QUINTO MANDAMIENTO: Honrar a quienes nos dieron la vida

כבד את אביך ואת אמך
Hoy vamos a ver algunos ejemplos de honrar a nuestros padres
QUIDDUSH
En la mayoría de las familias sefardíes, los hijos dan un tributo especial a sus abuelos y padres en ocasión del  Qiddush, especialmente el viernes por la noche. Los hijos e hijas se acercan para ser bendecidos por su padre, su madre y sus abuelos, aun cuando ya son mayores. Los padres o abuelos bendicen a los hijos con la bendición de los Cohanim (yebarejeja HaShem veYishmereja Que HaShem te bendiga y te proteja, etc.   Muchos padres también dicen: yesimeja / yesimej Eloqim, Que HaShem te bendiga como a Efraim y Menashe, etc. ) y cualquier otra bendición adicional, para ver sus buenos deseos cumplidos. Inmediatamente después de eso, los hijos besan la mano de los abuelos y de los padres en señal de honor, amor y devoción hacia ellos.
ALIYÁ LATORÁ
Cuando un abuelo o un padre es llamado para subir a la Torá, todos los miembros de la familia se levantan en sus asientos en la sinagoga en honor a sus mayores. Este reconocimiento es expresado por los hijos, hermanos menores, y a veces, sobrinos del anciano, que ha sido llamado al Sefer Torá. Cuando el padre o el abuelo regresan a su asiento, los nietos y los hijos besan su mano. Cuando un patriarca mayor de la comunidad es llamado a la Torá, no es raro encontrar a decenas de personas que se levantan en su honor.
LOS NOMBRES DE NUESTROS BEBÉS
Nombrar a nuestros hijos con los nombres de nuestros padres es considerado una de las más altas formas de dar honor (kabod) a nuestros padres. Es una tradición antigua, y muy cuidadosamente mantenida en las comunidades Sefaradíes. En general, el primer niño llevará el nombre del padre del esposo, y la primera niña, el nombre de la abuela paterna. El segundo niño llevará el nombre del padre de la esposa, y la segunda niña, el nombre de la abuela materna.
En la tradición Ashkenazí, sin embargo, no se nombra a los bebés con los nombres de los abuelos mientras estos últimos están con vida. ¿Por qué? Es un asunto puramente práctico. Como explicamos ayer, no se permite llamar a nuestros padres por su nombre propio. Tenemos que llamarlos respetuosamente “padre» o “papá”, “madre» o “mamá”. Ahora bien, de acuerdo con la tradición Ashkenazi, esta restricción incluye mencionar el nombre de uno de los padres, incluso cuando estamos dirigiéndonos a otra persona. Por ejemplo; si el nombre de mi padre es Ya’aqob y un amigo mío se llama Ya’aqob, no debería llamar a mi amigo por su nombre en presencia de mi padre, porque va a parecer como una falta de respeto mencionar el nombre propio de mi padre en su presencia, incluso cuando me estoy dirigiendo a otra persona. Por lo tanto, si mi padre Ya’aqob está con vida  y yo nombro a mi hijo «Ya’aqob», inevitablemente, cada vez que yo llame a mi hijo en presencia de mi padre, se consideraría  una falta de respeto hacia mi padre. Y es por esto que de acuerdo con la tradición Ashkenazi, los hijos no llaman a sus bebés con los nombres de los padres, mientras que los padres viven.
ASISTENCIA ECONOMICA
El Talmud (Quidushín 32) afirma que los hijos no están obligados a apoyar económicamente a sus padres si los padres tienen los medios para mantenerse.
Sin embargo, cuando los padres no pueden trabajar debido a que ya son demasiado mayores, y / o cuando no tienen los medios para mantenerse a sí mismos, es un gran mitsvá apoyar a los padres de uno financieramente y proporcionarles alimentos, ropa, vivienda, y todo lo necesario para que vivan con dignidad.
El apoyo económico a los padres en estas circunstancias debe ser asumido por todos los hijos, basado en la capacidad financiera de cada uno.
Si los padres tienen los medios para mantenerse a sí mismos, pero que no quieren gastar sus propios activos y / o eligen vivir en un estándar de vida muy bajo,  los hijos no están obligados a proporcionar ayuda financiera adicional a sus padres .