Nosotros y Las Ovejas

זוכרנו לחיים מלך חפץ בחיים
כתבנו בספר חיים
Rosh haShana es el día del juicio. Este día Dios examina nuestra acciones y decide qué destino merecemos el próximo año,  en función de los que hemos hecho este año que pasó.
Hay un ejemplo muy hermoso que nuestros rabinos mencionaron en la Mishná y que ilustra brillantemente esta profunda idea. En Rosh haShaná כל באי עולם עוברין לפניו כבני מרום Todos los seres humanos pasan delante del Todopoderoso como el rebaño de ovejas [pasa delante del pastor]» . Una vez por año el pastor reúne a todas sus ovejas en el corral para examinar cuidadosamente a cada una de ellas. El experto pastor sólo necesita unos pocos segundos para evaluar a cada oveja. Primero observa al animal y luego lo palpa para verificar la calidad de su lana. El pastor también examina con su mano el cuerpo de la oveja, para ver si el animal está en buenas condiciones. Luego de esa breve inspección, toma su pincel y marca a cada oveja con un color diferente.  Si la lana de la oveja es de buena calidad, el pastor pintará la espalda de la oveja con una marca, digamos, amarilla. Lo que significa que esta oveja irá para el esquile. Cuando el pastor ve que la oveja, aparte de tener buena lana, también está sana y fuerte, la pintará con una marca de color azul, lo que significa que este animal será destinado para la reproducción. Ahora bien, si la lana de la oveja no es de buena calidad, y la oveja no está lo suficientemente fuerte, el pastor pintará el cuerpo de la oveja con una marca roja, lo que indica que esta oveja será sacrificada y su carne será usada para la alimentación.  Así, en unos breves segundos el pastor determina el destino de cada animal para el próximo año.
Nuestros rabinos utilizaron esta hermosa metáfora para explicar cómo los seres humanos somos juzgados por el Creador en Rosh HaShaná, «el día del juicio». El Todopoderoso examina cuidadosamente a cada uno de nosotros. HaShem observa lo que hicimos y no hicimos durante el año anterior, si hemos crecido, aprendido, mejorado o si hemos perdido nuestro tiempo, o empeorado, y así determina nuestro destino, marcándonos para el éxito, para la buena salud, para la vida o jas veshalom para nada de eso….
2 observaciones muy importantes.
1. ¿Cómo sabemos de qué color es la marca que el Creador estampó en nuestras espaldas? Al igual que las ovejas, que se pasean por el corral sin saber de qué color es la marca que llevan en sus espaldas, los seres humanos no podemos saber con seguridad con qué color hemos sido marcados en Rosh HaShaná.  Y aún cuando estimemos que hemos hecho muchas cosas buenas durante el año que pasó,  no podemos estar seguros si lo que hemos hecho es suficiente a los ojos de HaShem.  Él conoce nuestro potencial mejor que nosotros mismos, y quizás espera mucho más de nosotros.  Por lo tanto, como no podemos saber con certeza cuál es el color con el que hemos sido marcados, TODOS debemos asumir que llevamos una marca roja en nuestras espaldas….
2. Sin embargo, a diferencia de las ovejas, a pesar de que nuestro destino se marca en Rosh haShaná, todavía está pendiente. El veredicto puede ser apelado antes de Yom kippur!  La magia de la Teshubá, el arrepentimiento, consiste en que HaShem nos concede la oportunidad de apelar Su propio veredicto. Tenemos tiempo desde Rosh haShaná hasta Yom Kippur para arrepentirnos, admitir nuestras faltas, pedir perdón y «convencer al Pastor» que, aunque durante el año que pasó no hayamos brillado, el próximo año no lo vamos a desaprovechar. No lo vamos a defraudar. En Yom Kippur, dedicamos todo el día a este tema: apelar la posible sentencia capital. Pedimos perdón, resolvemos mejorar y en última instancia, asumiendo que quizás nada de eso puede alcanzar, apelamos a la compasión de HaShem para que nos conceda «Jayim» , «vida»: una nueva oportunidad para demostrarle que merecemos nuestra existencia.