viernes, marzo 29, 2024
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SHEMINI ATSERET: El milagro de la lluvia

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En el mundo moderno, donde la mayoría de nosotros vivimos en zonas urbanas y no en granjas, es difícil apreciar la importancia de la lluvia. Para la mayoría de nosotros, la lluvia es más una molestia que una bendición …. Hoy, quiero compartir con los lectores algunos datos sobre el agua y la lluvia, que espero nos ayuden a entender por qué alabamos a nuestro Creador por el milagro de la lluvia cuando decimos la hermosa Tefilá mashib haruaj umorid hagueshem (= Tú eres Quien hace que el viento sople, y que la lluvia descienda sobre la tierra) comenzando mañana por la mañana, sheminí atseret.
¿Qué es lo que hace que nuestro planeta sea único en el universo? Uno podría decir «la vida». Y eso es cierto. Pero hay un elemento fundamental que permite que la vida exista, y que de acuerdo a nuestra Torá, fue creado por HaShem antes que Él creara la vida. Es algo que los científicos buscan cuando investigan otros lugares del universo, como el planeta marte, por ejemplo, para calcular las posibilidades de encontrar «vida». Usted probablemente dirá «agua», y estará parcialmente en lo cierto. Agua es vida y la vida, tal como la conocemos en nuestro planeta, no es posible sin agua. Pero para ser más precisos deberíamos decir que para que un planeta sea habitable debe poseer agua «líquida».
¿Por qué?
Porque en otros planetas se han encontrado indicios de presencia de agua (H2O) pero siempre en forma de hielo. Ya que las temperaturas en un planeta como Marte, por ejemplo, son bajísimas y el agua no se podría mantener allí en estado liquido. Nuestro planeta es privilegiado por ser el único pequeño lugar en todo el universo que posee «agua líquida», gracias al Diseño Inteligente y Divino de la masa de la Tierra, la masa del Sol, y en particular la perfectamente ajustada distancia entre nuestro planeta y el sol. Todo esto permite que la temperatura de nuestro planeta no sea ni demasiado calurosa, que evapore el agua como sucedería en Venus, ni demasiado fría, que congele el agua, como sucedería en Marte.
Pero éste no es el final de la historia del agua. El agua «normal», es decir, el agua de mar o el agua que algunos sugieren que existió alguna vez en Marte, es agua salada, la cual no es adecuada para la vida de los seres que viven en tierra firme. Todas las plantas y las criaturas que viven sobre la tierra, incluyendo a los humanos, necesitan agua-sin-sal para sobrevivir.
Ese precioso líquido se llama «agua dulce». El agua dulce o agua fresca es lo que permite que exista la vida en nuestro planeta. Y ¿cuál es el origen del agua dulce, ese elixir que posibilita la vida? La única fuente de agua dulce en nuestro planeta es la «lluvia» o «precipitación» que incluye: nieve, niebla y granizo. Según Maimónides (Moré Nebujim 2:30) el mecanismo del ciclo del agua, que permite la producción de lluvia, fue establecido por el Creador en el segundo día de la Creación, al dividir las aguas superiores (nubes) de las aguas inferiores (océanos).
John Lynch, el autor del libro de la BBC «El Clima» (p.84, 1996) describe con sus propias palabras a las nubes, de una manera muy similar: «Vivimos en un planeta de agua. Los mares dominan el mundo, pero también hay un océano alrededor de nosotros y un océano por encima de nosotros [las nubes]». El Segundo Día de la Creación se dedicó por entero al milagroso mecanismo de la conversión del agua del océano en el líquido más precioso en todo el universo: la lluvia. Así también lo explican, entre otros, rabbi Moshé Jefets en su libro Melejet Majashebet pgs. 10-11, edición Viena, y el rab Menashé Ben Israel en su libro «El Conciliador».
Ahora, vamos a ver algunos números que nos ayudarán a apreciar un poco más el milagro de la lluvia. El agua dulce es agua con bajas concentraciones de sal. De toda el agua que se encuentra en en el planeta Tierra, sólo el 2,75% es agua dulce. De ese total, el 2,05% es agua dulce, producida originalmente por la lluvia, que se encuentra congelada en los glaciares. El 0,69% es agua subterránea, también producida originalmente por lluvia. Y sólo el 0,0101% de toda el agua del planeta Tierra es agua dulce que se encuentra en la superficie del planeta, distribuida en todos los lagos y ríos. Este 0.0101% de toda el agua que existe en nuestro mundo es la que utilizamos todas las criaturas que vivimos en tierra firme, incluyendo los humanos, para nuestra supervivencia. Y su única fuente es la lluvia!
El segundo día de la Creación fue dedicado a establecer el proceso de la conversión del agua del océano en el líquido más escaso, exótico y precioso en todo el universo. Es por eso que nuestros Jajamim consideraron a la lluvia como una de las bendiciones más importantes de Dios a la humanidad. En la segunda berajá de la ‘amida (geburot), cuando decimos mashib haruaj umorid hagueshem, alabamos a HaShem por Su Poder, Su bondad y Su sabiduría para producir la lluvia que sostiene y mantiene la vida.
La única fuente de agua dulce en todo el universo es la lluvia que se produce en la atmósfera de nuestro planeta.
«Imagina un planeta donde se produce el liquido más exquisito del universo. Este liquido se produce, siendo evaporado de los océanos, a través de una brillante estrella amarilla, que destila el extravagante licor en los cielos y lo hace llover de nuevo sobre la tierra, formando lagos y ríos de esa bebida embriagante. El planeta, por supuesto, es la Tierra, y el licor, es el agua dulce «. (L. O’Hanlon, Discovery).
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