EL CONSEJO DE YITRO
El suegro de Moshé, Yitró, escucha acerca de todos los milagros que Dios realizó por los judíos en Egipto y llega desde Midián al campamento israelita en el desierto, trayendo consigo a la esposa de Moshé y a sus dos hijos. Moshé lo recibe y le cuenta más detalles sobre todo lo que Dios hizo por ellos. Yitró alaba a Dios y ofrece sacrificios en agradecimiento. Yitró ve que Moshé está actuando solo como juez y mediador en todas sus disputas que surgen entre los israelitas. Y le explica que esa carga tan pesada sobre los hombros de Moshé eventualmente lo desgastará. Yitró recomienda establecer un sistema de jueces, para lo cual es necesario seleccionar hombres sabios y justos. Moshé debe delegarles responsabilidades, mientras que él solo juzgaría los casos más difíciles. Esto también le permitirá a Moshé dedicar más tiempo a enseñar Torá a su pueblo. Moshé acepta la sugerencia de su suegro y establece el sistema judicial. Yitró regresa a su tierra natal.
LA PROPUESTA
Seis semanas después de salir de Egipto, el primer día del mes de Siván, los hebreos llegan al desierto y acampan al pie del monte Sinaí. Moshé sube a la montaña, donde Dios le propone el establecimiento de un pacto o alianza entre Él e Israel: Dios por su parte elegirá a los israelitas como su pueblo protegido, y los judíos por su parte, tendrán que convertirse en un reino de sacerdotes y una nación consagrada a Dios. Moshé le transmite la propuesta de Dios al pueblo y los judíos aceptan celebrar este pacto eterno. Dios le dice a Moshé que los hebreos deben prepararse para el evento. Tienen que purificarse y santificarse durante tres días. En la mañana del sexto día de Siván, se escuchan truenos y relámpagos y el sonido penetrante de un Shofar proveniente de la cima de la montaña. El monte Sinaí está cubierto por una densa nube, hay humo y fuego y el sonido del shofar se hace cada vez más fuerte. Moshe guía a la gente a la montaña y asciende. Dios le advierte a Moshé que nadie debe subir o acercarse durante este evento, excepto Moshé y su hermano Aharon.
LOS DIEZ MANDAMIENTOS
Dios revela los Diez Mandamientos a todo el pueblo de Israel 1) Aceptar a Dios como la autoridad suprema. 2) No creer en dioses paganos ni adorar ídolos o imágenes. 3) No usar el nombre de Dios en vano. 4) Observar el Shabbat. 5) Honrar a los padres. 6) No matar. 7) No cometer adulterio. 8) No robar o secuestrar. 9) No prestar falso testimonio. 10) No codiciar la propiedad ajena.
EL PUEBLO SOLICITA LA INTERMEDIACIÓN DE MOSHE
Los israelitas están abrumados por el encuentro cercano con la «voz» de Dios. “Ven los sonidos” y se sienten a punto de colapsar o morir a causa de este evento sobrenatural que están presenciando. Le ruegan a Moshé que sirva de intermediario entre ellos y Dios. Moshé los calma y acepta ser el portavoz de Dios (los rabinos explican que esto ocurrió entre el segundo y el tercer mandamiento. Por eso, el primero y el segundo mandamiento se expresan en primera persona, pero el resto de los mandamientos en tercera persona. ).
SIN IMÁGENES
La Parasha concluye con la advertencia de Dios al pueblo sobre la realización de imágenes o representaciones visuales de Dios, recordándole a la gente que cuando Dios se reveló, escucharon su voz, pero no vieron ninguna imagen. Esta exhortación concluye con el mandato de erigir un altar de sacrificios hecho de piedras, especificando que no se deben usar instrumentos de metal en su construccion y no se deben construir escalones en la rampa que lleva hacia el altar.