viernes, marzo 29, 2024
InicioPirqué AbotABOT 3:1: Integridad, sin excepciones

ABOT 3:1: Integridad, sin excepciones

image_pdfVer en PDFimage_printImprimir
En el tercer capítulo de Pirqué Abot nos encontramos con Aqabiyá ben Mahalalel, un prominente rabinos de la época de la Mishná, que vivió durante la primera mitad del primer siglo de la era común.  Antes de referirnos lo que él dijo, veamos algo acerca de la personalidad de  Aqabiyá ben Mahalalel.
Aqabiyá era un rabino que se destacó por su extrema lealtad  a sus maestros y por su integridad moral, que fue puesta a prueba en más de una ocasión.  El episodio que más marcó la vida y la obra de Aqabiyá fue que mantuvo su opinión en 4 temas rabínicos ( טומאת שער הפקודה,  דם ירוק y otros que no vamos a describir porque son temas extremadamente técnicos). De cualquier manera,  sabemos que, por un lado,  tenemos que ser fieles a las tradiciones que hemos recibido de nuestros mayores, y esa lealtad a la tradición recibida es absolutamente crítica en la relación maestro-alumno. Los maestros confían que sus alumnos seguirán sus pasos, y los discípulos consideran una cuestión de honor transmitir la tradición recibida de sus maestros. Por otro lado, como sabemos, a veces surgen distintas opiniones entre los rabinos, como existen diferencias entre los jueces o legisladores de cualquier país,  y cuando esas diferencias no se resuelven en el marco del debate y la argumentación rabínica, entonces la corte Rabínica vota, y se adopta la opinión de la mayoría.  En el caso de Aqabiyá ben Mahalalel, estos dos principios la lealtad a sus maestros y el seguir la opinión de la mayoría de los Rabinos de mayoría, entraron en conflicto: por un lado, sus maestros le habían enseñado la opinión A, y por el otro lado, la mayoría de los rabinos de su generación sostenían la opinión B.   Los Rabinos colegas instaron a Aqabiyá a cambiar su opinión, pero él se opuso. Entonces los rabinos le hicieron una propuesta irresistible:  sabiendo que Aqabiyá tenía los conocimientos y los méritos suficientes, le ofrecieron que , si cambiaba de opinión, iba a ser asignado como el Presidente del tribunal rabínico de todo Israel!!!  Para sorpresa de todos, Aqabiyá se opuso.  Y dijo «Prefiero que me tomen por tonto por el resto de mi días (por no haber aceptado esa gran oferta) a que alguien alguna vez pueda llegar a pensar que yo sea una persona corrupta» (    מוטב לי ליקרות שוטה כל ימי….).
Lo más interesante es que antes de morir le dijo a su hijo que él debía seguir la opinión de la mayoría de los sabios, y no la suya.  Su hijo le preguntó: «Pero padre, toda tu vida mantuviste tu opinión y ahora me pides que yo adopte la opinión contraria». A lo que cual Aqabiyá respondió: «Yo recibí la tradición de mis maestros, que en esos tiempos eran la mayoría; y mis colegas siguen la opinión de sus maestros… pero tú, sólo has recibido la tradición de mí, un individuo. Mis colegas son ahora la mayoría, tú debes respetar a los nuevos líderes y adoptar su opinión…»
La Guemará también nos cuenta un episodio, muy relevante para nuestros días, que demuestra la integridad sin límites de este ilustre Jajam. Al final de los días de Aqabiyá, su hijo le pidió un favor muy «común».  Le dijo algo así: «Querido padre, tu eres muy respetado y admirado entre los Jajamim. Tus colegas harían cualquier cosa por ti. Te pido que por favor me recomiendes. Que hables con alguno de tus amigos para que yo tenga acceso más fácilmente a un cargo de prominencia.»   Aqabiyá ben Mahalalel formuló entonces uno de los enunciados Rabínicos más famosos de todos los tiempos, cuatro palabras hebreas que se convirtieron en el estandarte de la integridad moral y el rechazo al nepotismo, al tráfico de influencias y la denuncia a otras formas similares de corrupción. Sus palabras fueron textualmente: מעשיך יקרבוך ומעשיך ירחיקוך, que significa: «Que sean tus propias acciones las que te acerquen (a ese cargo que anhelas) o te alejen (de ese cargo)».  En otras palabras: Yo no te voy a recomendar a mis colegas. Lo que realmente importa son tus méritos, y no tus conexiones familiares.  Tienes que concentrarte en hacer méritos para obtener el puesto que tanto anhelas, ganarlo por tus acciones, no por mi influencia.
 Continuará….  
RELATED ARTICLES