Resumen de Parashá Quedoshim

La parashá Quedoshim, ubicada en el libro de Vayiqrá (Levítico), es esencial para entender el llamado de Dios a los judíos para alcanzar la santidad: «Sean santos porque yo, el Señor su Dios, soy santo». Este no es un mandamiento sino una exhortación para la serie detallada de leyes que serán mencionadas a continuación y que guían la conducta ética y espiritual del pueblo judío.
La parashá comienza con la importancia de respetar a los padres y observar el Shabbat. Se prohíbe la idolatría y se establecen normas relacionadas con los sacrificios que no se han consumido en el tiempo establecido. También se refiere a la justicia social, indicando que los judíos debemos dejar partes de nuestras cosechas para los pobres. También se prohíbe el engaño, la mentira, la retención injustificada del salario del trabajador, jurar falsamente y maldecir.
Además, la Torá prohíbe pervertir la justicia, chismear, ser indiferente ante el sufrimiento ajeno, odiar, guardar rencor y practicar la venganza. Se destaca la importancia de advertir al que procede mal y se exhorta a amar al prójimo como a uno mismo.
También se abordan leyes rituales sobre la agricultura y la vestimenta, como la prohibición de sembrar cruzando dos tipos de semillas, usar una prenda de mezcla de lana y lino (shatnez), o cruzar animales de diferentes especies.
Se introducen leyes sobre la prohibición de comer frutos de un árbol durante los primeros tres años (orla) y la obligación de ofrendar los frutos en Jerusalem el cuarto año.
También se prohíben las prácticas de la brujería, la hechicería, la prostitución y el tatuado del cuerpo. Se exhorta a no rasurar los bordes del cuero cabelludo o la barba con una cuchilla de afeitar, pero sí se permite cortarlo con una tijera. Un judío debe respetar el santuario de Dios, el estudio de la Torá y a los ancianos.
Se destaca la importancia de amar a los conversos y residentes legales (guer toshab) y a ser honesto en las transacciones comerciales, manteniendo los pesos de las balanzas y las medidas con integridad.
Se habla del castigo capital para aquellos que practiquen el culto a Molej, que era una forma de idolatría que implicaba sacrificios humanos. Y se establecen las penalidades para aquellos que maldigan a sus padres y para quienes incurran en relaciones sexuales prohibidas.
Finalmente, se advierte a no seguir las costumbres y tradiciones de los paganos y se enfatiza la importancia de consumir solo animales puros (kasher). La Parashá concluye enfatizando que estos son los mandamientos que se deben seguir para ser santos.
Esta parashá no solo destaca la diversidad de las leyes que regulan la vida cotidiana y las prácticas religiosas, sino que también enfatiza un tema central: la búsqueda de una vida de santidad y pureza en la imitación del carácter divino.