LOS LEVIIM Y SUS FUNCIONES
Dios le informa a Moshé acerca de las funciones y los deberes de las familias de Guereshón y Merari, de la tribu de Leví. La familia de Guereshón debía transportar las cortinas y las cubiertas de tela del Tabernáculo cuando este se desmantelaba para su relocación. La familia de Merari se encargaría del esqueleto del Santuario, es decir, las vigas de madera y los pilares. También se presenta el número de miembros de la familia de Kehat, que eran 2.750 en edad de servicio, entre 30 y 50 años. La familia de Guereshón contaba con 2.630 personas en esta edad. La familia de Merari, 3.200. Así, el total de levitas elegibles para ocuparse de desmantelar, transportar y volver a construir el Tabernáculo era de 8.580 individuos.
PUREZA E IMPUREZA
Dios instruye al pueblo judío acerca de las leyes de pureza e impureza y explica que las personas ritualmente impuras deben alejarse del campamento de Israel temporalmente hasta su purificación.
RESTITUCIÓN Y ARREPENTIMIENTO
También se discute el tema de la restitución en el caso de robo y el sacrificio del Templo que se requiere de quien roba a su prójimo y luego jura falsamente para mantener su inocencia. Se aclara el tema de la restitución cuando la víctima del robo ya no está con vida. Otro tema muy importante que trata nuestra Parashá es la confesión verbal, a uno mismo, de los pecados cometidos como parte del proceso de Teshubá, o arrepentimiento.
OTROS CASOS ESPECIALES
También se describe el caso de la “Sotá”, una ceremonia ritual en caso de sospecha de adulterio por parte de la esposa. Se mencionan asimismo las leyes del “nazir”, un individuo que toma sobre sí mismo restricciones adicionales a las que ha prohibido la Torá, por ejemplo, no beber vino. En esta Parashá encontramos también las bendiciones de los Cohanim, o sacerdotes, que siguen siendo pronunciadas hasta nuestros días.
LA INAUGURACIÓN DEL TABERNÁCULO
La sección más extensa de esta sección semanal —que, dicho sea de paso, es la más extensa de la Torá— describe la inauguración del Tabernáculo y las ofrendas voluntarias que los líderes de cada tribu trajeron en el momento de la inauguración. Por ejemplo, carretas y bueyes para transportar el Tabernáculo de un lado al otro. Dios instruye a Moshé aceptar estas ofrendas, que la Torá describe individualmente. El último versículo de la Parashá menciona cómo Dios se comunica con Moshé, Su voz emanando de entre los dos Querubines que reposaban sobre el Arca Sagrada.