a la realización de los qorbanot o sacrificios , hizo que muchos rabinos estuvieran muy preocupados, porque el sacrificio de un animal “como sacrificio” afuera del Bet haMiqdash pudiera ser considerado una grave transgresión (haqrabat jutz), una prohibición bíblica que conlleva el Karet. Por esta razón, muchos rabinos incluso prohibieron el consumo de un pollo que fue sacrificado de esta forma, o con la intención de un Qorbán (El Rishbá, aunque también se oponía a las Kapparot con pollo, permitía comer esos animales –que por lo general se ofrecía como caridad a los pobres, ya que el pollo no es uno de los animales que se ofrecían como sacrificio en el Bet haMiqdash).
En tercer lugar, como son muchas las personas que quieren hacer Kapparot en la víspera de Yom Kipur (esto suele suceder especialmente en Israel y en New York y otras ciudades con importante población judía), la Shejitá podría no hacerse con el debido cuidado y atención en términos de la revisación de los cuchillos y otros detalles rituales. Este fue el punto principal mencionado por el rabino Obadia Yosef z’’l y por lo cual recomendó hacer las Kapparot con Tsedaqá en lugar de pollos (ver este artículo ).
Hay otro problema relacionado con este punto, alta demanda de Kapparot, que debe ser tenido en cuenta. Debido a la gran demanda y el corto tiempo para sacrificar tantos animales en la víspera de Yom Kippur, a menudo los animales son maltratados en el proceso, y a veces son dejados durante horas o incluso días en jaulas sin comida ni agua. Esta es una transgresión grave y explícita de un mandamiento de la Torá que nos indica tratar a los animales con compasión y evitar el sufrimiento innecesario de los seres vivos (tsa’ar ba’ale jayim). Uno de los Rabinos principales de Israel, el Rab Rashi Ashkenazi de Israel, el rabino David Lau, abordó esta cuestión hace un par de años (ver aquí).
Por último, la mayoría de las personas que hacen la Kappará no consumen ese pollo, y a aveces ni siquiera se lo entrega a un individuo pobre para su consumo , como menciona Ramá que solía hacerse en el pasado (porque muchos piensan que los pecados se transfieren al animal, lo cual, insistimos, no es un concepto judío). En ese caso, cuando se mata a un animal innecesariamente (=cuando no es para comer) se está transgrediendo otra prohibición bíblica llamada bal tashjit, el sacrificio innecesario la vida de un ser vivo.
En conclusión, la mejor forma de hacer las Kapparot y evitar todos estos problemas es la Tsedaqá (= entregar dinero o comida preparada para los necesitados). Cuando hacemos las Kapparot de esta manera 1. evitamos todos los problemas mencionados anteriormente, y, 2. antes de que comience Yom Kippur, nos adjudicamos el cumplimiento del mandamiento bíblico de Tsedaqá, que es un mitsva sin perjuicios colaterales. Por el contrario, Tsedaqá (caridad, ayuda a los necesitados) fue considerada por nuestros Sabios como el precepto activo (Mitsvat Asé) más importante de la Torá. Así escribe Maimónides: «Hay que ocuparse de la Mitsva de Tsedaqá más que de cualquier otro mandamiento positivo» (MT, Matanot’ aniyim 10: 1 ). Dar Tsedaqá trae una gran zejut (mérito) al que ayuda justo antes de Yom Kippur, y un alivio, que puede ser muy necesario, para el destinatario: וצדקה תציל ממות
Ver este video donde rabino Shelomo Aviner, Rosh Yeshibat Ateret Cohanim, explica las formas de hacer kaparot y menciona, entre otras cosas, que el rabino Kaddouri z «l, y el rabino Shlomo Zalman Auerbach z» l hacían kaparot con Tsedaqa en lugar de pollo.